Capítulo 6⁷ 《¿Enemigo?》
En algún lugar dentro de la gran estación espacial, en una de las plantas más altas que hay en el complejo, de el interior de un elevador que acababa de ascender y conectaba con un pasillo en aquél lugar, sale un grupo de personas, de los cuales destaca una, quién era una joven chica vestida de enfermera acompañada de un gran bolso y con una expresión de preocupación en todo momento.
Se trataba de Zirconia, quién junto a los sirvientes, luego de el largo recorrido que habían hecho para llegar hasta allí, al fin estaban por llegar a aquél lugar dónde debe realizar su deber la joven enfermera.
Avanzan por aquellos pasillos, los cuales se encontraban solitarios y muy silenciosos, no encontrándose un alma en algún rincón de allí, lo que pondría con muchos nervios a la joven Zirconia, pues aquél lugar se veía extraño y dudoso.
Luego de unos minutos avanzando por los largos y angostos pasillos que habían, logran llegar hasta el final del mismo, dónde a comparación del resto, se encontraba otro grupo de personas esperando frente a una gran puerta.
Aquellas personas, quiénes iban vestidas de blanco, al ver al grupo de sirvientes parecerían emocionarse por un segundo, pero una vez que los sirvientes y Zirconia se acercaran hacía dónde se encontraba aquél grupo, recibiría una noticia que no les caería del todo bien.
- ¡Al fin han llegado! Y veo que traen a quién esperabamos ¿No es así? * Comenta una de las personas vestidas de blanco al ver al grupo de sirvientes, quién parecía ser el superior entre las personas allí*
- Lo sentimos doctor, pero nosotros no hemos traído hasta aquí a la doctora Hera Wolfram como usted pidió, sino que ella es su hija Zirconia Wolfram. *Explica uno de los sirvientes a el superior de aquellas personas vestidas de blanco*
- ¿"Hija"? ¿Y por qué ella ha venido en vez de su madre? *Pregunta extrañado el superior*
- He venido por petición de mi madre, soy su ayudante y ella actualmente se encuentra ocupada con algo y me pidió que haga su lugar por un tiempo hasta que termine con su deber actual. Tan sólo estaré aquí por un momento. *Explica algo nerviosa la enfermera, quién por vergüenza y respeto no mira a la cara a aquél superior*
- Curioso, nunca ningún otro profesional me había mandado a sus ayudantes para reemplazarlos temporalmente... *Comenta el superior al escuchar lo dicho por la enfermera*
- Pero bueno, al menos será por un tiempo. Aún así asumiré que posees los conocimientos necesarios para poder realizar el trabajo. *Agrega a lo que estaba diciendo el superior, quién se veía con una expresión seria*
- Bien doctor, nosotros ya nos retiramos, volveremos cuando la doctora Hera Wolfram haya acabado con su trabajo actual. *Menciona uno de los sirvientes, despidiéndose temporalmente del superior y aquellas personas en blanco, lo que comienza a poner nerviosa a Zirconia*
Tras decir aquello el grupo de sirvientes se retira del lugar, dejando a la enfermera sola, ahora con aquél grupo de personas, que si bien no estaban tan a gusto con su presencia, no tenía de otra que colaborar con ella.
- Bien señorita, creo que es momento para que podamos empezar nuestro trabajo, ya llevamos mucho sin hacer nada debido a estar esperando a su madre, y es mejor ya no perder tiempo. *Dice el superior a Zirconia, quién se ve bastante nerviosa debido a todo eso*
- C-Claro ¿Y qué es lo que debo hacer? *Pregunta nerviosa Zirconia al superior*
- Entremos y te explico de qué va todo esto. *Contesta de manera ambigua el superior, y junto a las demás personas de blanco, abren la puerta de la habitación tras ellos para entrar*
Zirconia entra junto con aquél grupo de personas en aquella habitación, nerviosa de lo que pasaría, y sintiéndose presionada por la mirada seria de los demás integrantes de aquél grupo, quienes aunque se veía educados y muy profesionales, parecían dudar de lo capaz que podría ser Zirconia, aunque eso no era algo de qué preocuparse, sino aquello que se encontraba dentro de esa habitación.
Al otro lado de la puerta, lo primero que logra ver Zirconia del interior lo deja congelada por unos segundos, dándole un escalofríos que le recorrería toda la espalda con tan solo ver por unos segundos lo que había allí, una sala llena de bolsas grandes encima de varias camillas muy bien organizadas, pareciendo un tipo de morgue.
