Kafli O2
—¡Kim TaeHyung, ¿qué mierda hiciste ahora?!
El nombrado colocó uno de sus largos y cuidados dedos en su labio, implorando silencio de parte de su amigo y compañero.
—Si alguien se entera de esto, YoonGi, me matarán, ¿entiendes eso?
El mayor miró con cierto desagrado a su amigo. ¿Por qué siempre se metía en problemas cada vez que iba a la tierra? ¿Es que acaso no podía completar ninguna misión como corresponde?
—¡Tú! — gritó en un susurro mientras apuntaba a su menor con el dedo índice. — No vuelvas a meterme en tus pendejadas, que ni tu padre podrá detenerme en cortarte las orejas.
TaeHyung chilló agradecido mientras saltaba hacia su amigo y lo abrazaba con euforia.
YoonGi siempre le decía lo mismo, mas nunca cumplía sus amenazas, al menos no con él.
—¿Y bien? ¿Qué pendejada bien pendeja hiciste ahora?
Tae suspiró nervioso cuando guió a su amigo a su alcoba. Abrió lentamente la puerta para que entraran, encontrándose con el cuarto completamente a oscuras.
El menor de estos dos se acercó a su escritorio y pasó la mano por encima de la vela que había en esta, encendiéndola al instante.
El cuarto se iluminó, mostrando al pálido lo que había sucedido.
—¡POR TODAS LAS NINFAS DEL MUNDO, JODER TAEHYUNG, DIME QUE ESA COSA NO ES UNA HUMANA!
TaeHyung corrió hacia él y le tapó la boca. —¡¿Que no entiendes lo que es el silencio, idiota?!
YoonGi se soltó de su agarre. —¡¿Y tú no sabes lo que ese humúnculo significa?!
Tae bufó y cerró la puerta de su cuarto con seguro, temiendo que alguno de sus vecinos con buena audición pudieran saber lo que sucedía en su cuarto.
—¡Lo sé! ¿De acuerdo? Yo no lo planeé, solo pasó. — comentó, acercándose a la cama y sentándose al lado de la jovencita que dormía profundamente. La miró con profundidad, intentando de encontrar similitudes de las historias que se contaban en las tribus con lo que veía. — Pensé que los humanos eran horribles... Pero no lo son.
—¿A qué te refieres? — bufó el pálido acercándose un poco. Seguía claramente molesto y aún planeaba pedir una explicación para semejante error. El menor claramente no se libraría de un intenso interrogatorio.
TaeHyung levantó su mano izquierda y, con un poco de miedo, tocó el largo y oscuro cabello de la chica.
—Efst decía que sus pieles y cabellos eran ásperos como los troncos de los árboles... — murmuró suavemente Tae mientras con delicadeza acariciaba el cabello de HaMin.
YoonGi se acercó asustado. —No la to...ques... Ah, ya lo hiciste.
—...Pero su piel y cabello son suaves como las flores... — murmuró encantado cuando acarició las mejillas de ella. Con cuidado, levantó uno de los párpados de ella y miró sus iris. — Dijo que sus ojos eran rojos por la codicia... Pero en realidad son de un color como la miel.
El menor tomó con delicadeza el mentón de la chica y lo alzó, comenzando a acariciar con su pulgar los labios entreabiertos de ella.
—Dijo que sus labios sabían a maldad, porque escupían llagas que pueden derrumbar hasta al mejor guerrero... — se acercó lentamente a su rostro, queriendo comprobar eso por sí mismo, pero su amigo lo agarró de los hombros, deteniéndolo.
—¿Eres tonto o qué? — gruñó YoonGi. — ¿Qué pasa si unes tus labios con los de ella y crean un lazo? ¡Estarías arruinado! Ni si quiera lo intentes.
Los largos labios de Tae formaron una perfecta "O" por el asombro.
Ellos creaban lazos mediante la unión de los cuerpos, mas cada criatura era diferente, por ende sus marcas y lazos también. ¿Cómo se unían los humanos? ¿El rozar de los labios era suficiente como para hacer una marca?
—Tienes razón... — susurró perdido ante la imagen de la humana. Volvió a acercarse a la chica pero ahora a su cuello, a la unión de las clavículas específicamente, donde el olor de ella era más fuerte y marcado. Aspiró con suavidad el aroma que desprendía sus poros y sonrió. — Dijo que olían a venganza y envidia, pero ella huele ligeramente a rosas...
YoonGi suspiró. —¿Y tu punto es...?
—Que... Los humanos no parecen ser tan malos como los pintaba Efst. — finalizó alejándose de la chica.
—Cuidado con eso Tae, que si el cabeza dijo eso, es por algo.
