35. ¿y si no te alejas de mí para siempre?
( Déjame que vuelva a acariciar tu pelo, que funda tu pecho en mi pecho. Volveré a pintar de colores el cielo, haré que olvides de una vez el mundo entero. )
GAIA recibió una llamada de Ned a las dos de la tarde. Kai, quien estaba con ella, le mandó a ponerlo en altavoz.
─Espera, ¿Peter les dio una caja mágica que hace que todos regresen a sus mundos? ¿Por qué lo presionan? Literal arreglaría el desorden que armó en el multiverso.
─Peter cree que puede ayudar a estas personas.─comentó MJ.
Gaia se golpeó la cabeza.─Es un idiota. Él más que nadie debería de saber que uno no se puede meter con el multiverso, con realidades alternas o como se diga. ¿Y si rompe su línea del tiempo y hace que desaparezca su mundo?
─Ves muchas películas, ¿no crees?─dijo Ned ahora.
─Vea o no películas, deberían presionar ese botón para librarnos de futuros males o acontecimientos de los que nos arrepintamos después.─dijo Kai esta vez.
Gaia agradeció tener un amigo con cabeza justo cuando Harry entró por la puerta.
─Bien, veamos qué piensa Harry Osborn, el hijo de Norman Osborn.─dijo Kai viendo al pelinegro, quien se acercó a su novia y dejó un beso en la mejilla.─Harry, los chicos tienen un aparato que regresa todo esto del multiverso a la normalidad, ¿deberían presionar el botón que activa dicho artefacto o no?
Harry frunció su ceño.─¿Por qué no lo han presionado? ¿Saben lo terrible que puede terminar todo esto?
─Peter dijo que él lo resolvería y yo confío en él─dijo MJ segura de su respuesta.
─¿Y eso es antes o después de que alguien termine muerto por él querer creerse Superman?─preguntó ahora la pelirroja molesta.
Hubo un silencio en la línea. Frustrada, Gaia colgó la llamada.
Es que era obvio, si ellos no eran de este universo, ¿por qué intervenir en sus historias? ¿Por qué intervenir en lo que ya pasó?
─¿Acaso estoy mal?─se preguntó ella en voz alta.
Harry la tomó en brazos y colocó su barbilla sobre la cabeza de ella.─Claro que no. Peter no puede jugar a ser Dios en las historias ya contadas de ellos.
Kai asintió levemente.─Iré donde Ned. Tal vez pueda convencerlo de que hable con Peter y termine con esta locura de una vez por todas. No creo poder soportar otro acontecimiento extraordinario en este año.
El trío se sintió derrotado.
─Avísanos cuando llegues.─pidió Gaia con media sonrisa.─Y suerte con Ned. Es medio testarudo.
─No conmigo.─guiñó el asiático.─Cualquier cosa nos vemos en casa de Ned.
Y con eso Kai se fue de ahí. Gaia se recostó sobre el pecho de su novio y suspiró. Había sido una larga semana y no podía esperar para que terminara.
─¿Me acompañas a Oscorp?─preguntó de repente el pelinegro.─Tengo que resolver algo allá antes del viaje.
Cierto, recordó ella. Harry se irá para Inglaterra dentro de dos semanas y ella no sabía aún cómo tomar esa noticia. Sin pensarlo, ocultó su cabeza en el pecho de él tratando de sentirlo como si fuese la primera vez.
─¿En serio tienes que irte?─preguntó ella esperando un no.─¿Acaso no sabe tu padre que tengo ansiedad de separación?─Harry no pudo evitar soltar una gran carcajada ante ese comentario. Gaia, ofendida, se alejó de él y se recostó contra el desayunador de su casa.─Con qué te parece un chiste mi sufrimiento. Bien. Ojalá puedas conseguir otra novia en Londres.
En ese momento el pelinegro dejó de sonreír.─Mi amor, sabes que no es en serio.
Gaia alzó una ceja divertida.─Sí claro. Mejor ve solo a Oscorp, Osborn.
─Ugh, odio cuando haces eso.─confesó el millonario mientras le tomaba de la cintura. Observó a su novia con una sonrisa sin dientes y pegó su cuerpo al de ella.─También odio este loco sentimiento que tengo hacia ti, ¿lo sabías?
Gaia sentía como el aire entre ellos se volvía uno, y se preguntó como aún siendo pareja podría seguir causando esa impresión de nerviosismo en ella. Hasta que él comenzó a pasar sus dedos lentamente por debajo de la falda de ella.
Harry entonces juntó su pecho contra el de ella mientras subía su toque.─¿No se supone que somos niños? ¿Qué no sabemos nada del mundo aún?─su voz se hacía más baja a cada palabra que decía.─¿Entonces por qué contigo siento que lo sé todo, que lo tengo todo? ¿Cómo podré aspirar a algo mejor que a la dicha de tenerte a mi lado?
El aire entre ellos era casi inexistente. Sus latidos eran rápidos, tanto que sentía que el corazón se le iba a salir del pecho.
Gaia quiso decir algo cuando la puerta fue abierta. Harry se separó de ella con agilidad justo cuando los padres de la pelirroja entraron a la cocina.
─Chicos, ¿cómo están?─preguntó la madre de Gaia.
Ella trató de sonreír aun en shock por lo que pasó.─Bien, má. ¿Cómo les fue?
─Todo tranquilo por ahora. Tu padre quería pasar por la oficina pero lo mandé directo para la casa.─comentó mientras guardaba su cartera en la repisa.─¿Y ustedes?
Gaia miró a Harry.─Harry quiere que le acompañe a Oscorp, ¿cierto?
El pelinegro asintió.─Sí, sí me lo permiten claro.
La madre de Gaia sonrió.─Si es contigo, no veo porque no.
La pelirroja, sonriendo y despidiéndose de sus padres, tomó la mano de su novio y salió de su casa no sin antes tomar su totebag de Steve Rogers, prometiendo que llamaría cuando estuviera a punto de regresar.
Harry apenas pudo entrar al carro y colocar el seguro cuando sintió los labios de su novia sobre los de él. Ella, por otro lado, tenía una necesidad de subirse arriba de él para poder profundizar el beso.
Así que lo hizo.
La ventaja es que Harry estaciona el auto en el callejón sin salida de la calle en donde ella vive y tiene las ventanas polarizadas, así que nadie podía ver como ambos adolescentes se comían a besos.
─¿En serio tienes que ir a Oscorp?─preguntó ella jadeando.
Harry dejó de besarle unos segundos.─Si. Pero, podemos hacer lo que quieras después de eso.─dijo coqueto.
Gaia rodó los ojos divertida y se pasó al asiento del copiloto con una sonrisa mientras se acomodaba la falda.
─Son casi las ocho de la noche Harry, ¿qué tienes que hacer por esos lados?
─Papá me pidió que buscara unos papeles que necesita para la escuela a la cual estaré asistiendo.─comenzó a explicar el millonario.
Gaia asintió levemente.─Aún no entiendo el por qué debes de irte en esta época. Mejor esperar a enero, ¿no? Así tengo más tiempo contigo.
─Si es por mi, me quedo contigo toda una vida.
El camino a Oscorp fue rápido. Cuando llegaron observaron a los pocos científicos que quedaban a esas horas de la noche pero, nada grave. A estas horas, el lugar se sentía muy solitario y frío, pero lo conocían tan bien que no les asustaba.
Llegaron a la oficina del padre de Harry y Gaia tomó asiento frente al gran escritorio de Norman.
─Iré a buscar los papeles. Regreso enseguida.─informó Harry pero algo lo detuvo. Un presentimiento; y miró a su novia.─Gaia, sal.
Gaia iba a preguntar qué fue lo que dijo cuando alguien entró por la ventana rompiéndola en pedazos. Era el Duende Verde, quien se dirigió a Harry y lo tomó por el cuello.
─¡Harry!─no pudo evitar gritar Gaia al ver a su novio sostenido por aquel maniático.─¡Suéltalo!
─Tu noviecito debe primero decirme dónde está el antídoto de su padre.─dijo el Duende.
Harry apenas podía respirar pero trató de decir:─¿Antídoto?
─El de nuestra enfermedad, Osborn.─siseó cerca de su rostro antes de dejarlo caer al suelo.
Gaia corrió hasta él y trató de levantarlo. Ambos apenas podían levantarse debido a la brisa que entraba en un piso tan alto de Nueva York.
─¡No sé de qué hablas, Norman!─gritó Harry.─Mi padre se rindió hace meses con eso. Aceptó su destino. Deberías hacer lo mismo.
Norman soltó un grito de exasperación y tiró abajo los libreros del padre de Harry causando mucho caos en los alrededores.
─¡Yo no haría una estupidez como esa!
─¡Pero él sí!─le confrontó Harry mientras colocaba a Gaia tras él tratando de protegerla de aquel maniático.─Necesitas calmarte. Podemos buscarte ayuda pero debes, ... debes cooperar. Puedo ayudarte, solo debes dejarme.
Ambos observaron como él hablaba consigo mismo y Gaia sentía que no había cura para él. La locura habitaba con exageración su rostro y, sin duda, algo malo pasaría si no se alejan de él lo antes posible.
─Harry, debemos de irnos.─susurró la pelirroja contra su espalda. El pelinegro podía sentir la tembladera de su novia contra su piel. Gaia no pudo evitar poner su mano en el pecho de su novio en un abrazo. Él también estaba asustado pero no quería demostrarlo frente a ella.
─Tranquila Buttercup, nada te pasará, te lo prometo.─le susurró sosteniendo su mano en su pecho.─Norman, por favor, creo que sé como ayudarte. Tenemos el mismo ADN después de todo, ¿no?
Pero ese Norman no estaba dentro de sus cabales.
─No necesitamos que nos salves.─comenzó a decir mientras caminaba hacia ellos. Gaia entonces entrecerró los ojos. ¿Dónde estaba su patineta voladora?─¿Crees que necesito arreglo? ¡Estoy bien Osborn! ¡Y tú pronto lo estarás! ¿No lo entiendes? ¡Vine aquí para salvarte! Esto es sentirse como los dioses, tú puedes ser uno.
A ambos no les gustaba el ritmo de esto. Gaia miró a Harry unos segundos antes de ver a Norman. Se podía ver la locura en su alma.
─Pero por lo que veo, no quieres salvación.─susurró en un tono siniestro.─Bien, me iré. De todos modos, no pueden haber dos Osborns en un mismo universo, ¿cierto?
Gaia no pudo reaccionar a lo que dijo cuando sintió su cuerpo golpear el suelo. Levantó su cabeza confundida hasta que observó hacia el frente, y sintió cómo su corazón había dejado de latir por dos segundos.
─¡Harry!─gritó corriendo hacia él.─Harry, no, no..─ahogó un grito y sintió las lágrimas bajar por sus ojos mientras tomaba el cuerpo de su novio entre brazos.─¡Ayuda!─comenzó a gritar a todo pulmón.─¡Alguien por favor! ¡Ayúdanos!
Buscó a sus lados desesperada y encontró un libro, el cual tiró hacia la pared al botón de emergencias de la habitación haciendo sonar la alarma del edificio.
─Harry, por favor, respira ¿si?─comenzó a decir ella desesperada tratando de no llorar.─No te vayas porfa, te necesito. No lo hagas, ... quedate conmigo.
Harry sacó media sonrisa, aceptando su destino.─¿Y perder el privilegio de morir en tus brazos, cariño?
─No, que morir ni que morir.─pidió ella entre lágrimas.─Aguanta un poco, ¿si? Por favor, aguanta ...─no le salían las palabras.─aguanta por mí. Si prometiste que nunca me dejarías. ¡¿por qué te alejas de mí entonces?!
Harry le miró levemente.─Ahora me pregunto si los ángeles serán tan bonitos como tú.─Gaia comenzó a negar con la cabeza. El no podía irse, no así. Pero él le sonrió.─Eres, ... eres lo mejor que me ha pasado. Siempre serás mi mejor chica.─alzó su mano a la mejilla de ella y Gaia la sostuvo en ella con lágrimas rodando por ellas.─Te buscaré en la próxima vida. Te buscaré en el multiverso de ser necesario. Te amaré por siempre, Gaia James Hope.
Gaia sonrió entre sollozos hasta que sintió como Harry soltaba su mano de su mejilla y se alarmó.
─¿Harry? ¿Harry? ¡Harry no! Por favor no, aguanta ...─comenzó a llorar desgarradamente. Sentía que el corazón se le saldría del pecho del dolor.─¡Ayuda! ¡Alguien! Harry no, aguanta por mí, por favor.─pidió aferrándose a él. No pudo evitar recostarse en su pecho, tratando de buscar sus latidos, dejando la vida, derramando su alma en el pecho de su amado, sin creerse lo sucedido.─Por favor, no me dejes.─le suplicó.─Te necesito.
Pero era tarde. Harry había fallecido en brazos de Gaia, así como May lo había en manos de Peter hace media hora atrás.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro