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♡ [7] Las Escandalosas Galletas del Amor.

[ Julieta ]


Han pasado exactamente 17 horas y... ¡Nada! Nadie me ha llamado, y eso que he aplicado hasta en lo más mínimo. ¡Esto es el colmo!

¿Debería postular a regiones? Aunque una mudanza a inicios de año no es convencional. Además, en Santiago tengo todo cerca.

Esto no me pasaría si tuviera una granja en el sur. Solo calma, paz, nada de internet, lluvias mínimo 3 veces por semana, aire fresco, animalitos que cuidar... ¿Qué más podría pedir?

Si, tal vez solo estoy romantizando una idea que no es mía —Ni se asemeja, porque mi familia es de Valpo¹—, pero ¿Por qué mi vida debe ser llevada por las circunstancias? Ahora mismo estoy siendo arrastrada por el estrés, ¡Y eso que ni siquiera estoy trabajando aún! ¿Y qué hora es? ¿Y mi celular?

La luz cegadora de la pantalla me dio en plena cara cuando lo encontré y lo encendí. ¡¿Ya son las ocho?! Me quedé unos minutos más en cama, procesando que pasé toda la noche despierta sobrepensando el tema del empleo.

Y, muy en el fondo, extrañaba en cierto grado a mi jefa Francisca, y Don Jorge, el señor de recepción.

Pero lo que se queda atrás no tiene por qué hacer ruido en mi futuro.

...

Es jueves, así que, aprovechando la mañana y previniendo la falta de despensa para lo que queda del mes, decidí ir a la feria².

Extrañamente, la calle está vacía, y la mayoría de las panaderías por las que he pasado —que deberían estar abiertas—, no lo están. ¿Se declaró feriado? Trato de recordar, pero no puedo. Mi sorpresa fue mayor al llegar a la calle donde normalmente empieza la feria… ¡y no hay nada!

¿O será que la feria tocaba en otra calle hoy?

Con la esperanza de que así fuese, di una vuelta a la manzana. Incluso esperaba toparme con algún vecino para aliviar el ambiente tétrico que se sentía, pero la ansiedad me golpeó cuando terminé el recorrido y me di cuenta de que todo estaba abandonado.

La calle estaba completamente solitaria.

Sin embargo, después de rendirme, tuve la suerte de encontrar a lo lejos un almacén abierto. A pasos rápidos me acerqué con la esperanza de ver un rostro que me explicara qué wea estaba pasando.

El negocio era pequeño, con un mostrador lleno de mercadería y refrigeradores a los lados llenos de bebida³. Por estar mirando cada detalle, no me percaté de la señora que salió a atenderme:

—Buenos días, hijita. ¿Qué va a llevar?

—¡AH! —Di un brinco y ella se disculpó enseguida.
—Buenos días... —Suspiré—. Medio kilo de marraqueta⁴, por favor.

—Ah, ¿Te mandaron a comprar para el desayuno y de paso para la once⁴, Eh?

Sigámosle la corriente.

—No me sorprende. —Dijo mientras servía el pan—. Aunque pensé que hoy sería un día muy movido... En cambio... —Suspiró mientras pesaba la bolsa—. No me vas a creer, pero eres mi primer cliente.

¿Entonces no era mi imaginación la que borró a todos de la faz de la tierra? No sé si estar feliz o asustada.

—Qué raro, si ya son las doce —Le señalé el reloj que estaba detrás de ella.

Negó con la cabeza.

—Debe ser por los disturbios de ayer. Demás que sí.

Nah, ¿Los disturbios ocasionados por unos alfajores? Me debe estar webiando⁵.

Me reí.

—No creo que hayan sido para tanto.

Su semblante cálido se tornó angustioso de repente:

—¿No viste las noticias? —Enarqué una ceja.

¿No las vi? No, anoche puse el canal que pasa películas de madrugada, pero no los noticieros.

Tampoco los vi esta mañana, ahora que me doy cuenta.

—Quedó la cagá anoche⁶ —susurró—. No culpo a nadie, pero la gente se desanimó de un momento a otro. Dicen que las mentadas galletas esas tienen algo que ver.

Me acerqué a ella sin comprender:
—¿Las galletitas?

—Si, vecina, esas que salían en el comercial del Cupido ese. La gente dice que tienen depresivos.

—¿Las galletitas?

—¡No me mire así que no la estoy leseando⁵! —La mujer suspiró con pesar y continuó:

—Gracias a Dios soy diabética y no pude probarlas. Mi sobrinita está mal en el hospital.

