Kafli O5
—¡Miren, encontré algo!
JiMin con alegría levantó con todas sus fuerzas uno de los pesados libros de Frelsari. Llevaban una hora sentados en el piso, en silencio, buscando y escarbando entre libros y rollos sobre los puentes. Tratando de encontrar la respuesta a si estos fallan, y si es así, en qué condiciones los hacen.
—A ver, JiMinie, léenos. — Sonrió HoSeok, quien no podía sentirse mejor al estar rodeados de quienes quería.
Parecía que su alegría lo dejaba ciego ante la tensión de los demás.
El elfo de agua se aclaró la garganta y comenzó a leer. —«Un puente es estable, seguro y confiable. Son pocas las fallas que este pueda tener. Por ejemplo, en casos de extremo frío, los polvillos de hadas pierden efecto, ocasionando una mala dirección del puente o el tiempo en que se abre.»
—¿Era invierno en donde abrieron el puente? —Preguntó NamJoon masajeándose un hombro. Estaba exhausto, desde sus años de elfo adolescente que no leía tanto. Pues desde su ceremonia de identidad que todo fue demasiado caótico como para poder relajarse y leer.
—Mm... — Sopesó Tae. —Pues sí. Pero no hacía un frío extremo, ni si quiera estaba nevando. No tuve problemas con mis poderes en ningún segundo, ya saben que mi fuego es sensible a temperaturas bajas. Lo hubiera notado.
YoonGi apoyó su cabeza en el estante a sus espaldas mientras leía un rollo.
—Moriré de cansancio. — Murmuró.
—Hyung, no es para tanto. —Se atrevió a decir JiMin, quién se sentaba a su lado. El peliazul miró curiosamente el rollo que leía YoonGi y bufó. — ¡Pero si está leyendo sobre tradiciones gastronómicas, hyung! ¡Eso no nos es útil!
YoonGi colocó un dedo en su labios, pidiendo silencio. —No es tema tuyo, pitufo.
—No trates así a JiMin. — Gruñó Nam, demasiado cansado como para tener paciencia con YoonGi. El elfo de agua tenía sus mejillas rojizas por el enfado, pues ya había olvidado lo grosero que podía ser su hyung. ¿Cómo es que lo soportaba cuando joven?
—¡Yo encontré algo! —Chilló Jin. Se levantó del suelo y comenzó a leer con entusiasmo. —«Las hadas son uno de los organismos más complejos. Su tamaño hace que todo sea diferente en tratos y condiciones. Si un hada está en sus últimos días, su polvillo se vuelve naranjo, hasta colocarse rojizo, anunciando su inminente muerte.»
—¿Y eso influye por...? —Preguntó TaeHyung con sueño mientras Jin volvía a sentarse.
—Influye demasiado, TaeHyung-ssi. — Sonrió HoSeok ante el puchero de su menor. —Para hacer un puente perfecto, todos los componentes deben estar en buen estado. Si alguna de las hadas que llevaron a la misión está en sus últimos días, es posible que su polvillo fuera el culpable de traer a la humana.
Tae se quedó pensativo, tratando de recordar de si vio algún polvillo que no fuera dorado o plateado a la hora de hacer el puente. Pero nada iba a su cabeza, fue todo tan rápido, que la mayoría de los detalles se habían dispersado. Excepto por...
—JiMin-ah... — Llamó TaeHyung demasiado curioso como para notar la emoción en el aludido. — ¿En tu libro aparece una imagen de un puente?
El peliazul se le quedó mirando un segundo, recordando momentos con su mejor amigo, hasta que finalmente reaccionó y asintió.
—S-Sí... Aquí hay una, TaeTae...
El elfo de fuego lo miró. Ojos amarillos contra ojos azules, fuego y agua. Un montón de emociones y recuerdos transmitiéndose en diferentes elementos.
TaeHyung se levantó ahora aliviado de ver al mismo JiMin que veía en su adolescencia, sintiéndose ligero de sangre. Caminó hasta el peliazul y se sentó frente a él con una sonrisa.
—Deja ver. — Murmuró cuando una mano regordeta le pasó el libro. El pelirrojo frunció el ceño al ver el dibujo que estaba en el libro. En la imagen se veían unos pequeños círculos que simulaban a los elfos y hadas en un centro, a su alrededor había una circunferencia de humo y destellos. Ciertamente había hecho numerosos puentes, tan así que ya no le prestaba atención a la forma de estos cuando los hacía. -Demonios...
—¿Qué sucede? — Preguntó HoSeok, preocupado.
—E-E-El puente n-no era co-como en esta imagen... — Tartamudeó el elfo de fuego. — Apenas lo abrimos, una parte del puente se esparció, como si buscara algo. Se veía... Hambriento. No sabría cómo describirlo, pero no era como siempre son, un círculo de humo alrededor de nosotros y luces. — Contó, recordando ahora lo que el pánico le había ocultado. —Es como si el puente hubiera tenido vida propia, se veía hasta salvaje, llenando de humo y luz hacia un lado.
—¿Y se te ocurre decirlo hasta ahora? —Gruñó YoonGi.
—¡Estaba en pánico!
—Ya. Basta. — Los calló NamJoon. — Es cierto que debiste decirlo antes, pero ya pasó, no peleen por eso.
Ambos se quedaron callados, sentados con la mirada gacha tal cual perrito regañado.
—Pero es bueno, ¿no? — Comentó JiMin. —Los puentes son así de circulares porque quienes lo abren están todos juntos...
—...Pero si hubiera alguien alejado, el puente lo busca por su código genético. — Completó HoSeok, emocionado. Como si descifrara el acertijo más difícil. — ¡Oh Dios, no lo puedo creer!
SeokJin se talló los ojos. —Es decir... ¿No es humana? ¿El puente la buscaba porque es uno de nosotros? —Preguntó a lo que HoSeok asintió feliz. —Oh... Esto es inesperado. Después de todo, mi apuesto rostro no será enterrado como traicionero.
Todos miraron a Jin con una expresión indescifrable. Pues sí, si estaban en lo correcto, ninguno moriría, pero nadie estaba lo suficientemente descansado como para los chistes del elfo de luz.
—Esto debe saberlo el concejo. — Comentó NamJoon levantándose. — Es mi deber como comandante en jefe informarlo.
Jin se levantó igualmente. —No, debemos hacerle una prueba primero. Ya sabes que al concejo no se le puede ir con cuentos.
—¿El que el puente reaccionara de esa forma no es prueba suficiente? ¡TaeHyung es testigo! Además quienes lo acompañaron son su respaldo.
—¿Crees que los otros elfos querrán sacrificar su trasero por una humana? Y sí, Tae lo vio. El mismo Tae que quemó un cuarto de cosecha hace dos años, el mismo Tae que alertó a los guardias con una falsa alarma porque vio una araña, el mismo Tae que tiene un oso de peluche para dormir...
—Es un tigre. —Defendió TaeHyung con un puchero.
—Un tigre... —Se retractó Jin. —Nadie le va a creer con los caos que ha provocado antes, NamJoon, y lo sabes. Necesitamos hacer una prueba para estar seguros. Solo así el concejo nos creerá.
El elfo de tierra había olvidado lo que era razonar con otra persona. Desde que era comandante en jefe, todos pedían su dirección. Cuándo atacar, qué hacer y por cuánto tiempo. Nadie podía contradecirlo a la hora de dirigir aunque no estuvieran de acuerdo con su decisión.
Así que ver a su hyung, con esa mirada tan segura y con sus manos haciendo ademanes, fue realmente refrescante.
—¿Y qué prueba haremos? — Consultó NamJoon.
YoonGi se aclaró la garganta. —Cuando un médico quiere saber el estado de un elfo, mezcla agua purificada, nuestra sangre y la flor de Cristo. — Comentó. — Si la sangre se torna morada, es porque el elfo está sano, ¿no es así? Entonces, hagamos esa prueba con esa cosa desinflada...
—¿A qué se refiere con cosa desinflada? — Le susurró JiMin a TaeHyung.
—A la humana.
—Ah...
—...Si su sangre se torna morada, es porque pertenece aquí, ya que la sangre humana no cambia de color, solamente se torna más marrón al secarse. Y si no, prepárence para escribir su testamento. — Continuó YoonGi con su típico tono de voz de desinteresado.
HoSeok se quedó pensativo, aunque todos se veían de acuerdo con su idea. Y es que algo no le calzaba.
—Pero... SeokJin hyung, la chica huele a humana, ¿cierto?
El elfo de luz asintió. —Pero puede ser por estar rodeada de humanos toda su vida.
—¡Exacto! — Apuntó HoSeok. — Un elfo cuando está sano, tiene todos sus poderes, por eso su sangre se torna morada en la prueba. Pero esta humana a estado en un mundo en el que no pertenece, tanto así que no tiene características de elfo. Sus orejas son pequeñas, su piel es normal... Es decir que no está sana, desde nuestro punto de vista. Así que su sangre debería tornarse de color azul. Porque no está en riesgo vital, pero tampoco está a su cien por ciento.
NamJoon asintió, de acuerdo. —Cuando a un elfo se le aleja de sus elementos, de su tierra, sus poderes y características comienzan a desaparecer. Por eso cuando vamos a la tierra en misiones, son de corta duración. O en el caso de que sean largas, debemos ir con alimentos de nuestra tierra, para no volvernos humanos. —Explicó. —Así que es razonable pensar que la chica no esté sana según nuestros estándares, pero sí para los de un humano.
Finalmente todos estuvieron de acuerdo con la idea, así que se dividieron para ir a conseguir los objetos requeridos. Frelsari se quedaría en su casa por seguridad así que cuidaría de HaMin. JiMin y Jin irían a buscar el agua purificada mientras que YoonGi iría a buscar la flor de Cristo, ya que esta se encontraba cerca de la cabaña y no quería moverse de más. NamJoon y TaeHyung fueron a buscar un recipiente para la prueba, y un chispero para adelantar el resultado con calor.
Cuando Frelsari finalmente quedó solo, acomodó a HaMin en el sofá, ya que la posición en la que había quedado era demasiado incómoda. Se aseguró de arreglar su cabello y dejar su rostro descubierto. Fue inevitable tener destellos de recuerdos dolorosos, mas los evitaba como podía. Se recordaba una y otra vez que no era ella.
BongSoo le hizo compañía y se ofreció de sacarle una muestra de sangre mientras esperaban.
—Cariño, ¿por qué sigue dormida? — preguntó preocupada BongSoo. — Le llevo golpeando las venas para que sean visibles durante cinco minutos y ella ni si quiera se mueve.
HoSeok sonrió con ternura mientras posaba un de sus manos en la espalda alta de su madre adoptiva. Su corazón siempre se volvía cálido cuando BongSoo le preguntaba cosas, como un niño curioso y anhelante de respuestas, cuando él sentía que en realidad él era el niño.
—Recuerda que tenemos una contabilidad de años diferentes. Los años en la tierra de la que ella viene son de doce meses cada uno, trecientos sesenta y cinco días. En cambio un año nuestro es el doble. Así que es como si tuviera un bajo de energía, en teoría no ha dormido por un año entero. TaeHyung me dijo que estaban celebrando una fiesta similar a lo que nosotros le celebramos al dios Sol, algo sobre año nuevo. Eso explicaría el porqué no despierta. — Explicó con paciencia a la mujer, quien ya había encontrado una vena viable a HaMin y procedía a sacarle sangre.
BongSoo abrió los ojos con sorpresa. —Oh, que interesante... Eres tan inteligente, HoSeokie. — Sonrió con ternura la mujer. — Me llenas de orgullo.
HoSeok sabía que si ella no hubiera estado sacando sangre de la humana, le habría apretado las mejillas con suavidad, pues lo hacía cada vez que tenía la oportunidad.
—Listo, ahora solo falta que lleguen los demás. — Comentó la omega luego de poner algodón y cinta en la zona en donde había extraído sangre de HaMin. —Se han demorado bastante... ¿Les habrá pasado algo?
HoSeok miró el reloj de pared que tenía en la biblioteca y jadeó, habían pasado ya treinta minutos y ninguno había vuelto. Al menos YoonGi ya debería estar de regreso, que era el que menos se alejó de la casa, pero tampoco había aparecido.
—Les preguntaré a los árboles, espera aquí. — anunció HoSeok levantándose y caminando a su ventana, notando que las enredaderas marchitas ya no estaban. Miró hacia la oscura y fresca noche mientras cerraba los ojos. Respiró hondo y estiró su mano hacia el exterior de su ventana, donde rápidamente una rama creció y se aproximó a su extremidad. Abrió los ojos al sentir la textura rugosa de la rama y sonrió, no había día en donde su poder lo no lo impresionara. —Widow, ¿sabes algo de mis amigos, o quizás otro árbol sepa de su paradero? —Pensó. Pues con su sauce llorón ni si quiera debía elevar la voz para que le entendiera. Estaban tan conectados entre sí que con solo pensar lo que quería, Widow ya lo sabía.
El sauce inmediatamente soltó ciento de hojas, las cuales se fueron volando rápidamente al resto del bosque. Al igual que el viento lleva aviones de papel a su destino, las hojas llevaban la pregunta al resto de sus familiares árboles.
Pasaron cinco minutos cuando las hojas y algunas flores volvieron, las cuales rapidamente HoSeok lo identificó como el alma de algún árbol en persona. Se asustó, pues los árboles no mostraban su alma a no ser que la ocasión fuera importante, y mucho menos salían de noche porque sus sentidos de oído y vista eran escasos y el de habla era nulo, era peligroso que salieran a esas horas.
Algo malo sucedió.
El alma se personificó en su explendor frente a la ventana del elfo, mostrando así una anatomía femenina, de largos cabellos y ojos rojizos por lo que adivinaba eran hojas de cerezo.
—Mi señor... — Saludó el alma. HoSeok sintió la voz de esta en lo más profundo de su cabeza y se estremeció. De verdad que le impresionaba la conexión que tenía con la flora.
—Óþekkt sál, ¿tienes alguna respuesta a mi pregunta, sabes el paradero de mis amigos? — Consultó en voz alta, pues le resultaba raro meterse en mentes desconocidas, por muy poderoso que fuera.
El conjunto de hojas asintió con tristeza. —Los he visto, mi señor, y no en buenas condiciones. Guardias nocturnos los atraparon por un sospechoso aroma que portaban.
HoSeok tragó duro, asustado hasta más no poder por aquellos con quienes creció.
—¿Sabes a qué olían, dulce sál?
Sintió que pasaban horas antes de finalmente sentir la voz de esa alma resonar en su cabeza, estallando con sus más grandes temores.
—A humano, mi señor.
—¿Había alguien más con ellos? — Preguntó Efst.
—No, señor. Solamente estos. —Respondió uno de los guardias para luego retirarse.
Los cinco elfos habían sido atrapados por tres vanirios que estaban de turno. No se les había pillado haciendo algo malo, pero su olor los delataba. Al parecer el hedor a humano era tan fuerte que con unos cuantos acercamientos, estos ya estaban impregnados con este.
—Bueno... —Suspiró Lee SunMi, elfa de tierra y miembro del concejo. — Veamos qué demonios hizo tú hijo esta vez, Kim.
Kim JaeChan miró duramente a la mujer, que no le tenía ningún respeto por ser Efst. Tenía claro que su hijo causaba problemas con constancias, pero eran cosas que daban hasta ternura... ¿Tener olor a humano? Eso sobrepasaba el límite de su torpeza. Los humanos eran peligrosos, a pesar de que no tenían los mismos poderes, la codicia de esa especie era más fuerte que cualquier habilidad adquirida por un elfo.
Sabía que su hijo causaba problemas e inconvenientes, y mentiría si dijera que en algún momento no pensó que su hijo quizás no tenía madera suficiente como para ser un elfo hecho y derecho. Pero un padre jamás da por perdido a sus hijo, y él no era la excepción. Cada vez que sentía que iba a tirar la toalla, se recordaba que era un niño y que tenía que seguir aprendiendo, sin importar que el resto lo criticara o lo mirara mal por seguir creyendo y confiando en un elfo sin "futuro". Puede que su propio pequeño lo viera como un hombre frío y autoritario, pero en realidad no hay momento en el día en el que no piense en su oso de miel. A pesar de sus errores, es su mayor orgullo. Tiene el potencial, el carisma y las ganas... solo le falta una manera menos desastrosas de llevarlas a cabo.
TaeHyung, junto al resto, estaba arrodillado, sentado en sus talones y con la mirada baja. No tenía el valor de mirar a su propio padre, pues sabía que debía estar decepcionado y que debía ser justo al tomar la decisión de asesinarlo si era el caso.
Por su parte, Jin temblaba de susto, para nadie era novedad que el elfo de luz era cobarde hasta la médula. Y tener a una de las elfas más duras frente a él, SunMi, no era de mucho consuelo.
Cuando los nueve miembros del concejo - uno de cada unidad: Kim JunMyeon (agua), Kim JaeChan (fuego), Mina Sharon Myoi (viento), HyungWoon (hielo), Lee SunMi (tierra),Lee HaeChul (fauna), Lee JiEun (flora), Kim MyungSoo (luz) y Zhánc Xixing (messías)- se encontraron sentados en sus tarimas, el silencio llenó el salón. Lo único que podía escuchar Kim JaeChan en esos momentos, era la bilis en su garganta amenazando con salir. Una parte de él le pedía a gritos el tomar a su hijo y arrancar de ahí, pero su lado justo, el cual lo había llevado a ser el elfo superior, le decía que debía quedarse ahí y dar un juicio razonable. Sin importar la sangre que lo conectara con ese bello, y problemático, elfo de fuego.
—Se da por iniciada la sesión. — anunció finalmente Efst, fingiendo seguridad. —Hákarl, relate los hechos, por favor.
HyungWon se levantó y juntó sus manos tras su espalda. —Efst, ¿es necesario? Ya todos sabemos que se le ha encontrado a su hijo con otros elfos perfumados a humano. ¿Qué otros hechos debo relatar? ¿No es mejor ir directamente a las explicaciones y al castigo...? Se lo digo con respeto, claramente.
—Pero qué bueno que agregaste el con respeto, porque o sino no lo percibo. —Se quejó Efst. Sabía que el elfo de hielo era directo tal como una flecha siendo lanzada por el mejor arquero, por eso era miembro del concejo, aún así le incomodaba a momentos que no tuviera el mínimo pelo en la lengua para decirle lo que pensaba. —Hagamos eso... NamJoon, eres el que mayor cargo tiene entre los acusados. Te doy la oportunidad de redimirse, así que hazlo bien. — Quería decir que era el elfo en el que mayor confianza tenía, además de su hijo, pero no quería demostrar todo el cariño que le tenía a su comandante en jefe. —De pie, explícate.
NamJoon tragó saliva duramente. Habían noches enteras en las que el elfo de tierra le pedía dirección al elfo de fuego pues era él el que lo había ascendido a tal cargo. Habían noches en las que su superior le recordaba con afán lo valioso que era y que servía para manejar las tropas, y por eso le tenía mucha estima y lealtad.
Pero...ahora, solo quería que la tierra lo tragara.
—Efst, en primer lugar me disculpo por tal malentendido y molestia, ninguno de nosotros queríamos que se desvelaran para atendernos. —comenzó Nam luego de levantarse. — Teníamos una cuestión importante que resolver. Efectivamente, tenemos una humana en nuestras tierras. — Un jadeo colectivo por parte del concejo se hizo oír, haciendo que Jimin rodara los ojos. ¿No que ya sabían los hechos?
—Más encima es mujer... —susurró asqueada SunMi. La elfa de tierra era muy machista en su interior - cosa muy irónica - , aunque intentaba de no demostrarlo pues la cultura de su tierra había cambiado.
—Pero al parecer...—Continuó NamJoon. — es una de nosotros. No sabemos cómo ni porqué, pero esta humana ha estado en una tierra equivocada toda su vida y finalmente ha llegado a donde pertenece. Nosotros deseábamos venir y decírselos, pero necesitábamos pruebas para que así nos creyeran. Por eso nos encontraron buscando material para esta misma.
«Tú si que sabes adornar las cagadas de Kim Taehyung...» Pensó YoonGi.
—¿Y de dónde sacaron la idea de que puede ser una de nosotros? —Preguntó el elfo de agua, Kim JunMyeon, juntando sus manos en su regazo.
—Por la manera en la que llegó. — contestó el elfo de tierra. —Fue traída a través de un puente.
El señor Kim entrecerró los ojos y posó la mirada en el cuerpo de su hijo. —Falleg. —Lo llamó con dureza, a lo cual el menor respondió alzando sus ojos a su padre. —¿No tenías tú una misión hoy? —preguntó uniendo los puntos.
Taehyung suspiró y se levantó. —Sí, Efst. La humana llegó a través del puente que abrí durante el regreso.
—¡La trajista a propósito! —Gritó indignado Lee HaeChul, elfo de fauna. — ¿Es que acaso no sabes más que traernos problemas?
—¡No! —gritó indignado. —D-Digo... No. —Respondió más calmado. —Yo no la traje. Ella fue atraída por el puente. Por muy increíble que parezca, fue el puente el que la buscó. A penas lo abrimos este se dispersó hasta encontrarla. —Contó. —Cuando ya estábamos de regreso noté que ella estaba entre nosotros y la escondí, por miedo. Pero no, no la traje apropósito... s-señor.
Los nueve miembros del consejo se quedaron en silencio, razonando y meditando en la historia que dos de los elfos acusados contaban. Jamás había pasado algo así antes, así que no tenían idea de cómo actuar frente a esto.
—¿Y lograron hacer la prueba? —Preguntó amablemente Mina, elfa de viento, acompañado de un ademán tan elegante como ella.
—No, no pudimos.
—Entonces no tienen certeza de que esa humana sea realmente una de nosotros. — Comentó despectivamente HyungWoon.
—¡¿Y cómo quiere que tengamos la certeza si no nos dejaron hacer la prueba?! —Se quejó JiMin con sus mejillas excesivamente rojas por la rabia y sus brazos cruzados, aún sentado en sus talones. —Es como si... como si... nos reprobaran en un examen que jamás hicimos o que jamás nos dieron la oportunidad de hacer.
—¡JiMin! —Gritó en un susurro Jin al elfo a su lado.
—Nada de "JiMin"—Siguió molesto el elfo de agua. — ¿No crees que tengo razón? —Antes de que Jin pudiera siquiera contestar, o intentar callarlo, este prosiguió. —¡Claro que la tengo! No es justo que nos juzguen por algo que no nos dejan comprobar.
YoonGi se tapó la boca con una de sus manos para disimular una carcajada. Bueno, si moría hoy, al menos lo haría burlándose de alguien.
Y en ese momento, se escuchó un fuerte estruendo, por el cual todos miraron hacia la puerta del salón.
Los cinco elfos acusados quedaron pasmados al ver esa bella sonrisa y visos dorados nuevamente entrar por esa puerta.
—¡Aquí la tengo! —Gritó feliz nada más y nada menos que Frelsari, levantando un frasco de prueba que en su interior tenía un líquido azulado. —Aquí... aquí está la prueba...
NamJoon, SeokJin, Jimin, YoonGi y TaeHyung respiraron aliviados apenas lo vieron. Al parecer habían logrado lo que querían, al fin tenían algo de suerte.
HoSeok a penas se enteró que sus amigos habían sido atrapados, se apresuró de juntar los materiales que necesitaba para la prueba y hacerla posteriormente. Al tener los resultados, se dirigió inmediatamente donde el concejo se reunía, sin importar que no se encontraba del todo abrigado y que no tenía ningún escolta. Corrió con toda la fuerza que sus piernas sin entrenamiento le permitieron. «¿Por qué demonios debo vivir tan lejos?» había reclamado durante todo el trayecto, pero no se rindió. La vida de sus amigos, y de la humana no tan humana, estaban en juego. Finalmente su vida daba un giro lleno de emoción y adrenalina, no pensaba desaprovecharlo por nada del mundo.
Y ahí se encontraba, jadeando en busca de aire. Sus pies hormigueban y sus muslos reclamaban un lugar en donde sentarse, pero aún así se sentía feliz.
—¡Frelsari! —Gritaron todos los miembros del concejo. Menos Zháng Xixing, elfo messías, el cual era mudo gracias a que sus pulmones estaban dañados, no tenía el aire suficiente como para formular palabra, o al menos no con constancia. Pero en su rostro se notaba la sorpresa de ver uno de los suyos ahí, y mucho más sin acompañante.
—¡Dios, ¿qué haces aquí sin seguridad alguna?! —Gritó Efst, levantándose y yendo a su encuentro. —Es de noche y tú sales como si nada...
HoSeok negó con la cabeza. —Eso no importa ahora, ¡mire! Traigo conmigo la prueba de que la humana no es humana. ¡Mis amigos son inocentes, Efst!
El señor Kim se detuvo a diez pasos de distancia de HoSeok, claramente sorprendido. —¿Tú...? No me digas que estás metido en esto...
—Esa humana le tuvo que haber contagiado la demencia nocturna... —Murmuró HaeChul a su compañero MyungSoo.
—¿Qué rayos te pasa?—le contestó el aludido, quien es elfo de luz.
—¡Estoy bien! —Gritó HoSeok, frustrado a más no poder. ¿Es que acaso se olvidan de que la vida de cinco elfos - y en teoría seis - estaba en juego mientras que ellos se preocupan por su salud? —La humana no es humana. —recalcó, acercándose a Efst y entregándole el frasco en cuestión. — Le hice una prueba, para ver su salud. Los elfos en condiciones medianamente sanas, al mezclar su sangre con agua purificada y la flor de Cristo, su sangre se torna azul, como en este caso. Si ella fuera humana, no cambiaría de color. Y como ella ha estado rodeada de humanos, no está conectada con sus raíces así que no tiene ninguna característica de elfo, además de su ADN, claro.
Efst enmudeció, se obligó a no sonreír orgulloso, pues por primera vez en años su hijo no había cometido un error. Por primera vez en años podría taparle la boca a sus compañeros del concejo, decirles que se fueran a la mierda si querían porque su hijo no había hecho nada malo.
Pero no, no sonrió. En esa sala no era padre, era el jefe de una nación, era Efst. Así que, seriamente, se llevó el frasco consigo y se sentó en su tarima para observarlo, haciendo parecer que estaba tomando una decisión cuando en realidad para él está estaba más que tomada.
—Creo que esto es prueba suficien-...
—¿Y cómo sé yo que la sangre que se ocupó en esa prueba es de esa chica? —Preguntó molesta SunMi. Tenía atravesado a Tae en su camino desde que quemó parte de sus cosechas hace años y no iba a detenerse hasta quitarlo por completo.
—¡Yo no miento! —Chilló indignado HoSeok. El elfo messías no podía mentir por el simple hecho de que no sabía cómo. Siempre se delataba. Se ponía nervioso, sonreía de más, sus orejas se tornaba rojas al igual que sus mejillas y le daba un tic en las piernas provocando que no dejara de moverse... Así que no, mentir no era una opción para él.
Xixing le hizo un gesto con la mano, pidiendo que lo mirara directamente a los ojos. Este elfo, además de ser parte del concejo, era demasiado perceptivo. Algunos creían que era brujo, porque con solo una mirada el podía saber si mentías o no. HoSeok creía que realmente su mayor al estar tanto tiempo sin hablar, su manera de ver y apreciar su entorno maduraron y es por eso que percibe cosas que cualquier elfo no, más que magia era habilidad.
HoSeok miró fijamente a Xixing y bastó sólo unos segundos para que el mayor sonriera, pues Jung HoSeok era demasiado transparente.
—Ver... dad... — Jadeó con esfuerzo, pues sus pulmones no le dejaban decir más. Varios doctores le habían dicho que debía hacer uso de un tanque de oxígeno para así lograr respirar mejor, pero el elfo se negaba rotundamente. Sentía que su vida ya había sido más que dolorosa como para extenderla más, y si sus pulmones querían dejar de funcionar por completo el día de mañana, que así fuera. Ya no era de mucha utilidad, lo único que podía hacer era dar su opinión o voto en el concejo, del resto nada.
—¡Decisión más que tomada entonces! —Chilló feliz Mina. Para nadie era secreto que esta elfa era un corazón andante. Era el balance perfecto de elegancia, fememinidad, sabiduría y bondad. —Con su permiso, Efst, opino que debemos dejar libres a los acusados y ver a la humana por nosotros mismos. De momento... vayamos a dormir.
JiEun sonrió. —Opino igual. — Dijo la elfa de flora. —Si vamos a juzgar algo, debemos hacerlo con todos los hechos, pruebas e involucrados. Ahora estamos demasiado agotados como para tomar un juicio justo.
Efts sonrió agradecido, pues por fin podría dormir en paz sabiendo que fue un buen padre y a la vez un buen líder.
—Bueno, ¿quién vota a favor de liberarlos para luego hablar de esto de manera más calmada otro día con todos los involucrados? — Preguntó el superior.
Todos los del concejo levantaron la mano, mas porque tenían sueño que porque creyeran en su totalidad la historia de TaeHyung. Menos Sunmi, quien bufó molesta antes de levantar su mano, resignándose a su derrota.
—Ya qué...
TaeHyung miró a HoSeok y le sonrió con emoción, claramente agradecido.
«Gracias» moduló hacia él.
—Muy bien, escuchen. — Sonrió Efst hacia los seis elfos involucrados. — Pueden irse a casa por hoy, mañana podremos hablar nuevamente y ver finalmente a la chica...
—Creo que no podrá ser... —lo interrumpió HoSeok. —Ya sabe, la diferencia horaria de su tierra con la nuestra la tiene durmiendo. Dudo que despierte mañana, ni pasado mañana...ni después de pasado mañana...
—¿Y cuándo despertará? — Preguntó impaciente HyungWoon.
—Pues...
Sentía todo su cuerpo extrañamente pesado, y un leve aroma a vainilla le hizo respirar hondo con gusto.
Esa era su esencia favorita, junto a la canela.
Con cada respiro que daba, sentía que el aroma de una flor o hierba nueva llegaba a ella. Rosas, claveles, menta, meliza... Y cada uno la hacía relajarse, la hacía sentirse a gusto.
Estiró sus extremidades para sentirse aún más a gusto, fue ahí que notó que sus sábanas no eran sus sábanas. Frunció el ceño sin abrir los ojos en ningún segundo. Palpó la cama en la que estaba y notó que su colchón era demasiado cómodo, como si estuviera acostada sobre agua y a la vez en una bola de algodón. Que sus mantas eran demasiado suaves para con su piel...
¿Con su piel...?
Abrió los ojos de sopetón al darse cuenta de que estaba desnuda. Fue ahí cuando notó que, efectivamente, no estaba en su cuarto, por ende no estaba en su casa. Miró el techo con curiosidad y pánico, notando que todo estaba cubierto de enredaderas y ramas. Pero no descuidadas, sino bellas, nutridas y brillantes. HaMin no había visto flora más bien cuidada ni en el jardín más delicado de su vecindario. Y es que estas flores y plantas parecían estar... felices. Parecían realmente vivas.
Y sí, sabía que las plantas eran seres vivos pero había algo que diferenciaba esta flora con la que veía generalmente.
Sus ojos viajaron por todo el cuarto, pero no veía mucho gracias a que las enredaderas tapaban todo.
HaMin se sentó con rapidez, sintiendo un mareo momentáneo. Cerró los ojos unos segundos y luego los volvió a abrir, sintiéndose mucho mejor.
Aprovechó de ver el suelo del cuarto en el que se hallaba. Este estaba cubierto de pétalos de todas las flores que se encontraban en el cuarto y de hojas.
Con razón el aroma era tan fuerte.
Miró las mantas que la cubrían y de ahí posó sus ojos a sus propias manos, notando que sus dedos estaban arrugados, como si hubiera estado sumergida en el agua por mucho tiempo. Se había mojado... ¿Cómo, cuándo, por qué...?
En ese momento, el sonido de una puerta siendo abierta la hizo mirar hacia al frente, notando que efectivamente se había abierto la puerta del cuarto en el que se encontraba, solo que no había logrado identificar la puerta como tal pues la flora la tapaba. De hecho, quien quiera que estuviera al otro lado estaba forzando con esta para abrirla.
—Ah... Amo que HoSeokie esté feliz, pero Dios... ¡No puedo estar podando todas las puertas a diario!
Por alguna razón, HaMin no sintió miedo. Y se extrañó.
Llevaba cinco minutos despierta y el ver más plantas que luz no la habían hecho entrar en pánico, como si eso fuera normal y correcto. Le sorprendió también el que no se asustara al sentir la voz femenina tras la puerta, ni el que luego los pasos de quien fuera esa mujer desaparecieran y volvieran al rato. No se asustó al sentir unas tijeras cortando tallo tras tallo, ni mucho menos se asustó al ver que la puerta finalmente se abría, mostrando una anciana de cabellos trenzados sobre su hombro derecho.
—¡Oh, por Odín! — Chilló Draumur al ver a HaMin despierta, soltando lo que tenía en sus manos, que eran unas tijeras para podar y ropa. — Y-Ya despertaste, t-tengo que avisarle a HoSeok...
BongSoo se giró nerviosa y ancionsa. Ciertamente ver ese rostro que tantos recuerdos le traía diariamente, la hacía sentir extraña, incluso estando dormida. Ahora que sus ojos la miraban directamente, se sentía aún más extraño.
—Espere.
La anciana se detuvo de golpe a sentir la voz de la chica, un poco ronca por estar recién despertando. Giró sorprendida, pues esperaba pánico y terror a penas despertara, pues dudaba que la humana despertará diariamente en una selva personal... pero ahí estaba la chica, con la cabeza levemente inclinada hacia su derecha, mirándola de pies a cabeza, sin temor, solo curiosidad.
—No tengo ropa.
—Oh, si, si, claro... perdóname. — Despertó de sus pensamientos la elfa de agua, recordando que a eso venía en un principio. Había llevado a la humana a bañarse, cosa que hacía casi diariamente. Gracias a que los ánimos de su hijo adoptivo estaban por las nubes - y más arriba - el clima había sido caluroso, y las plantas que llenaban la habitación - y que entraban por la única ventana del cuarto - solo hacían aún más caluroso el ambiente. Por eso debía bañarla con constancia, porque con tanto calor, la humana sudada a montones.
Tomó la ropa que se le había caído y se acercó a la chica. Pensó que HaMin le diría que ella misma se vestiría, pero no, en cambio la humana aprovechó la oportunidad de verla aún más de cerca. Como si fuera una muñeca, HaMin se dejó vestir, analizando cada facción de la anciana frente a ella. No pasaron desapercibidas las orejas puntiagudas, y los mechones azulados que esta poseía, pero para aún más sorpresa de la mayor... la chica solo sonrió.
—L-Listo. — Dijo BongSoo al terminar, dando un paso atrás para ver que el vestido blanco largo hasta los tobillos que le había colocado hacía que su piel se viera más brillante y que sus facciones se vieran aún más inocentes. Ciertamente, la chica se veía mucho más diferente desde el día que comenzó a cuidarla. No tenía razgos de elfo, pero tampoco podría llamarla humana a su cien por ciento. Había un aire, algo que te hacía verla embobada. —Necesito que me acom-...
—¿Cómo te llamas? — Preguntó HaMin, curiosa.
BongSoo alzó las cejas. —¿Por qué quieres saber mi nombre...?
—Oh, disculpe... —Murmuró al ver que la anciana se había incomodado un poco. —Pensé que como ya me había puesto un brasier, no sería tan raro saber su nombre.
Por primera vez en años, BongSoo se sonrojó. Y es que jamás hubiera pensado en tal argumento, ni mucho menos de que lo diría con tanta simpleza.
—Me llamó BongSoo, Kim BongSoo.
—Yo soy Ahn HaMin. —Sonrió con gusto. —Un gusto en conocerla.
De acuerdo, algo raro había en la chica. No podía ser posible que no preguntara como loca en dónde estaba y el porqué de su apariencia.
Le preguntaría a HoSeok a penas subieran a verlo.
BongSoo tomó las manos de HaMin y la instó a pararse, haciendo que los dobleses del vestido cayeran con gracia hacia sus tobillos. Le sonrió, cosa que la chica respondió de la misma forma, y la llevó con paciencia paso por paso a través de la puerta de la habitación. Por momentos HaMin trastrabillaba, al parecer estar tanto tiempo sin caminar o estar consciente de sus extremidades la habían vuelto un poco torpe. La mayor llevó a la chica lentamente a través de los escalones, respondiendo preguntas simples como "¿tienes calor?", "¿te gusta el verano?", "¿no te pinchas con tus orejas al dormir?"
Con la última se rió.
Cuando finalmente llegaron ala biblioteca de Frelsari, que es donde más tiempo pasaba el elfo, BongSoo corrió la puerta, haciendo que HaMin la siguiera con obediencia.
Pasaron estante tras estante, hasta que finalmente llegaron donde estaba el escritorio de HoSeok, y por ende él.
El joven se encontraba de espaldas hacia ellas, sentado en su silla con un libro abierto. El estado del lugar no era muy diferente a la habitación en la que estaba HaMin. Un montón de flores, ramas, enredaderas y algunas mariposas llenaban el cuarto, pero por sobretodo su escritorio. De momento los estantes se habían salvado... un poco.
—Frelsari. — Lo llamó la anciana acercándose hacia su hijo. —Frelsari, la chica...
—¡Oh, mamma! Encontré este libro donde habla de la tierra de los humanos, ¿sabías que los humanos celebran una fiesta que en sus orígenes era pagana, como una fiesta religiosa? — Comentó risueño sin voltearse. — Ellos le llaman Navidad. En realidad esta fiesta ellos se la celebraban a un dios del sol y se hacían ritos sexuales y tortas de miel... Pero la iglesia para no perder ingresos y ganar feligreses, la transformó en una fiesta casi religiosa, diciendo que Jesucristo había nacido ese día. ¿Puedes creerlo mamma? ¡Creen que Jesucristo nació en diciembre según su calendario, cuando en realidad nació en...! Oh.
HoSeok se giró en su silla y dejó de hablar al ver a quien consideraba su madre y un poco más atrás... a una chica. La había visto varias veces, pero verla despierta era aún más mágico y nostálgico. Dejó su libro a un lado y se levantó, notando que la chica no corría los ojos de él. Se sintió extrañamente expuesto, analizado y diminuto, a pesar de que era más alto y más poderoso.
—Sólin mín, ella acaba de despertar... — Le dijo BongSoo, tomando del codo a HoSeok y alejándolo unos pasos de la chica para que no los escuchara. —Y está actuando raro. Está demasiado tranquila, las únicas preguntas que ha hecho son respecto a mi nombre y cosas vanales, nada que tenga que ver con el tiempo que lleva durmiendo ni de el lugar en el que está.
HoSeok apartó sus ojos de HaMin para luego posarlos en BongSoo y sonreír. —Oh, eso es debido a las hierbas que crecieron en su cuarto. Las melizas tienen un aroma que ayuda a reducir el estrés, por eso está más tranquila.
—Sí, entiendo eso... Pero ella no está menos estresada, está... Drogada. —comentó la anciana para luego abrir los ojos como platos. — ¿Hiciste que crecieran melizas en su cuarto a propósito?
—Pfft, No... —Dijo nervioso a lo que BongSoo lo miró mal. —¿Sí? Ay, mamma, solo fue por si despertaba. Así estaba más tranquila.
—¿Por una semana entera? ¡La drogaste! — Lo regañó, golpeando su brazo.
—¡No la drogué! — Chilló el elfo. Luego ambos miraron hacia HaMin, quien miraba sus pies como si le estuvieran creciendo más dedos por ahí. — Okey, sí la drogué. Pero fue sin querer, no pensé que estaría así.
BongSoo bufó molesta y cansada. Sabía que lo había hecho con las mejores de las intensiones, pero eso no quitaba el hecho de que la chica se había drogado por una semana entera con meliza.
—¿Eso quiere decir que cuando se le pase el efecto se pondrá histérica?
—Ajá.
—Oh... Será un día largo. —Suspiró la elfa.
HoSeok se acercó finalmente a HaMin y sonrió con genuina alegría. -Hola, me llamo HoSeok.
—Yo soy HaMin... ¡Y ella es BongSoo! — anunció feliz, apuntando a la anciana.
El elfo rió con ternura. —Pero qué ternura, hay que drogarla más seguido.
BongSoo golpeó su nuca. —No seas pendejo. —HaMin rió, haciendo que la mueca de dolor de HoSeok se transformara en una amplia sonrisa. —Vamos, dulzura, ¿quieres dar un paseo?
—¡Shi, un paseo, wi!
La anciana la tomó de la mano nuevamente y la llevó lentamente fuera de la biblioteca, a lo que HoSeok las siguió. No tenía nada más interesante que hacer, y escuchar las adorable respuestas de HaMin sonaba como un buen itinerario para ese día.
Cuando llegaron finalmente a la sala principal, HoSeok abrió la puerta, mostrando los alrededores de la cabaña y sus habitantes, un tanto extraños para la lúcida HaMin. Pero para la drogada HaMin todo era demasiado hermoso y divertido.
—Bienvenida a Galdur, HaMin.
Ella solo pudo sonreír ante las palabras del elfo a su lado y a las caricias de BongSoo en su mano.
Bienvenida a Galdur...
Óþekkt Sál: Alma desconocida.
Sólin mín: Mi sol.
Mamma: Mamá.
Galdur: Magia.
Como cuando el título de la historia al fin tiene sentido :0 xd
Son 6780 palabras así que espero que esto haga que me perdonen por la demora.
Pensaba hacer un capítulo en donde muestre el reparto completo, con sus versiones en Galdur como en la tierra, pero para eso debo revelar primero todas las identidades. No es ningún chiste spoilearlos al comienzo de la historia de que la mayoría son elfos y de qué unidades son. Así que cuando revele la unidad de Jungkook, les mostraré sus apariencias🤗
Perdonen si hay errores de tipeo. Tengo nuevo celular entonces aún no me acostumbro al teclado. Cualquier cosa me avisan.
¿Qué les pareció el capítulo?
Los amo❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro