— ¿Y qué? ¿Le vas a creer? — Preguntó molesto. — ¿A caso ya se te olvidaron los protocolos o que? Namjoon, tienes que abrir una investigación ante esa acusación.

— No lo estamos manejando como acusación, hyung. — Le explicó el menor. — Si no como eso, una confesión. Los cargos ya se están sumando a la condena de Park Jimin y tú podrás salir pronto.

No.

— ¿Cuándo?

— Tal vez en dos días más.

Carajo, es muy poco tiempo.

— No puedo dejar esto así, Namjoon. — Repeló. — Yo empecé este caso, no lo dejaré inconcluso. — Namjoon lo miró con los ojos entrecerrados, se recargó sobre la mesa y se acercó al mayor, Yoongi se hizo un poco hacia atrás, cruzó sus brazos y encrispó los labios.

— ¿Porqué tanta insistencia, Yoongi hyung? — Preguntó en voz baja. — ¿Hay algo que deba saber? — Yoongi suspiró.

— Creo que Jimin es inocente hasta por los cargos más viejos, Namjoon. — El menor frunció el ceño. — Creo que Jay Park es un hijo de perra muy listo que ha estado manipulando el caso desde hace seis años. Y nosotros hemos estado cayendo en sus putas trampas. Al igual que Park Jimin. — Namjoon volvió a recargarse sobre su silla. — Dame más tiempo, Nam. Por favor. — El contrario lo pensó. — Déjame quedarme y... aceptaré hacer lo que me pediste antes de entrar aquí. — Y los ojos de Namjoon se abrieron en órbita.

— ¿Tan seguro estás de eso, hyung? — Preguntó incrédulo. — Yo se que tú intuición nunca falla pero, tú mismo dijiste que aceptar serían más responsabilidades que no querías.

— Necesito acabar con esto, Namjoon. — Le pidió una vez, después de unos minutos el menor suspiró.

— Está bien hyung, tú ganas. — Yoongi celebró internamente. — Pero por favor, ya pasó mucho tiempo y te necesitamos afuera. Apúrate.

— Lo que haces por querer esclavizarme de más. Dejar al mejor agente aquí dentro.

Ambos rieron y después de hacer varios acuerdos más, se despidieron, quedando en que la siguiente semana, Namjoon iría a verlo.

Yoongi ahora estaba regresando a la enfermería mientras trataba de idear un plan rápido y por fin poder salir de ahí. Pero su idea no era salir de ahí solo.

Al entrar a enfermería, vio a Jimin junto a Jin, hablando sobre algo a lo que no le prestó mucha atención.

Jimin si ayudó con la fuga de Jay para que después él lo ayudara.

Agitó su cabeza, no podía hacerse ideas estúpidas tan precipitadamente.

Jin se despidió al notar la presencia de Yoongi, para poder darles privacidad, por como estaba la situación ellos no habían estado juntos por unos días y él no sería una causa más de eso.

— ¿Cómo te fue, Yoon? — El mayor lo miró, asintiendo un poco.

— Bien, supongo... — Jimin lo miró una ceja alzada.

Sin embargo, no quiso insistir, no quería que Yoongi se sintiera presionado o mucho menos. Si él tenía algo, esperaría a que estuviera listo para hablarlo.

Lo miró fijamente a los ojos, si algo encantaba de Yoongi era su mirada.

Él en sí, es un hombre que se expresa con dificultad en algunas ocasiones, se le complicaba hacerlo pero por suerte, Jimin tenía el don de leer a la perfección sus ojitos gatunos, y esta vez, un destello en ellos se había apagado. Y eso logró preocuparlo.

— Uhm... ¿Tienes algo que decirme, Yoongi?

Hay tanto que decirte, Jimin.

— No, ¿Porqué preguntas? — Cuestionó ladeando su cabeza y crispando sus labios en un gesto casi invisible.

— Tus ojos... — Murmuró. — Antes tenían una paz escondida en ellos pero, ahora... Ya no lo está más, Yoongi. — Explicó sin despegar su mirada. — De hecho, ya tiene tiempo que ese brillo se estaba apagando pero, parece que ahora se extinguió del todo.

— Oh... — Jimin pasó saliva.

— Es... ¿Por mí? — Yoongi de inmediato negó y se acercó a él menor, tomando sus manos.

— Dios, princesa, claro que no. — Aclaró rápidamente. — Es por el idiota de Jay, cariño. — Jimin soltó el aire reprimido en sus pulmones. — Estoy harto de tener que fingir que no estoy loco por ti y tener que esperar la noche para poder follar. — El menor rodó los ojos con diversión. — Y ya les e advertido, si él se atreve a tocarte una vez más, me olvidaré por completo de que es parte de nuestra familia feliz.

— Eres un tonto, Yoon. — Río el menor.

Pero aún así, sabía que Yoongi no estaba siendo del todo honesto. Sabía que había algo más que lo atormentaba dentro de él y aunque era preocupante, se insistió a sí mismo a no presionar.

Confiaba en Yoongi. Sabía que si fuera algo totalmente preocupante se lo diría al instante.

¿No es así?

— Jimin... — El menor lo miró con serenidad. — Tú... ¿M-Me podrías decir... — Jimin frunció el ceño. — Decir... ¿Cómo es que estás aquí, en prisión? — Los ojos de Park se desviaron.

— Uhm... — Murmuró. — Ya sabes mis cargos, Yoon. — Recordó, rascando su nuca.

— Me refiero a... — Carraspeó nervioso. — ¿Qué te llevó a hacer todo eso? — Preguntó, Jimin suspiró.

— Todo fue por Jay.