04 - Segundo día del programa (más desastre).
El programa continuaba.
Iba a ser dos días, hoy era el último. Considerando lo entretenidamente incómodo de la anterior, esta vez más personas estaban viendo en vivo el programa para tener contenido polémico.
El rey juró que la echaría a la calle, pero Mina sabía que no pasaría eso, pues era la única heredera. Hasta que esa horrible mujer no tuviera un engendro en el vientre, Mina tenía asegurado que nadie la echaría de ningún lado.
Ahora Mina nota que Momo no le dirige la mirada, pero tampoco la busca. Supone que se incomodó o avergonzó por el revuelo que hizo con un simple comentario, pero a Mina no le importa mucho.
Esta vez se sienta tranquilamente, para fortuna de los reyes.
Sana ya no había intentado llamarla o contactarla de alguna manera, y por si acaso Mina dejó el celular en silencio. No quería estrés de su tía.
Se dedicaría a humillar a la perra Eun y a el sin cerebro que se casó con ella.
— Ayer fue un día caótico — el presentador inició la charla, un poco incómodo y divertido — Esperemos que hoy venga la famosa calma después de la tormenta — sonrió, calmando un poco a todos con su ligereza y amabilidad.
— La van a seguir esperando — pero Mina no quería calma, ella quería ver al mundo arder frente a sus maliciosos ojos.
Su padre le dió otro empujón en su asiento, mientras que el presentador carrapeaba y empezaba las preguntas, que Mina ignoró a menos que sean dirigidas a Momo o a sí misma.
Aunque buscaba alguna excusa para hacer mierda a su madrastra, no encontró una la suficientemente buena como para hacer el esfuerzo de abrir la boca para hablar.
— Princesa Mina — Mina asintió para que el presentador continuara, éste leyó una tarjeta y la mostró para ver a Mina con una amable sonrisa — ¿Han estado preguntando si has pensado en emparejarte? Considerando que eres la única heredera, también la unica que puede dar herederos — Mina se congeló en su lugar, mientras sentía a su padre perforarle la piel con su mirada.
— ¿Herederos? — murmuró — ¿De mí? — lo decía como algo lejano, y es que no lo veía posible, por lo menos no ahora ni en las próximas dos décadas.
— Esto lo han preguntado más con la alteración que hubo ayer por su bonito comentario hacia la señorita Momo.
Mina se tensó, al igual que Momo. Mina rápidamente negó con la cabeza con una cara mortificada hacia el presentador, intentando que no dijera una palabra más sobre eso.
— ¿Cuál comentario? — el rey preguntó, con el ceño fruncido en confusión.
— Solo un bonito comentario en redes sociales — el presentador explicó no tan explícito. Momo tragó saliva, aliviada de que no dijera tanto.
— Oh, mi amor, ¿no lo escuchaste? — pero Momo no pudo estar aliviada por mucho.
Mina se volvió a tensar cuando la maldita perra Eun habló con esa fingida inocencia que le restregaba en la cara un 'Yo también puedo humillarte'.
— ¿Cuál?
— Mina está en la etapa de coquetear, estuvo coqueteando con la señorita Momo — la última mencionada quiso camuflarse con su asiento cuando el rey la miró ceñudo.
— Tú coqueteas estando casada, y no creo que sea una etapa.
Pero Mina le restregaba un 'Yo te humilló mejor'.
Mina discretamente metió su mano a su bolsillo para subir el volumen de su celular, rogando que ahora sí Sana llamara y tenga una excusa para salir corriendo de ese lugar.
— Mi hija no es lesbian-...
Shanty-...
— ¡Oh, me hablan! — Mina se levantó de inmediato al escuchar la primera palabra de su tono de llamada — ¡Tengo que contestar! — huyó de ahí, antes de entrar en un tema del cual no estaba preparada para hablar.
Son la siguió, ya que ese era su deber, protegerla.
En unos minutos, Mina salía por la puerta trasera del edificio, con una capucha y lentes negros.
— Son, nos vamos. De este edificio, del país, o de este continente si es posible. Tal vez nos vamos a algún barrio pobre de América Latina, papá no entraría en un barrio pobre, mucho menos si es del otro lado del mundo. Me acompañarás porque no sé hacer nada sola. ¿Si eres mayor de edad, verdad?
. . . . .
Ya el último hoy, a mimir
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