El menor suspiró, sin saber qué podía hacer ahora. Era cuestión de tiempo para que la descubrieran, pues el olor humano es diferente al de todas las criaturas ahí.
—Es hermosa... — susurró.
—¿Hermosa? — preguntó asqueado el mayor. — ¿De qué hablas? Mira esas piernas lampiñas... Las piernas de las faunas son mejores, con sus vellos y pezuñas. — comentó tocando con su dedo índice una de las descubiertas piernas de HaMin. — Esta... Cosa... No tiene nada de atractivo. Sus orejas son pequeñas, sus dedos están separados, no tiene algún tipo de cola ni escamas y no parece ser algún híbrido de ningún tipo... ¿Qué va a tener de atractivo?
Tae rió. —Tú tienes un fetiche con las faunas.
—Son sensuales, no lo niegues.
Los dos comenzaron a reírse cuando un pequeño jadeo los perturbó. La humana estaba comenzando a moverse lentamente, estirando sus brazos y piernas.
—Wowowow, esa cosa se mueve. Tae haz algo. — se asustó el mayor alejándose y chocando con la puerta a sus espaldas.
TaeHyung se levantó y se alejó de igual manera, intentando demostrar que no estaba para nada asustado.
—¿Se te olvida que somos superiores a los humanos? — rió nervioso TaeHyung mientras observaba como la humana comenzaba a abrir los ojos lentamente, hasta que los abrió a su totalidad.
HaMin bostezó y miró extrañada su entorno. La cama era grande y decorada con ciertas hojas en el respaldo de esta. Las paredes eran rústicas, hechas con las cortezas de los árboles. Había un escritorio a su derecha con una vela encendida sobre esta, mientras que a su izquierda parecía haber un closet de pared. También había una ventana, que mostraba claramente que seguía siendo de noche.
Se talló los ojos y bostezó, queriendo saber en dónde se encontraba... Cuando sus ojos vagaron a las dos criaturas frente a ella.
—¿Tae...? ¿YoonGi...? — frunció el ceño y se sentó. — ¿Qué hago aquí? ¿Y por qué están así disfrazados?
Los dos jóvenes se miraron sorprendidos. ¿Es que acaso los humanos sí tenían alguna clase de poder?
—¿C-Cómo sabes nuestros nombres...? — preguntó nervioso Tae, quien ahora se abrazaba del pálido en busca de ayuda.
HaMin bufó, si ya antes odiaba al castaño, ahora lo odiaba más. Aunque ahora ya no estaba castaño... Su cabello era rojo fuego, largo y liso hasta la cintura del chico.
Sus orejas eran puntiagudas y delgadas, sus ojos tenían un color miel claro, casi amarillos. Su piel estaba más clara y su físico se veía claramente más trabajado, bajo esa túnica de color vino.
Por el otro lado, se veía a YoonGi. Su cabello era rubio platino —yendo a blanco— y estaba recogido con una especie de palillos. Sus ojos seguían siendo gatunos, pero ahora sus orbes eran de un color grisáceo tan llamativo, que cualquiera se perdería en este. Sus labios ligeramente rosas eran un bello contraste con la piel casi traslúcida del joven. Sus orejas también eran puntiagudas y delicadas, mas este vestía una túnica gris, tapando el delgado pero tonificado cuerpo.
—¿Van a algún tipo de mangafest? ¿Por qué se han disfrazado? — preguntó recordando esos eventos en los que todos los frikis se vestían como sus personajes de animes y videojuegos.
HaMin se sentó en la orilla de la cama, dispuesta a levantarse, cuando los dos jóvenes se asustaron y comenzaron a alejarse de ella.
—¡N-No te nos acerques! — tartamudeó YoonGi. — TaeHyung, ¡haz algo!
El menor abrió su boca y la cerró repetidas veces, no sabiendo que decir. Sabía que un humano no podía hacerle mucho daño, menos estando desarmado... Pero aún así, tener a una humana de cerca es muy diferente a escuchar sobre ellos.
—¿Saben qué? ¡Me largo! — bufó HaMin ante los "amigos" de SeokJin.
Ella sabía que eran extraños, pero no a tal grado.
Se acercó al par, el cual huyó despavorido por el resto de la alcoba, dejándole la puerta libre a HaMin.
Sacó el seguro y salió sin dudarlo.
—¡TaeHyung! — gritó asustado YoonGi. — ¡En cuanto la humana ponga un pie a fuera, la matarán y de paso a nosotros también!
Tae lloriqueó. —¿Por qué siempre a mí?
Salió corriendo de la alcoba, llegando a la sala de su casa. Vio a HaMin frente a la puerta de salida y corrió hacia ella lo más rápido que pudo, pero ya era tarde... Ella ya había abierto la puerta.
HaMin miró a su al rededor a pesar de la oscuridad. Su garganta se secó y sus ojos se abrieron como platos al ver cabañas repartidas en varios sitios cerca de los árboles. Notó luciérnagas volando... Pero, no eran luciérnagas.
—¿H-Hadas? — susurró temiendo desmayarse.
Vio antorchas clavadas en alrededor de un tipo de sendero, y por este vio caminando a otros vestidos de igual manera que sus "amigos" junto a un fauno.
HaMin no podía creer lo que veía, todo era demasiado surrealista. Así que instintivamente comenzó a gritar, pero su voz fue amortiguada por las grandes manos de TaeHyung, quien alcanzó a atraparla e introducirla nuevamente a su casa.
Aún con la mano en la boca de HaMin, le pidió a YoonGi que cerrara la puerta rápidamente antes de que la chica fuera vista por sus vecinos y demás criaturas.
Cuando estuvo todo asegurado, finalmente la soltó.
—¡¿Quién demonios son ustedes y dónde carajo estamos?! — preguntó alejándose de los jóvenes. — ¡¿Cómo llegué aquí?!
—Sí, Tae. ¿Cómo llegó ella aquí? — Se unió YoonGi a la disputa, cruzándose de brazos.
TaeHyung se ofendió. —¡Ya, hyung! ¿Tú también?
—Tú solo concéntrate en darnos explicaciones. — contestó YoonGi, tomando dos de las sillas del comedor de Tae, le entregó una a HaMin y otra se la dejó para él mismo.
HaMin susurró un gracias un tanto desconfiada mientras se sentaba. Seguía sin entender el porqué de su situación y mucho menos la apariencia de quienes creía conocer.
TaeHyung respiró profundo y se armó de valor, caminando de derecha a izquierda, intentando de recordar cada detalle de esa misión.
—B-Bueno... — titubeó. — Soy Kim TaeHyung, más conocido como Falleg y él es mi amigo Min YoonGi, conocido como Erfitt. Soy un elfo de la unidad de fuego y él de la unidad de viento. Fui reclutado junto a otros elfos y hadas a una misión en su tierra, generalmente estas misiones son para recolectar información, avances tecnológicos o comida. La misión iba perfecta, nada se había ido de control. Ya era de noche cuando nos dispusimos a ir al bosque, en donde abriríamos nuestro puente. Pero... Notamos que habían más individuos en el bosque, nos asustamos y abrimos el puente lo más rápido posible. Cuando llegamos acá... Me di cuenta de un bulto que no estaba antes en nuestras mercancías... Cuando me di cuenta que era una humana, la recogí y la traje aquí rápidamente, temiendo que si otro la encontraba, pudieran matarla.
HaMin y YoonGi se quedaron en silencio ante la historia, sin comprender bien aún el porqué ella estaba aquí.
Ella recordó los ruidos y demás...
Si tan solo ella no hubiera gritado, los elfos y hadas podrían haberse ido sin problemas y ella seguiría en su tierra.
—¿Son elfos? ¿Unos de verdad? — preguntó curiosa, a lo que Tae asintió. — P-Pero... Si los elfos son pequeños y traviesos... Tú no pareces un elfo.
YoonGi se levantó y se colocó al lado de su amigo mientras se cruzaba de brazos.
—Las criaturas mitológicas de las que habla tu mundo son el lado negativo de cada uno de nosotros. — comentó el mayor.
HaMin no entendió. —¿A qué te refieres?
—Por ejemplo, en su mundo existen los vampiros. — continuó YoonGi. — Los vampiros, o mejor dicho nosferátums, en realidad eran vanirios. Un Vanirio es un ser que protege a los humanos, bellos y sensibles a la luz del sol, con una fuerza insuperable y unos colmillos afilados. Estos no se alimentan de sangre a no ser que quieran sacarte información, ya que de tu sangre pueden leer tu vida completa, sin secretos ni mentiras. Se alimentan de frutas y demás, como cualquier criatura o humano. El problema es que los vanirios, al igual que el resto de nosotros, si no encuentran a su pareja o a alguien con quien hacer un vínculo, pierden sus poderes y mueren finalmente. — explicó serio y un poco molesto con lo que seguiría hablando — Hay vanirios leales quienes no temen morir por esta razón, pero hay otros codiciosos y vengativos que quieren seguir viviendo a costa de los demás. Es por ello que Loki, más conocido por ustedes como Diablo y Satanás, les ofrece ser inmortales a cambio de sus bellas almas. Los vanirios que aceptan dicho trato se convierten en lo que ustedes conocen como vampiros, seres sedientos de sangre y jamás satisfechos, horrendos y apestosos.
HaMin se quedó con la boca abierta y sus ojos parpadearon con rapidez. Entonces... ¿Todas esas cosas sí existían? ¿Significa que Crepúsculo en realidad habla de un vanirio y no de un vampiro? ¿O sí es un vampiro pero se saltaron de los aspectos reales de este?
—¿Y los hombres lobos...? — preguntó. — ¿Sucede lo mismo?
TaeHyung habló esta vez. —Exacto. Los hombres lobos, Donah-madadh o lobeznos, eran berserkers. Un Berserker es una criatura con forma humana normal, pero cuando se molesta, debe pelear o solo le apetece, sus cabellos crecen exageradamente, dejando todo su cuerpo lleno de pelo. Sus colmillos también aumentan en tamaño y sus fuerzas son también muy insuperables. Estas criaturas también protegen a los humanos, pero claro... No falta el que prefiere creerle a Loki, convirtiéndose en esos cambia-forma despiadados que ustedes conocen.
—Y así sucede con todos nosotros. Por eso ustedes conocen elfos pequeños y traviesos que no salen a la luz del sol, porque son elfos que prefirieron la inmortalidad y la maldad que Loki les ofrecía. A esos elfos los llamamos Elfos de oscuridad, mientras que nosotros somos Elfos de luz.
HaMin apoyó sus codos en sus rodillas y su cabeza en sus manos, sin poder creer todo con exactitud.
¿Elfos, Vanirios, Berserkers? ¿En serio estaban hablando de eso como si realmente existieran?
—¿Y cómo es que se ven igual que mis... Que mis amigos? — preguntó ahora sin entender. — Se llaman igual que ellos incluso, ¿cómo es eso posible?
YoonGi se encogió de hombros. —Yo soy único.
Tae le dio un leve empujón, intentando de detener su ego ahí por al menos unos minutos.
—No sabemos eso. — contestó finalmente el menor. — Supongo que en cada tierra hay un TaeHyung y un YoonGi, ¿no?
—¿Algo así como un doppelganger?
—¿Doppel qué?
—Olvídalo. — al parecer, todos los Kim TaeHyung's eran unos idiotas.
El silencio reinó en esa acogedora sala, aunque en realidad las mentes de los presentes aún estaban llenas de preguntas sin responder. Mas ninguno sabía como responderlas sin pedir ayuda a alguien especializado en el tema.
—¿Y tú cómo te llamas? — preguntó TaeHyung con los nervios de punta por el silencio. No le gustaba sentirse así de ansioso y preocupado.
—Oh, cierto. — se avergonzó ella. — Soy HaMin, Ahn HaMin.
TaeHyung sonrió. —Lindo nombre.
—En realidad es un apodo, mi nombre completo es... Horrible.
YoonGi sonrió burlesco. —¿Acaso te llamas Débora Cabezas?
TaeHyung intentó aguantar su risa, pero no lo logró, soltando sonoras carcajadas antes las pesadas bromas de su hyung. Puede que este elfo pareciera malo y distante, pero cualquiera que tuviera el valor de acercarse, se daría cuenta que en realidad es un elfo lleno de cariño.
—Y así se hacen llamar elfos de luz. — gruñó HaMin. Admite que su nombre no era tan vergonzoso como ese, pero seguía siendo horrendo al final.
—Lo siento... — rió Tae intentando colocarse serio. — ¿Cómo te llamas en realidad?
HaMin los miró seriamente, creyendo que mejor era no decírselos, ahora que sabía que no pararían de molestarla. Dejó de pensar en ello cuando unos fuertes golpes en la puerta asustaron a todos los que estaban ahí.
—¡Kim TaeHyung, abre la puerta!
Una voz masculina había gritado eso, atemorizando a HaMin. ¿Será que venían a hacerle algo.
—Mierda... — susurró Tae. — Estamos fritos.
—¿E-Es la policía o al-algo así? — preguntó ella levantándose y colocándose instintivamente detrás de los dos elfos.
—No, es peor. — respondió YoonGi. — Es Jin hyung.
Espero les vaya gustando la historia ah...
El edit que ven arriba en multimedia es como se ve Tae en el fanfic.
Fue hecho por MfSuagar, créditos a ella por el HERMOSO edit.
Yo había hecho este:
Pero sin duda el de Moonie es mucho mejor💙
—Créditos a la autora del libro "El libro de Jade", lugar en donde encontré la información de los vanirios y berserkers.
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