Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 54: El desierto de arena roja


Finalmente, el sol salía desde el horizonte, alumbrando las penumbras con sus iridiscentes rayos y anunciando la llegada de un nuevo día; día en que el grupo de Sableye aprovecharía una de sus oportunidades para interceptar al grupo de arqueólogos enviados por Escavalier en el famoso desierto rojo de Brozodia.

Se rumoreaba que, el desierto recibía aquel seudónimo debido a que las temperaturas infernales rebosaban en aquella zona, impregnando la arena del lugar con una gama de tonalidades rojizas y anaranjadas. Este sobrenombre funcionaba como un preludio para que los más osados exploradores pudieran hacerse expectativas de lo que podrían esperar en aquellas lejanas tierras; los exploradores más prudentes tomarían las medidas preventivas o re considerarían sus planes de entrar al desierto con tan solo escuchar su nombre ser pronunciado.

Después de un relativamente largo viaje, el grupo de Sableye finalmente había llegado a la ciudad respectiva en donde la división de territorios comenzaba, aquella división que marcaba la conclusión de la zona urbana con todas sus comodidades y daba paso a un infierno en el que pocos se atreverían a entrar.

En el punto preciso en el que el concreto y la arena tenían contacto, había una gigantesca barrera de hierro de tres metros que se extendía a lo largo de todo el perímetro, contaba con varios anuncios y advertencias: "Cuidado, extremo peligro" haciendo hincapié en el peligro que representaba adentrarse en el desierto rojo. Solamente había una zona donde era imposible encontrar barreras de cualquier tipo: Una estación gigantesca donde se llevaba el registro de quienes entraban y salían del desierto, así como el promedio de bajas entre exploradores. En la estación se podían hacer diversas cosas además de adquirir un permiso legal para entrar al desierto, pues los exploradores también podían adquirir y rentar equipo para sobrevivir al pagar una pequeña comisión y también contratar a pokemon guías.

Lopunny se encontraba sentada en una de las bancas alargadas que se ceñían frente a las cajas de pago, acompañada de otros pokemon. Para tratar de disimular y pasar desapercibida, simulaba leer el periódico del día de modo que este lograra ocultar su cara, a su lado se encontraba Sableye, vestido con una gran túnica negra que ocultaba absolutamente todas y cada una de sus extremidades, sin dejar nada al descubierto, mientras que sus facciones eran ocultadas por una máscara de estilo oriental.

Lopunny se inclinó levemente hacia la derecha, ocultando de igual manera el rostro de Sableye como indicativo de que estaba a punto de susurrarle algo, el pokemon reacciono como Lopunny esperaba.

- Sableye... ¿Crees que debemos rentar equipo o podemos entrar nosotros solos en el desierto? –

- No lo sé... Dicen que el desierto es un infierno, algunas veces he escuchado que le dicen el ojo del diablo debido al calor. No creo ser capaz de aguantar mucho tiempo en ese lugar si utilizo este absurdo disfraz.

Lo ideal sería rentar alguna montura o alejarnos rápidamente a pie y una vez que estemos fuera del alcance de todos, me quito el disfraz y extorsionamos al guía para que no hable sobre mi identidad. Una vez que se enteren de que estamos aquí, todo el plan habrá sido en vano –

Ambos pokemon se separaron y nuevamente comenzaron a disimular; en esta ocasión, Lopunny se inclinó hacia su izquierda, donde se encontraba Alakazam vistiendo un sombrero de caballero elegante, un falso bigote y un par de lentes oscuros que le brindaban un porte de persona de alta sociedad, todo con la intención de que esto llamara la atención de los encargados y le dieran prioridad a la hora de atenderlo. Lopunny repitió exactamente el mismo proceso que hizo con Sableye de forma que Alakazam pudo enterarse de cuál sería su próximo movimiento... posteriormente, este su cruzo de brazos y agacho su cabeza, activando sus poderes psíquicos para transmitirle la información a Pichu, Blaziken y Lucy... todos asintieron instantáneamente después.

- Alakazam... ¿? –

Pregunto la encargada de llevar los registros desde un micrófono, su voz reboto en cada uno de los oídos de los presentes y el susodicho no demoro en ponerse de pie y caminar hacia donde estaba la encargada; Una bella Froslass.

- Disculpe caballero... Usted debe de ser una figura importante, queremos darle la bienvenida a la estación del desierto rojo... el ojo del diablo.

¿Acaso viene de parte de alguna organización con fines de recolectar datos? ¿Estadísticas? ¿O que movimiento pretende hacer? –

- Gracias por la atención. Queremos entrar yo y mi grupo de amigos al desierto... me gustarían varias mochilas para cargar provisiones, comida de reserva, agua, un campamento para armar en la noche y de ser posible, una brújula y también un mapa detallado de todas las zonas del desierto –

- De acuerdo, necesito los documentos que lo identifiquen como ciudadano, ya sea de Brozodia o de cualquier otro país. En caso de venir del extranjero la comisión tiene un precio más elevado –

Alakazam desvió su mirada hacia la derecha, levantando sospechas en Froslass quien únicamente arqueo ambas cejas hacia abajo antes de lanzar su pregunta.

- ¿Algún problema con los requisitos? – Pregunto con escepticismo mientras arqueaba sus cejas, esta vez hacia arriba, Alakazam respondió acomodando sus lentes y levantando la cabeza, adoptando una postura más rígida y firme.

- Me gustaría evadir la parte de registrarme... le pagare tres veces más si puedo acceder al lugar sin documentos –

El escepticismo de Froslass rápidamente desapareció para dar paso a un rostro pasmado... pues se sobresaltó e instintivamente lanzo su cuerpo hacia atrás mientras que sus dilatadas pupilas se clavaban en el rostro de Alakazam.

- ¿Si sabes lo que me está pidiendo? No podemos hacer tal cosa, el equipo que prestamos y rentamos debe de estar sujeto al nombre de alguno de los solicitantes, no podemos simplemente dejar que entre con equipo sin algun seguro de que va a recuperarlo y de todos modos es necesario el registro por las estadísticas.

¿Por qué no quiere registrarse? –

Escuchando la conversación en la distancia, Blaziken rodo ambos ojos y se puso de pie, llamando la atención de sus compañeros quienes le indicaron con la mirada que volviera a sentarse.

"¿Qué haces?"

"Siéntate Blaziken, no hagas estupideces"

Eran algunos de los susurros de sus compañeros que el pokemon paso por alto. Camino lentamente hacia la caja donde atendían a Alakazam y al llegar, aparto a su compañero con fuerza moderada usando su mano izquierda; acto seguido, golpeo la barra con su mano derecha.

Las gotas de sudor comenzaron a brotar desde la frente de la alterada empleada, quien coloco ambas manos sobre su pecho y cerro sus ojos, forzándose a sí misma a no abrirlos.

- Escúchame cuidadosamente...

¿Esa no es una fotografía autografiada por los Red Gammas? –

Blaziken altero su tono de voz bruscamente, pasando de una beligerancia intrínseca en su voz a ser totalmente afable y dulce... el contraste tan drástico y repentino despejo el miedo sobre Froslass; quien, descolocada, abrió los ojos y cuestiono a Blaziken con un jadeo.

- ¿Hum? –

- Te recuerdo, una vez me pediste a mí ya mis compañeros que te firmáramos varias fotos, después de todo somos famosos en este país.

Escucha, estoy teniendo unos problemas con un grupo de criminales que se esconden en el desierto, pero ellos llevan control del registro y si se enteran que llegamos, estaremos en problemas.

¿Puedes confiar en mí? – Guiño su ojo derecho en un intento de transmitir mayor seguridad a la recepcionista; la cual, ruborizada, asintió y presiono un gran botón rojo que se encontraba a su derecha, acto seguido, las barras de seguridad que permitían el acceso al desierto fueron despejadas.

