PETER Y GAIA se encontraban en la sala de la pelirroja mirando una serie de Star Wars que recién había salido. Eran las siete de la noche pero pareciera que fuese más tarde porque no había ruido en el vecindario de Gaia.

─No han pasado ni dos episodios y ya amo a esa niña.─comentó Peter.

─Eso no es muy anticonceptivo de tu parte, Star Wars.─dijo Gaia mientras comía palomitas.

Peter largó una carcajada ante lo que dijo la pelirroja.─Si quieres, podemos tomar esto como una tradición. Digo, ver semanal los capítulos de Bad Batch, si te parece bien claro.─comentó tímidamente Parker.

─Amaría eso Peter. Podemos hacer lo mismo con The Mandalorian.─comentó ahora emocionada Gaia.─Pero debemos prometer que no veremos un capítulo sin el otro.

Peter sonrió en dirección a Gaia. ─Es un trato, señorita.─dijo el arácnido tomando la mano de Gaia.

Gaia recostó su cabeza en el pecho de Peter mientras miraban el capítulo. El castaño se dedicó a pasarle la mano por el hermoso cabello de la pelirroja mientras prestaba atención a la trama, pero algo rondaba por su cabeza.

─Recuerdas que te dije que te ayudaría a superar tu miedo al patinaje, ¿cierto?

─Si pero nunca podrías por tus créditos extras y yo celebraba por eso.─confesó la pelirroja.

Peter sonrió divertido.─Bueno, creo que es hora de que superes tu miedo.

Gaia se alejó del castaño rápidamente y negó varias veces con su cabeza.─No-no Peter no puedo. Yo-

Peter tomó las manos de la pelirroja y la miró a los ojos.─Si puedes Gaia. Yo sé que puedes y lo haremos juntos.

Gaia miró a los costados nerviosa.─Pero, ¿cómo lo harás sin patines?─dijo ahora ella con una sonrisa.─Creo que lo dejaremos para después.

Peter negó con la cabeza y buscó su mochila. Cuando regresó, tenía un par de patines de cuatro ruedas en su mano. Gaia abrió la boca impresionada.

─¿De donde sacaste eso?

─Tomé de mis ahorros para comprarlos y ayudarte a superar tu miedo.

─Peter, no debiste hacer eso. En serio yo-─Gaia miró al suelo nerviosa.─Tengo miedo de no ser buena. Digo, yo era una de las mejores para la edad que tenía, en serio. Estaba cerca de la cima de lo que iba a ser mi carrera y luego pasó el accidente y- y digamos que lo intento otra vez. Suena bien, ¿no?─dijo ella con voz entrecortada.─Pero, ¿y si soy un fracaso? ¿Entonces qué? Eso rompería mi corazón.

Peter se acercó a Gaia y la miró a los ojos.─Nunca serías un fracaso. Mira, ya sabes que no puedes volver a competir por tu lesión en la rodilla, lo cual está bien. Los accidentes pasan. Pero nadie te puede quitar la emoción de seguir patinando, al menos por hobby.

─La única razón por la cual no he patinado, es porque mientras no lo haga, tengo la esperanza de poder volver a la pista de hielo.─confesó ella.─Y no quiero que esa esperanza se vaya.

─Sé lo que sientes.─dijo el castaño.─Y sé que esa esperanza no se irá.

Peter se levantó del sofá y le tendió su mano a la pelirroja.─¿Confías en mí?

Gaia lo miró dudoso y abrió los ojos al recordar un momento.─Si, claro que sí.

Minutos después, Peter Parker y Gaia estaban en el patio de la pelirroja donde jugaban basketball, ambos en patines. La pelirroja trató de pararse y casi se cae si no fuese por cierto castaño que la agarró a tiempo.

Peter tomó ambas manos de la pelirroja y comenzó a patinar junto a ella despacio. Gaia sentía que todo le daba vueltas, pero la sonrisa de Peter era muy tranquilizadora para ella. Peter se colocó a un lado de ella y tomó su mano. Ambos patinaban en círculos alrededor de la cancha y duraron así toda la noche.

Al día siguiente, acordaron ir a la pista de hielo.

Gaia estaba nerviosa aunque agradeció que no había nadie en la pista ese día ya que su vergüenza no sería pública.

Peter llegó minutos después de ella, algo agitado. Ambos pagaron sus patines de hielo. Gaia tuvo que ayudar al castaño con los de él. Cuando estuvieron en la pista de hielo, Peter tomó la mano de la pelirroja con seguridad.

─Creo que es un mal momento para decirte que nunca he estado en una pista de hielo.

Gaia miró al castaño asustada.─Peter, ¿en serio?

Peter asiente con una sonrisa divertida mientras que la pelirroja estaba de pelos nerviosa.

─Tranquila que tengo buenos reflejos.─dijo con un guiño.─Además haremos lo mismo de ayer, cariño. Nada puede salir mal.

Ambos comenzaron con pasos sencillos sobre la pista de hielo, igual que ayer. Gaia había puesto un playlist personalizada en las bocinas para aligerar el ambiente y, con Come Back Home sonando de fondo, nada podría salir mal.

Peter soltó la mano de Gaia unos segundos y sonrió al ver que lo estaba haciendo sola. Gaia tenía una sonrisa grande en la cara al ver lo que estaba logrando aunque no supo como frenar y terminó chocando con el pecho de Peter Parker. 

Peter estaba riendo levemente por eso hasta que se dio cuenta de lo cerca que estaban ambos del otro. Las mejillas de Gaia estaba rojas por la cercanía, y esa magia que hubo entre los dos no duró mucho ya que algo entró por la ventana, destruyéndola por completo.

Ambos miraron en esa dirección. Era Screwball.

Gaia patinó con rapidez donde Peter pues sabía que él no tenía experiencia en la pista de hielo y le tomó de la mano.

─Mira quien es.─dijo Screwball con su voz chillona.─La chica de los millones de dólares. Gaia James Hope.─Gaia abrió los ojos al ver que ella sabía su nombre.─Pero, ese no es el joven de los otros días, ¿o si?

Gaia patinó deprisa a la puerta que dirige a las sillas. Al llegar al suelo de concreto, Peter tomó la mano de la pelirroja y la llevó en otra dirección con dificultad por los zapatos que ambos traían consigo.

─Ahora, tengo que llamar a Spider-Man ya que ustedes serán el centro de atención de esta noche.─habló Screwball.─Wow, ya tenemos 5k de espectadores en espera de Spidey. ¿Será que damos un acto de apertura antes de que llegue el héroe?

Peter y Gaia llegaron al lugar donde estaban sus zapatos y se los cambiaron en menos de quince segundos.

─Tenemos que ver cómo salimos de acá sin que Screwball nos vea.─dijo Gaia.

─Más bien tienes que.─dijo Peter. Gaia miró a su amigo y negó con la cabeza.─Gaia-

─Gaia nada.─dijo ella.─Screwball es el tope, Peter. Ella está loca y no dejaré que vayas solo. Mira lo que nos hizo a Harry y a mí por las vistas.

Peter tomó la mano de Gaia y ambos salieron de donde estaban directo a los pasillos del recinto. Trataron de abrir la puerta pero estaba cerrada.

─Mierda.─dijeron ambos a la vez.

─Oh wow, veo que nuestros participantes querían tomar la puerta de entrada pero, ¡está cerrada! JAJAJAJAJAJAJAJA─comenzó a reírse como loca.─Tienen dos minutos para idear un plan o sino ambos jugarán esta ronda. Tik tok, tik tok...

Peter y Gaia se encerraron en un armario. Gaia miró al castaño.─Tengo un plan.