Kafli O4
Fue así que los tres elfos se hicieron uno con la noche, ocultándose de todos y todas, procurando de mirar todos los árboles con detenimiento.
Pues estos escuchan, son curiosos y muy chismosos.
Si quieres guardar un secreto, nunca lo debes revelar en un bosque. Que no te engañen esos troncos frondosos y hojas suaves... Que el que te den oxígeno no significa que sean muy amigables.
SeokJin, YoonGi y Tae tomaron los atajos que mejor les convenían para llegar a la casa de Frelsari.
¿Por qué el elfo tenía que vivir tan apartado de todo y de todos? Claro, porque debía ser resguardado de cualquier peligro.
Sin él, toda la humanidad, todos los mundos del multiverso, se verían en aprietos.
HaMin seguía profundamente dormida y no daba señales de querer despertar. Como si no hubiera descansado durante tres días, o como si comenzara a invernar.
TaeHyung la abrazaba más contra sí cada vez que el viento, junto a pétalos de flores de cerezos, se hacían presentes.
Sabía mejor que nadie que los humanos tienen menos resistencia al frío, calor y al dolor. Por eso debían ser muy cuidadosos, no podían perderla en el camino.
—Estamos cerca... — Susurró SeokJin luego de pasar por un lago de agua cristalina. — ¡Ahí está! Vamos.
Ya más aliviados, los tres elfos se apresuraron a llegar a la hermosa cabaña que está a los pies de un sauce llorón.
Este árbol era el más antiguo de todos, además de ser el más sensible. Gracias a este árbol, podían saber de inmediato el humor y salud del elfo. Si el sauce comenzaba a marchitarse o sus hojas comenzaban a caerse, sabían que algo andaba mal... Mientras que si sus hojas se hacían más verdes y sus raíces más duras, sabían que el elfo estaba bien.
Aunque claro, toda la fauna y flora se veía afectada por la salud y humor de Frelsari. Pero este sauce llorón, era el más rápido en mostrar los signos de tristeza o felicidad del elfo... Mientras que los otros árboles se demoraban unos minutos en recibir las señales.
Ya más tranquilos, los tres elfos caminaron por el sendero de piedrecillas hasta llegar a la puerta de madera. La cabaña de Frelsari era la más grande, hermosa y segura. Era todo lo que un elfo de alto rango podía desear...
Paredes rústicas, hechas de las mejores maderas, ventanas limpias y relucientes decoradas con bellas flores, un segundo piso iluminado con farolas y por último... Un hermoso balcón.
—¿Estará despierto? — Preguntó YoonGi, impaciente de querer tocar la puerta una vez por todas.
SeokJin se encogió de hombros. —Ni idea, habrá que averiguarlo.
Respiró profundo, dándose valor, para luego tocar la puerta suavemente tres veces.
—¿Bromeas? -— Bufó YoonGi. — Tocas peor que mi abuela.
—¡No es cierto! — Chilló Jin.
—¡Que sí!
—¡Que no!
—Mi abuela es bonita...
Los dos elfos mayores mirado a TaeHyung con un signo de interrogación en la cara. ¿Cómo es que podía ser tan... TaeHyung?
El elfo de viento gruñó y volvió a tocar la puerta, ahora con más fuerza, haciendo que el ruido retumbara por toda la cabaña.
SeokJin rió sarcástico. —¡Wao! ¡Gracias por despertar a media comunidad! Pedazo de niebla.
—¡Ya! — Intervino TaeHyung con un puchero. — Dejen de pelear, no es bonito.
—Bebé. — Tosió fingidamente en burla YoonGi.
Y justo en ese momento, la puerta se abrió, mostrando a una anciana. Una muy amorosa elfa de la unidad de agua, además de omega.
Vestía un lindo vestido liso de color azul marino, y su cabello grisáceo con tonalidades azulinas estaba trenzado sobre su hombro izquierdo.
