— ¿Y se te ocurrió ahora? — Se quejó Jimin con fastidio. — Yoongi, quiero dormir. Dime que no es tan complicado. — Yoongi sacó un cigarro del bolsillo de su pantalón y lo encendió con toda la calma del mundo. — ¿Me dirás qué quieres o no? — El mayor inhaló el humo del cigarro.

— Quiero uno de tus servicios. — Le dijo para después expulsar el humo del tabaco. Jimin parpadeó un par de veces procesando lo que le estaban pidiendo.

— ¿Cómo? — Preguntó con algo de confusión. — ¿Me estás diciendo que quieres que te la jale o algo? — Jimin no lo diría, pero ahora mismo se sentía algo decepcionado. Yoongi fue el que lo defendió cuando Hyungwon trató de burlarse de él por lo que hacía y ahora, ¿Él quería ser uno de esos tipos? Vaya sorpresa.

— Se lo que estás pensando. —  Le dijo rápidamente. — Jimin, no planeo burlarme de ti de ninguna forma. — Le aclaró, eso tranquilizó un poco al menor. — Yo solo... No sé... — Rasco su nuca con confusión.

— Tienes ganas, estás caliente. — Supuso Jimin.

Te tengo ganas a ti.

— Pongámoslo de esa manera. — Concluyó rápidamente. — Princesa, si no quieres hacerlo, está bien, tampoco te quiero obligar.

Y Jimin tampoco lo diría, pero sintió algo extraño ante eso. Porque, claramente, desde que entró a prisión que nadie le decía algo como eso. ¿Qué rayos estaba pasando? No estaba entendiendo nada.

— Una mamada o con la mano, no te puedo ofrecer más. — Yoongi sonrió un poco ante el recuerdo que tuvo, esa era la segunda vez que Jimin le decía eso en concreto.

— Sorpréndeme, princesa. — Apagó el cigarro y se sentó sobre su cama, Jimin se sentó al lado de Yoongi.

Y Jimin no lo iba a  negar, pero tampoco lo diría en voz alta, le tenía ganas a Yoongi, pero ¡Vamos! Probablemente la mitad de la cárcel se sentía igual, porque todos tienen ojos, todos han visto a Yoongi en las duchas y Jimin ya ha tenido más de una oportunidad para inspeccionarlo por completo.

Bajó el pantalón y la ropa interior de Yoongi, quien sólo atinó a apretar sus labios al sentir la mano de Jimin sobre su miembro, el cual comenzaba a reaccionar por el contacto.

Jimin optó por sentarse en el suelo entre las piernas del mayor, y sin pensarlo mucho, y de un momento a otro, metió toda la extensión en su boca.

Yoongi soltó un gemido ronco ante eso y su mano viajó en automático a el cabello del menor, quien comenzó con las succiones al tiempo que movía su cabeza, aguantando como todo un campeón las arcadas que sentía cuando metía el miembro de Min por completo.

El mayor no podía creer lo excitante que estaba siendo para él, por Dios, no sabía si era su tiempo sin recibir una felación o de verdad que Jimin sabía hacer maravillas con la boca. Sea lo que sea, lo estaba disfrutando en exceso.

— J-Jimin... — Gimió ronco al sentir su clímax cerca.

Jaló el cabello del menor, pero de inmediato lo soltó, lo que menos quería era lastimarlo de algún modo. Se recargó sobre sus hombros en la cama y su pelvis comenzó a moverse en automático, penetrando con más rapidez la boca de Jimin, quien en realidad, también lo estaba disfrutando.

Dios, ¿Estaba pagando un favor o le estaban haciendo uno? No le importaba, mierda que le gustaba.

El clímax de Yoongi llegó y Jimin no desperdició absolutamente nada de lo que le brindó, tragó todo como pudo y simplemente se quedó entre las piernas de Yoongi tratando de recuperar el aire perdido.

Con Min no era muy diferente, seguía con los codos sobre la cama y echó la cabeza hacia atrás en cuanto vio a Jimin recibir todo el orgasmo en la boca, fue el mejor final que se imaginó sobre ese escenario.

— ¿Quedaste agusto? — Preguntó Jimin, parándose de su lugar y sentándose al lado del mayor nuevamente. — Ya, súbete el pantalón, idiota. — Porqué corría el peligro de volver a repetirlo.

— Quedé muy agusto, muchas gracias. — Agradeció Yoongi, acatando lo que él menor le había pedido.

Jimin solo rió un poco ante lo sinvergüenza que podía llegar a ser el mayor. Volteó a mirarlo al sentir los ojos de Yoongi sobre él, y una vez más, se perdieron en la mirada del otro.

Jimin notaba algo en las orbes de Yoongi, era como si le quisiese decir algo a través de ellos, pero aún no lograba descifraba que era. Le daba miedo.

Le daba miedo, porque esos ojos lo capturaban por completo a penas y los veía fijamente por dos segundos y le transmitían un sentimiento que hacía mucho tiempo no sentía.

Y Yoongi...

Yoongi no comprendía porque su corazón se aceleraba cada vez que los hermosos ojos avellana de Jimin lo miraban de esa manera, como tratando de descifrar lo que pensaba, queriendo entrar en los más profundo de su cabeza y poder entenderlo. Y el en cambio, se sentía mal.

Se sentía mal porque, en algún momento se tendría que ir de ahí y dejaría de sentir ese rápido latir, dejaría de sentir su corazón nuevamente.

Los ojos de Yoongi viajaron sin permiso hacía los esponjosos labios del menor, quien al darse cuenta, los relamió con algo de ansias sin darse cuenta.

Yoongi ni siquiera quiso pensarlo.

Se acercó con un movimiento rápido a Jimin, haciéndolo pegarse a la pared tras él, lo tomó con una mano de la cintura y la otra la posó sobre su cuello, y aún sin que Jimin terminara de procesar sus posiciones, Yoongi juntó sus labios.

Los labios de Jimin se sentían fríos, y no correspondieron por algunos segundos, pero cuando lo hizo, Yoongi se sintió en el mismísimo cielo, aunque eran movimientos torpes, casi llegando al nerviosismo.

Jimin terminó enrollando sus brazos al cuello de Yoongi mientras ladeaba la cabeza para poder profundizar el contacto. Hacía tanto tiempo que no besaba a alguien de esa forma.

Tan real.

¿Qué estoy haciendo?

¿La verdad? No tenía idea, pero ya era tarde para detener ese beso sabor a realidad y tabaco.