⛓33. Sueños⛓
Uno de sus compañeros infiltrados en el área de administración fue hasta su celda por él, Namjoon estaba ahí y quería hablar con él.
Jimin llevaba aproximadamente dos horas en aislamiento y no había señales de que saliera, ¿Qué estaban haciendo? ¿Porqué no lo sacaban de ahí? Por un mierda, cuando la misión acabara, Yoongi despediría a ese estúpido oficial.
Entró a una de las oficinas fuera del módulo donde los reos vivían a diario, Namjoon estaba ahí parado en medio de la sala con las manos en los bolsillos y con una expresión para nada feliz.
¿Y quién lo estaría? Si le llamaron a las 9:30 de la noche durante una linda cena para sacar a un idiota de aislamiento, ¿Y porqué quería eso? No tenía idea.
— Hyung, ¿Ahora qué pasó? — Le preguntó, el mayor cerró la puerta a su espalda. — Estaba a punto de ir a dormir cuando me llamaste. ¿Porqué te enojó tanto que metieran a Park a aislamiento?
— No fue eso lo que me enojó. — Se limitó a contestar, cruzando sus brazos y sentándose en un sofá.
— ¿Entonces? — Preguntó con una ceja alzada.
— Lo golpearon. — Respondió simple, el menor se confundió.
— ¿Y eso qué, hyung? Dios, generalmente te alegrarías por ver algo así. — Le dijo, sentándose junto a él. — Es más, te recuerdo que tú disfrutaba de hacer eso, Yoongi. — El mayor rodó los ojos, Namjoon lo miró entrecerrando los suyos. — ¿Qué sucede realmente, hyung?
— Estoy fastidiado, ¿Ya? — Respondió algo molesto. — Llevo aquí tres meses, durmiendo en una cama de mierda, comiendo comida de mierda y soportando orangutanes de mierda. — Le dijo con enojo. — Necesito acabar esto rápido y, ¿Crees que a Jimin lo sacaran por su voluntad mañana? Un carajo, probablemente lo dejarán ahí dentro por dos meses más en los que yo no podría hacer nada y solo estaré aquí perdiendo el tiempo.
Y en parte, tenía razón pero... ¿Esa era toda la razón de su enojo? Ni el mismo lo creía, pero no estaba interesando en hacerlo tampoco.
— De acuerdo, te entiendo. — Alzó ambas manos en son de paz. — Wow, por un momento llegué a pensar que... — El menor rió, negando con la cabeza.
— ¿En qué? — Preguntó el mayor con una ceja alzada.
— En qué te molestó porque no te había gustado que golpeaban a Jimin... Tú me entiendes...
— ¿Insinúas que Jimin me gusta? — Preguntó con seriedad. — Deberías de saber que no es posible...
¿O si?
— Lo sé, creo que me estoy volviendo loco o algo. — Le dio la razón. — Jimin ya debe de estar en la celda. — Yoongi quiso soltar todo el aire retenido en sus pulmones. — Hyung... Lo siento...
— ¿Porqué me dices eso? — Preguntó confundido.
— Por mí estas aquí dentro, estresado. — Le explicó. — Hyung, si quieres salir ya, solo dímelo. Encontraremos la manera de acabar con este caso.
¿Irme? ¿Y dejarlo solo?
— No. — Le respondió con firmeza. O más bien, se respondió a sí mismo. — Yo lo empecé, yo lo tendré que terminar. Solo dame más tiempo.
— El que necesites. — Aceptó, dejando un apretón en el hombro del mayor. — Me tengo que ir ya, hyung. — El mayor se limitó a asentir. — Si necesitas algo más, llámame.
Y después de un abrazo corto, el menor se fue y Yoongi se dirigió de nuevo hacia la celda.
Y no se podía sacar de la cabeza varias cosas.
Entre ellas, Jimin. Y otra, una pregunta. ¿Porqué Jimin no sale de su cabeza? ¿Porqué la idea de que el chiquillo le guste en realidad no sonaba tan imposible? Es un criminal, por Dios. El trabajo de Yoongi es detenerlos y tal vez, torturarlos un rato para sacarles información importante o que necesiten.
Además, Jimin era eso. Sólo un trabajo más para el mayor.
Entró a la celda con la cabeza cabizbaja, analizando y tratando de convencerse que tal vez, solo era el largo tiempo que llevaba ahí dentro, justo cuando escuchó la voz del dueño de sus pensamientos.
— ¿Yoongi? — El mayor volteó de inmediato y caminó rápido hacia él, lo tomó por los hombros y analizó su rostro, verificando que esos animales no le hayan hecho algo más.
— Jimin, que bueno que ya te sacaron. — Y sin poder evitarlo, Yoongi lo abrazó por a penas unos segundos al menor.
¿Qué haces, Min? ¡Suéltalo!
— Uhm... — El menor carraspeó al ser separado rápidamente por el mayor. — ¿Qué pasó? ¿Porqué estabas fuera de aquí?
— Estaba en el baño... — Le dijo rápidamente, fingiendo desinterés. — ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? — Jimin negó.
— De hecho me trataron mejor que nunca. — Dijo con una pequeña risa. — Es decir, jamás me habían sacando de aislamiento, el menor tiempo que me han metido ahí es por dos meses, nunca por casi tres horas. — Yoongi solo pudo apretar sus puños.
Que idiotas.
— Lo importante es que ya estas fuera. — Le dijo sin mirarlo, subiendo a su cama. — Buenas noches, princesa.
— Buenas noches, Yoongi.
Y Yoongi no comprendió, pero Jimin estuvo en sus sueños esa noche. Y siendo sincero, no le desagradó nada a pesar de la confusión de la mañana siguiente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro