⛓34. Mi precio⛓
Hoy la verdad no sé sentía del todo motivado. En cuanto sonó la primer alarma del día dentro de prisión y se levantó, supo que ese día no sería bueno para nada.
¿Qué iba a pasar? No tenía idea, pero la verdad que no le importaba mucho tampoco. No era la primera ni sería la última vez en la que le pasaría algo así.
Salió de la celda pidiéndole permiso a sus pies por cada paso que daba, Yoongi ya no estaba en la celda cuando se decidió a pararse, nada raro tampoco, ¿Cómo es que ese tonto tenía motivación para levantarse en el primer timbre de la alarma? No tenía idea, ni siquiera en sus primeros días podía hacer eso, mucho menos ahora.
Llegó a duras penas hasta las duchas, topándose con Hyungwon de pasada e ignorandolo olímpicamente. Bueno, al menos esos idiotas ya sabrían que estaba de malas y sería mala idea molestarlo.
Entornó la vista por el lugar buscando -involuntariamente- a cierto chico con ojos de felino, nariz linda, piel pálida...
A Yoongi, buscando a Yoongi -"involuntariamente"-
Y lo vio, estaba con la toalla enredada en su cintura, poniéndose la camisa amarilla de siempre mientras hablaba con... Jungkook.
¿Jeon lo había conseguido? ¿Estaban juntos?
¿Porqué me importa?
Negó con la cabeza y se dedicó a desnudarse para poder darse su esperada ducha. Y como siempre, los chiflidos y comentarios indeseados hicieron presencia.
Volteó por encima de su hombro, topándose con la mirada intensa de nada más y nada menos que Min Yoongi. No iba a mentir, amaba tener al mayor hipnotizado como en ese momento.
Sonrió ladino, y con toda la mala intención en su ser, pasó sus dedos por el elástico de su ropa interior, y dándole la espalda al mayor, la bajó lentamente y sin pudor alguno se agachó por completo justo en la cara de Min.
Por Dios, pagaría por ver como estaba en esos momentos.
Y la situación le estaba divirtiendo, hasta que un idiota decidió arruinar el momento pasando por ahí y darle una nalgada como si fuese algo de toda la vida. La sonrisa de Jimin se convirtió en una mueca de enojo y coraje. Y justo cuando iba a encarar a ese orangután hormonal, lo único que vió al girar sobre sus talones fue como caía al piso.
Con sus labios hechos una "o" perfecta, levantó la mirada, topándose con un muy enojado Min Yoongi, quien miraba al tipo que ahora estaba tirado en el piso mientras tenía sus manos en su nariz junto a una expresión de dolor total.
— Qué estés en prisión no significa que no sepas de modales, imbécil. — Le dijo Yoongi, haciendo que el tipo se parara del suelo y poniéndolo frente a Jimin. — Ahora, pídele perdón si no quieres que te meta a la puta lavadora, hijo de puta. — Amenazó apretando el brazo del contrario, a manera de poder lastimarlo.
— ¡Ah! ¡Vale, ya está. Lo siento, lo siento! — Jimin solo lo miró con la misma expresión de desagrado, bufó y negó con la cabeza.
— Si te acercas una vez más a mi, seré yo quien te meta a la puta lavadora. — El chico asintió con miedo y después de un apretón más de parte del mayor, lo empujó lejos de ahí. — Serán idiotas. — Murmuró colocándose su toalla al rededor de su cintura.
— Princesa, hombre. Igual debes de tener más cuidado tu también. — El menor lo miró con una ceja alzada. — Hasta yo lo hubiese hecho si hubiera estado cerca. — Le dijo con una sonrisa burlona, Jimin rodó los ojos mordiendo su mejilla interna para evitar reír.
La idea no suena mal...
— Serás idiota. — Le dijo entre una pequeña risa reprimida y mirando a cualquier otro lado. — Puedes regresar con tu novio, yo me iré a duchar. — Y cuando tuve la intención de caminar, Yoongi se puso frente a él impidiéndole el paso.
— ¿Qué, princesa? ¿No me vas a dar las gracias? — Preguntó al tiempo que retiraba la toalla sobre la cintura.
No veas abajo.
— ¿Agradecer qué? Ya te había dicho que no ocupo tu ayuda, entonces, no la agradezco. — Le dijo con los brazos cruzados y mirando hacia el techo, Yoongi lo miró burlón y se colocó la ropa interior.
— Oh, ya entendí. — Jimin lo miró. — No te pongas celoso, Jimin. Jungkook solo me dijo que ya no me molestaría. — Bueno, eso si sorprendió al menor, no era usual que el idiota de Jeon se rindiera así. Y bueno, si le alegraba aunque sea un mínimo. — Creo que ya arregló sus problemitas con Taehyung.
— Ahora tiene sentido. — Entendió. — Significa que por fin me libré de él, entonces.
— Bueno, ahora que los dos estamos libres de un par de psicópatas... — Le habló bajito, acercándose un poco a él. — ¿Te puedo besar? — Susurró a centímetros del rostro del menor, quien abrió sus ojos todo lo que sus rasgos asiáticos le permitieron.
— ¿Qué dices, tonto? — Preguntó alejando sólo unos milímetros su rostro.
— Vamos, Jimin. No sería la primera vez. — Le recordó. — Tengo ganas... Ya sabes...
— ¿Me estás diciendo que solo quieres que te la chupe aquí? — Preguntó. — Hombre, Min, si es algo que pasa entre nosotros, pero no lo haré frente a todos.
Yoongi se alejó repentinamente, dejando algo trastornado a Jimin, ¿Eso qué fue?
— Jimin, tengo que decirte algo. — El menor parpadeó un par de veces. — La verdad creo que me estas comenzando a gustar. — Y una vez más, los ojos del menor se abrieron. — Bueno, no sé. Nunca había sentido algo como esto. Y el día que te metieron a aislamiento, tuve un Vis a Vis con mi amigo, dijo algo que me puso a pensar y... Bueno, no sé. — Concluyó, poniéndose finalmente el pantalón amarillo del uniforme.
Mientras que Jimin acababa de entrar en un bucle de sentimientos encontrados. No sabía si reír, llorar o golpear al hombre frente a él.
— Mira Min, escúchame bien. — Le pidió. — En este lugar, nada puede ser real, ¿Me entiendes? Nadie aquí siente emociones reales a excepción de miedo, coraje, enojo. Pero el "amor" o esas mierdas, no son posibles. — Aunque ahora, no estaba tan seguro. — Probablemente sólo necesitas que nos acostemos y se te pasará el caprichito.
O tal vez solo será todo lo contrario.
— Hagamoslo, entonces. — Propuso rápidamente, el menor lo miró con coquetería.
— Sabes mi precio, Min. — Finalizó la conversación, volviendo a quitar la toalla de su cuerpo y yéndose a una de las duchas.
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