Kafli O7
Se suponía que JiMin era el elfo más adorable y amigable de todos, pero no faltó ni un segundo para ver que además de tierno, era extremadamente disciplinado. Se había tomado en serio la tarea de hacer de HaMin la chica más adorable y cuerda de todo Galdur. Si hasta había colocado una pizarra frente a ella, con dibujos "instructivos" hechos con tiza para que entendiera mejor.
Pero a decir verdad, HaMin se distraía demasiado como para que la clase fuera cien por cien productiva. No importaba cuántas horas hubieran pasado, la chica no mostraba avances.
—Ustedes, dejen de reírse. — Bufó el elfo de agua, comenzando a sonrojarse por el enojo. — Avalan el que no me preste atención.
TaeHyung respiró profundo e intentó esconder su sonrisa con su dedo índice.
—Lo siento JiMin-ah, no es tu culpa, HaMin está demasiado loca hoy, no te estreses.
—¿Que no me estrese? ¡¿Quién demonios soy si no me estreso?!? — Chilló el elfo de agua. — ¡Me rindo! Esta chica es demasiado.
JiMin se sentó en el suelo y exhaló fuertemente, como un niño pequeño.
Tae se movió hasta llegar a dónde él y se sentó a su lado. No iba a tratar de convencerlo de que siguiera ayudándolos, había notado que el elfo había llegado a su límite, no le convenía insistir cuando estaba en esa condición. Así que comenzó a darle suaves caricias en los hombros para relajarlo y hacerle entender que estaba todo bien.
—¡Quiero cantar! — Gritó emocionada HaMin. — ¿Por qué no me dejan hacerlo? Jinnie, quiero cantaaaaaar.
—Que no, ridícula.
—Ya, no la trates así. — Medio rió HoSeok. — Sé que sus comportamientos nos están haciendo perder los estribos pero, por favor, intentemos mantenernos cuerdos.
YoonGi, quién se había quedado dormitando sobre la mesa, despertó lentamente y se estiró. Bostezando miró a su alrededor con indiferencia para luego fruncir el ceño.
—¿Qué hora es? — Preguntó el elfo de viento. — Por la ventana se ve oscuro el cielo.
Quienes estaban en la sala junto al de tez clara, miraron la ventana al otro lado de la sala y efectivamente, el cielo había oscurecido.
—¡Demonios, es súper tarde! — Exclamó HoSeok levantándose de su silla. — HaMin no está lista y ya debemos ir al concejo.
Los nervios y la ansiedad consumieron a todos en esa habitación, ¿qué se supone que harían? El consejo era demasiado exigente, la probabilidad de que HaMin pasara la "entrevista" era de una en un millón.
—Habrá que arriesgarse. — Comentó YoonGi de la nada. —¿Qué puede pasar? Además de que nos maten, claro.
Nadie pudo refutarlo, pues era cierto. ¿Acaso tenían otra opción?
—Entonces es mejor que vayamos y veamos a los demás allá. — Dijo Jin finalmente mientras se levantaba de su silla. —No podemos seguir retrasando esto, es hora de poner mi belleza en juego.
Sin más que agregar, todos comenzaron su camino hacia el consejo, era hora de enfrentar la justicia, no podían retrasarlo por mucho más tiempo. JiMin y Tae se fueron todo el camino riendo y disfrutando de su amistad que parecía no haberse marchitado en lo absoluto. HaMin los seguía de muy cerca, hablando con ellos y cayendo en sus jugarretas. SeokJin iba cerca también, observando que ninguno de ellos se hiciera daño, afirmándolos de vez en cuando con su frase "no hagas eso, pendejo", que poco le duraba porque pronto se hallaba jugando también.
Por otro lado, HoSeok y YoonGi no podían estar más separados. Parecían ser agua y aceite, ni siquiera un litro de alcohol lograría unirlos de alguna manera. El mayor sentía que no podía leer al elfo de viento, no como antes.
Las facciones de YoonGi solían ser siempre las mismas. Cuando estaba feliz, triste, molesto, cansado o con hambre, solía tener la misma expresión en su frío rostro. Aún así, cuando joven podía decir con exactitud cómo se sentía su mejor amigo, era un brillo inexplicable que sus ojos tenían. Ahora... Ya no sabía qué carajos pensar, todo había dado un giro de 180 grados. Y no sabía como repararlo.
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—¡Bah, lo consientes demasiado! — Bufó Sunmi, haciendo que sus lindos aretes de cobre se agitaran. —Deberían haberle cortado la cabeza a penas mostró signos de ser un problema.
El señor Kim frunció el ceño. —¿Va a haber algún día en el que me trates con respeto? Digo, solo por las dudas.
—Cuando te lo ganes. —Se burló la mujer.
HeeChul miró hacia la gran puerta del consejo desde su asiento y advirtió que alguien venía, así que todos se acomodaron en sus lugares, esperando que quienes entraran fueran todos los implicados.
Luego de lo que fueron cinco minutos de solo suspenso, los guardias dejaron entrar a los siete implicados, quienes se habían encontrado todos fuera del lugar. Los miembros del consejo los examinaron con la mirada, pero sobretodo a la chica que los acompañaba. Desde su cabellera brillante hasta la punta de sus pies descalzos. Nadie dijo nada hasta que todos automáticamente se colocaron de rodillas frente al consejo.
HaMin no entendía porqué debía estar en esa posición, pero Jin logró convencerla de que no hiciera preguntas. <Quién dure más tiempo callado gana> le dijo con una sonrisa, y HaMin inocentemente se rió para luego seguirle el juego.
Finalmente, Kim JaeChan sintió que debía hablar, pero se quedó petrificado con la mirada dura de su propio hijo. ¿Acaso esa pelea era la definitiva?
—Bueno, creo que podemos dejar de lado un poco lo formal y darles la palabra. Imagino que no soy el único que quiere dejar este asunto de lado. — Balbuceó Efst, sabiendo que así no se llevaba una reunión e importándole un carajo. Quería terminar pronto con eso y hablar con su hijo. — Vitur, Falleg, Erfitt, Frelsari, Fullkomin, Slett... Supongo que esta es la chica, ¿cierto?
NamJoon se puso de pie lentamente y asintió. —Ella es, señor. Se llama HaMin, Ahn HaMin.
—Gracias Vitur. — Dijo el señor Kim. — Me imagino que le han preguntado si tiene algún recuerdo de estas tierras o si sabe de su conexión.
NamJoon inmediatamente comenzó a sudar, pues no sabía la respuesta. Miró a todos los miembros del consejo y sintió que su bilis hacía de las suyas cuando notó que SunMi tenía una mirada burlona, como si esperara el mínimo error y así acabar con todos ellos.
Justo en ese momento, Frelsari se levantó, y se atrevió a decir lo que nadie quería admitir.
—No, señor. No hemos podido preguntarle.
—¿Qué? — Preguntó Kim JunMyeon. — ¿Cómo es posible que no hayan querido corroborar más aún sobre su procedencia?
—No es que no queramos, no hemos podido.
—¿Y por qué no han podido? — Insistió el elfo de agua.
—Pues... Resul-...
—¡Ay, pero si ellos están hablando Jinnie, yo también quiero!
Todos miraron a HaMin, quien estaba reclamándole a gritos a Jin. El elfo de luz había estado varios segundos intentando de explicarle que ella no debía hablar, aunque los demás sí podían hacerlo. Entre susurros intentó de hacerle creer que si seguía en silencio, sería una campeona mundial, pero no pudo. HaMin quería por sobre todas las cosas, hacer ruido.
—¿Jinnie? — Susurraron todos los miembros del consejo, perplejos de la confianza y cercanía que mostraba la chica para con SeokJin, aunque parecía más una falta de respeto.
HoSeok, y el resto de los chicos, sintieron que el mundo se les venía encima, más al ver que JiMin no planeaba hacer nada más que observar el espectáculo.
<No ayudaron cuando traté de enseñarle, así que se lo bancan> Parecía decir el elfo de agua con su expresión facial.
—No me gusta estar así, me duelen las rodillas. — Siguió reclamando HaMin. — ¿Por qué esos señores sí tienen sillas y nosotros no, acaso no estamos invitados?
—¿Qué...? — Alcanzó a murmurar JiEun cuando HoSeok y NamJoon se adelantaron en dar explicaciones apresuradas.
—Es que resulta que HaMin estaba dormida...
—Lleva horas así y no logramos que se calmara...
—Ella no es así realmente, s-solo fue un accidente, por favor no nos maten...
—¡Que hable uno a la vez, carajo! No se les entiende nada. —Gruñó HyunWoon. Ambos elfos se callaron al instante, sintiéndose como niños regañados por estar haciendo algún estúpido berrinche con su hermano mayor. Hákarl suspiró más tranquilo al sentir el suave ruido del silencio. —Ahora sí, que alguno de ustedes se explique, sin interrumpirse.
NamJoon miró a HoSeok, y viceversa. Cuál de los dos iba a arruinarlo más si abrían la boca. HoSeok tenía más oportunidades de salir vivo de esto por el hecho de ser el gran Frelsari, pero NamJoon tenía el don de la palabra, una labia y prosa impresionantes que de seguro haría que todos salieran con sus cabezas pegadas a sus cuellos... donde debían estar.
TaeHyung suspiró derrotado y se levantó, limpió sus rodillas del casi inexistente polvo que se le adhirió por la posición y comenzó a hablar, sorprendiendo a los dos mayores que no tenían idea de qué hacer.
—HaMin está fuera de sí, es como si no estuviera consiente de lo que hace o dice, al menos no a su cien por cien. En la casa de Frelsari estuvo expuesta a muchas plantas y hierbas que la dejaron así. Intentamos hablar con ella, tratar de saber más pero su condición no nos fue de ayuda.
Jin fruncía el ceño con la boca abierta, sorprendido. —Chanfles, si hasta dijo palabras que no entiende. — Susurró para JiMin y YoonGi, quienes se encontraban igual de estupefactos que él.
—Sé que no da mucha confianza el hecho de que una chica de otro lugar se quede aquí, sobretodo sin saber algo sobre ella, pero por favor... Solo, por favor... — Suplicó con una mirada intensa a su padre, transmitiendo una fuerte necesidad de ser tomado en serio por su imagen paterna aunque fuera solo una vez. —Denos otra oportunidad.
Kim JaeChan no podía decidir si su hijo parecía un hombre maduro, al ser directo, o un pequeño niño con ojos brillantes pidiendo que por favor no lo dejaran de amar por haber roto una reliquia. Sintió como su corazón se estrujaba lenta y fuertemente detrás de sus cosillas. Su hijo, su bebé, su osito. Reconoció la mirada de su amada esposa en su unigénito, llenándolo de ternura y comprensión.
Así se sentía ser padre.
Iba a hablar finalmente, cuando los demás miembros del concejo comenzaron a discutir sobre el asunto desordenadamente. Opiniones contrarias yendo de un lado a otro, intentando hacer entrar en razón a quienes creían equivocados. El señor Kim no dejó de mirar a su hijo en ningún momento, esperando que este notara que estaba arrepentido de fallarle siempre.
—Sofðu sætt elskan, verndarar munu hjálpa þér...
Todos los elfos se quedaron en silencio, plasmados al escuchar la voz aniñada de HaMin cantando en su lengua madre. Zháng Xixing creyó haberse quedado sin aire por un segundo al escuchar esa canción nuevamente. Enfocaron sus ojos en ella, quién desiteresadamente estaba en el suelo jugando con sus manos.
Su voz suave los encandiló a todos.
No es que HaMin pudiera vivir de su voz, no era una cantante nata, pero tenía un timbre agradable y entonado. Pero lo que más los sorprendía, era lo que cantaba...
—Sem risi verður þú og greindur sem dreki þú munt verða. Griffin mun leiðbeina þér í skyldu þinni og nautið mun veita þér kjark til að verja. Sofðu sætt elskan Að galdramaðurinn sé þegar horfinn...
Los dedos de HaMin se entrelazaron y se soltaron varias veces, tocó el suelo, colocó su cabello detrás de sus orejas e hizo un puchero al terminar la canción de cuna, sin percatarse del efecto que había tenido en sus receptores. Lentamente, al sentirse observada, levantó la mirada y se asustó al ver cómo era examinada.
—¿D-Dónde aprendiste esa canción, cielo? — Preguntó finalmente Mina. Se levantó de su puesto y bajó los escalones que la llevarían a estar a la altura de HaMin. Caminó a hasta ella y le tendió una mano, invitando a que se levantara.
Tímidamente tomó su mano. —Papá, me la cantaba. Papá eliminaba mis pesadillas.
Sus rodillas dejaron de tocar el suelo y, a pesar de que la elfa tenía una imagen amigable, se sintió pequeña ante ella y su aura.
—¿Ah sí? — Sonrió con amabilidad. — ¿Y cómo es papá?
HaMin sonrió con ternura. —Es altísimo y tiene los ojitos chiquitos. —Rió. — Come muchísimo y nunca se llena. Papá siempre me escucha muy bien con sus orejas graciosas.
Mina inclinó su cabeza, intrigada. —¿Orejas graciosas?
—¡Sí, como las tuyas! Aunque ahora ya no son tan graciosas...
El entendimiento cayó sobre todos como un balde de agua fría. Se miraron entre ellos, sorprendidos, fascinados, anonadados... No habían palabras que definieran completamente cómo se sentían al descubrir que HaMin, efectivamente, era una de ellos.
—No lo puedo creer... — Susurró pasmado MyungSoo. — Esto es increíble. — Los demás opinaban lo mismo que él, emocionados por el descubrimiento.
SunMi, por primera vez en años, no dijo nada mordaz. Solo se quedó en silencio, procesando que estaba equivocada. Mientras que Xixing sólo podía sonreír ante la tierna chica.
—Creo que esto es más que suficiente, ¿no? — Comentó Jin sorprendido y aliviado. — Ningún humano se sabe esa canción de cuna, es de nuestra tierra, es de nuestra historia... ¡Joder, estamos salvados!
—Solo oí "pégame, pégame y no pares de pegarme". — Respondió YoonGi a Jin burlescamente.
Kim JaeChan sonrió aliviado e hizo un gesto hacia Mina y HaMin, pidiendo que se acercaran a su puesto. Ambas mujeres se acercaron, muchísimo más cómodas, hacia Efst.
HaMin inclinó su cabeza hacia arriba para así mirar al hombre que estaba a cargo de todo.
—¿Ahn HaMin, cierto? — sonrió el hombre hacia la chica, la cual asintió. — De acuerdo, Ahn HaMin... Considera este hermoso lugar, como tu hogar. Galdur es tu casa a partir de ahora. Sé que no estás en condiciones como para entender reglas ni nada similar, así que esperaremos a que te recuperes... — Efst levantó la mirada a los otros elfos implicados, quienes estaban a punto de cantar victoria. — Como HaMin es nueva, necesitará un "apoderado". Mmm... Quién de ustedes puede ser...
TaeHyung sonrió y se emocionó ante la posibilidad de que su padre le dejara HaMin a su cargo. HoSeok deseó internamente que se la dejaran a él, anhelando cambiar su rutina aburrida de Frelsari a una más viva.
YoonGi estaba indiferente, mientras que Jin, JiMin y NamJoon esperaban no ser elegidos pues amaban su vida tal cual estaba.
—Yo quiero a Jinnie. — Comentó HaMin inocentemente.
JaeChan rió. —Lo sé, pero creo que te dejaré con... — El hombre amó ver la cara de nervios de todos, se divertía agregando suspenso a la situación. — Min YoonGi, de ahora en adelante, eres el apoderado de HaMin.
—¡¿Qué?! Ay no, ¿por qué yo?, ¿Por qué me odia?
Jimin y Jin se taparon la boca para no demostrar que se estaban ahogando de la risa por la desgracia del pálido.
—... Tendrás la responsabilidad de enseñarle las reglas, asegurarte que estudie nuestra historia y que se familiarice con nuestra cultura. Me haré cargo de tenerle una cabaña cerca de la tuya para que así no tengan problemas de distancia, ¿de acuerdo? Amo tu entusiasmo. — Rió con sarcasmo por lo último.
—Ahg, métase su entusiasmo por donde le quepa, viejo rojo. —Susurró molesto.
TaeHyung se entristeció por un momento pero luego recordó que él pasa más tiempo con YoonGi que consigo mismo, así que estaría con HaMin mucho tiempo. Frelsari, por otra parte, sintió como los árboles fuera del salón del concejo se marchitaban ligeramente. YoonGi jamás lo iría a ver, ni lo dejaría ir a verlo, jamás podría pasar tiempo de calidad con HaMin. Nada le estaba saliendo bien.
—Ya que nadie tiene algo más que decir... Bienvenida a Galdur, Ahn HaMin.
—Bienvenida a Galdur. — Aplaudieron los demás miembros del concejo.
Sí... HaMin había oído eso antes.
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*Tapa su cabeza para que no le lleguen los chanclazos por haber estado sin actualizar meses*
*Y además actualiza una caca de cap xd*
Disculpen mi demora, de verdad.
Han pasado muchísimas cosas en mi vida que al final del día me olvidaba de wattpad.
La canción que canta HaMin en realidad no existe. La cree yo, a base de una leyenda.
Dice:
Duerme, dulce bebé. Los Protectores te ayudarán. Como gigante serás e inteligente como un dragón te convertirás. El Griffo te guiará en tu deber y el toro te dará el coraje para defenderte. Duerme, dulce bebé, que el hechicero se ha ido.
Espero les guste, aunque sé que por la espera, merecen mucho más.
*Sigo sin separadores xd*
El próximo cap tendrá ya más cosas teóricas de Galdur, se viene interesante.
—Sae.
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