- ¿Qu-Qué es todo esto? *Pregunta asustada Zirconia al superior, preocupada en gran manera*
- ¿Ves todas esas bolsas encima de las camillas, no? Esos son Hélix que fueron recogidos tras el ataque a la estación espacial Dia. *Explica el superior lo que deja más intranquila a Zirconia*
- ¿Y qué se supone que haremos? *Pregunta nuevamente Zirconia, muy nerviosa de lo que podría suceder*
-Los superiores de la estación y los Sacerdotes nos dieron el permiso para poder realizar autopsias a los cuerpos, así estudiar a los seres que nos atacaron. *Contesta el superior, quién junto con las demás personas de blanco comienza a desinfectarse las manos y prepararse para lo que estaban por realizar*
- ¡¿"Autopsia"?! Pero yo no tengo conocimientos para eso, sólo me han dicho que se trataba de ayudar a unos pacientes heridos, no esto. *Reacciona preocupada Zirconia, quién no podía creer lo que le acababan de decir*
- ¿No sabes nada? Pues al menos servirás como la encargada de pasarnos los instrumentos que necesitemos. No quiero seguir perdiendo tiempo valioso en tonterías como esta. ¿Entendido? *Comenta el superior al escuchar aquello, quién se veía enojado por lo dicho por Zirconia*
- Si, sí señor. Disculpeme por las molestias. *Responde a lo dicho por el superior Zirconia, cabizbaja y totalmente avergonzada*
- Entonces, prepárate ahora. No perdamos más tiempo en esto. *Dice el superior, quién le entrega a Zirconia lo que debe ponerse*
Sin decir nada más y haciendo caso a lo dicho por el superior, Zirconia se prepara para el trabajo que deben realizar, vistiéndose con guantes, gorro y un cubrebocas para evitar contraer o contaminar algo.
Ella agarra una bandeja en la cuál ya se encontraban los instrumentos quirúrgicos necesarios ya esterilizados, estando ya lista para su deber, y junto a los demás que ya se encontraban preparados se dirigirán hacía una de las camillas con una bolsa encima para ya empezar el trabajo.
Aquella camilla parecía destacar de entre los demás debido a que se encontraba apartada y colocada específicamente en el centro de la habitación, lo cuál llamó la atención de Zirconia, pues parecía que habían elegido aquella camilla para ser la primera de todas.
El superior abriría el cierre de aquella bolsa, revelando que en su interior se encontraba el cuerpo, extrañamente pálido, de alguien que parecía una persona, pero al mismo tiempo no, con una gran marca, similar a un moretón, en todo el cuello.
Si bien, de pies hasta hombros parecía el cuerpo de una persona corriente, en su cabeza se notaba la mayor diferencia de todas, pues en vez de cabello poseía unos largos tentáculos similares a los de un pulpo, al igual que una forma peculiar en sus orejas.
Todo esto perturbó de gran manera a Zirconia y a los demás presentes, pues no podían creer lo que estaban viendo, incapaces de describir qué era lo que sentían en ese momento al ver aquello.
- ¿Qué es esto? *Preguntó Zirconia al ver lo que se encontraba en la bolsa, visiblemente extrañada*
- Lo que están todos viendo aquí, no se trata de nada más y nada menos que el cadáver de un Hélix, aquello que atacó la estación espacial Dia. *Explica el superior, lo que sorprende a todos allí*
- De todos los que se lograron rescatar tras el ataque, este es el que se encuentra en mejor estado, está completo por así decirlo, ya que los demás se hallaron desmembrados de horrible manera. *Agrega el supervisor a lo que decía*
- ¿Y dónde se encuentran los demás? *Pregunta Zirconia, extrañada ante tal detalle*
- ¿Ves todas esas otras bolsas? Pues esos son los demás. Los cuales serán para investigaciones posteriores. *Contesta el superior, lo que perturba a Zirconia, al saber que aquella sala se encontraba llena de cuerpos de sus enemigos*
- ¿Eso significa que... el guardian hizo todo esto? *Vuelve a preguntar Zirconia, impactada ante tal revelación*
- Si y me impresiona cómo pudo realizar todo esto sólo. Es terrorífico ver como ha dejado a los demás. *Responde el supervisor, notablemente impresionado por la hazaña del guardian para acabar con los enemigos*
Al escuchar aquello, Zirconia por un segundo posee un conflicto interno, era incapaz de creer que aquél guardian que se comportó siempre de manera tan educada con ella y los demás, hubiera sido quién hizo aquella masacre a sus enemigos, no podía creer lo que acababa de escuchar.
Pero inesperadamente, Zirconia vuelve a la realidad cuando el supervisor decide empezar al fin y sin más rodeos con el trabajo por el que están aquí.
- Bien, creo que ya es hora. Empecemos con lo primordial, la extracción de la sangre. *Dice el supervisor con gran voz*
Ante lo dicho por el supervisor, los demás presentes decidieron darle a este un catéter, conectado con una gran bolsa de sangre vacía, con una aguja en el otro extremo que sería inyectada en el cuerpo.
Una vez que el supervisor tenía este objeto, decidiría buscar una artería ideal en uno de los brazos, aunque mientras realizaba esto notaría que extrañamente las articulaciones se encontraban flácidas y aún flexibles, lo que confundió a todos, pues eso no era normal en un cuerpo sin vida.
Aún así e ignorando aquello, el superior procedió a perforar cuidadosamente una de las arterias y así recolectar la sangre que aún no había "coagulado".
Así todos los presentes, verían por primera vez el curioso color que poseía la sangre de aquél Hélix, el cuál era similar al púrpura o violeta, todo lo contrario a la de ellos, la cuál era plateada.
Mientras esto se estaba efectuando, algo extraño comenzó a suceder, pues se comenzaron a ver pequeños espasmos en diferentes zonas del cuerpo, hasta que de pronto aquello abrió los ojos.
Al verlo, todos gritaron, aquél Hélix de la nada había despertado y ante tal reacción, y viendose igual de aterrado que los demás, el Hélix comenzaría a moverse de la camilla cayendo de este, lo que horrorizó a todos y saldrían corriendo de aquél lugar.
Debido al pavor todos se empujaban entre sí para poder salir rápidamente de aquél lugar, siendo Zirconia una de ellas, quién desgraciadamente caería al suelo debido a que sería empujada por uno de los presentes, quedando atrás y siendo encerrada junto con aquél Hélix en la habitación.
Zirconia haría todo lo posible para que le abierta la puerta, desde empujando con todas sus fuerzas, golpeándolo para que quienes se encontraban al otro lado la abriera y mucho más, pero ya era muy tarde, la habían abandonado en aquella habitación, lo que hizo entrar en pánico a la joven, quién estaba totalmente aterrada e indefensa.
Ella se escondería tras unos muebles y asomándose con gran terror vería desde lejos a aquél Hélix, que inesperadamente despertó.
Él, al igual que Zirconia, se intentaría esconder, pero debido a su mal estado era incapaz de moverse, tosiendo de gran manera mientras escupía su propia sangre, el cuál parecía estar ahogándose.
Mientras esto sucedía, el pálido cuerpo del Hélix comenzaría a recuperar color, comenzando a aparecer manchas en su cara y hombros al igual que rayas oscuras en los tentáculos que poseía, de alguna manera indicando que había vuelto por completo a la vida.
Inesperadamente, en la puerta de la habitación comenzaron a escucharse golpes y unas voces, a lo que Zirconia se asomaría nuevamente allí para poder que le abrieran la puerta, aunque lo que pasó nunca se lo hubiera esperado.
- ¡Por favor abranme la puerta, quiero salir! *Exclama nerviosa Zirconia*
- No podemos arriesgarnos, tendrás que acabar con ese Hélix antes de que se salga de control ¡Aprovecha que está débil! *Contesta el superior al otro lado de la puerta*
- ¿Matarlo? ¿Yo? ¡¿Están locos?! *Cuestiona impactada Zirconia ante tal petición*
- Sólo así podrá ser seguro para todos ¡Hazlo! *Dice el superior con gran voz*
Ante aquello, Zirconia tiene un conflicto interno, pues aunque teme de lo que sea capaz aquél Hélix, no tiene de otra que acabar con aquél ser antes de que le hiciera algo, por lo que sin otra opción decidiría hacerlo.
Por lo que, agarraría un bisturí que se encontraba tirado en el suelo cerca de dónde ella estaba y lentamente intentaría acercarse hasta dónde se encontraba el Hélix, el cuál no parecía percatarse de eso.
Ella se acercaría a ese Hélix, quién se encontraba desangrándose de manera preocupante, y al ver que no se estaba defendiendo o escondiendo de ella dudaría por unos segundos de lo que iba a hacer.
Entonces y de manera inesoerada escucharía a alguien hablar, se trataba de aquél Hélix.
- No por favor, no me mates... Te lo ruego. *Dice con una voz débil el Hélix lo que deja en shock a Zirconia quién al escucharlo suelta rápidamente el arma*
- ¿Pu-Puedes hablar? *Pregunta Zirconia impactada al escuchar al Hélix y lograr comprenderlo*
- ¿Tú logras comprenderme? *Cuestiona por su parte el Hélix, viéndose en su rostro como él también se impresiona de eso*
- ¿Acaso eres un Talos? ¿Vas a matarme, verdad? *Vuelve a preguntar el Hélix, lo que sigue sorprendiendo a Zirconia, quién no sabe qué hacer en ese momento*
- Yo, no... *Intenta decir Zirconia pero se detiene al instante, quién tiene un conflicto interno*
Ante tal momento, la joven es incapaz de decidir qué hacer, dudando y sobre pensando en lo que podrían llevar sus decisiones, en medio de ese caos una idea llegaría, y tal vez podría funcionar, pero era incapaz de saberlo.
Tal vez si aprovechaba el hecho de que aquél Hélix la comprendía y no se encontraba en un estado de posible peligro, podría llegar por el diálogo a una resolución pacífica. Ya que Zirconia poseía un gran miedo y rechazo de tener que arrebatarle la vida a alguien, siendo que iba en contra de todo lo que había aprendido en el pasado.
- No te haré daño, ni te mataré. Estás muy herido y puedo ayudarte. *Decide decir Zirconia, pateando el bisturí que usaría como arma esperando a que tal vez él comprendiera que no buscaba hacerle daño*
- ¿Ayudarme? ¿Por qué? *Cuestionó confundido el Hélix al escuchar eso de Zirconia*
- Es mi deber, soy incapaz de quitarle la vida a alguien, sólo quiero que confíes. *Contesta de manera un poco ambigua Zirconia*
- Pero, sólamente te ayudaré si me prometes que no me harás daño, ni a mi, ni a nadie más ¿Entendido? *Menciona Zirconia ante lo que decía, para así llegar a un acuerdo con aquél Hélix*
- Si comprendo... Creo que no tengo de otra que aceptar, tampoco es que... Tenga muchas opciones ahora. *Responde débil el Hélix, quién decide aceptar la ayuda y las condiciones de Zirconia a cambio de su ayuda*
- Confiaré en ti. *Comenta Zirconia al escuchar la respuesta del Hélix, a lo que decidiría ayudarlo*
Al escuchar aquello, Zirconia como prometió ayudaría al Hélix, levantándolo del suelo y llevándolo nuevamente a la camilla, dónde lo comenzaría a atender.
Ella comenzaría a vendar las heridas que tenía en gran parte de su cuerpo, y al terminar con eso decidiría que, para asegurar mejor su recuperación, le inyectaría un calmante para que no sintiera dolor.
Una vez hecho todo eso, el Hélix claramente se veía más tranquilo y mejor, a lo que aprovechando aquél momento hablarían.
- ¿Qué tal te sientes ahora? *Pregunta Zirconia al Hélix con algo de nerviosismo, debido a que se encontraba frente a una potencial amenaza*
- Creo que mejor... No me he sentido así en tanto tiempo... *Contesta el Hélix, quién se veía relajado debido a la droga que le inyectó Zirconia, notándose que las manchas en su cara parecían volverse más claras, cómo si reaccionan a lo que él sentía, aunque Zirconia intentaría no prestarle tanta atención debido a lo raro que era*
- ¿No me harás nada? *Pregunta algo preocupada Zirconia, quién ya esperaba que el Hélix ya hubiese acabado con ella*
- ¿Hacer qué? ¿Lastimarte? ¿Por qué lo haría? Si ni siquiera eres un enemigo como los Talos. *Explica el Hélix, quién no parecía tener malas intenciones*
- Aún así, no puedo creer que realmente hiciste lo que prometiste... *Menciona el Hélix al respecto*
- ¿Acaso dudaste de mí? ¿Por qué? *Pregunta extrañada Zirconia*
- Yo... No lo sé... *Responde de manera ambigua el Hélix*
- Tú tampoco me has hecho nada malo, por lo cuál estamos a mano. *Menciona Zirconia al Hélix*
- Si, es cierto... *Comenta al escuchar eso*
- ¿Tú sabes dónde estamos? *Pregunta el Hélix a Zirconia*
- Nos encontramos en una estación espacial, en medio de la nada y lejos de todo. *Contesta de manera vaga Zirconia, evitando ciertos detalles*
- ¿Cómo es que llegué aquí? *Vuelve a cuestionar el Hélix, quién se encuentra confundido acerca de ese tema*
- Pues, al parecer eres el único sobreviviente de una batalla que tuvieron los de tu especie con los marineros y un guardian. *Responde Zirconia*
- ¿Un guardian? ¿Te refieres a un Talos? *Pregunta el Hélix al escuchar esa palabra*
- Creo que sí ¿Te refieres a un ser mecánico, verdad? *Menciona con algo de duda Zirconia*
- Si, ese mismo. *Comenta el Hélix al escuchar lo que dijo Zirconia*
- Él acabó con todos mis compañeros, no puedo creer que sólo yo haya quedado... *Dice el Hélix, notándose triste y enojado debido a ese hecho*
Al escuchar aquello, le pareció curioso a Zirconia, quién parecía ya haber visto esto antes, aunque en su interior una duda surgía y no podía simplemente ignorarla.
- ¿Puedo hacerte una pregunta? *Cuestiona Zirconia al Hélix, debido a la duda que había surgido*
- Claro... *Contesta el Hélix, de acuerdo con lo que Zirconia estaba por preguntar*
- ¿Por qué tú y los demás como de tu especie, atacaron la estación espacial Dia? *Pregunta Zirconia al Hélix quién se ve extrañado ante tal pregunta*
- ¿Hablas de en dónde sucedió la batalla con aquél Talos? ¿Acaso era una estación espacial? *Cuestiona el Hélix, quién comienza a preocuparse al escuchar el hecho de que era una estación espacial*
- Si lo era, allí había un montón de personas como yo, inocentes, a las cuales casi matan. *Explica Zirconia extrañada ante la reacción del Hélix*
- No puede ser... Pero es imposible... *Comienza a decir el Hélix, quién en su rostro comienza a notarse una expresión de shock y preocupación*
- Nos dijeron que se trataba de un tipo de gran base militar de los Talos, que allí se reunirían para destruir nuestro hogar. Por eso fuimos. *Menciona el Hélix, quién se veía nerviosos ante lo que acababa de descubrir*
- ¿Acaso ella nos ha engañado? No puede ser... *Se pregunta a sí mismo el Hélix, lo que extraña bastante a Zirconia*
- ¿Hay algún problema? *Pregunta Zirconia al ver la reacción que estaba teniendo el Hélix*
- Nos han engañado para realizar una misión suicida... Esto es imposible... *Menciona el Hélix, quién sigue impactado por toda la revelación*
- Pero ¿Ustedes los Hélix no eran nuestros enemigos en esta supuesta guerra? *Pregunta Zirconia, muy confundida*
- ¿Hélix? ¿Enemigos? ¿Qué te dijo eso? Los Talos son los verdaderos enemigos, por años nos cazaron hasta casi extinguirnos. *Explica el Hélix, confundido al respecto*
- ¿Acaso ustedes tienen alguna alianza o conexión con los Talos? *Cuestiona el Hélix a Zirconia ante aquellas revelaciones*
- Realmente, ni siquiera sabíamos de la existencia de los guardianes o de ustedes, por lo que no lo sé. *Contesta Zirconia al Hélix, obviando el hecho de que ella sabe que ellos mismos crearon a los guardianes*
- Pero ¿Cómo tienes conocimientos de los Talos? Porque jamás en mi vida había visto u oído hablar de los de tu especie y como tú misma dijiste, no sabías nada de los Talos. *Pregunta el Hélix a Zirconia*
- ¿Ah? ¿Eso? Pues... Conocí a uno y él me explicó sobre esto... *Contesta de manera vaga Zirconia*
- ¿Ese Talos sigue vivo? *Pregunta el Hélix al saber eso*
- No, no, él terminó destruido tras una batalla. *Miente Zirconia, con el propósito de no preocupar al Hélix*
- Al menos eso es bueno, no me gustaría encontrarme con un Talos nunca más. *Comenta el Hélix al escuchar eso, expresando una gran calma por eso*
- Pero, hay algo que no comprendo. ¿Qué pasó para que los guardianes comenzaran a atacarlos? ¿Cómo fue que empezó todo eso? *Sigue preguntando Zirconia, esperando sacar la mayor cantidad de información posible*
- Fue hace varios años, casi nadie recuerda realmente, pero se dice que ellos nos cazaban para poder experimentar con nosotros, pero debido a resistirnos, ellos decidieron exterminarnos por completo. *Responde el Hélix, explicando un poco de su punto de vista*
- Todos sabemos que los Talos hacían experimentos en las múltiples Lunas dónde habitaban, se dedicaban a crear monstruos artificiales peores que ellos mismos y nosotros en algún momento seríamos presas de esos experimentos. *Explica el Hélix*
- Eso suena cruel, aunque por suerte ya estás en un lugar seguro. *Menciona Zirconia al Hélix, intentando no preocuparlo para que así entre en confianza con ella*
- Gracias. Nunca esperaría que aunque me denomines un enemigo, hayas decidido ayudarme y escucharme. *Comenta el Hélix ante eso*
- Yo sólo hago mi trabajo, además el hecho de que curiosamente habláramos el mismo idioma facilitó todo. *Dice Zirconia ante los agradecimientos del Hélix*
- Si, yo también pienso eso... Es curioso que compartamos un mismo idioma... ¿Por qué será? *Menciona el Hélix*
- No lo sé, tal vez sólo sea una casualidad... *Comenta Zirconia al respecto, aunque repentinamente la conversación es interrumpida*
Inesperadamente, unos ruidos se comenzaron a escuchar en la puerta de la habitación, lo que extrañaría al Hélix y a Zirconia, aunque esta última sabía lo que podría significar.
- ¿Qué son esos sonidos? *Pregunta el Hélix*
- Tal vez sean las personas que me dejaron aquí, seguramente quieren volver a entrar. *Responde Zirconia de manera directa*
- ¿Son peligrosos? ¿Me harán daño? *Pregunta preocupado el Hélix al escuchar eso*
- Tranquilo, no pasará nada malo. Tal vez te tengan miedo, pero no te harán nada. *Explica Zirconia al Hélix para que no se preocupe más*
- ¿Esas son las mismas personas que me clavaron algo en el brazo? *Vuelve a preguntar nervioso el Hélix*
- Posiblemente, pero no te volverán a hacer eso. *Contesta otra vez Zirconia con la intención de tranquilizar al Hélix*
- Está bien... Confiaré en ti. *Comenta el Hélix al escuchar la resouesta de Zirconia*
Tras lograr convencer al Hélix, Zirconia decidiría ir a investigar quiénes se encontraban en la puerta, a lo que el Hélix se quedaría en la camilla esoerando a cuando ella regrese y confiando que el Hélix no se iría a ninguna parte, ella rápidamente se dirigió hacía la puerta de la habitación.
Ella se acercaría hasta la puerta, dónde escucharía algunas voces desde afuera, las cuales reconoció pues se trataban de aquellas personas de blanco que la encerraron allí.
