
iv. just shut up
capítulo cuatro !
just shut up
―Déjame ver si entendí ¿Avery ni siquiera tocó a su paciente?
Preguntó Victoria, los rumores sobre las operaciones realizadas por los residentes el día anterior comenzaban a volar.
―Exacto, Sloan hizo todo el procedimiento ―agregó Cristina riendo.
Victoria negó con la cabeza mientras apretaba los labios para no reír, realmente sería cruel reírse del pobre Jackson considerando que todos estuvieron en su lugar en un momento u otro de su residencia.
―No completé mi operación, pero al menos recuerdo cada uno de los pasos.
El mismo Jackson apareció detrás de las doctoras para decir aquello en el oído de Yang.
Cristiana se quedó callada, dando a entender que lo que Avery decía era verdad, Victoria esta vez sí se rió. No podía creer que fuera real ¿Cristiana Yang olvidando algo?
―¿Quién te dijo eso? ―Yang preguntó enseguida al residente, quien sonrío triunfante.
―Buenos días, Dra. Montgomery.
El residente de hermosos ojos volteó a ver a la rubia para extenderle un café, ella lo tomó gustosa tras dedicarle una sonrisa y agradecerle.
―Oh, olvídalo, no te vas a acostar con ella ―dijo Cristina antes de irse.
Victoria por poco se ahoga con su propio café, miró seriamente a Avery frente a ella mientras éste balbuceaba cosas tratando de defenderse sobre lo que Yang acababa de decir.
Por un segundo había olvidado que todos en ese hospital estaban relacionados de una forma u otra mediante el sexo.
Jackson miró a Victoria negando, aún diciendo cosas sin sentido en su defensa aunque, claramente no iba a mentir, la rubia era hermosa y él no era ciego. Además de que acababan de conocerse, podía ser la oportunidad perfecta.
―Ni siquiera lo pienses, inútil ―Mark apareció a su lado y colocó la palma de su mano en el rostro de Jackson para alejarlo, Victoria rió. ―Ella es mi ex novia, las ex están prohibidas en el dúo de plástica.
Victoria le dio un golpe en el brazo a Mark para que dejara de intimidar a su residente, pues Jackson ya se encontraba con las manos levantadas a cada lado de su cabeza mientras negaba.
―Solamente estoy a su servicio… como residente.
De un momento a otro Derek también se unió a ellos, y sin saber cómo, terminaron siendo cuatro buitres observaban a Owen como si fuera su presa. Hunt se encontraba acomodando algunas cosas en su nueva oficina, en la oficina del jefe.
―Cincuenta dólares a que no dura dos meses. ―Sloan rompió el silencio.
―Mark eso es grosero. ―Victoria volteó a verlo y golpeó su brazo. ―No durara ni un mes sin perder la cabeza el pobre.
Sloan y Montgomery terminaron por estrechar manos.
―Oh, ¿Qué hacen aquí?
Hunt se acercó a ellos cuándo salió de su oficina y vio a los doctores parados fuera de ésta, no les había dado tiempo a irse o disimular de forma correcta.
Derek y Mark pretendían que la baranda donde estaban apoyados era de lo más interesante, mientras Jackson había sujetado un mechón de pelo rubio de la doctora y le decía que sus puntas necesitaban un corte. Victoria dejó de pretender para darle una mala mirada.
―Si quieren ser ingenieros o peluqueros pueden retirarse ―dijo el nuevo jefe mirándolos con el ceño fruncido. ―o pueden venir conmigo a emergencias, un trauma masivo viene un camino.
Victoria golpeó la mano del residente para que dejara ir su pelo, solo basto una mirada y oír a Owen decir la palabra estampida para que ambos salieran corriendo en dirección al ascensor.
Si Hunt se volvía loco, ellos contribuirían en su locura al ignorar sus gritos sobre que no debían correr.
Al llegar a la sala todo era un desastre, doctores y residentes moviéndose apresuradamente por todos lados mientras las camillas ingresaban sin césar.
―¡Esa es nuestra!
Gritó Victoria señalando una camilla que era trasladada por una paramédica, una joven desmayada tenía un tacón enterrado en el pecho. Victoria frunció el ceño ante su disfraz, no entendía muy bien de que se suponía que estuviera disfrazada.
Montgomery y Avery no tardaron en llevar a la chica al cuarto de trauma más cercano para poder comenzar con su trabajo.