Mas su rostro denotaba preocupación y molestia.
—Falleg, Erfitt y Fullkominn... ¿Qué hacen aquí? ¿Qué se les ofrece? — Preguntó mirando hacia abajo en señal de respeto.
TaeHyung sonrió enternecido ante la sumisión innata de la anciana a pesar de que ninguno de los tres elfos presentes era su alfa. Como pudo, desocupó una de sus manos y con gentileza tomó el mentón de ella con sus agraciados dedos y lo levantó, chocando sus miradas. Le mostró su sonrisa cuadrada, dándole la confianza de tratarlos como su igual a pesar de los rangos diferentes que poseían.
—Mi linda Draumur, no temas, nuestros ojos no te harán daño. — La confortó acariciándola suavemente su mejilla, a lo que la omega respondió con un suspiro de alivio. — Draumur, ¿Frelsari se encuentra en pie?
La anciana asintió lentamente, más segura ahora con la presencia de los tres elfos.
—¿Quieren verlo? ¿A estas horas?
YoonGi asintió. —Sí, por favor Draumur, es urgente.
Todos sabían lo impaciente que podía ser Min YoonGi, pero tenía razón, no había tiempo que perder.
La elfa de agua dudó, pues su trabajo era cuidar del frágil Frelsari durante los días y noches que viviera. ¿Sería adecuado dejarlos pasar cuando era tan tarde?
—De acuerdo, pero por favor, procuren ser cuidadosos. — Aceptó con un suspiro mientras les daba espacio a los elfos a pasar. —Hoy Willow a botado hojas, supongo que Frelsari no está de humor. — Advirtió hablando del gran sauce.
—Nada que sus galletas no resuelvan, ¿cierto? — Sonrió suplicante Jin cuando pasaron a la sala de la gran cabaña.
La elfa rió mientras cerraba la puerta. —Él se encuentra arriba, les subiré galletas.
—Y leche. — Puchereó YoonGi.
—...Y leche. — Rió nuevamente la anciana.
La elfa desapareció hacia la cocina del lugar, momento que aprovechó Tae para mirarlos mal.
—Y luego dicen que el bebé soy yo.
Ya con los brazos semi acalambrados, comenzaron a subir las escaleras, momento en el que Tae trastabilló.
—¿Estás bien? ¿Quieres que lleve a la humana ahora? — Ofreció SeokJin amablemente cuando razonó que el elfo ya debía estar cansado.
TaeHyung asintió a regañadientes. A pesar de que sí estaba cansado, no le gustaba la idea que otros se hicieran cargo de HaMin, pues era el error que él debía arreglar. Solo él.
HaMin pasó de estar en los brazos de TaeHyung para estar en los de SeokJin, mas no se movió ni despertó, como si nada hubiera sucedido. Al parecer nada podía perturbar su sueño.
Volvieron a subir las escaleras, mientras que Tae masajeaba suavemente sus brazos estando ahora más consiente de lo cansados que estos estaban.
Llegados ya al segundo piso, caminaron titubeantes por el pasillo lleno de habitaciones. Pero solo una parecía estar ocupada, la del fondo.
Se colocaron frente a esta, fijándose que la puerta era corrediza y enorme.
YoonGi respiró hondo y corrió la puerta pesada, mostrando que no era una habitación lo que veían.
Era una biblioteca. Una muy enorme biblioteca.
Estante tras estante, de casi tres metros cada uno, llenaba la habitación de luz amarillento por la iluminación.
Se internaron en la biblioteca, observando todo con curiosidad. Jamás creyeron que alguien pudiera tener tantos libros, mapas, cuentos, enciclopedias y demás por gusto personal. Pero, Frelsari es Frelsari. Además de ser el elfo más importante y delicado, era el más sabiondo de todos.
—Con solo ver tantos libros ya me da sueño. — Dice despectivamente YoonGi.
—Puedo oírte, Erffit.
Los tres elfos se quedaron de piedra al oír la voz de Frelsari. No es que le temieran, solo que es extraño.
Luego de unos segundos de pánico, siguieron avanzando hasta dar con un enorme escritorio pegado a la pared, la superficie de este estaba llena de libros, tinta y su respectiva pluma.
Frente al escritorio, se encontraba el elfo sentado. Estaba de espalda a ellos, mas aún así agacharon sus cabezas en señal de respeto. No siempre se puede ver a un elfo de tan importante rango.
Frelsari se levantó lentamente de su silla y estiró suavemente su cuello, haciendo que sus visos dorados relucieran más contra el resto de su cabello castaño oscuro.
Su cabello era corto a diferencia de la mayoría de los elfos, pero era aún más hermoso que cualquier cabellera en ese lugar.
Su espalda era ligeramente ancha y su cintura estrecha, dando una imagen delicada y a la vez varonil. Sus piernas eran largas, pero no tan tonificadas pues no se le permitía hacer tanto ejercicio por temor a que algo malo le ocurriera.
Su cuerpo estaba cubierto por una camisa de seda blanca y unos pantalones de tela marrón claro. No usaba la usual túnica de un color iridiscente encima, lo que hacía denotar que el elfo estaba a punto de irse a dormir.
Frelsari se giró con delicadeza, mostrándoles una sonrisa amable. Casi nunca recibía visitas, solo veía a la servidumbre... Así que ver unas caras diferentes lo animaba mucho, cosa que el sauce mostró inmediatamente haciendo que sus hojas y ramas crecieran más.
—¡Hobi hyung!
Nadie pudo detener a TaeHyung antes de que este se abalanzara a HoSeok, quien sin ningún problema lo abrazó con fuerza.
Demonios, extrañaba a sus amigos.
—Hola pequeño... — Saludó sintiendo su corazón cálido nuevamente. — Los he echado de menos.
Jin caminó hasta el sillón que estaba al lado del escritorio y dejó a HaMin con cuidado en este para luego aproximarse a HoSeok.
—Hey, suéltalo un poco. — Rió SeokJin queriendo abrazarlo.
—¡Ño! — Balbuceó TaeHyung como un bebé, pues sabe que a HoSeok le gusta cuando se coloca a hacer aegyo. — ¡Hobi hyung es mío!
YoonGi resopló divertido al ver la cara de fastidio de Jin y el sonrojo de Hobi. Negó con la cabeza antes de acercase a TaeHyung y con fuerza lograr que lo soltara.
—Tranquilo, koala. — Rió el elfo de viento por el puchero que Tae formó con sus labios.
SeokJin aprovechó el momento para abrazar a su dongsaeng con fuerza, demostrándole cuánto lo había extrañado también.
Mantener las distancias había sido difícil para todos.
—YoonGi. — Saludó HoSeok luego de que Jin se apartó.
—HoSeok.
Ambos se veían bastante incómodos, pues antes de que HoSeok fuera Frelsari, era su mejor amigo.
Las cosas habían cambiado drásticamente desde entonces.
—Ven aquí. — Susurró Hobi con lo brazos abiertos, a punto de llorar cuando su mejor amigo se abalanzó sobre su cuerpo.
Se habían extrañado demasiado. ¿Cómo es que habían crecido tanto? ¿Por qué tenían que separarse?
TaeHyung y Jin miraban la escena emocionados, pues sabían que cuando HoSeok tomó el cargo como el elfo más importante, YoonGi jamás volvió a ser el mismo.
Los habían separado, no era algo de lo que pudieran librarse. El deber es el deber, y debían cumplirlo.
Pasaron varios minutos así, cuando SeokJin se percató que el olor de la humana volvía a la normalidad.
Miró a sus amigos nervioso, era momento de revelarle la razón de su visita a su amigo.
.
.