- Señor Blaziken... De verdad s-soy una gran f-fanática, es usted muy guapo –

- Obviamente... Chicos, vámonos –

Todos se pusieron de pie y cruzaron a través de la entrada, pasando de pisar concreto a una rojiza e inestable superficie de arena, hundiendo sus plantas completamente en ella; al hacer esto, los pokemon comenzaron a ser víctimas de la elevada temperatura, comenzaron a dar varios saltos instintivos con tal de no pisar la arena... por supuesto que Blaziken fue la excepción.

- ¿Están bien? ¿Por qué están saltando como tarados? –

Pregunto el susodicho tras desviar la mirada hacia atrás y ver como el grupo completo se rezagaba y era incapaz de seguirle el paso. Lucy rápidamente salto hacia la espalda de Alakazam, quien uso sus propios poderes psíquicos para levitar y evitar tener contacto con la arena... Pichu y Lopunny estaban totalmente expuestos y tras dar un salto errático y estrambótico, Pichu se subió a la cabeza de Lopunny para posteriormente suspirar pesadamente.

- ¡¿Tu muy relajado y yo aquí quemándome los pies?! ¡Ayúdame en algo! –

- Perdón... Yo creo que por lógica los pokemon más pequeños debemos de ir arriba de otros, no podemos movernos solos por un largo y violento desierto...esa es una carga que solo los poderosos e imponentes pokemon con mega evolución pueden soportar –

- ¡Al demonio con eso! –

Exclamo Lopunny, corriendo hasta eventualmente llegar a donde se encontraba Blaziken y saltando hacia él. Descolocado, Blaziken simplemente extendió ambos brazos hacia delante de forma que atraparan a Lopunny y así fue... el brazo izquierdo del "solidario" pokemon de tipo fuego sujetaba ambas piernas de Lopunny mientras que el derecho la sujetaba desde el cuello.

- Blaziken, tienes que cargarme... soy tu novia –

- No me provoques porque es muy fácil dejarte caer y entonces todo tu cuerpo será impregnado en arena hirviendo...

¿Eso quieres? –

Lopunny negó rápidamente con la cabeza para aferrarse al cuello de Blaziken con ambos brazos, insistiendo con tanta fuerza para darle a entender al pokemon que bajo ninguna circunstancia la soltara.

"Lo que tengo que aguantar para rescatar a Aggron; cuando lo haga, sin duda me deberá una cerveza bien helada, porque no cualquiera tolera a estos tontos" Pensó Blaziken dentro de su cabeza.

Pasados unos minutos, Froslass llego cargando todo el equipaje que el equipo de Blaziken usaría en su corta odisea, eran dos mochilas grandes que a simple vista aparentaban estar cargadas de provisiones, debido a que los objetos estaban tan aglomerados que se marcaban algunas comisuras en la tela... Froslass dejó caer ambas mochilas en la arena.

- Bueno... Este es todo el equipaje que necesitaran, la primera mochila trae la tienda de acampar y la segunda tiene varias provisiones para sobrevivir durante un aproximado de dos semanas, tiene galletas y comida enlatada, muchos galones de agua, varios mapas detallados de todas las zonas y también una brújula para orientarse con mayor facilidad, aunque lo malo es que tendrán que sacar todo si quieren agua, por lo que yo les sugiero que de una vez saquen los artículos esenciales como el agua, que cada quien podría traer un garrafón en mano y ya poder manipular con mayor facilidad el resto de cosas –

Froslass se inclinó hacia adelante en señal de reverencia y respeto para posteriormente darse la media vuelta y regresar a la caja donde le tocaba trabajar, Blaziken respondió dejando caer a Lopunny y tomando ambas maletas con sus brazos.

- ¡Agh! ¡¿Por qué hiciste eso, Blaziken?! – Exclamo enfurecida mientras que se retiraba la arena del cuerpo, pero Blaziken paso de largo ante sus quejas y fue a donde estaba Sableye.

- Bien... ¿Qué vamos a hacer? –

- Según lo que escuchamos, las ruinas a donde irán los arqueólogos no se encuentran muy lejos, quizás sean 12 horas de caminata.

Entonces creo que lo más prudente es partir ahora mismo y cuando se esté poniendo el sol levantamos el campamento, descansamos y después seguimos en la mañana.

Según tengo entendido, el desierto es un lugar todavía más inhóspito y traicionero por las noches, no creo que ninguno de ustedes quiera corroborar esos rumores en carne propia.

Avancemos —

Y así, el grupo de Sableye y sus compañeros partió hacia su destino, comenzando con su corta pero desafiante odisea. mantuvieron un ritmo constante y relativamente acelerado hasta que comenzaron a percatarse de que la temperatura estaba bajando drásticamente, fue entonces cuando optaron por levantar la tienda de acampar, clavando las estacas en lo más profundo de la arena con la intención de que se mantuvieran firmes y posteriormente estirando cada punta de la tienda para darle forma

Una vez hecho esto, Alakazam y Sableye se quedaron adentro de la tienda para comenzar a organizar su equipo de una forma más funcional, mientras que Lopunny desplegó una silla plegable y la colocó justo enfrente de la tienda para poder tomarse la libertad de apreciar el paisaje.

El cielo estaba tapizado con una mezcla de colores de gama cálida, anunciando la transición de la tarde a la noche, pintando el crepúsculo en el horizonte. Lopunny estaba sentada en la silla que previamente había colocado, observando fijamente el paisaje y sus tonalidades variopintas mientras que el viento rosaba su rostro, provocando que sus orejas danzaran en son del ritmo de la corriente.

- Lopunny, no te quedes afuera mucho tiempo... en cuanto caiga la noche hará demasiado frio... es mejor prevenir que lamentar –

Comento Sableye observando a su compañera de reojo mientras que continuaba organizando las provisiones, Lopunny correspondió el gesto devolviendo sutilmente la mirada y segundos después, volvió a clavar sus retinas en el paisaje, observando como el sol lentamente se ocultaba entre las montañas.

- De todos modos, tenemos que hacer guardia... según los rumores, hay merodeadores en el desierto que se aprovechan de los incautos para robarles todas sus cosas... algunos hasta los matan por simple placer.

Lo leí en uno de los folletos que advertía de todos los peligros y contratiempos y también me lo comentaron varios de los que estaban ahí –

- Yo nunca te vi hacer eso Pichu... Bueno, supongo que fue bueno que te informaras – Respondió Sableye.

Blaziken camino hacia la salida de la tienda, agachándose al momento de salir para después alejarse unas cuantas decenas de metros y posteriormente cruzarse de brazos, esta particular acción despertó la atención de Lopunny, quien retiro sus lentes de sol de sus ojos y se inclinó levemente hacia adelante.

- Blaziken... ¡¿Qué haces?! Vuelve, capaz y eres arrastrado por una tormenta de arena –

Blaziken torció su cintura levemente para clavar su mirada sobre Lopunny, ambos hicieron contacto visual rápidamente.

- ¿Estás loca? Ya escuchaste lo que dijo el enano, hay peligro de merodeadores y tenemos que estar alertas ante todo lo que pueda llegar a pasar.

Yo soy tipo fuego, así que las bajas temperaturas del desierto no me afectaran tanto como sí lo harían con ustedes, por lo que me quedare a hacer guardia durante toda la noche.

¿Quieres acompañarme? Porque si te quedas afuera el frio te carcomerá los huesos –

Lopunny negó y rápidamente se puso de pie en cuanto se percató de que; en cuestión de minutos, la iluminación se había vuelto prácticamente escasa y el cielo ensombrecido le designaba un filtro azulado a todo a su alrededor, era señal de que, en tan solo escasos minutos o incluso segundos, la noche oficialmente anunciaría su llegada.

Uno de los errores que Blaziken cometió, fue no haber prestado atención al entorno, pues muchas veces el detenerse a examinar meticulosamente los alrededores podría ser una diferencia clave entre la vida y la muerte.

El pokemon se cruzó de brazos y se sentó, mientras observaba como el cierre de la entrada de la tienda se cerraba. Afortunadamente no habían tomado la decisión de apagar las luces, por lo que podía observar gracias a la iluminación que le proporcionaban las lámparas.

A lo lejos, muy a lo lejos... sí se prestaba suficiente atención, se podían percibir varias siluetas que contrastaban con el entorno a pesar de la poca iluminación gracias a que estaban absolutamente ensombrecidas... no obstante, el contraste no era suficientemente amplio como para exhibirlas cuando comenzaron a desplazarse. Las extrañas siluetas se encontraban en todos lados: En las dunas, detrás de las mesetas, rocas y algunas plantas... y cada vez se acercaban más a la ubicación donde descansaban los intrépidos aventureros.

Blaziken cerró los ojos y comenzó a... ¿meditar?

El pokemon estaba consciente de que para poder rescatar a su amigo era necesario que mantuviera la cabeza fría y controlará sus impulsos destructivos, por lo que la meditación comenzó a ser un medio para conseguir controlar su temperamento... esto no solo le brindaba cierta calma, también le permitía afinar sus instintos al verse tan inmerso dentro de su mente, pero sin ignorar lo que ocurría en la realidad... entonces... algo llamo su atención...

El pokemon abrió sus ojos lentamente, había escuchado un sonido... un sonido tan pero tan sutil, que solamente el oído más afinado podría percatarse de él, pues se camuflaba con el propio silbido del viento con la intención de pasar desapercibido, pero Blaziken se dio cuenta gracias a que el sonido de los pies siendo enterrados como estacas en la arena, habían delatado a los impostores.

Esta vez, el paisaje estaba totalmente oscuro... el filtro ya no era azul, era totalmente negro y el cielo estrellado lo afirmaba. Blaziken solamente tenía como iluminación las lámparas de la tienda de acampar, que abarcaban un radio de 30 metros... todo lo que se encontrara fuera de ese radio, estaba totalmente escondido entre las penumbras.

- Chicos... Necesito que salgan... -

Se puso de pie y camino hacia la tienda con aparente indiferencia ante los extraños sonidos, una vez que se encontró ahí adentro... rasgo un par de veces con sus garras, produciendo una estridencia incomoda con la tela, llamando la atención de todos exitosamente.

Lopunny, Sableye y Alakazam se encontraban jugando un juego de cartas cuando fueron interrumpidos por el molesto rascar de Blaziken en la tela... Lopunny suspiro con pesadez y se puso de pie, dejando caer su baraja en el centro y caminando hacia la entrada.

- Blaziken... ¿Pero qué pas... ¡¡AHHHHH!! –

En tan solo escasos segundos, la piel de Lopunny se volvió totalmente pálida como respuesta ante lo que sus ojos estaban viendo, sus pupilas rápidamente se dilataron y soltó un poderoso grito que provoco que todos se taparan los oídos, incluyendo a Blaziken.

El pokemon rápidamente giro su cabeza hacia atrás, para observar de reojo lo que sea que había alterado tanto a Blaziken... al hacerlo, se encontró con los amenazantes e imponentes ojos de un Cacturne, mientras que este respiraba sobre su cuello a tan solo unos pocos centímetros de él... Blaziken tampoco pudo evitar el sobresaltarse.

- ¡¡No debieron venir a este desierto!! –

Exclamo el pokemon con una voz aterradora, provocando que Lopunny perdiera la consciencia de forma instantánea. Cacturne rápidamente ataco al desconcertado Blaziken con su brazo derecho, del cual se desplegaron varias espinas que enterró en la piel del en ese entonces indefenso pokemon de fuego... Blaziken recibió el golpe justo en su mejilla derecha, siendo arrojado dentro de la tienda de forma violenta e impactando contra el extremo opuesto, provocando que todas las estacas salieran volando y que la tienda instantáneamente se desarmara, cayendo sobre todo el grupo... Por supuesto que esto provoco que las lámparas se apagaran y todo quedara sumido en la profunda oscuridad... todo esto sucedió en menos de cinco segundos.

Los Cacturne poco a poco se comenzaron a congregar alrededor de la zona, cerrando cada vez más el radio de seguridad que tenían sus víctimas hasta que eventualmente estos perdieran toda posible apertura que tuvieran para tratar de escapar, el propósito era obligarlos a pelear y posteriormente someterlos aprovechándose de su ventaja numérica.

Usando sus poderes psíquicos, Alakazam tomo control de la tienda de acampar, haciendo que la parte posterior de esta levitara de modo que, recuperara parcialmente su forma y que la salida fuera visible para todos. Inmediatamente después de esto, Pichu, Lopunny, Blaziken, Lucy y Sableye abandonaron la carpa seguidos de Alakazam.

- ¿Qué diablos acaba de pasar? –

- Al parecer eso de los merodeadores era cierto... no debimos de subestimar los rumores de la zona, después de todo este es un lugar aislado y sin ley... ideal para matar sin repercusiones – Comento Sableye.

No importaba a donde dirigieran la mirada, siempre se encontraban con ese par de ojos amarillentos adheridos a siniestras siluetas que se acercaban lentamente hacia ellos... no tenían forma de ver lo que ocurría a sus alrededores.

- ¡Sableye! ¡Pásame la leña! ¡Rápido! –

Sableye asintió ante la orden desesperada de Blaziken, tomando una de las maletas y lanzándola hacia el pokemon, quien fácilmente la detuvo con su mano derecha y la arrojo hacia el suelo. Entonces, rápidamente el pie de Blaziken se encendió en poderosas llamas y comenzó a golpear repetidas veces la maleta que yacía en el suelo, con intención de que su fuego eventualmente comenzara a dispersarse sobre la maleta y a consumirla... fue entonces cuando el mismo Cacturne; camuflado entre las penumbras, ataco a Blaziken con el mismo movimiento anterior, endiñando un potente golpe horizontal lleno de poderosas púas. Blaziken recibió el golpe y fue derribado fácilmente, cayendo boca abajo sobre la helada arena.

- Déjame adivinar... ¿Tu eres el famoso Blaziken de los red gammas? Pregunto porque se volvió tendencia la noticia de tu llegada al país...

Pues no pareces ser tan fuerte como las noticias dicen... te proclamaban como: "El guerrero más fuerte de Brozodia"

Cacturne soltó una enérgica risa y posteriormente utilizo su pie derecho para patear la cabeza de Blaziken, hundiéndola completamente en la arena con beligerancia extrema, Blaziken solamente pudo gimotear involuntariamente mientras la arena se filtraba a través de sus fosas nasales y boca.

Afortunadamente, su plan había dado resultado... pues... fue cuestión de escasos segundos para que la mochila ardiera repentinamente, creando una inmensa fogata con una exagerada altura de tres metros... y produciendo un brillo tan intenso que la luz tenía un radio de al menos un kilómetro... De esta forma, se revelaron las ubicaciones de todos los enemigos y sus identidades.

Decenas y decenas de Cacturne rodeaban a los protagonistas... Y Lopunny se encontraba inconsciente debido al susto que recibió en cuanto el primer Cacturne apareció, por lo que las desventajas eran más que tangibles.

- Jajajaja... ¿Ese era tu plan? Da igual que puedan vernos, de todos modos, los superamos en número y probablemente somos más fuertes que todos... Tienes a dos pokemon psíquicos en tu equipo, somos inmunes a sus poderes... ¿Eso planeabas? ¡Eh! ¡Blaziken! –

Cacturne continúo insistiendo, hundiendo todavía más la cabeza de Blaziken en la arena, el cual se aferraba con sus brazos y hacia toda la contra fuerza necesaria para no hundirse, luchando por sacar su cabeza del agujero.

Pichu rápidamente interrumpió la escena, dando un salto en el aire y frotando rápidamente ambos brazos en sus mejillas, provocando que de sus chapas comenzara a brotar la electricidad... una vez transcurridos los segundos, el pokemon soltó una poderosa descarga que viajo en forma de un rayo e impacto directamente encima de Cacturne, por supuesto que Pichu se aseguró de que, en ese momento, el enemigo no estuviera pisando a Blaziken para no transmitirle la descarga a su compañero.

Cacturne solamente cerro los ojos en señal de resistencia y recibió el ataque... pero pasados unos segundos simplemente junto sus brazos y posteriormente los separo con velocidad, dispersando la descarga eléctrica. Pichu evidentemente se descoloco antes de aterrizar frente a su enemigo.

- ¿Pero que tenemos aquí? Un niño... Espero que tengas seguro, porque de ser así tus padres cobraran mucho dinero gracias a mi –

Cacturne se inclinó levemente hacia atrás y disparo una inmensa semilla en contra de Pichu, quien inmediatamente salto dando un giro en el aire, giro que sería lo suficientemente fuerte como para que la energía cinética acumulada por la rotación, le permitiera equipararse a la potencia de disparo de la bomba germen. La cola de Pichu se impregno con un color metálico y el pokemon detuvo fácilmente la semilla que Cacturne le disparo, produciendo un gran estruendo por el sonido del impacto... posteriormente, Pichu giro por segunda ocasión, bateando la bala y devolviéndosela a Cacturne... El enemigo fue sorprendido por esta hábil reacción y respondió cubriéndose con ambos brazos y recibiendo el golpe de su propio disparo... como resultado, Cacturne retrocedió varios metros debido a la potencia del contra ataque.

- ¡Tsk! No lo haces nada mal... - Exclamo Cacturne mientras esbozaba una tétrica sonrisa que acentuaba una infinidad de arrugas en sus pómulos... posteriormente, el pokemon cubrió su cuerpo con un aura totalmente oscura y arremetió en contra de Pichu... fue entonces cuando el pequeño roedor desapareció en tan solo varios micro segundos y... el ataque de "golpe bajo" que había preparado Cacturne impacto contra la arena.

Cacturne comenzó a buscar a Pichu con la mirada, percatándose de que este estaba usando el movimiento de ataque rápido como medio para moverse sin que pudieran verlo debido a la amplia velocidad... a pesar de esto, su visión estaba tan afinada que podía seguir los pasos del pokemon, aunque fueran con cierto retraso.

"Probablemente va a atacarme ahor..."

El pensamiento de Cacturne fue interrumpido; pues, Blaziken había recuperado sus fuerzas y pateo el rostro de su enemigo con una patada ígnea cargada con todo su poder. Cacturne fue enviado violentamente hasta una duna, donde impacto y quedo extremadamente débil... su cuerpo comenzó a temblar mientras este hacia un esfuerzo para levantarse.

- ¡Te metiste conmigo imbécil! ¡Nadie se mete conmigo sin salir moribundo! – Exclamo Blaziken mientras pateaba de la forma más agresiva posible a todos los Cacturne que se acercaban a rodearlo, dejándolos inconscientes casi de forma inmediata... acto seguido, abrió su boca y de esta comenzaron a generarse las llamas... fue cuestionó de tiempo para que el pokemon exhalara un poderoso aliento de fuego que eventualmente adquiriría la forma de una inmensa estrella... Una gran cantidad de Cacturne se reunieron alrededor de su jefe débil y pretendieron actuar como escudos para defenderlo... recibiendo de lleno una explosión colosal que reventó en los tímpanos de todos... fue tan grande, que aproximadamente treinta o cuarenta de los merodeadores salieron volando desde todas direcciones producto de la explosión mientras que su resplandor fugaz llego hasta los lugares más inhóspitos del desierto, iluminándolo todo.

- ¡¡Alakazam!! ¡¡Alakazam!! Necesito que mega evoluciones rápido – Exclamo Lucy ansiosa, Alakazam la tomo con su mano derecha y se movió levemente hacia uno de sus costados; pues, uno de los muchos Cacturne lo pretendía apuñalar con sus espinas.

- Lucy... No sé si sabias, pero no tengo nada con lo que pueda golpearlos... todos mis ataques son psíquicos y son inmunes a ellos, solamente terminaría desperdiciando mis energías... lo cierto es que estamos en problemas –

Dicho esto, esquivo otro ataque que esta vez llego por enfrente, los enemigos cada vez los rodeaban y aumentaban considerablemente sus números.

Usando sus poderes psíquicos, Alakazam comenzó a recoger la arena del entorno... provocando que los enemigos fueran aplastados entre toneladas y toneladas de tierra, si bien no podía afectarlos a ellos con sus poderes, si podía influir en el entorno y en consecuencia, hacer que el entorno fuera su arma... una vez hecho esto, el pokemon activo su mega piedra... provocando que todos los Cacturne en los alrededores desviaran su atención hacia donde se encontraba.

- Oh no... Jefe... estos tontos pueden mega evolucionar –

Exclamo uno de los cacturne, el cual fue aplastado por la inmensa gema roja de Mega Sableye... La utilizaba como escudo para repeler ataques y ocasionalmente como arma para no desperdiciar energía al ejecutar poderosos movimientos, repeliendo fácilmente a los enemigos mientras que protegía a la inconsciente Lopunny.

- Lopunny... ya va siendo hora de que te pongas de pie... estamos cada vez más rodeados –

Su visión estaba totalmente borrosa y difusa, lo único que sus ojos adormilados podían asimilar eran la infinidad de ataques que llovían de forma azarosa en el campo de batalla y que producían llamativos destellos... eventualmente parpadeo y su vista se aclaró completamente al igual que su audición... se dio cuenta de que estaba derribada mientras que Sableye se ceñía frente a ella.

- ¡S-Sableye! ¿Qué sucede? –

- Tienes que mega evolucionar rápido, son demasiados cacturne y aunque no parezca, Blaziken no va a ser capaz de repelerlos a todos... me atrevo a decir que es todo un ejército.

Entramos al dominio del clan Cacturne, si fracasamos podemos darnos por muertos –

Lopunny se puso de pie con cierta dificultad y se sacudió la arena de su cuerpo, no parecía estar demasiado preocupada, pues confiaba en sus compañeros... fue cuestión de tiempo para que tomara su mega piedra y empezara a transformarse, deslumbrando a todos los enemigos que se acercaban desde todas las direcciones con el fuerte brillo que emanaba al transformarse... de esa forma Mega Lopunny había entrado a la pelea.

- ¡Me las van a pagar! Nadie me asusta y se va sin rendirme cuentas – Una vez dicho esto, Lopunny se impulsó con ambas patas y dio un enorme salto... para posteriormente aterrizar con su pie derecho sobre nuca de uno de los Cacturne, rebotando en el proceso e impulsándose hacia atrás. El pokemon que recibió el ataque fue enterrado drásticamente en la tierra debido a la potencia tan abrumadora de la patada de salto alta que endiño Lopunny.

Lucy no podía hacer nada, solamente corrió hasta una duna lejana y trato de enfocar su mirada en uno de los muchos Cacturne que no parecían dejar de salir desde las penumbras... sus ojos comenzaron a adquirir cierto resplandor, pero la luz que emanaban parpadeaba de forma precoz, no era capaz de mantener ese poder ni siquiera por un segundo...

- ¡Tsk! Chicos... ¡Ustedes pueden! ¡Esfuércense! – Exclamo desde las lejanías, ignorando que, un Cacturne estaba a punto de atacarla a sus espaldas... Lucy se dio la media vuelta y se dio cuenta de la presencia de su enemigo, como resultado se sobresaltó rápidamente y comenzó a correr de regreso hacia el lugar seguro, en donde estaría segura de que sus compañeros más poderosos serían capaces de protegerla.

Ella estaba intentando ejecutar un movimiento que aparentemente perjudicaría a sus enemigos... solamente que no logro concretarlo... Sus compañeros continuaron peleando incansablemente, intercambiando violentos movimientos contra sus rivales, recibiendo daño ocasional, pero siempre peleando... El clan de Cacturne los había asechado y ahora estaban bajo su asedio. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro