07 - 'La tía Sana huele a sexo'.
La casa de la tía Sana siempre fue tan acogedora, era moderna pero siempre hizo a Mina sentirse cómoda.
Minatozaki Sana desde la niñez fue mejor amiga de Myoui Sachiko, esas amigas que juraban estar siempre juntas, que se susurraban cosas entre ellas en las clases, que planeaban cosas a futuro, que se apoyaban incondicionalmente en todo.
Fue Sana misma que alentaba a Sachiko de no casarse con Akira, de que disfrutara su vida, de que serle infiel a la relación no era malo porque ninguno se amaba y Akira hacía lo mismo, aunque Sachiko nunca hizo caso, y nunca fue realmente feliz en un término romántico con alguien.
Sana estuvo para Sachiko en cada momento de dolor, en las risas también, cuando estaba mal y cuando tenía mejores días.
Y fue por eso que Mina conoció a Sana desde que era tan solo una bebita que expulsaba baba, y se acostumbró a llamarla tía, pues su madre y la misma Sana le decían que lo era, y ella también la sentía así.
Cuando Sachiko se fue, Sana estuvo destrozada por la perdida de una amiga, pero no se dejó derrumbar, tenía que ser fuerte por la chiquilla que tenía que proteger.
Los primeros días fue buscarla, hasta encontrarse con una Mina ojerosa y bastante mal, pero también una Mina que no quería hablar sobre el tema.
Sana quiso hacerla entender, quiso apoyarla. Pero como se seguía metiendo en el tema, Mina decidió sacarla de su vida para encerrarse en su habitación y no salir de allí.
Y ahora en dos años era la primera vez que pisaba la casa de su tía, mientras ésta había escuchado preocupada las explicaciones vagas de Mina, para luego ir a por una bebida que la calmara un poco.
Entonces ahora Mina estaba mirando demasiado fijamente a una mujer blanca de ojos rasgados y rasgos coreanos.
Muy linda, muy tímida, y muy sospechosa (en opinión de Mina).
La mujer estaba incómoda claramente, y Mina sabía que lo estaría aún más por sus palabras, pero ella aún así las soltó.
— Entonces, Kim Dahyun — dió un paso y la analizó completamente a la mujer que su tía Sana le presentó vagamente. Dahyun asintió, removiendose incómoda — La tía Sana huele a sexo — sonó tan de repente y simple, que no le dió tiempo a Dahyun de reaccionar.
Y es que Mina ya no podía tener ese olor bonito y fresco, sino que era uno diferente y que le decía claramente '¡Interrumpes algo, imbecil!'.
— ¿Q-Qué?
— Entonces eres su pareja — Mina llegó a la conclusión — ¿Desde cuándo? — está vez más relajada le preguntó, poniendo una mano en su cintura.
— ¿De qué hablan? — Sana llegaba con una bebida de las favoritas de Mina, un jugo de frutas que le encantaba desde que lo probó.
Incluso la primera vez que lo probó, no dejó de tomarlo por días, que por consecuencia todos vieron que lo consumía mucho, y rápidamente se había estado vendiendo mucho.
Mina estaba orgullosa de ello, más deben conocer ese exquisito jugo. Lo único malo fue que ya no pudo comprarlo, pues fue más difícil de conseguirlo en la tienda de la esquina (lo mismo ocurrió con el jugo de uva que se hizo viral con el video de Momo y ella).
— Le preguntaba si son pareja — apuntó a la coreana a su lado, quien se veía casi perturbada.
Sana se atragantó con su propia saliva. No había pensado que Mina de inmediato notara algo más.
— ¿Por qué crees eso? — preguntó una vez se recompuso, parándose derecha mientras le daba su bebida a Mina.
— Porque hueles a sexo.
Sana se atragantó de nuevo. Sí, debía acostumbrarse a que Mina ya no era la bebita que se cagaba en los pañales y sonreía una vez terminaba el trabajo (Sana decía que se burlaba, pero Sachiko siempre la defendió. Sachiko estaba ciega, en opinión de Sana).
— ¿Y tú cómo sabes cómo huele el sexo? — cuestionó con una ceja arriba, analizando a la chica ya mayor de edad.
Dios, Mina ya tenía diecinueve años.
— Ay, no quieres saberlo — Mina rápidamente pareció mortificada, sobando sus sienes con, aparentemente, recuerdos rondando por su mente.
— Cuéntame — Sana se sentó en el sofá, haciéndole una seña a Dahyun para que se fuera a la cocina, y ésta sin dudarlo obedeció.
— Fue en una fiesta de Halloween del año pasado, ¿sabes? — Sana asintió — ¿Eso de disfraces increíbles y elaborados? No la de putidisfraces — Sana volvió a asentir con un bufido — Pues no conocía a nadie, fui específicamente a lo que fui — Mina totalmente alterada se sentó en el sofá, haciendo gestos ansiosos al contarlo.
— Te acostaste con un desconocido — Sana confirmó, pues Mina tuvo una mueca de total asco y pateó como una niña hasta caer acostada en el reposabrazos.
— ¡Fue horrible! — exclamó con voz aguda — Yo ni siquiera estaba disfrazada, solo maquillada para que no me reconozcan tan fácilmente, y el idiota tenía una maldita máscara de Spiderman que nunca en la perra noche se quitó — Sana luchó contra una carcajada — Imagínate el trauma que me quedó coger con alguien con una máscara de Spiderman — esta vez Sana no luchó contra la carcajada — ¡Y mi primera vez! ¡Me dolió mucho, porque el Spiderman tampoco pareció ver que yo era muy vírgen hasta de labios! — Mina chilló, pateando de nuevo hasta hacerse bolita y esconder su cara en sus manos.
— ¿Quién te mando a ir a perder la virginidad en una fiesta de Halloween, Mina? Y para rematar, con un desconocido.
— Bueno — Mina se recompuso — Terminó mejor de lo esperado — inesperadamente sonrió al recordar el final de la noche — Una chica me coqueteó cuando estaba en la cocina tomándome unas patillas para el dolor, y ella vestía decentemente así que acepté.
— ¿Te gusta hacerlo más con una chica? — Sana nunca había escuchado de alguien que a Mina le haya gustado, así que no sabía sus preferencias.
— Es que fui la activa, me dolía mucho como para ser pasiva otra vez — Mina sonrió, esa noche había sido gloriosa (menos lo de Spiderman, puto Spiderman) — Pero no me contestaron, ¿son pareja? — Mina volvió a recordar a la chica coreana.
— Estamos saliendo, pero no oficialmente — Sana recordó un poco de su casi relación, con esa sonrisa que le informaba a Mina que eso era serio y real.
Su tía Sana estaba enamorada (raro, porque Mina jugara que era aromántica y asexual).
— ¿Y qué piensas? Son lesbianas, tía Sana.
— ¿Y si mejor me dices por qué no me hablaste por dos años enteros? — Sana se cruzó de brazos, no queriendo que Mina cuestionara la velocidad de su casi relación con la hermosa mujer que debería estar hiperventilando en la cocina (es que Dahyun era muy tímida).
— Porque no quiero hablar de lo que tú quieres hablar, y como no me hacías caso cuando te decía que cambies el tema, hice la de mamá.
— ¿La de mamá?.
— Me fui — soltó una pequeña risa nerviosa — No me estoy riendo, estoy llorando.
Y Sana ahí podía ver la vulnerabilidad de la misma chiquilla que se burlaba cuando terminaba de ensuciar su pañal (¡Sana no podía superarlo!).
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