Tal vez Mina no tenía las mejores ideas.

Comenzando por la vez que tenía ocho años y le gustaban tanto las tijeras que las usaba en todo, logrando cortar las colchas, cobijas, almohadas y plantas de su madre.

Desde ese día le prohibieron las tijeras (el objeto, porque de grande la práctica no la considera prohibida. Se entiende, ¿no? Guiño, guiño).

También una mala idea fue remplazar el jabón en polvo con cloro, pensando que no había diferencia si ambos limpiaban ropa. Su madre la había mirado casi decepcionada, mientras parecía estarse muriendo por dentro (Mina tuvo nuevo color de calcetas).

Mina ya nunca más intentó lavar la ropa (y no era castigo).

O también cuando casi se comió un gusano pensando que era un cheto. No era su culpa. El gusano estaba cerca de los chetos, solo los confundió. Igual su madre le prohibió los chetos porque le estaba empezando a dar dolor de estómago por comer tantos.

Tuvo tantas malas ideas que consideró buenas, en aquel pasado imborrable.

Pero definitivamente no fue buena idea contarle a Momo sobre su primera vez con un chico enmascarado. Definitivamente.

Momo se burlaba deliberadamente de ella, y Mina fingía que estaba indignada

— ¿P-Por que creíste que era buena idea perder... perder la virginidad en una fiesta de Halloween... con un desconocido? — Momo le preguntaba entre risas, casi recostada en el pasto y la manta.

— No es peor que lo tuyo — Mina peleó, aunque sabía bien que era mentira. Sí lo era, mucho (puto Spiderman).

— Por supuesto que lo es — Momo se recompuso para sentarse derecha, aún riendo y comiendo de su pequeño flan — Por lo menos lo mío fue con una pareja, pero tú con un desconocido vestido de Spiderman.

— Spiderman me perseguirá toda la vida — Mina negó mortificada. En primer lugar, si realmente quisiera que la historia muriese, no se la contaría a nadie, pero le gustaba burlarse también de eso.

— Dios mío, necesito tomar un líquido para esta garganta — Momo tosió un poco, de tanto reírse se le había secado la garganta así que saco uno de los jugos de frutas que había llevado para Mina.

— Ojalá te atragantes — Mina "dulcemente" deseó.

— Tienes que admitir que fue gracioso.

— Yo no me reí de tu primera vez — ambas habían compartido la experiencia con la otra en ese momento, por pregunta curiosa de Mina (estaba muy curiosa de dónde Momo había sacado experiencia, porque sí, esta vez sí fue muy pasiva).

— Pero querías reírte — Momo acusó, y Mina no pudo negarlo.

— Es que, Momo, ¿cómo tu primera vez fue en el baño de un Burger King, tratandote en un rol de Mommy King? ¿Y con la canción 'Baby Shark' sonando de fondo? Me tenía que burlar un poquito, por lo menos interiormente — Mina no podía imaginar la situación, simplemente no ameritaba ninguno de los sucesos a una primera vez.

— Por lo menos la chica no tenía máscara de Spiderman — Momo se encogió de hombros.

— Ya no da risa.

Momo soltó otra risa, mientras tomaba una cucharada de la ensalada para ofrecerla justo frente a los labios de Mina, quien aceptó al gustarle mucho.

— Ñam ñam ñam.

— Y creí que solo era maña de tu madre — Momo escuchó como tiernamente Mina hacía esos ruidos, que no eran causados por el masticar, era por vocalizar ruidos ya por costumbre.

— Y del Pou — Mina soltó una risa.

Momo la había invitado a su casa, pero con una preparación en el gran jardín que había en la parte trasera. Le había presentado a sus dos perritos Boo y Dooby (que estaban jugando por ahí), al igual que le había presentado una gran manta en el pasto con diferentes tipos de comida y postres.

Esta vez Momo vestía más casualmente, una blusa de tirantes (que Mina veía mucho por ser tan destapada), unos jeans de mezclilla comunes y unos Converse simples. Se veía cómoda.

Mina, en su vestido floreado y bonito, la envidia, pues había ventisca y tenía que sostenerlo (aunque tenía la tentación de desvestirse frente a Momo, solo porque sí).

Al principio Mina estaba un poco incómoda, porque inmediatamente preguntó si estaba su abuelo, sin saber que éste mismo había muerto por la edad hace unos ocho meses.

Momo se lo había aclarado, e incluso dicho que todo estaba bien. Platicaron de él, de como mánager fue muy bueno con ella, de que siempre la apoyó en toda su carrera y se aseguraba de su bienestar todos los días.

Incluso Momo le había confesado que todas las mañanas seguía esperando un mensaje de él preguntándole '¿Cómo está mi nieta favorita?', como siempre lo hacía (aún si no tenía más nietas).

Era por eso mismo que aquella noche, Momo entendió el sentimiento de Mina al perder a su madre.

Ambas perdieron a la persona que más amaron.

Después hablaron de algunas otras cosas. Mina le preguntaba de su carrera, notando los ojos de Momo iluminandose cuando mencionaba en lo que estaría trabajando los últimos días, una secuela de una película en la que actuó a sus doce años.

Momo también preguntaba mucho a Mina, pues le gustaba ver más allá de la princesa que se mostraba al público, y fue cuando empezaron las anécdotas vergonzosas.

Más bien, pareció una competencia de quien tenía la anécdota más vergonzosa, y llegaron a la de la primera experiencia sexual.

Spoiler: Ganó Mina con su Spiderman.

— Te voy a apodar 'Mary Jane', ¿te gusta? — Momo se seguía burlando, amando ver cómo Mina parecía sonrojarse y fingir estar realmente enojada con ella.

— ¿Quieres que te diga 'Baby Shark'? — Mina la amenazó con uno de los tenedores, luego probando un pastel de tres leches con queso, haciendo el 'Ñam ñam' de nuevo.

— Quitale el 'Shark' y con gusto.

— No te sale la de coquetear — Mina negó decepcionada, siguiendo con sus 'Ñam ñam' al gustarle una de las gelatinas de fresa que había.

— Y a ti sí con un Spiderman.

— ¡Yaaa!

Sin duda, Spiderman la perseguiría toda la vida.

Al igual que Momo, con su ladina sonrisa bonita y su voz ronca que arrastraba al final las palabras de esa manera sexy.

Mina sabía que la estaba seduciendo (en su término dudoso de 'seducir').