- ¿Señorita, sigue usted allí? *Pregunta con alto tono de voz el superior que se encontraba fuera del exterior, preocupado al no saber nada más de Zirconia*
- Si, estoy aquí. Todo está bien. *Contesta Zirconia*
- ¿Lograste acabar con el Hélix? *Cuestiona nervioso e intrigado el superior a Zirconia*
- Algo así, es seguro entrar. *Responde con algo de duda de sus palabras Zirconia, esperando convencer a aquellos que se encontraban al otro lado*
- ¿En serio? Está bien, entraremos. *Dice el superior al escuchar la respuesta, a lo que con algo de temor decide abrir la puerta*
De manera lenta y temblorosa, la puerta de la habitación es abierta, pero por suerte al otro lado no había ningún peligro, pues aquellos de bata blanca se reencontraron con Zirconia sana y salva.
- Es sorprendente, lograste sobrevivir. Ya te habíamos tomado por muerta. *Comenta el superior sin ningún filtro al ver a Zirconia lo que la sorprende*
- ¿Acabaste con el Hélix, verdad? ¿Dónde está? *Pregunta una de las personas que estaban junto al superior, emocionados*
- ¿Pero cómo lo has hecho? ¡De seguro habrá sido difícil pelear con ese monstruo! *Comenta otra persona presente, lo que en cierta parte abruma a Zirconia debido a que debía decir la verdad*
Y aprovechando el momento de asombro por parte de el superior y los demás, Zirconia decide explicarles la situación con aquél Hélix.
- No he matado al Hélix, decidí ayudarlo. *Responde Zirconia a todas las cosas que le decían, lo que cambia el ambiente alegre a uno de confusión en segundos*
- ¿Qué? ¿A qué te refieres? *Pregunta el superior extrañado*
- Logré de alguna forma llegar a un acuerdo con él. No es para nada violento y de hecho se veía muy cooperativo conmigo. *Explica Zirconia a las personas, quiénes se quedan sorprendidas ante eso*
- ¿Es cierto lo que dices? *Pregunta seriamente el superior, incapaz de creerle a Zirconia*
- Si señor, pueden venir a ver que lo que digo es cierto. *Contesta Zirconia, lo que deja intrigado a todos*
Ante la propuesta de Zirconia, rápidamente el superior y los demás aceptan, por lo que acompañadas de Zirconia van al otro lado de la habitación, dónde se encuentran con aquél Hélix, acostado en la camilla en dónde originalmente estaba "muerto".
Todos al ver al Hélix se impresionan debido a lo extraño de su apariencia. Su antes piel pálida ahora se encontraba llena de manchas anaranjados, marrones y negros, al igual que los tentaculos en su cabeza se encontraban con un patrón de rayas de las tonalidades de blanco y negro.
Quién también se impresionaría sería el Hélix, quién comenzaría a verse incomodado y atemorizado por la presencia de aquellas personas, aunque Zirconia se percataría de eso.
- Intenten ser amables con él, traten de no decir algo al respecto de qué se planeaba hacer con él, dónde están los demás como él, tampoco mencionen nada del guardian, por favor. Así evitamos meternos en problemas. *Dice Zirconia en voz baja a todos los presentes, a excepción del Hélix*
- Claro, entendemos a qué quieres ir con esto. *Menciona el superior al escuchar eso*
Luego de tal advertencia por parte de Zirconia, las personas de blanco deciden presentarse de manera amistosa al Hélix, esperando a que ya no los tome como posibles peligros.
Ellos se acercaron para ver de mejor manera al Hélix, mientras intentaban comunicarse con él para saber más acerca de sí.
- ¿Eres capaz de entendernos? *Pregunta una de las personas que se encontraba cerca del Hélix*
- Si y al parecer compartimos el mismo idioma. *Contesta el Hélix a la pregunta, lo que deja sorprendidos a los presentes*
- ¿Cómo es posible esto? ¿Acaso aprendiste a hablar cómo nosotros? *Pregunta otra persona, quién se veía incapaz de creer que el Hélix hablaba como ellos*
- No he aprendido nada, este es el idioma que siempre hablé. Ni siquiera sabía que hablamos igual. *Explica el Hélix*
- Esto es fascinante... Nos serás bastante útil para ciertas cosas... *Comenta el superior al escuchar esto*
- ¿Tienes algún nombre por el que te podamos llamar...? *Decide preguntar el superior al Hélix para poder entablar una relación más cercana con él y los demás allí*
- Axinite, así me llamo. *Contesta el Hélix algo nervioso, ahora llamado Axinite, incapaz de dirigirle la mirada a los que se encontraban a su alrededor*
- ¿"Axinite"? Extraño nombre, con un significado igual de raro. *Comenta el superior al escuchar eso*
- ¿Es algo malo para ustedes? *Pregunta confundido el Hélix Axinite*
- No realmente, sólo es que no es un nombre muy común. Aunque nunca esperaríamos que los de tu especie tuvieran nombres propios... *Contesta Zirconia a aquella pregunta*
- ¿Acaso, creían que todos nos llamamos iguales o algo así? *Pregunta extrañado Axinite ante lo dicho por Zirconia*
- Más o menos. *Responde directamente el superior*
- Ustedes son extraños... *Comenta Axinite al escuchar esas respuestas*
- Bien Axinite, te haré una simple pregunta, ¿Cómo fue que sobreviviste a la batalla que tuviste con aquél guardian?, todos te tomamos por muerto luego de eso. *Decide preguntar el superior a Axinite, lo que incomoda un poco a Zirconia de cómo podría reaccionar él*
- Tal vez... *Intenta decir Axinite, pero entonces se da cuenta de que en su cuello habían marcas similares a moretones*
- Mi cabeza... No he perdido mi cabeza... *Menciona Axinite al darse cuenta de eso*
- ¿Qué quieres decir con eso? *Vuelve a preguntar el superior*
- Nosotros podemos regenerarnos desde cero si nos lastiman o desmiembran, pero no podemos morir por eso... Aunque si nos cortan la cabeza... *Contesta Axinite, lo que deja impactados a todos, en especial a Zirconia*
- ¿Es algo similar a la inmortalidad biológica? *Pregunta intrigada Zirconia*
- No lo sé... Nunca escuché eso... *Responde Axinite, quién se ve confundido por esa pregunta*
- Interesante... *Comenta el superior, quién saca un pequeño bloc de notas dónde comienza a escribir todo*
Al terminar de escribir, el superior se dirige a Zirconia y yendo a una parte un poco alejada de la habitación, él decide hablar con ella por algo, lo que extraña a Zirconia.
- ¿Qué sucede señor? *Pregunta Zirconia, confundida por el comportamiento del superior*
- Señorita Zirconia ¿Sabe lo valioso que es ese Hélix? Es capaz incluso de darnos mucha información importante de los de su tipo. *Dice el superior a Zirconia, quién se veía bastante emocionado*
- Necesito que me acompañe para poder hablar con los superiores de la estación y los Sacerdotes, deben enterarse de esta noticia cómo de lugar. *Agrega a sus palabras el superior*
- ¿Ir con ellos? ¿Pero porqué debo ir yo? *Pregunta confundida ante esto Zirconia*
- De seguro querrán hablar contigo para saber más sobre cómo es que lograste hacer que el Hélix entrará en confianza contigo y que les cuentes qué fue algunas cosas de las que te dijo. *Explica el superior a Zirconia, a quién ahora le queda claro sobre el porqué*
- Entiendo, pero pido una cosa a cambio. Y es ver un mejor lugar para que se aloje el Hélix, porque aquí no es para nada un buen lugar. *Contesta Zirconia ante la petición del superior, pidiendo algo un favor a cambio*
- Claro, eso podemos pedírselo a ellos cuando nos reunamos allí, así podríamos ganarnos mejor la confianza de él. *Comenta de manera afirmativa el superior, lo que de alguna manera alegra a Zirconia*
Ante la confirmación de Zirconia, el superior se lo informaría a los demás presentes, quiénes se quedarían cuidando al Hélix Axinite mientras ellos no estuvieran. A lo que con eso libre, tanto el superior como Zirconia se prepararían para poder salir.
Una vez listos, Zirconia se despidió temporalmente de Axinite, quién no entendía lo que sucedía.
- Espera ¿Se irán? ¿Por qué? *Pregunta confundido Axinite a Zirconia*
- Debemos irnos, tenemos que hacer algo importante. Pero volveremos pronto. *Contesta Zirconia, quién intenta no preocupar al Axinite*
- Pero ¿A qué se debe la pregunta? *Cuestiona el superior a Axinite*
- Es que, no quiero quedarme solo. Al menos aquí... Siento que algo podría salir mal... *Responde de manera vaga Axinite, quién realmente se veía preocupado*
- Tranquilo, no estarás solo, te acompañarán algunos compañeros, ya que aún no estás recuperado del todo. Tan sólo no crees tantos problemas ¿Si? *Comenta Zirconia al escuchar eso, lo que de alguna manera relaja a Axinite*
- Aún así, siento que algo no está bien aquí... *Menciona Axinite*
- No debes preocuparte, volveremos lo más rápido que podamos. *Dice el superior a Axinite, intentando no aumentar su preocupación*
- ¿Crees en nosotros, Ax-Axinite? *Pregunta Zirconia, costandole decir el nombre del Hélix*
- Quiero creerles pero... *Contesta de manera negativa Axinite, pero se detiene de golpe*
- No hay de qué preocuparse, nos veremos más tarde. *Dice finalizando Zirconia, quién se despide del Hélix Axinite*
y luego de despedirse y dejar al Hélix en buena manos, ellos saldrían de la habitación para poder ir a entregar tal noticia, que si bien era algo que parecía ser emocionante para el superior, Zirconia comenzaría a volver a sentir ese sentimiento extraño de miedo ante lo que pasaría desde ahora.
Teniendo de guía al superior, estos caminaron por aquellos largos pasillos que caracterizaban la gran arquitectura de la estación, hasta llegar a los ascensores que habían traído a Zirconia desde el principio.
Con gran rapidez, bajarían a bordo de aquél ascensor hasta la primera planta de la estación, dónde se encontraba, a comparación de dónde anteriormente se hallaba, una mayor cantidad de personas caminando por todas partes.
