Yoongi entró a la celda con un solo objetivo. Hablar tranquilamente con Jimin de cualquier cosa, para comenzar a buscar la información necesaria.
Entró a la celda con toda la calma de mundo, y lo vio recostado sobre su cama con un caramelo en su boca mientras leía un libro, no lo miró.
— Seokjin... — Comenzó a hablarle, el menor siguió sin mirarlo. — No lo hizo tan bien que digamos, Jimin. — Y fue como logró tener la atención del menor. — Pensé que podrías mandar a alguien mejor para asustarme, chico. Creo que terminé haciendo que cayera a mis pies. — Le dijo para después mover sus cejas sugestivamente, Jimin bufó.
— No se que haya pasado y no me importa, Min. — Avisó parándose de su cama para acercarse a él. — Pero te lo digo de verdad. Meteme en problemas con Hyungwon y te destrozo la puta cara. — Yoongo sonrió con burla, sacando de la boca de Jimin la paleta.
— Lo repito, Park. — Habló en susurros. — El que pone el precio, soy yo. — Y metió el caramelo a su boca, Jimin lo miró con enfado.
— Me debes una puta paleta, idiota. — Se quejó alejándose de él.
— Mira, Jimin. — Lo llamó siguiéndolo. — Entiendo que fuera de la celda no podamos convivir por tema de bandas rivales pero, ¿Podemos dejar de ser unos idiotas dentro de la celda? Vamos a estar aquí metidos por muchos años, hombre. Lo mínimo que podemos hacer es hablarnos sin insultarnos por nada.
— Escúchame con atención porque no lo voy a repetir, Min. — Dijo volviendo a encararlo. — Yo no estaré aquí por más tiempo, que te quede claro. — Yoongi supo a donde dirigir esa conversación para su conveniencia.
— ¿Porqué, Park? — Preguntó con fingida curiosidad. — ¿Te vas a fugar? — Notó el cuerpo contrario tensarse.
— No te incumbe. Solo debes de saber eso. No planeo estar aquí dentro por otros treinta y cinco años. — Recalcó.
— Me debes algo, Jimin. — Le recordó. — Y no es bueno deberle algo a alguien aquí dentro, y es aún peor cuando me deben algo a mí.
— ¿Eres imbécil? — Le preguntó con burla. — Chico, no llevas ni dos semanas aquí ¿Y me quieres plantar miedo? Se nota que no has entendido como funcionan las cosas aquí.
— ¿Y cómo funcionan, princesa? — Preguntó en cuanto terminó la paleta.
— El dueño de este puto lugar son Hyungwon, ¿Y sabes qué? Que yo estoy con él. — Le explicó. — Si yo quiero, te mato en este momento y nadie puede hablar ni decir que fui yo. — Le sonrió con malicia. — Así que te recomiendo tener cuidado. — Le susurró, Yoongi sonrió con burla y Jimin solo quería golpearlo por eso. — Ahora, me voy.
— ¿A dónde vas, princesa? — Le preguntó sin despegar su mirada de él. — Ya va a ser tu hora de dormir. — Jimin se detuvo en la puerta de la celda y lo miró sobre su hombro.
— A follar. — Le contestó con una sonrisa ladina.
— Buen provecho. — Se burló, escuchando el resoplido molesto de Jimin antes de abandonar el lugar.
Y Jimin si estaba molesto, ¿Qué le ocurría a ese idiota? Llegaba a su territorio queriendo que todos hicieran lo que él quisiera cuando el quisiera. Estaba jodido si creía que eso iba a pasar.
Pero su molestia desapareció un poco en cuanto recordó lo que estaba por hacer. No, no iba a follar, iba a hacer algo muchísimo mejor que eso.
Se recarga sobre la entrada en la celda de Hyungwon, el mayor asintió y se acercó a él para ir juntos hacia la lavandería.
Al llegar, ya estaban Changkyun, Wonho, Minhyuk y Seokjin ahí y en medio de todos ellos estaba un hombre amarrado a una silla con los ojos vendados.
— Ya pasó el tiempo que te dimos. — Habló Hyungwon, él hombre sobre la silla de inmediato trató de huir. — ¿Dónde está el dinero que me debes?
— N-Necesito unos días más... Por favor... — Les pidió, Hyungwon le hizo una seña a Changkyun para que se acercara.
— Te dimos una semana más. — Le recordó Changkyun. — No podemos darte más tiempo.
— Se los ju-juro... Les pagaré...
— Jimin. — El mencionado sonrió ante el llamado de Hyungwon.
Con una enorme sonrisa se acercó al hombre que ahora estaba más desesperado, aterrado porque sabía lo que estaba por pasar.
Era sabido que a Jimin le encantaba ocuparse de los hombres que tenían deudas con Hyungwon o con cualquiera de su grupo, Jimin lo veía como un desahogo. Y vaya que lo aprovechaba, por eso siempre trataban de pagar sus productos y favores a tiempo, sabían que si no lo hacían, iban a recibir una verdadera paliza o algo mucho peor que eso.
Minhyuk detuvo a Jimin en cuanto vio que ya había un charco de sangre a sus pies, el mayor disfrutaba de ver a Park desahogarse, pero Hyungwon le dio la indicación de separarlo.
— Tan agresivo, Jimin. — Le dijo Wonho con fingida sorpresa, el menor rodó los ojos divertido.
Nada lo hacia sentir tan bien como darle una paliza a un idiota drogadicto.
— Pueden irse todos, excepto... — Miró a cierto rubio. — Jimin. — Y todos sabían por qué.
Y justo en eso llegó Yoo Kihyun, uno de los oficiales de la prisión, quien de inmediato los miró con reproche.
— Les dije que si estoy en turno me avisaran antes de hacer esto. — Les reclamó, Changkyun se acercó a él.
— No seas tan enojón, cariño. — Le pidió abrazando su cintura, el mayor rodó los ojos.
— Vayan a follar a otro lado. — Les dijo Hyungwon, ellos dos eran los únicos que seguían ahí, Changkyun no se quejó. Salió llevándose de la mano a su lindo oficial. En cuanto Hyungwon regresó la vista a Jimin, el chico le extendió la paga de la semana y las anteriores.
— Es lo que te debía y lo de esta semana. — Le informó, mirándolo directo a los ojos.
— Te lo puedes quedar. — Le dijo sin apartar la mirada. — Puedes pagarme de otra forma en este momento. — Jimin le sonrió coqueto, su mirada de inmediato se inyecto en lujuria.
— ¿Cómo te puedo pagar, Hyungwon? — Le preguntó en un susurro abrazando el cuello del más alto y sintiendo las manos sobre su cintura.
— Ahora te digo como, Jimin. — Murmuró sobre sus labios.
Al final terminó haciendo lo que le dijo a Yoongi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro