— ¿Te vas a quedar ahí parado o qué? — Le preguntó el menor, sacando a Yoongi de sus tontos pensamientos. Sólo negó y se dirigió a su cama. — ¿Fuiste a enfermería ya?

— No. — Jimin frunció el ceño, por lo general, era él mismo el que solía ser cortante, Yoongi siempre se la pasaba hablando y haciéndolo enojar.

— ¿Hoseok ya te dio eso? — Preguntó.

— Si, me lo topé hace un rato. — Contestó, recostado en su cama, Jimin chasqueo la lengua.

— Creo que deberías de ir a revisarte el golpe, Min. — Opinó desviando su vista del libro. — Es decir, puede ser grave.

— No creo que lo sea, sigo vivo. — Le recordó Yoongi con una sonrisa burlona.

— Al menos ve a que te limpien la herida, idiota. — Sugirió.

— ¿Y porqué no lo haces tú, princesa? — Propuso, Jimin rodó los ojos. — Fuiste tú el que lo hizo primero, después de todo.

— Así cobraría el favor que te debo, ¿Te parece? — Le propuso devuelta el menor.

— Olvídalo. — Se negó. — No gastaré mi favorcito en eso, es bueno que alguien me deba... algo aquí dentro.

Y su cerebro reaccionó.

Park Jimin le debía un favor. El chico que daba ciertos servicios en prisión le debía un favor, el chico al que estaba investigando por presunta complicidad en una fuga.

Ahora, ¿Debería de cobrar el favor con uno de esos servicios o haciéndolo hablar?

Dios, ¿Porqué estoy dudándolo? Lo hago hablar y salgo de este puto agujero.

— Uhm... ¿Estás bien? — Una vez más, Jimin lo sacó de sus pensamientos. — Ya sabes, por tu Vis a Vis urgente... Está... ¿Está todo bien?

¿Porqué me importa?

— Oh, eso... Si, si, todo bien. — Claro, no le diría que él y Namjoon solo hablan de él cada que el menor iba a verlo. — ¿Estás listo? — Jimin asintió, cerró su libro y se levantó de la cama para salir de la celda, siendo seguido por Yoongi.

A esa hora, la mayoría de los presos estaban en los trabajos, o algunos otros en los talleres, por lo que, la galería, la sala de televisión y el comedor estaban vacíos.

Al llegar a la enfermería se toparon con Kihyun, quien les dio pase libre pidiéndoles que no se tardaran demasiado porque el médico iba a regresar pronto y si los descubría ahí, ya no habría forma para poder incubrirlos.

Al entrar se dirigieron a la sala donde estaban las camillas y donde, suponieron, estaba Ken, KyungSoo y los demás chicos de su banda. Yoongi caminó con calma hacia allá, JaeHwan a penas escuchó movimiento, abrió los ojos y vio a Min, quien estaba frente a él.

— ¿Cómo estás, Ken? — Le preguntó con una sonrisa burlona.

— ¿Planeas matarme a plena luz del día? — Preguntó con una sonrisa y una ceja alzada. — Pensé qué eras más inteligente que eso, Min.

— ¿Matarte? — Preguntó con fingida confusión. — No sé de  lo que hablas, JaeHwan, yo soy un ser de paz.

— ¡Hombre, pero claro! — Le respondió. — Un agente policial siempre es un ser de paz. — Dijo con una sonrisa, la sonrisa de Yoongi desapareció.

¿Qué mierda?

— ¿Qué hablas, idiota? — Preguntó con una risita de incredibilidad. — Vaya que ese accidente en la lavandería te dejó loquito.

— ¿Será eso? — Se preguntó Ken. — ¿O será que recuerdo haberte visto cuando capturaron y encerraron aquí a KyungSoo? — Yoongi se encogió de hombros.

— No se de que me hablas, chico. — Negó nuevamente. En ese momento entró el médico informando que era hora de los medicamentos y que los internados tenían que descansar.

— Espero que ellos se den cuenta, Min. Porque cuando eso pase, va a ser tu puto fin. — Le dijo antes de que Yoongi le diera la espalda.

— Se darán cuenta cuando yo ya no esté en este lugar, Ken. — Susurró. — Adiós.

Sin más, salió del lugar encontrándose con Jimin, quien lo estaba esperando en el pasillo, recargado en la pared y con sus manos en los bolsillos.

— Hasta que sales. — Le reclamó. — ¿Qué tanto hacías?

— Nada importante. — Le contestó Yoongi, ambos comenzaron a caminar fuera de ahí. — ¿Lo hiciste?

— Por supuesto que lo hice. — Confirmó. — Lástima, me hubiese gustado ver a KyungSoo en sus últimos momentos. — Se lamentó con una sonrisa tétrica hasta cierto punto.

— Estás enfermo, Park. — Se burló.

— ¿Y tú no? — Preguntó burlón. — Este lugar te transforma en una persona completamente diferente.

Esto me interesa.

— ¿Cómo eras antes de entrar aquí? — Preguntó Yoongi con curiosidad, Jimin lo pensó un momento.

— Era un puto idiota. — Respondió riendo. — Pero no la clase de idiota que soy ahora, si no ese idiota por el que todos le pasan por encima. Aunque sea difícil de creer, era muy inocente. — ¿Jimin inocente? — Todos se aprovechaban de mí, me engañaron...

— ¿Por eso acabaste aquí, Jimin? — El menor asintió decaído. — ¿Y cómo es que te convertiste en este idiota? — El menor rió.

— El hecho de haber acabado aquí, lo que pasó con Taemin... — Respondió. — Creo que todo decae en este sitio, tienes que convertirte en depredador para no ser una presa. — Le explicó. — Porqué cuando entras a la celda y se cierran los barrotes, te das cuenta de que esto es real. Que ahora tienes que hacer de todo por sobrevivir.

Ambos entraron a la celda, cada quien yéndose a sus camas. Yoongi quedó pensativo después de lo dicho por el menor, porque mierda, tenía toda la razón del mundo.

Volteó a mirarlo de nuevo, ahora estaba dándole la espalda y una vez más, su mente le jugó en su contra. Porque fue inevitable no bajar la mirada hasta el trasero Jimin y su imaginación se dio vuelo con solo esa vista.

— Jimin...

— ¿Uhm? — El menor volteó la cara para mirarlo.

— Creo que ya se como me puedes pagar el favor...