Al salir del ascensor en esa planta, caminaron por varios minutos en varios lugares de aquella gigantesca estación, que hacía parecer más un tipo de país en miniatura en vez de lo que se pensaría de una estación espacial, pero sería al pasar cerca de uno de estos lugares que algo le llamaría la atención.
Al pasar cerca de uno de los muchos hangares de naves de los marineros en la estación, Zirconia lograría ver una silueta bastante conocida entre la multitud que se encontraba allí, era la de su madre, lo que la sorprendería y cegada por su curiosidad, por un segundo se olvidaría de su deber e iría hacía aquella a quién veía similar a su madre, lo que pareció extraño al superior quién la siguió para saber qué sucedía.
Al acercarse cada vez más, notaría que su sospecha era cierta, pues su madre estaba allí, acompañada de Copernicio y los niños que habían ido a verlo, lo que la extrañó y se acercaría más para averiguarlo.
- ¿Mamá? *Pregunta Zirconia mientras se acerca a su madre, la doctora, quién al girarse y verla se sorprende de gran manera*
- ¡Zirconia! ¿Qué haces aquí? ¿Acaso ya has terminado el trabajo? Porque no me han dicho nada de ti después de que te fuiste. *Dice la doctora Hera, quién al ver a su hija se sorprende y alegra*
- Todavía no he acabado el trabajo realmente, hubo un cambio de planes a la mitad. *Menciona de manera ambigua Zirconia*
- En serio ¿Y qué haces aquí entonces? *Pregunta confundida la doctora ante esa respuesta*
En ese momento, llega el superior tras seguir a Zirconia entre tanta multitud, encontrándose con ella y la doctora Hera.
- ¿Qué ha pasado? ¿Por qué de repente te separaste? *Cuestiona el superior, suspirando con gran fuerza debido al esfuerzo ejercido por este*
- Señor, ella es mi madre, tan sólo quería padarla a saludar. *Explica Zirconia a el superior, quién inesperadamente pasa de estar serio a mostrar un rostro de terror*
Entonces, y extrañado de todo lo que estaba pasando, se acercaría Copernicio, quién escuchando desde lejos lo que sucedía y curioso por saber qué hacía allí la enfermera Zirconia, avanzaría hacía ellos, lo que aterrorizaba al superior al ver la apariencia de Copernicio.
- Enfermera, qué sorpresa que esté aquí. *Comenta Copernicio al ver a Zirconia*
- Oh... Copernicio... *Dice la Zirconia al verlo, quién se pone un poco tras su madre por su miedo*
- Tú estás funcionando, increíble. *Menciona el superior al ver a Copernicio, quién tras eso se quedaría sin más palabras debido al impactante encuentro*
- ¿Quién es? *Pregunta confundido Copernicio por el superior*
- Es el superior con el que trabajo, me estaba guiando para irnos a una reunión importante. *Contesta Zirconia*
- Aunque ¿Qué hacen ustedes aquí? *Decide preguntar Zirconia, tanto a su madre como a Copernicio*
- Vinimos aquí porque la Sacerdotisa nos pidió que vinieramos a ver algo importante- *Explica Copernicio pero se detiene abruptamente ante algo*
- ¿Qué pasa Copernicio? *Cuestiona la doctora Hera al notar eso*
- Ese olor... *Intenta decir Copernicio*
- ¿Olor? ¿A qué? *Pregunta la doctora al escuchar eso dicho por Copernicio*
- Hay un Hélix aquí. En alguna parte, puedo olerlo. *Explica Copernicio, perdiendo el brillo en sus ojos y su expresión tranquila cambia a una seria rápidamente*
- ¿Un Hélix aquí? Eso es imposible, nos encontramos en un lugar seguro totalmente. *Menciona Zirconia, intentando mentir para calmar a Copernicio*
Entonces Copernicio se percata que tanto Zirconia como el superior que la acompañaba poseían no sólo ese olor, sino algo que lo alarmaría y confirma su sospecha, pequeñas manchas moradas en la ropa de ellos, los cuales se trataba de sangre.
- Esa sangre ¿De dónde salió? *Pregunta Copernicio a Zirconia*
- ¿Sangre? ¿Dónde? Yo no veo nada. *Contesta Zirconia, esperando despistar a Copernicio*
- ¿Está aquí, verdad? ¿Dónde? *Sigue preguntando de manera insistente Copernicio, quién no cae en los despistes de Zirconia*
Inesperadamente, cómo si de insitinto se tratara, los ojos de Copernicio se convertiría en negro puro y sin brillo, a lo que comenzaría a caminar con paso rápido y preciso entre la multitud sin que nadie le hubiese dicho, dirigiendose hacía una sola dirección: Al Hélix.
Debido a esto, y al extraño, pero peligroso comportamiento que representaba, tanto Zirconia, el superior y la doctora Hera irían tras él, dejando atrás a los niños por si pasaba algo grave.
En ese momento, Zirconia por segunda vez pudo sentir un terror en su interior que era incapaz de describir, ese terror de ver morir a alguien, además de ver de lo qué es capaz algo que aunque parece humano, no lo es.
Ella desde su interior no quería ver morir a Axinite.
(Fin del capítulo 6⁷)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro