Mina sabe que nunca fue una chica perfecta. Se burlaba, a veces era imprudente, podía no entender del todo algunas cosas, y tomo malas decisiones en algún pasado (su primera vez con Spiderman, por ejemplo), pero no era tonta.

Pensaba demasiado las cosas, y sabía bien que todo eso era plan de su padre.

La estaba intentando manipular, y ella estaba cayendo, pero no quería. Había hecho mucho con Momo, era a quien amaba y quería que siguiese así, por lo que estaba ideando algo para disculparse por desconfiar cuando no debería.

Ella no era buena en la cocina.

Momo siempre le enseñaba paso por paso cómo se hacían algunos platillos básicos, al igual que algunos postres, pero sin su guía, no podía hacer ni un huevo cocido (se le quema).

Es en esos momentos que se da cuenta que toda su vida está rodeada de Momo. Momo esto, Momo lo otro, Momo acá. Momo era parte de su vida, de sus decisiones. Debe ser conocimiento general que si entras en un matrimonio ya no eres solo tú; eres tú y el amor de tu vida, ambos son un combo que deben consultarse todo (no hasta tomar lo obsesivo como una ida a la tienda de la esquina, pero se entiende). Momo era su vida, y Mina quería que siguiera así.

Es por eso que ahora miraba concentrada hacia el horno, como pidiendo explicaciones a ese material de cómo hacer un postre delicioso para su amada.

Mina se decidió por ver un tutorial (después de diez minutos viendo a la nada), y sacar los ingredientes que la anciana del video decía.

Y bien, Jihyo nunca pensó que al llegar de la preparatoria se encontraría a su mami Mina con la cara más blanca por la harina, y peleando con sus propias manos por lo pegajosas que estaban.

— Mami, ¿qué haces?

— ... Aaaa — Mina estaba sorprendida por la nueva voz — Quiero hornear algo para Momo — se recompuso recta.

— ... ¿Si estaban peleadas ayer? — Jihyo pregunta, más como una confirmación — ¿Verdad? — Mina asiente con los labios apretados en una línea — No sabes hornear, mejor te ayudo — Jihyo ya tenía conocimiento de el desastre que podría ser su mami sin la guía de su mamá Momo.

Aparte de haberse espantado con la idea de que sus madres se separaran, que estén en algo parecido a un rompimiento. Ella tiene la idea de lo qué es el amor, en esa relación. Ella aprendió que era ese sentimiento cuando veía a sus madres demostrarse cariño entre ellas. Le había recorrido un sentimiento preocupante cuando se le vino la idea de que se divorciaran.

Y por eso, cuando terminaron (lo que supuestamente era un brownie comestible), Jihyo hizo la pregunta.

— ¿Por qué pelearon?

— Solo discutimos — la respuesta de Mina fue automática (así como cuando le preguntan si puede relatar su primera vez con Spiderman, siempre es un 'No' automático).

— Nunca las había visto así, incluso trataron de ocultarlo — Jihyo se mordió nerviosamente el labio inferior — Tenía miedo de que se separaran — eso congeló a Mina.

¿Separarse de Momo?

Su cerebro no podía ni siquiera procesar la idea, mucho menos si realmente ocurriera. Su cabeza se sacudió en negaciones casi con miedo, no podría soportar estar sin Momo besandola cada mañana, abrazandola al dormir, diciéndole cuánto la ama.

— ¿Eh? No, no, no, Hyo. Momo y yo no nos separaremos, la amo mucho — se acercó para posar sus manos en los hombros de la adolecente que casi estaba llorosa — Las parejas pelean a lo largo de una relación, hay muchas discusiones y desacuerdos, pero después se reconcilian si se aman, si se comunican, si se tranquilizan, si-...

— Si tienen sexo.

— Sí-... — Mina se detuvo, con un rostro peligroso — ¿De dónde aprendiste eso? — no soportaba ver crecer a Jihyo. Verla crecer es tan bonito como difícil.

— Es una frase del programa de comedia que interpretó mamá — Jihyo sonrió feliz.

— Bueno — Mina le restó importancia (por ahora) —Si se aman lo suficiente, se arreglarán para seguir funcionando como pareja — Jihyo estaba aún más alegre al ver quién estaba detrás de su mami Mina.

— Como tú y mamá — Mina murmuró un firme 'Exacto' — Le preparaste un brownie aún sin saber hacerlo solo porque te esfuerzas y la amas demasiado — Mina asintió, de eso estaba muy segura — Que bueno que ambas lo saben, me gusta que se amen — Jihyo dejó un beso en la mejilla de su madre, para luego tomar su mentón y girar su rostro hacia un lado, donde pudiera ver que su mamá Momo estaba detrás escuchando todo.

Jihyo huyó riendo alegre, cuando Mina se puso recta al ver a Momo, con sus mejillas sintiéndose calientes ante lo que creía que era su esposa enojada (sí, había creído que Momo estaba enojada por desconfiar de ella).

— Hiciste brownies sin saber hacerlos — Momo murmuró, viendo el desastre en la isla de la cocina, pero también la bandeja con esos postres (decentes, por lo menos).

Se le hinchó el corazón, que hasta sintió pequeñas gotas formándose en las esquinas de sus ojos.

— Mom-... — Mina fue callada de repente por un beso, esos labios moviéndose para rozar contra los propios, unas manos sosteniendo sus mejillas para no dejarla separarse (aunque no quisiese separarse alguna vez).

Jihyo viendo detrás de la puerta, con la cámara en manos grabando video, se marchó cuando las notó aumentar la intensidad del beso (acompañado con Momo alzando a Mina para sentarla en los asientos de la isla y haciendo aún más chasquidos con el beso movido). La pequeña se rió, marchando a grabar a su perrito Sauce, quien ya iba para los nueve años.

Por lo menos tendrían buena reconciliación.