—¿Me están diciendo que lo que está en esa manta, que está en mí sillón, es una humana?
TaeHyung hizo una mueca mientras jugaba con sus dedos nerviosamente. ¿Lo regañaría él también?
—S-Sí... Lo es... — Respondió.
—¡Genial! — Sonrió, sorprendiendo a todos. — ¿Por qué me miran así? Nunca he visto a una humana, esto será lo más alocado que haré desde que me convertí en Frelsari.
—Hobi... — Susurró Jin apenado. Él sabía que HoSeok era alguien enérgico y divertido antes de ser lo que es ahora. Pensar que tuvo que dejar todo lo que era por el bien de toda la humanidad, lo hace sentir culpable de cierto modo. ¿Por qué el no podía tomar esa responsabilidad, que era más tranquilo?
—Hyung, estoy bien. — Sonrió nuevamente el elfo de visos dorados. Había aceptado su cargo desde hace cuatro años, ya se había acostumbrado. — ¿Puedo verla?
Se acercó al sillón con cautela, pues conocía todas las precauciones que diariamente debía tomar... Y esta era una de ellas.
Tomó uno de los extremos de la manta y lo corrió, mostrando la mitad del rostro de HaMin, ya que la otra mitad era tapado por su cabello enmarañado.
Los tres elfos a su espalda lo miraban con preocupación, listos para actuar en el caso de que el contacto con la chica le hiciera daño.
HoSeok sintió como sus piernas temblaban y su garganta se cerraba al ver a HaMin. Dio unos pasos titubeantes hacia atrás, intentando decir algo, mas su sorpresa no lo dejaba.
—¡Hobi! ¿Estás bien? — Preguntó Jin sosteniendo a HoSeok. — YoonGi, dile a Draumur que llame al resto, rápido.
YoonGi salió disparado de la biblioteca en busca de la elfa, aunque sus instintos le decían que se quedara con su mejor amigo.
Tae se puso nerviosos hasta el punto de querer llorar. Si perdían a Hobi por el contacto con HaMin, todo sería su culpa.
Con las manos temblorosas acercó la silla del escritorio a Frelsari, permitiendo que este se sentara.
—Estoy bien, t-tranquilos. — murmuró. — No es lo que piensan.
En su cabeza aún llovían recuerdos dolorosos que no dejaban que se expresara bien.
Ljómandi.
En ese momento entró Draumur junto a YoonGi. —Ya vienen en camino. — habló el elfo.
La anciana se quedó estática al ver a HoSeok y a HaMin, más impresionada que nunca al ver semejante persona.
—Por Odín, esto no puede ser cierto. — sollozó Draumur. — Frelsari, ¿está usted bien? — Se acercó a él y acarició su bella cabellera.
HoSeok asintió aún tembloroso. —Sí, BongSoo, estoy bien. Es... Es doloroso verla nuevamente.
—¿Nuevamente? — preguntaron los tres elfos restantes al mismo tiempo.
Hobi miró a BongSoo, porque así la llamaba él, y asintió a esta, permitiéndole que contara la historia.
La anciana respiró profundo y habló. —Hace siglos, cuando las tropas de Loki se apoderaron de la tierra, todos los elfos Messías fueron a pelear, junto con otros elfos. — contó la elfa recordando los orígenes de la unidad de la que HoSeok pertenecía. — Incluyendo a la familia de Frelsari, quien solo era un niño en ese entonces. La tierra era un caos, acabando con la mayoría de nosotros, menos con... Ljómandi. Fue la única messías que sobrevivió para luego volver aquí... Lo que no nos esperábamos es que ella nos daría el aviso justo antes de la guerra... "Vienen por nosotros".
»Luego de que el mensaje fue dado, las tropas de Loki, llenas de lobeznos y demás, nos invadieron. Luchamos como pudimos, pero aún así nos estaban ganando, hasta que...
—Hasta que mi padre apareció, ¿no es verdad? — Habló Tae reconociendo esa parte de la historia. — Mi padre logró sacar las tropas de Loki para luego unificarnos.
BongSoo asintió. —Lo que tu padre jamás te contó es que fue Ljómandi la que buscó su ayuda. Ella sabía que tu padre era el elfo más poderoso de la unidad de fuego, así que le pidió que tomara el frente en la batalla. Logramos ganar, gracias a tu padre... Cosa que a Loki no le agradó, tomando así a Ljómandi, diciendo que elfos como ella serían aniquilados hasta hacer de esta tierra suya, matándola frente a todos.
Los elfos se quedaron en silencio. Esa parte de la historia jamás había sido contada, ni si quiera aparecía en los libros que les hacían leer en sus entrenamientos.
—Loki se llevó su cuerpo, quitándonos nuestro derecho de luto. Desde ese entonces, los elfos y elfas de la unidad de messías eran escasos, gracias a la guerra. Los que sobrevivieron a la invasión, murieron al poco tiempo, dejando solo algunos ancianos y niños... Entre ellos, Frelsari. — BongSoo miró a TaeHyung. — En ese siglo, las hembras no éramos importantes, pero luego de la guerra, tu padre se ocupó de que nosotras fuéramos prácticamente diosas para ustedes, protegiéndonos y amándonos día y noche... En memoria de Ljómandi.
—Si fue tan importante, ¿por qué no sabíamos nada de ella? — preguntó Jin, curioso.
—Por mí. — habló finalmente HoSeok, mirándolos a todos. — Era un niño cuando ella fue asesinada, era el único niño viable para tomar el mando de los messías luego de que mi hermano muriera en batalla. Tu padre, TaeHyung, no quería que creciera con miedo y con esa responsabilidad, así que quitó su nombre de todo registro y ordenó que su historia no fuera contada ni escrita por nadie. Se aseguró de que creciera con una bella familia... — dijo mientras acariciaba la delicada mano de BongSoo, mirándola con un amor más grande que cualquier constelación. — Se aseguró de que no sufriera peligros pero de que creciera como un elfo normal, dejándome tener amigos como ustedes, que estudiara e hiciera las mismas pruebas que ustedes. Ya cuando fue revelado que yo era Frelsari, la historia y los recuerdos se me fueron dados. Luego de tantos años entendí que mi vecina Ljómandi había muerto luego de salvarnos a todos, y que gracias a ella nuestras bellas elfas y demás criaturas femeninas eran valoradas finalmente.
Fue ahí que todos miraron a la dormida HaMin. Respiraba con tranquilidad, no tenía idea de lo que hablaba el resto ni lo que le acontecía.
—Entonces... ¿Ella se ve como Ljómandi? — Preguntó finalmente YoonGi, uniendo los puntos de la historia.
HoSeok asintió. —Es su viva imagen.
Todos entendieron finalmente su reacción al ver a la humana. No es que su contacto le hubiera enfermado, sino que le dolió por los recuerdos que le fueron dados.
SeokJin sonrió. —Los chicos están aquí, los puedo oler. —Comentó rompiendo el momento. Arrugó la nariz de repente. —Ugh, Nam no se bañó.
HoSeok estalló en risas, provocando que el sauce creciera un poco y que una enredaderas se hicieran presentes en el borde de su balcón y ventanas más cercanas. El resto lo quedó mirando embelesados por tal espectáculo, no solo el que la flora creciera, sino de HoSeok riendo.
Sus labios mostraban sus perfectos dientes y su respingada nariz se arrugaba mientras que sus ojos color tornasol se cerraban. Su cabello parecía brillar más de lo normal y su aroma era mucho más embriagante.
¿Hace cuánto que no veían a HoSeok reír de tal manera?
—Iré a abriles, mi bello príncipe. — Anunció la anciana acariciando el rostro de su hijo adoptado. —Vuelvo en un minuto.
HoSeok asintió con las mejillas sonrojadas y una amplia sonrisa. Tomó la mano de la elfa y la besó, en sus nudillos huesudos y piel arrugada, mostrándole su cariño. Cuánto amaba a esa mujer.
Cuando BongSoo salió de la biblioteca, YoonGi miró duramente a HoSeok.
—¿Seguro que no sabías nada? — preguntó el elfo de viento. —¿En serio no tenías idea de que Draumur no era tu madre?
El elfo messías lo miró con cierta vergüenza. —Eso sí lo sabía. Era un niño cuando perdí a mis padres, pero aún tengo recuerdos de ellos. Siempre supe que BongSoo era mi madre adoptiva.
—Es decir que ocultaste eso todo el tiempo, ¿no es verdad? — bramó ofendido. —Nos mentiste, me mentiste. —Su rostro se estaba colocando ligeramente rojo por la rabia. — Todas esas veces que decías que podrías ser un elfo de agua porque BongSoo era de esa unidad... Eran engaños, ¿no? ¡Pero qué va! ¡¿De qué sirve tener un mejor amigo si no puedes mentirle en la cara?!
YoonGi pateó el estante más cercano, provocando que este tambaleara.
—¡Alto ahí, Min! — Gruñó HoSeok levantándose de su silla. —Sabía que mis padres habían muerto pero no tenía idea de qué unidad eran, solo sabía que habían fallecido por la invasión de Loki y que BongSoo me adoptó como suyo al saber que era huérfano.
Jin y Tae miraban aterrados la escena pues sabían que cuando YoonGi explotaba, nada podía calmarlo. Era cuestión de tiempo como para tener un tornado en medio de la cabaña.
—¡¿Y por qué no me lo dijiste?! — Gritó molesto. —¡Soy tu mejor amigo! ¿Jamás se te ocurrió contarme que eras huérfano, que eras adoptado? — De repente la mirada de Min se volvió triste. —Yo siempre me abrí a ti, HoSeok. No había nada que no supieras de mí, siempre fui trasparente contigo... ¡¿Por qué demonios tú no lo fuiste conmigo?!
—¡Porque tenía vergüenza! — estalló HoSeok, haciendo que las bellas enredaderas en las ventanas se marchitaran. — ¿Cómo crees que me sentía al ver que todos ustedes tenían familia y yo no? ¡Todos ustedes sabían o tenían una idea de qué unidad iban a formar parte menos yo! ¿Crees que iba ir alardeando eso por la aldea? — El elfo messías rió sarcástico. — "Oh hola, me llamo HoSeok y soy huérfano. ¡Ah! Y no tengo ni puta idea de qué unidad seré ni qué haré de mi maldita vida."
YoonGi se acercó a HoSeok, sintiéndose ofendido hasta lo más profundo.
—Yo jamás te hubiera juzgado.
Jung sintió como el sauce se debilitaba al ver los ojos tristes de su mejor amigo. Sintió el peso de sus secretos en su espalda más que nunca, secretos que no solo lo habían dañado a él, sino a su mejor amigo.
Demonios, claro que sabía que YoonGi jamás lo hubiera tratado mal por su historia, y ahora se sentía pésimo por habérselo ocultado.
—¿HoSeok hyung...?
Todos miraron hacia su costado al escuchar una suave voz, la cual pertenecía a JiMin.
El pequeño elfo de agua estaba junto a NamJoon, elfo de tierra, mientras miraban dudosos la escena. Obviamente algo malo pasaba, el sauce se veía claramente más caído.
—JiMinie, NamJoonie... — sonrió Frelsari mientras abría sus brazos ante ellos. — Vengan...
Ambos elfos se acercaron y se abalanzaron sobre HoSeok, quien con esfuerzo los recibió entre sus brazos.
Sí, había extrañado a su grupo, a sus amigos.
NamJoon se aclaró la garganta con rapidez mientras se apartaba de HoSeok, claramente afectado por la emoción de volver a ver a uno de sus mejores amigos de la infancia. Pero no, no podía verse sensible. El comandante en jefe no podía verse afectado por un simple abrazo.
—Frelsari... ¿En qué le soy útil?
—Ay, por favor Nam. Me has olido los gases y yo los tuyos. ¿Qué demonios es eso de "Frelsari"? — Se burló HoSeok ante la postura de NamJoon, quien había apoyado ambas rodillas en el suelo y tenía su mirada sumisamente hacia abajo. Nam levantó la mirada inmediatamente mientras se sonrojaba.
Y es que la verdadera amistad es para siempre. No importa que tan alto estés o que tan bajo hayas caído. Tus verdaderos amigos siempre te recordarán el porqué los quieres.
—Ya, Hobi hyung, hace que el comandante se sonroje. — rió JiMin. Ya se había apartado de HoSeok, pero aún sentía la calidez de su abrazo.
Frelsari miró al de menor estatura y sonrió. Él no había logrado estar en la ceremonia de identidad de JiMin, así que verlo como todo un elfo de agua era demasiado nuevo para él.
Su cabello, el cual era rubio, ahora era negro azulino con mechones azules y sus ojos, si los mirabas profundamente, parecían ser olas del mar en constante movimiento. HoSeok creía no haber visto ojos tan maravillosos, aunque todos decían que los elfos messías eran los más bellos entre todas las criaturas, él no podía evitar apreciar las características de los demás más que las suyas.
Como Jin. Cada vez que sonreía, la habitación se iluminaba. Literalmente. Y su cabello, dorado y brillante siempre bailaba contra el viento con una gracia impresionante.
YoonGi era una belleza de lo más intrigante. Pues sus ojos gatunos ya de por sí le daban una apariencia misteriosa, pero sus iris grisáceos los hacían hipnotizadores. Y qué decir de su cabello. Era largo y casi blanco, era el estereotipo más común de un elfo, pero YoonGi lo elevaba a niveles universales. No era en lo absoluto común.
Y bueno, del resto de sus amigos tampoco había estado en sus ceremonias de identidad, así que la imagen de NamJoon y TaeHyung también eran nuevas para él.
Quería tomarse el tiempo de mirarlos y apreciar sus cambios, pues eran significativos.
NamJoon, por ejemplo, su piel ya no era lechosa, sino mas bien acaramelada. Sus ojos eran oscuros como la noche y su cabello era largo y ligeramente ondulado, el cual amarraba en un moño clásico, dejando unos mechones sueltos alrededor del rostro. Vestía una camisa blanca, como todos los elfos, y una túnica color marrón sobre esta. La diferencia era que llevaba una katana enfundada amarrada en su cadera. Los elfos que formaban parte del ejército eran los únicos que tenían permitido llevar armas las 24 horas del día, y por lo que había oído de su madre, NamJoon era comandante en jefe.
TaeHyung tenía su cabello largo, liso y rojo. Un rojo tan vivo, que diera la idea de que era una cascada de lava que caía hasta la cintura. Parecía ser que Tae tenía la costumbre de colocarse mechones detrás de sus orejas, haciéndolo ver tan indefenso y adorable. Sus ojos eran mieles y casi amarillos, brillaban incluso con las luces apagadas, como si el fuego vibrante quemara a través de sus iris.
Faltaba solo uno del grupo para que tuviera sus pruebas y su ceremonia de identidad. De hecho, era con el que menos había logrado compartir, por la diferencia de 4 años de edad... Jeon JungKook. El término de sus pruebas era en unos días, es decir que su ceremonia sería dentro de las próximas semanas. HoSeok realmente esperaba lograr escaparse por unos minutos y asistir a la ceremonia, pues no lo había logrado con ninguno de sus otros amigos.
—Chicos... Tenemos un problema. — Comentó finalmente HoSeok saliendo de sus pensamientos. JiMin y NamJoon miraron con preocupación al elfo de mayor rango. — Como verán, YoonGi-ssi, Jin hyung y TaeHyung-ssi están conmigo...
Por primera vez en la noche, el elfo de tierra y el elfo de agua se percataron de la presencia de los demás.
El problema era que ya ellos no eran tan unidos. No se odiaban, pero desde que HoSeok se fue a cumplir su deber, que ninguno de los chicos volvió a ser el mismo. TaeHyung se volvió más infantil, NamJoon más aburrido, Jin más serio, YoonGi aún menos comunicativo, JiMin menos alegre y JungKook menos participativo.
La amistad entre TaeHyung, SeokJin y YoonGi se mantuvo con esfuerzo. Mientras que NamJoon y JiMin siguieron manteniéndose en contacto luego de que HoSeok los dejara.
JungKook por su lado solo se alejó. Se encerró en sí mismo mientras se mantenía ocupado practicando todo tipo de pruebas de unidad, deportes y materias. Al ser el menor, fue el más afectado.
—TaeHyung-ssi trajo por accidente una humana.
—¡¿Qué?! — Gritaron al unísono NamJoon y JiMin, para luego mirar a Tae con reproche.
—No entiendo cómo pudiste ser tan irresponsable, TaeHyung. — Regañó NamJoon. — Sabes los riesgos que esto trae, sabes lo malos que son los humanos, ¿en qué momento te distrajiste a tal punto de que-...?
—No le hables así, Nam, no cuando yo esté presente. — Lo defendió Jin al ver cómo Tae se hacía más pequeño en su puesto. — Tú has puesto en peligro tropa tras tropa en el campo de batalla y nadie te lo anda refregando en la cara. Así que no me hables de irresponsabilidad o distracción.
Nam apretó sus manos en puños con fuerza, claramente molesto. Pero sabía que su mayor tenía razón. Sabía que era muy torpe, y por muy gracioso que sonara, su torpeza había logrado que lo nombraran comando en jefe. Pero seguía siendo torpe, seguía cometiendo errores. Lo único que lo consolaba era que su taza de éxitos era mayor que la de fracasos.
JiMin por su lado no opinó, ni en favor ni en contra de TaeHyung. Solo lo miró, cuestionándose en qué momento se habían distanciado tanto. Pensar que hace solo unos años eran inseparables, uña y mugre, viento y marea, almas gemelas, hermanos de otra madre... Se sintió culpable de que quien tuviera el coraje de defenderlo fuera Jin y no él, cuando sinceramente creía que debía ser él.
—No están aquí para pelear. Están para investigar el porqué está ella aquí. — Apuntó HoSeok a HaMin. — Todos tenemos claro que solo nuestras especies tienen el código genético para pasar por un puente. Las únicas opciones que hay para que ella lograra pasar, es que el puente fuera mal hecho o que ella es uno de nosotros. ¿No es así, Nam? Tú eres más listo que yo...
NamJoon respiró hondo ante el cumplido y asintió. —Sí, esas son las únicas respuestas que hay al que ella haya logrado venir. Tendríamos que investigar cómo se hizo el puente para estar seguros. Porque buscar un pariente de la humana que venga de nuestra tierra nos tomaría años.
HoSeok sonrió. —En ese caso, ¡a trabajar!
Frelsari se veía emocionado por poder estar con su amigos y trabajar con ellos. Mas, entre ellos se sentía una tensión e incomodidad palpable.
¿Podrán volver a unir lazos que se creían en el olvido? ¿Aunque fuera por una humana?
¿Alguien se esperaba que Frelsari fuera Hobi? uwu.
¿Teorías de qué unidad será JungKook?
¿Teorías de cómo NamJoon logró ser Comandante en jefe? Es una historia graciosa.
¿Cómo les parece la historia de momento?
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