Hola a todos aquí medio tarde e.e aunque mejor que otras veces xD
Estoy armando la portadita e.e es que decidí dibujar en algunos casos xD pero ya estará en estos días xD

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Quinto Capítulo: ¿Te amo?
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Ya habían pasado seis noches desde que Silas y Hyuga se habían conocido y en todo ese tiempo había sido todo perfecto: una bonita amistad se estaba formando.

Eso demostraba que Satán era leal a quién le fuera leal... pero que obviamente si alguien le hacía una mala jugada él se la devolvía multiplicada y el resultado era peor... Pero Hyuga... Estaba seguro que ella nunca sería así. Ella nunca le fallaría.

— ¿Volverá a salir señor?.— Aquel joven pelirrubio estaba en el umbral que lleva a la Tierra.

— Yo no tengo por qué decir a dónde voy.

— Pero...

— ¿Pero...?.— Silas vio al joven.— ¿Dijiste "pero", Free?

Aquel pelirrubio bajo la mirada demostrando inferioridad.

— Lo siento Señor, se que eso no me incumbe pero.— Lo vio nuevamente.— Es raro que salga últimamente...

— Solo te diré una cosa.— Lo vio seriamente.— Lo que yo haga no les debe importar a ustedes, yo jamás doy explicaciones... ¿les quedó eso claro?

Free asintió y Silas volvió la vista pero está se fijo en una rosa... Era de un color extraño pues era roja y tenía tonos naranjas y violetas como los atardeceres que hay en el inframundo, pues ahí también llegaba tenue la luz solar mezclándose con el color del fuego dando un tono violaceo.

Sonrió pensando en Hyuga y cortó la rosa. Eso le extraño a Free.

Sin despedirse Satán se fue de ahí pero a los minutos, arriesgándose a qué lo descubran, Free tomo su apariencia humana y lo siguió.

Mientras tanto en el Cielo, Hyuga estaba lista para salir, asegurándose que nadie se diera cuenta y Shu tampoco, pues al albino no le gustaba mucho que saliera a la Tierra... Por ello y por el Creador debía tener cuidado de que no se dieran cuenta y la fueran a castigar.

Y ese Séptimo día todo iba a ser diferente.

Habían llegado puntual a su lugar de siempre.

— ¡Silas!.— Sonrió felizmente ella al verlo.

— ¿Me tarde?.— Este sonrió al verla.

Aunque Satán sonrió, ella siempre llevaba vestidos pero el de aquella noche se le veía lindo, era blanco hasta un poco arriba las rodillas y de tirantes, dejando ver su linda figura además de sandalias con flores de colores de adorno... Y también llevaba varias flores de adorno en su cabello suelto.

Quizás era la ropa que ya le había visto antes o... esta vez la veía distinto...

— Traje esto para ti.— Silas le dio la rosa.

— Es hermosa Silas.— La tomó para oler su perfume.— ¡Y huele tan bien! ¿de dónde la sacaste?.— Lo vio, pues nunca había visto una rosa así.

— Solo la encontré.— Aunque no había de ese tipo de rosas en la Tierra, esa era del inframundo.

Aquellas rosas eran igual raras allá pues florecían una vez cada milenio.

Le dio la mano para ir juntos y comenzar a caminar hacia el pueblo sin darse cuenta de que unos metros más atrás, Free estaba viendo la escena.

Claramente se había sorprendido... ¿Satán estaba visitando a una humana? Pues no había notado que era un ángel.

Pero Satán no se dio cuenta de nada de ello, iba junto a Hyuga y estaban disfrutando como siempre de todo, y en especial de su compañía.

Bailar juntos, convivir, sentirla cerca...

Todo ello le gustaba a Silas y si, podría ser una locura pero... lo que esa bella criatura le estaba haciendo sentir era demasiado...

— Hyuga...

— ¿Que sucede?.— Ella sonrió.

Aunque Silas no se atrevió a hablar... Pero le acaricio la mejilla con ternura.

— Si tienes frío, dime...

Eso no lo entendió Hyuga pero sonrió, se había estado arreglando con aquellas flores que encontro que olvidó en la cabaña su túnica.

— No te preocupes estoy bien, con el baile y la fogata que hicieron no tengo frío.— Aunque ya era media noche no resentía el frío.— Me estoy divirtiéndo.

— ¿Segura?.— El peliverde la vio.

— En mi casa deje mi túnica.— Sonrió.

— ¿Ah si?.— Sonrió él.— ¿Esta muy cerca? Si quieres podemos ir por ella.

— S-si... pero más al rato.

Enseguida Hyuga se acurrucó a él para abrazarlo, le volvió a llegar el aroma de su perfume aún mezclado con "el humo del cigarro", aunque era extraño que nunca lo haya visto fumar, pero aún así para ella olía a eso.

— Quiero estar contigo...— El ángel sonrió.

Silas por eso se había sorprendido, pero la abrazo con ternura besándole la cabeza. Sentir su cuerpo entre sus brazos... Le hizo pensar nuevamente en aquellos sentimientos que estaban naciendo en su corazón.

— Yo también contigo.

Al pasar poco de las tres de la mañana, muchos de los que estaban disfrutando el ambiente de la fiesta ya se disponían a descansar, Silas y Hyuga normalmente pasaban el rato sentados en el borde de la fuente o yéndose a sentar a algún lado cerca del fuego, para platicar y esperar el alba y finalmente despedirse.

— ¿Tienes frío?.— Silas abrazaba Hyuga por detrás cubriendola con su capa.

— Solo un poco...— Se acurrucó más a él.— Pero, tú estás cálido.

Ella sonrió inocente y Silas se burló para sus adentros, él siempre va a mantener un calor corporal tibio por ser justamente el guardián de las Tinieblas.

— Si tienes frío, te puedo acompañar a casa por algo más cálido.— Aunque a Satán le causaba curiosidad saber si ello es verdad o mentira.

Nunca había ido a dejarla "a su casa", incluso dudaba que eso fuera verdad.

— Vamos.— Sonrió al verlo.

— De acuerdo.— Asintió.

Ambos caminaron por el bosque tomados de la mano mientras Hyuga platicaba con él.

— Mira, aquí es.

Al parecer no era tan mentira lo que Hyuga había dicho, y Silas noto la cabaña... Estaba un poco estropeada pero todo estaba bien limpio, Hyuga había limpiado y acomodado los pocos muebles que tenía dentro. Incluso había conseguido unas cuantas macetas y unas cortinas para darle un aspecto más alegre. Al entrar se podía notar ello.

— Siéntate.— Hyuga lo jalo para que tomara asiento a la mesa después de encender una linterna de aceite.— ¿Quieres algo? Tengo agua, leche y un poco de pan.— Se acercó para poner su rosa en un vaso con agua.

— Así estoy bien, preciosa... Gracias.— Silas se sentó.

Enseguida Hyuga fue por su túnica llevando su vaso y Silas resoplo pensando en lo que sentía.

— No puedo más.

Se había puesto de pie para ir a la pequeña habitación y vio a Hyuga buscar en un pequeño baúl su túnica. Había puesto su vaso en una pequeña mesa que tenía cerca de la cama.

— ¿Que pasa Silas?.— Ella sonrió.

— Hyuga...— Aunque él dudo ligeramente.— Linda, ¿tienes novio?

Eso hizo sonrojar a Hyuga, aunque ella se enderezó de dónde estaba sin agarrar su ropa... Se acercó a él.

— Esté...— Titubeó.— N-no... no tengo...

A esa altura del partido, Hyuga sabía lo que eran las relaciones humanas... Sabía que era lo que significaba la pregunta de Silas.

— ¿Tú... tienes, Silas?

— Tampoco linda...— Satán la vió.— Y si te pregunto es... por...

— ¿Por?.— Lo vio.

— Perdón linda... se que dirás qué es poco tiempo pero...— Sonrió levemente.— Me gusta tu manera de ser...

Eso sorprendió a Hyuga.

— No solamente por que eres bonita... Antes de enamorarme de tu cuerpo, me gustó tu personalidad y alegría...

"Tu ternura, el brillo de tu mirada, todo me tiene embelesado".

— Silas...

— Vas a decir que es una locura... pero...

"Estoy enamorado de ti".

Enseguida Satán se sorprendió cuando Hyuga le tomo el rostro con ternura para que la vea a los ojos.

— Entonces es una locura hermosa.— Sonrió ella.

"Porque yo también estoy enamorada de ti".

No hubo nada más que decir, Silas la sujetó por el mentón y se inclinó a besarla, Hyuga cerró los ojos al sentir aquel beso.

Ese había sido el primer beso, de ambos.

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CONTINUARÁ
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Y ya se dieron el beso que tanto querían ver algunos e.e
Una pregunta... Quieren Lemon medio soft o un más soft e.e pregunta seria...
Gracias por leer ☺️❤️ y nos leemos pronto ❤️☺️