―¿Dónde estoy? ―preguntó la chica despertando lentamente.
―Se encuentra en el hospital Seattle Grace Mercy West ―respondió Jackson con voz calmada mientras buscaba más heridas en su cuerpo. ―Soy el Dr. Avery y ella es la Dra. Montgomery ¿Podría decirme si siente dolor en alguna otra parte de su cuerpo?
―No. ―La joven se sentó bruscamente, haciendo que los doctores se alarmaran. ―¿Puedo irme a casa? Estoy bien, solo me duele un poco la cabeza.
Los dos doctores se miraron confundidos ¿Solo le dolía la cabeza? ¿Acaso esa joven mujer no veía el zapato clavado en su caja torácica?
―No, no puede irse. Tiene un tacón en su pecho ―aclaró Victoria como si aquello fuera lo más normal del mundo.
―Ah, esto. ―La chica tomó el zapato entre sus manos y lo arrancó de su pecho, los ojos de los doctores casi se salen de lugar. ―Es falso.
Victoria y Jackson no dijeron una palabra, solo quedaron con la boca abierta atónitos por lo que acababa de suceder, mientras ellos estaban muy confundidos siquiera para hablar, la chica había bajado de la camilla y se encontraba saliendo del cuarto para próximamente abandonar el hospital.
―¿Ahora si me puedo ir con Sloan?
―No.
🚑
―¿Qué decías sobre irte con Mark?
La rubia se burló de Jackson mientras se lavaban las manos en un quirófano tras terminar una operación. Lamentablemente no consiguieron nada bueno en emergencias como para operar, pero Altman encargó a Victoria que la reemplazara en una operación. Y todo salió más que bien.
―Tiene razón, Dra. Montgomery, fue divertido ―respondió Jackson con una sonrisa.
Al salir del quirófano tuvieron que dirigirse nuevamente hacia la sala de emergencias, debían firmar algunos papeles.
Montgomery admitía haber pasado un buen día con Avery, era un buen estudiante y le cayó bien. Lástima que estuviera tan interesado en la cirugía plástica. De todas maneras, la forma en que se sentía respecto a él era mutuo.
―¿Sabe quién es Mayfield en la 22?
Victoria abrió sus ojos demás antes de reír al ver la expresión de Jackson, logrando que terminara aún más confundido.
―¿Por qué? ―pregunto Montgomery ocultando su risa.
Oh, todos sabían quién era ese doctor y cuál era su especialidad.
Jackson comenzó a explicarle a Victoria porque preguntaba por ese doctor, causando que ella solo quisiera reír, hasta que entraron a la sala y su charla se vio interrumpida ante la vista.
Un hombre que literalmente era enorme estaba gritando y golpeando todo lo que se cruzara en su camino.
―Dios mío.
Victoria miró la escena frente a sus ojos sin saber qué hacer, aquel hombre de gran tamaño trataba de escapar de los brazos de Karev y Grey que lo estaban inmovilizando con la poca fuerza que tenían a comparación de él.
El resto de los pacientes miraban la escena sorprendidos, iban a una sala de emergencia para tratar sus heridas y un lunático que estaba ahí podía herirlos aún más si se cruzaban en su camino.
El hombre se libró de ambos residentes, que no pudieron hacer mucho más para retenerlo, pero lo intentaron.
Lexie y Alex cayeron de bruces al piso, dicho hombre, que parecía haber perdido cualquier cable a tierra, se encaminó en dirección a Victoria y Jackson.
Al igual que los anteriores doctores que intentaron detenerlo, se llevaron un buen golpe ambos y terminaron en el suelo tras intentar pararlo.
Victoria, una vez sentada en el frío piso del hospital aún mareada por el golpe que lideró a su caída, vio a Owen Hunt entrar a la sala de emergencia y darle un puñetazo al hombre dejándolo noqueado al segundo.
―Doctora Montgomery ¿Está bien?
Alex Karev y Lexie Grey fueron junto a ella al momento en que todo pasó, Victoria asintió y miró hacia la derecha en busca de saber cómo se encontraba Jackson, éste estaba sentado tocando su cabeza.
―Estoy bien.
Su voz salió débil mientras trataba de agarrarse de algo para ponerse de pie, claramente falló.
―¡No, Victoria! ―Lexie la retuvo en el piso por los hombros. ―Doctora Montgomery quédese quieta, por favor.
Victoria la miró a los ojos por un segundo, Lexie se veía aún más preocupada que Alex.
De repente su mirada se apartó de la interna para ver a aquella zona en su cuerpo que comenzaba a sentir un dolor punzante.
Al mirar a su mano, vio un hilo de sangre bajar por su brazo hasta sus dedos, un escalofrío la recorrió de pies a cabeza cuando vio la tijera que se había introducido en su antebrazo.
Victoria era doctora, veía sangre todos los días, abría a las personas para arreglar cualquier problema que tuvieran sus órganos. Creyó que sería imposible marearse aún más al ver su propia sangre, pero no lo fue.
―Mierda.
―Tranquila, Montgomery, es solo un pinchazo.
Alex soltó una risita por lo pálido que estaba el rostro de Victoria, Lexie le dio un golpe que hizo que su sonrisa se borrara.
―La ayudaremos, descuide.
Soltó una respiración temblorosa mientras intentaba calmarse, la dulce voz de Lexie Grey la ayudaba en eso.
🚑
―Perfecto ―exclamó Grey feliz terminando de hacer el último punto en el brazo de Montgomery.
Lexie giró en su eje comenzando a tirar las gasas y demás instrumentos que había utilizado suturando la pequeña herida de Victoria, ésta mientras tanto se ponía de pie ahora que no sentía que la presión se le bajaría en cualquier momento.
Estaban en uno de los cuartos de trauma, alejadas del bullicio de los doctores y pacientes en la sala de emergencia.
―Gracias, Grey.
La rubia observó la figura de Lexie que aún se encontraba de espaldas, su cabello negro y con ondas era lindo.
Lexie volteó, cuando sus miradas conectaron guardaron silencio. Poco a poco la tensión e incomodidad comenzó a crecer entre ellas. La interna trató de respirar tranquilamente.
―Creo que me debería ir.
Apartó sus ojos verdes de los azules de Victoria, quería evitar cualquier contacto con ella porque no comprendía porqué reaccionaba de la forma en que lo hacía.
Su respiración se entorpecía, si aquello era posible, al igual que sus manos cada vez que Montgomery la miraba, sin embargo, esa incomodidad en su estómago era algo que disfrutaba sin notarlo.
―Grey, espera.
Victoria la tomó por la muñeca antes de que pudiera irse.
―Lo siento.
―Está bien, Dra. Montgomery. ―Lexie estaba dándole la espalda. ―podemos hacer como si nunca hubiera sucedido.
―De verdad lo lamento, Lexie, no quiero que tengas esa imagen de mí. No quería besarte, le echaría la culpa al alcohol por mis actos, pero era pasada la medianoche y te veías muy bonita y yo no pude contenerme a pesar de conocerte tan solo unas horas atrás ―habló tan rápido que casi ni entendía las palabras que salían de su boca. ―y de verdad lo siento, ni siquiera sé si te atraen las mujeres porque nada en tu persona da indicaciones de eso, aunque no existen señales ni características para reconocer a una persona que le gustan las de su mismo género.
Lexie volteó a verla con una mirada neutra, Victoria no podía detectar nada en sus ojos o expresión sobre si estaba molesta o feliz con su vómito verbal.
―Yo soy una de esas personas, por ejemplo ―concluyó con una sonrisa nerviosa.
Lexie se mantuvo en silencio, no sabía que pensar con todo lo que acababa de oír. Solo sabía que Victoria se veía realmente linda con sus mejillas sonrojadas por la velocidad de sus palabras.
Sin poder controlarlo, sus recuerdos se dirigieron a la noche en el bar de Joe, tras la operación donde el señor Park perdió la vida. Aún no entendía que era lo que esa rubia le había hecho con tan solo un roce de sus labios, desde hace días que no podía pensar en otra cosa que no fueran esos labios.
Porque ahora se daba cuenta de que aquel simple contacto entre sus labios, no fue suficiente, en ese momento se dio cuenta de la necesidad que tenía de volver a plantar sus labios sobre los de Victoria.
Esta vez en un beso más duradero.
―Solo cállate.
Ninguna de las dos tenía idea de lo que estaban haciendo, pero sabían que se sintió tan correcto una vez que sus labios volvieron a estar juntos.
Lexie se acercó a ella bruscamente, colocando ambas manos en sus mejillas y capturó los labios de Victoria entre los de ella dándole un beso algo salvaje, ninguna se echó para atrás y esa fue la caída de ambas. Sus besos serían una adicción que no sería fácil de dejar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro