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vi. the lizard

vi. El Lagarto

SI ALGUIEN le hubiese dicho a Gaia que se quedaría hasta tarde hablando con Peter Parker por mensaje de texto, se lo hubiese creído. El castaño tenía gustos similares a la pelirroja logrando que ambos tuvieran temas interesantes a tratar. A eso de las una y media de la mañana ambos decidieron darle una pausa a su chat y se fueron a dormir.

Gaia bajó las escaleras de su casa directo a desayunar un pan integral tostado con aguacate y jugo de naranja. Billy estaba del otro lado de la mesa comiendo tocino y huevos revueltos.

─No entiendo algo.─dijo el mayor mirando a su hermana. Gaia hizo un gesto debido a que estaba bebiendo jugo.─¿Eres vegetariana o no?

─No consumo carnes Billy si deseas saber.─dijo ella dudosa.

─Pero consumes lácteos.─dijo él obvio.

─Gaia tiene deficiencia en sus vitaminas A y D.─dijo su tía entrando al comedor.─Así que hasta que eso no mejore ella no puede dejar de consumir eso.

La pelirroja asintió.─Aún así no como carne, ni huevos, ni mariscos o pescados.─dijo ella.─Es decir todo aquello que lastima a un ser vivo solo por consumo propio.

Billy se encogió de hombros. ─No le encuentro sentido.─la pelirroja rodó sus ojos antes de terminar su desayuno.

Luego de ambos acabar su desayuno se fueron a la escuela. El estilo de ambos hermanos era diferente. Mientras Billy siempre optaba por sus jeans azules y un polo blanco además de sus lentes de sol y chaqueta de cuero, Gaia parecía sacada de una revista de moda. Solía ir con estilo siempre solo porque le gustaba ir así.

Ese día combinño un cuello de tortuga negro junto a unos pantalones anchos caqui y sus botas negras que le daban un aire sencillo pero se veía elegante y más que el frío empezó a llegar a las ciudad de Nueva York y se podía notar en lo que utilizaban sus habitantes.

Al llegar a la escuela se sorprendió de ver a Betty en la entrada y la saludó con un abrazo. Ella ha sido una de las personas con la cual mejor se ha llevado desde el blip junto a Ned, el cual toma clases de química a su lado.

─Estás bonita.─dijo la rubia a la pelirroja la cual no pudo evitar sonrojarse.─No muchos se visten con estilo.

Gaia rodó los ojos divertida.─Esto es nada realmente.─confesó ella mientras llegaban a su aula de historia. La rubia se sentó con MJ mientras que la pelirroja con un compañero de ella de antes del Blip llamado Kai.

De repente notó como Ned se acercó a su mesa y la miró confundido.─¿Por qué no nos dijiste que eras ganadora de medalla de oro?

Gaia lo miró muy confundida.─¿A qué te refieres?

Peter se puso a un lado de su amigo y miró a la pelirroja con una hermosa sonrisa, sonrisa que Gaia no pudo evitar devolver. Peter tenía algo ese día que se veía hermoso. No supo decir si era por su sueter rojo vino que le quedaba a la perfección junto a uno jeans negros.

─Estás en el estante de trofeos con una medalla de oro por patinaje artístico.─dijo Peter. Gaia abrió los ojos al ver a qué se refería.

─Oh, te refieres a eso─.dijo ella dudosa.─Si, fue años después del chasquido.

Kai la miró con una leve sonrisa.─Hace años que no lo hace.─dijo él. Gaia asintió dándole la razón.

─Bueno, estoy seguro de que eras excelente.─confesó Peter con un guiño mientras tomaba asiento frente a ella. La pelirroja no pudo evitar sonrojarse levemente por ello y prestó atención al profesor que acababa de llegar.

Horas después, en educación física, Gaia miró desde la banca como las personas empezaban a subir la soga, algo que sin duda no extrañaba aunque al menos el hecho de poder hacerlo sería mejor que estar sentada por su rodilla que ahora no sirve como dice ella.

Le sorprendió ver como Peter subió la soga con facilidad y no pudo evitar soltar un wow al ver sus brazos, los cuales no se veían para nada mal. Sin duda Peter Parker era alguien digno de admirar.

Cuando el castaño llegó al piso miró a su entrenador y se fue a las bancas a tomar un poco de agua. Se sorprendió de ver a la pelirroja ahí y le sonrió mientras abría su botella.

─¿No entrenas?─Gaia negó sonriendo.─¿Por qué?─preguntó mientras subía por los asientos hasta llegar hasta ella.

La pelirroja lo miró por un segundo.─Mi rodilla dejó de funcionar hace años.─confesó ella.─Eso evita que pueda hacer cierto tipo de ejercicios, como subir la soga.

Peter se sorprendió ante ello. No tenía idea de aquello y es que ni pareciera que la pelirroja tuviera problema alguno con eso.

─Tampoco te pierdes mucho.─dijo él. Gaia lo miró divertida.─¿Por qué no puedes ya sabes?

─Bueno,─comenzó a decir la pelirroja.─estaba en una competencia de patinaje, la más importante a mi edad y estaba haciendo un salto. Cuando pude darme cuenta estaba en el suelo con sangre en mis piernas y una fractura que prefiero no recordar.

Peter abrió los ojos impresionado.─¿En serio?─ella asintió.─No sé qué decir.─confesó el castaño. Realmente le parecía impresionante aquello y pensó en el hecho de que suele arriesgar su vida por los demás y como lo mismo pudiera pasarle.

─No importa.─dijo ella tranquila.─Fue hace un par de años. Ya lo superé como quien dice. Claro que los primeros meses fueron los difíciles pero luego te acostumbras a no hacer eso aunque siendo sincera, ─comenzó a decir ella con voz entristecida─ duele mucho cuando tu pasión se convierte en tu temor.

─Lo siento tanto Gaia.─dijo Peter preocupado.

─Por favor Peter, no fue tu culpa.─dijo ella divertida.─Ven vamos, toca lanzar la pelota, eso si puedo hacerlo.

Peter observó cómo ella se paraba de la silla y le tendía la mano, mano que aceptó con mucho gusto y entusiasmo. Le gustaba pasar tiempo con la pelirroja y se dijo a sí mismo. Había algo en su aura que le agradaba y le hacía sentir cómodo consigo. Apreciaba mucho su actitud y lo bondosa que podía llegar a ser.

─Tengo que decirte que soy excelente en el juego.─dijo él alardeando.

─Bueno, yo soy mejor. Dijo ella divertida mientras bajaban las sillas del lugar y tomaban una pelota de tenis.

Gaia se puso en posición y le tiró la bola a Parker el cual con facilidad la agarró. Peter lanzó la bola y la pelirroja la tomó perfectamente en su mano y sonrió divertida. El castaño sonrió al verla lanzar la bola con una sonrisa y la atrapó con facilidad.

Luego de eso, algo hizo que el cristal de la ventana de la cancha se rompiera. Peter, por instinto, se lanzó sobre la pelirroja tratando de protegerla de los cristales que cayeron cerca de ellos. Gaia sintió como uno se encajó en sus piernas mientras Peter recibía varios trozos pequeños en sus brazos.

Muchos comenzaron a gritar y correr fuera del lugar. A Peter le tomó un minuto reaccionar hasta que se levantó de su amiga y tomó su mano para ir lejos de ahí. Los pasillos de la escuela estaban lleno de estudiantes corriendo lejos del peligro, es decir, la puerta de salida.

A mitad de pasillo, en medio del caos Gaia paró porque no podía con el dolor en su rodilla.

─Lo siento Peter, no puedo con mi rodilla. Me duele mucho.─confesó ella casi llorando del dolor. Miró atrás y observó como una especie de lagarto grande se acercaba a ellos.─Pensándolo bien, puedo aguantar.─dijo mientras corría junto a él con un gran esfuerzo.

Peter por otro lado estaba nervioso. Sabía que este villano llevaba tiempo rondando por las ciudad pero no pensó que llegaría a Midtown y menos en medio de clases. El castaño miró a su amiga, la cual estaba adolorida y se le podía notar en su cara.

Observó que una puerta estaba abierta y, aprovechando los pocos estudiantes que habían cerca de ellos, entró por ahí. Al menos era la sala de química, el cual tenía un armario con varios elementos.

Gaia lo miró confundido aunque se sentó en el piso y soltó un gemido de dolor por su rodilla.

─¿Por qué estamos aquí?─preguntó ella confundida.

─No creo que nos busque aquí.─dijo él. Realmente Peter debería estar ahí afuera peleando contra él, pero hacer eso sería poner en riesgo su identidad como Hombre Araña.─¿Te duele mucho?─preguntó Peter. Gaia asintió mientras se mordía el labio.

─Lo siento.─dijo ella mientras veía como Peter se sentaba a su lado a ver su rodilla.─No puedo evitar esto.

Peter la miró y puso su mano en las de ella que estaban en su rodilla.─No importa Gaia, nosotros no controlamos nuestros accidentes.

Gaia lo miró a los ojos y sonrió. Sentía como su rodilla sufría pero estar ahí con Peter le hacía sentir segura.

─Gracias Peter.─dijo ella con una sonrisa.

Peter se paró de su lugar y miró la puerta mientras trataba de abrirla. Sabía que su deber como Spiderman debía de estar presente.─Para eso están los amigos, Gaia.

Ella lo miró de repente.─¿Somos amigos?

─Claro que sí.─dijo él feliz.─Amaría ser tu amigo.─Gaia le sonrió.─Ahora, iré a ver si todo esta bien. Quédate aquí por favor. No quiero que algo te pase.

─¿Y qué hay de ti?─preguntó ella.

─Yo estaré bien. Tu confía.

Y, con eso último, Peter Parker salió de ahí. Gaia se quedó confundida pero no dijo algo porque en serio le dolía la rodilla. Diez minutos después pensó que Parker no vendría por ella hasta que la puerta se abrió, solo que tras ella no estaba su amigo, sino un total desconocido para ella. 

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