Unos cabellos azabache corrían a toda velocidad, así empujando a cualquier persona que se encontrara en su camino.

Giro una esquina y allí se encontraba, justo a tiempo. El timbre sonó y no demoró en entrar. Cansado, se apoyó en la pared aun con el pulso agitado.

—Justo a tiempo....—

Una notificación le sonó en el celular y lo desbloqueo para mirarlo.

Se quedo impresionado, al parecer, sus amigos le pintaron la cara de varios colores al profesor que hacia guardia en aquel momento. ¡Justo se perdió la clase mas divertida! Pero...

—No nos tocaba hasta penúltima hora con el...?—

Su rostro se puso pálido. El recordaba haber visto la hora de su mesita de noche y marcaba las 7:50 am y debía estar allá a las 8:00 am. Claro que recordó que por la culpa de uno de sus amigos se estropeó y no lo arreglo.

—¡Maldito idiota! ¡Me castigaran por su culpa!—

Se podía decir que aquel día no era de los mejores...

—¿Antares? ¿No debería estar en clases?—

—¡¡¡Cállese!!!—

Le grito a la persona que le hablo por detrás. Estaba molesto y no midió sus palabras si quiera para quien iban dirigidas.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al darse cuenta de un aura asesina detras suya.

—¿Que ha dicho?— dijo con un tono molesto

— Yo...— se giro y se enpalideció aun mas —¿Di-director?—

No quiso contestarle y solo se limito a agarrarle del brazo prácticamente arrastrandole. Se temía lo peor mientras se maldecia a si mismo interiormente.

¿¡Quien era tan idiota como para hacer semejante estupidez!?

Pues el lo era, Milo Antares.

Un chico orgulloso al que nadie, según el, le podía hacer frente. Impulsivo siempre. Idiota en bastantes ocasiones pero cuando el quería, era de lo mas inteligente, pero solo lo hacia cuando le placía. Pero una de sus cualidades mas importantes era su corazón. El puede mostrar cualquier defecto pero el de buena persona nadie se lo quitaba.

Pero...las personas cambian, ¿no?

( ... )

Angustia,eso era lo que se respiraba en aquel momento.

El mundo no quería verlo feliz, de eso estaba seguro.

El brillo de sus ojos desapareció totalmente. La desgracia no dejaba de perseguirlo, pero todo se acabo ya...
¿Eso creen? Este chico ya sabia lo que ocurriría después...su tía lo cuidaría.

Eso es lo que exactamente no quería, esa maldita bruja que de ahora en adelante lo tutelaria.

¿Por qué tuvieron que morir? ¿Por qué le mintieron?

Su cabeza no le dejaba descansar por un momento. Esa tortura le mataba...si el hubiera sabido...

Las lagrimas brotaron por aquellos ojos escarlata mientras caía al suelo. Le costaba respirar, tanta presión no era buena para el.

Fue cayendo lentamente al suelo. Coloco sus manos en su cuello como signo de falta de aire.

Justamente el doctor que chequeo al cuerpo sin vida de su padre salio de el cuarto en el que había fallecido. Se percató y no dudo en acercarse lo mas rápido posible. Coloco los dedos en el cuello del francés y noto que el pulso le desaparecia.

Lo cargó en sus brazos y lo monto en el carro. Tenía que llegar lo mas rápido posible al hospital ya que sin oxígeno no aguantaría ni un minuto mas.

Rápidamente, le pusieron en una camilla con el oxigeno inyectado en su sangre. El pulso se tornó estable. Tendría que resposar allí todo el tiempo que necesitara. Cuando se despierte, el que le llevo hasta allí le hará unas cuantas preguntas de la causa de aquel ataque de ansiedad. Seguro que una de las razones era por sus padres pero... deberá saber si es por otra cosa. Aún no encontraron al asesino, si, la muerte de su padre fue provocada y no estaban seguros de que no fue su hijo.

Era la única persona que estaba en la casa el mismo día del asesinato...

( ... )

La puerta sonó con furia. Todas las miradas se dirigieron hacia ella. El profesor abrio y suspiro pesadamente al ver al causante de la vena en el cuello que se le hinchaba a su superior.

—Antares, tu otra vez?— dijo de una manera cansada

—¡Profesor le juro que no fue mi culpa! ¡Fue el despertador!—

—Un objeto inanimado tiene la culpa?—

Dudo en que decirle. Es verdad que es un objeto y no tiene la culpa.

Sus compañeros no paraban de reírse, sobretodo había una risa que le molestaba...

—¡No profesor, fue...—

—¡YA BASTA ANTARES!— grito enojado

Se sentó sin decir nada en su lugar. Coloco sus manos en su nuca y noto un especie de polvo en su cabello. Miro la entrada al aula y estaba negra.

—Pero que...—

—Pss Milo!— comento en susurro su compañero de atrás

—¿Que ocurre, Aioria?—

—Tu pelo esta negro...¿por que?

—Pus no lo se, supongo que fue por...—

En ese momento dejo de hablar ya que el timbre sonó y todos se levantaron con sus carteras a comprarse su almuerzo.

—Aioria—

—¿Si?—

—¿Esto no era penúltima hora?

Una sonora carcajada sono junto con una sonrisa burlona.

—¡Milo eres idiota! Hoy es lunes, ¡no jueves!—

—¡Ya cállate!—

Comenzaron con una discursion, el castaño solo le contestaba para que el rubio se molestase aun mas, cosa que funciono.

Desde lejos una cabellera roja los observaba. Aquellos rubíes se entrecerraban acausa de las risas por aquella escena. Decidió acercarse y miro seriamente a los dos chicos.

—Milo, Aioria, ¿ahora que les paso?—

—¡Este gato pulgoso tiene la culpa de que me regañen y encima se ríe de mi!— comento molesto el de ojos azules

—Isti giti pilgisi tini la quilpi bla bla bla— dijo con tono de burla imitándolo

—¡Serás...!—

—Jajaja no me extraña porque Aioria se meta contigo....cambiando de tema, Milo, ¿me acompañaras a cortarme el pelo?—

—Mm...no—

—Entonces vendrás tu Aioria—

—Claro que si Shoko— dijo con una sonrisa—

( ... )

—¿Uhh...? Agh... ¿Q-que paso...?— comento al aire confundido

—Estas en el hospital, joven Verseau— comento al lado del pelirrojo

—Mi padre...— dijo con la mirada baja y los ojos cristalizados

—Lo lamento joven Verseau pero...necesito hacerles unas preguntas; usted mato a su padre?—

Esa pregunta tan seca le dolió, después de acabar en un hospital por un ataque de ansiedad y...¡¿enserio le preguntan eso?! A su propio hijo le hacen tal pregunta...

—¡No! ¡¿Como pueden pensar que mate a mi propio padre?!— grito molesta por aquella pregunta

—Es mi deber preguntárselo, aunque sea vuestro doctor personal también es importante que sepa si sabe algo sobre la causa de la muerte de su padre pero...— suspiro pesadamente

Pasos a gran velocidad se dirigían hacia la habitación en la que platicaban.

—Odysseus, ¡ya tenemos pruebas y ya sabemos quien es la persona que asesino al señor Verseau!—

—¡¿Quien fue?!— gritaron en unísono el francés y el griego

—Fue...—

Creo q no podré actualizar la historia hasta el fin de semana de la semana q viene o mas :'v
Tengo mucho q estudiar y pus esta dificul QnQ