Mi rostro reflejó sorpresa.

—¿Qué le pasó?

—El pololo de la guagua⁷, que es otro cabro chico⁸, le regaló un ramo de esas galletas ¡y los dos estuvieron a punto de…! Ay, no, fue una desgracia total.

—¿Y ahora están bien?

—Físicamente, sí. Pero emocionalmente… quedaron destrozados. —hizo una mueca desfavorecedora, dándome a entender el poco ánimo de seguir comentando del tema.

—Lo peor es que me vi obligada a guardar todas esas galletas que dudo que la gente vaya a comprar.

Por unos momentos, me quedé procesando la información mientras le pagaba el medio kilo de pan, tratando de recordar si necesitaba comprar algo más del local. Aunque no fuese el primer panorama por el cual salí, sentí un remolino de emociones que desconocía, que me hicieron pensar demás sobre el tema anterior.

—¿Sabe qué, vecina? Véndame las galletitas.

La abuelita me miró incrédula.

—Estás loca, hijita. No voy a venderte algo que tiene esos efectos.

—¡Se lo pido de favor! ¿A cuánto me las deja?

Ni yo comprendí mis ansias por tener las galletitas en mi poder, ¿Tal vez el hambre estaba venciéndome? Porque no le encuentro lógica a querer algo que tiene duda de contener un fármaco nocivo para la salud.

Si, ya podía sentirme como todo un adolescente comprando un "Queque mágico"⁹

Con duda en su actuar, pero sin seguir cuestionando mi repentina insistencia terminó por traerme una caja de al menos 20 paquetitos de las "Cupidogalletas" de las cuales cada una traía 2 galletas en su interior. Multiplicando el precio de cada envase dio un total de 9 mil pesos que estuve más que dispuesta a pagar, cerrándolo en 10 lucas entregándole el billete completo para irme de allí con marraquetas de un lado y del otro las escandalosas galletas del amor.

Intenté no pensar en esas 10 lucas, pero al cabo de dos minutos calle abajo me arrepentí de mi compra. A pesar de que mi cuerpo pedía a muerte saciar mi curiosidad probando las galletas, no paraba de pensar en cómo ese dinero pude habeelo usado para rellenar la despensa de lo que quedaba del mes.

Siendo algo optimista intenté ignorar los reproches de mi lado racional en base a mis gastos innecesarios afirmándome que me llamarían de algún trabajo para antes de que se acabara totalmente el dinero de mis ahorros.

...

Llegando a la casa sé que lo primero que debía haber hecho -Como cualquier persona responsable- Era rellenarme un pan y hacerme un tecito mientras pensaba en qué debería hacer con las Cupidogalletas.

Pero como soy una irresponsable conmigo misma lo primero que hice fue tirarme sobre uno de los paquetitos en la mesa del comedor y comenzar a inspeccionarlo por el exterior de su envase para posteriormente, probarlo y darle una calificación personal.

¿Vale la pena causar protestas por estas adorables galletitas? Ya lo veremos.

Viendo el envoltorio me pareció solo un pobre intento más por comercializar el día de los enamorados; por fuera de color rosa pastel y bajo un estampado de corazones rojos estaba el enunciado "CUPIDOGALLETAS" de un color más suave que hacía contraste con el fondo, nada del otro mundo.

Abajo un eslogan incluido: "¡Amor garantizado!"

¿Y si no funciona les devuelvo las migajas, o me enviarán galletas de consuelo?

Decidida a abrirlo me topé con la sorpresa de que...

¡ES UN JODIDO ALFAJOR! ¡¿LA GENTE JODIÓ TANTO POR UN #### ALFAJOR?!

QUE SON WEONES TODOS.

Ándense a la chucha todos... Creí que el motivo por el que se alarman de "Graves sucesos" lo ocasionó un dulce pésimo, era lo mínimo que iba a esperar, ¿No? En cambio, tengo una galletita tierna cubierta de chocolate con la mitad recubierta de chispas de frutilla. ¿CÓMO VAS A CULPAR A UNA GALLETA POR TUS FRACASOS AMOROSOS?

Con rabia le di un mordisco a la galleta y a pesar de que me empalagó un poco al inicio al final pude diferenciar el sabor de la masa, el chocolate, la cobertura de frutilla e incluso el manjar del relleno.

No lo negaré: estaba rico. Pero luego me consumieron los nervios al recordar la acusación del uso de depresivos, aunque sinceramente dudé mucho de la veracidad de esa noticia cuando esa abuelita me lo contó.

¿Esto es lo que despierta el amor? Porque lo único que me ha despertado es sed… y el deseo de pedir un reembolso. Yo también quiero unirme al odio colectivo.

Rápidamente busqué el control remoto, me senté en el sofá y prendí la tele, impactándome lo siguiente que vería por el Mega:

"Ya van 78 desaparecidos en este San Valentín"

¿Qué? ¿Pero qué ha...?

Cuando cambié de canal obtuve la complementación de aquella noticia:
"Cupido C.A bajo investigaciones de la PDI"

Miré con temor la galleta a medio comer y la dejé discretamente a un lado.

Ok, cuando dije que ese "Cupido" era un maldito genio por crear este caos para que la gente tomase consciencia sobre lo comercial y vacío que era este día ¡Mentí! Este tipo es un completo psicópata.

Prestando atención, poco a poco iba cambiando de canal y oyendo las notas de cada uno.

No mucho tiempo después, me quedé dormida en el mueble.

...

-¿No te das cuenta? -La rubia sonrió frente a mí mientras daba un sorbo a su jugo; -El Mati solo te está usando, Julieta.

De repente, me vi otra vez a mí misma en un momento anterior de mi vida: cuando tenía 25 años.

No podía creerle, ¿Por qué me estaba diciendo eso como si nada en medio del almuerzo?
-Deja de jugar conmigo. -Reí nerviosa. -Sabes lo mucho que le gusto a él. A-además Matías y yo nos conocemos hace mucho Pau, no... Él nunca me haría algo como esto.

Mi estadía en la universidad no fue algo memorable, a decir verdad.

-Erí Weona.

Fue una pesadilla.

-¿Qué onda? -Seguí sonriendo, confundida -¿Por qué me dices así? El Matías jamás se ha comportado como estúpido conmigo, Paulina, y lo sabes.

Pau comenzó a carcajearse frente de mí, la verdad que no estaba entendiendo nada. Volteé a las demás mesas y pude notar como algunas personas, por no decir todos, nos miraban expectantes de la situación.

Ella, quien estaba frente a mí con su sonrisa triunfal sacó su celular y me mostró un contacto:
"Mi amor"

-Pau. -Comencé a temblar por debajo de la mesa. -No juegues conmigo así. Sabes que dispara mi ansiedad y... Y a parte solo quedan quince minutos para volver a clase...

Picó en el botón de llamada.

Reconozco que recé por unos minutos que esto fuese solo un sueño.

Pero mis plegarias no fueron escuchadas a tiempo. Su reconocible voz ronca me lo confirmó:
-¿Aló? -paulina sonrió en mi dirección. -¿Amor? ¿Pauli?

Y ella le colgó.

-Él quiso decírtelo y yo también, pero ¿Sabes? Pensé que dejarías de ser tan tonta y te darías cuenta al tiro. -apagó su celular. -Me confié de que te dejaría, confié, pero ya veo que no tuvo la valentía de decirte.

-Él y yo estamos aburridos de escucharte hablar sobre eso todo el tiempo.

-¡AH!

En un arranque le tiré mi vaso de jugo encima.

Mis ojos comenzaron a picar: -¡Y yo me confié de la única amiga que pude hacer en estos cuatro años que llevo aquí! -Tomé mis cosas y me fui quien sabe a dónde.

Faltaban solo quince minutos para que comenzara la siguiente clase, pero yo no me presenté al cabo de cierto tiempo.

A pesar de que Matías y yo llevábamos saliendo más de un año, creo que nunca pudimos tener una verdadera conexión como para verlo más allá de lo que fue inicialmente: un amigo, y en el fondo, estaba aliviada de ello. Era obvio que lo superaría, solo era cuestión de tiempo.

Pero ella es el recuerdo que quise tener enterrado y la razón del por qué no quise más amistades.

...

-¡PAULINA!

Me sobresalté tirando el control remoto al suelo.

Miré por todos lados la sala como si fuese la primera vez que estaba allí, espabilando del profundo sueño del que acababa de salir bruscamente.

No, no iba a llorar más por ese suceso. Así que busqué olvidar ese recuerdo encendiendo mi celular y observando que habían pasado... ¡¿Más de cinco horas?! Con razón dolía tanto mi cuello.

Pero lo que me despertó completamente fue lo siguiente que vi, entre las noticias destacadas del buscador de Google:

"Dueño de Cupido C.A busca asistente inmune a sus galletas"

-JA, ¿Y quién va a querer trabajar para él después de ver todos los problemas que trajo esto? -Señalé el paquete medio abierto tirado en la mesa.

Pero como soy curiosa, entré al link con la noticia:

DUEÑO DE CUPIDO C. A BUSCA ASISTENTE INMUNE A SUS GALLETAS

"¡El 14 de febrero ya está cerca! Espera, ¿Qué es eso de ahí? ..." Te habrá de sonar este mítico comercial de la historia de la TV chilena.

No es de extrañar, puesto que las Empresas Cupido ha sabido abrirse paso en medio del mercado de aplicaciones y redes sociales, haciéndose de renombre al haber sacado la aplicación de chat y citas "Tinder" en el año 2020. Luego, haciendo reaparición este año en un nuevo negocio: el mercado de los snacks.

Pero ¿Qué tiene de importante la salida de un producto como este en el mercado nacional?

Empresas Cupido, manejada por su dueño Eros Amoris mejor conocido como "Cupido" por su inolvidable caracterización del dios griego del amor, se han decidido por lanzar lo que sería su nuevo gran invento: Las "Cupidogalletas", una galleta cubierta de chocolate y rellena con manjar que "Traería felicidad y amor al corazón de los consumidores" Según palabras del ex vicepresidente de la compañía, quien renunció esta mañana del 15 de febrero, luego de ser llevado a investigaciones por parte de la Policía De Investigaciones (PDI)

Pero la mañana del 14 de febrero de este 2024, que prometía ser un día dulce para regalonear con nuestros seres queridos, se ha visto interrumpida: Un grupo de jóvenes que rondan entre los 15 y 30 años de edad han desaparecido, también hay un estimado total de 120 personas hospitalizadas y otro número más de jóvenes que están haciendo estragos por las calles de Santiago.

¿Y esto en qué relaciona a las galletas? Se presume el uso de depresivos y componentes que son conducto fácil para el desarrollo de este trastorno, por lo que Cupido C.A se vio obligado a parar su producción hasta que Carabineros determine que el producto no tiene nada que ver con esto y todo se trate de una simple casualidad.

Si bien "Cupido" Eros Amoris se encuentra en detención policial, ha dado públicamente su declaración:

"Sé lo que tienen mis galletas, yo mismo hice la receta y sé que saldré inocente. Pero hasta entonces, solicito que alguien que haya probado mis galletas y no presente luego de 24 horas los efectos SE PRESENTE A MI LLAMADO PORQUE SOLO CON ESA PERSONA PODRÉ DEMOSTRAR MI INOCENCIA."

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¹. Valpo: Valparaíso, ciudad portuaria de las costas de Chile.

². La feria: Consiste en un mercado situado en vía pública los días señalados.

³. Bebida: Refresco/gaseosa.

⁴. Marraqueta: O "Pan batido", es uno de los panes tradicionales chilenos. Es pequeño y alargado.

⁴. La once: (Relacionada con el tema de la marraqueta) Merienda tradicional a fines de la tarde, que a veces remplaza la cena.

⁵. "Me debe estar webiando/leseando": Me debe estar molestando, debe estar bromeando.

⁶. "Quedó la cagá anoche": "Fue fuerte lo que pasó anoche"

⁷. Guagua: bebé.

⁸. Cabro chico: Se le dice así a los más jóvenes o niños en todo caso.

⁹. Queques mágicos: Cupcake, muffin, pastelillo, magdalena con marihuana.

Es curioso el detalle de los modismos dentro de esta historia. A pesar de que el escenario base es el mismo (Chile) El modo de expresarse desde el punto de vista de los dos protagonistas (Eros/Julieta) varía. Cuando vemos las cosas desde la perspectiva de Julieta tanto el mundo como ella se expresa con la jerga local, mientras que Eros se mantiene a raya con los modismos, aunque los entienda.

Tal vez es tedioso para el lector (O no) leer los diálogos con este tipo de expresiones, pero ¿No es esta la maravilla de escribir sobre un país latinoamericano? Me tomo el tiempo de explicar palabras y frases que puedan ser confusas para una mayor comprensión, pero entran tan bien en el contexto que creo que pueden pasar con total confianza de que será legible.

Escribiría esto en español neutral, pero creo que perdería totalmente su encanto.

















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