II
"Existen diversos caminos. Cada uno por su propia decisión elige uno arriesgándose a elegir el equivocado"
La alarma sonó exactamente a la misma hora que siempre lo hacía. Se escuchó un bufido en la estancia seguido de una maldición. Era la misma rutina de siempre, la misma protagonista ¿algún día cambiaría? Ella ya no estaba segura si quería un cambio gracias a que hace unos meses había cumplido el deseo de toda adolescente.
Irse de casa.
La idea le había fascinado al instante de darse cuenta que tenía los medios para irse, sin dudarlo dos veces alisto sus cosas y se marchó de casa, pero como era de esperarse los problemas empezaron cuando el dinero que había reunido se iba acabando poco a poco y tuvo que buscar un trabajo. No pensaba darse para atrás y mucho menos pedirles a sus padres que le ayudaran con la renta, se había metido en eso sola y sola se tendría que sacar, y así lo hizo, encontró un trabajo de medio tiempo en una cafetería de la ciudad. Con aquel trabajo se podría decir que su vida se iba equilibrando.
De un salto se levantó de su cama dispuesta a ir a hacer todas sus necesidades que está de más detallar, después de aquello fue en busca de ropa. Abrió su viejo armario que le dieron de regalo cuando se mudó allí, no lo voto porque en aquel armario pequeño cabía justo toda la ropa que ella tenía. Barrio con la mirada el armario buscando la ropa correcta con la cual ir al instituto. Estaba en último año, no le emocionaba mucho la idea, pero si no quería escuchar un sermón sobre cómo vestirse debería ir presentable. Tomo la sudadera rosada, luego tomo su Jeans y unas tennis que encontró por allí tiradas. No se miró como toda adolescente al espejo antes de salir ¿por qué? Pues ella sabía lo que vería, sabía que... A pesar de que tratase de olvidar ese momento al verse se repetiría en su mente una y otra vez.
Antes de salir de casa fue a la pequeña cocina para poder tomar una taza de café junto con el pan con mermelada que no había comido la noche anterior. Se colocó sus audífonos como siempre lo hacía, One de Ed Sheeran inundo sus oídos, satisfecha con la melodía continuó con su camino hacia el paradero.
~•~
Apenas puso un pie en la estancia, la campana sonó indicando la primera hora. Fue corriendo a su casillero y saco los libros del curso que le tocaban a primera hora.
Historia.
Abrió su casillero a toda prisa y una nota se deslizó hasta caer en sus pies. Rodo los ojos. Sabia de lo que se trataba, sabía que aquel mensaje la destruiría un poco más, pero aun sabiendo ello abrió la nota:
Puta
No se asombró, ni se sintió herida. Se lo había ganado o mejor dicho eso era lo que la gente le había hecho creer porque en realidad ella tan solo era una víctima más; aunque, aquel incidente había pasado hace mucho tiempo siempre había personas que se dedicaban a recordárselo.
¡joder! Había pasado en secundaria ¿acaso tenían que seguir dándole vueltas al asunto?
Arrugó la nota y continuó con su camino. Una vez en el aula, entro y dio una pequeña pasada para ver si se encontraba el profesor. No estaba. Sonrío para sus adentros y entro para sentarse con su fiel amiga que a pesar de todo lo que pasó nunca se alejó de ella porque ella si la conocía de verdad, sabía quién era, sabía que su amiga había sido una víctima más.
- hola - dijo al verla sentarse. Emily era completamente opuesta a lo que se llamaría "chica invisible" era extrovertida, social, amigable, popular. Eran tan diferente a Mila que todos se preguntaban cómo es que eran amigas.
Y vaya, hasta en ello se aplicaba la ley "los polos opuestos se atraen"
Antes que pudieran seguir conversando con su amiga por el umbral de la puerta apareció aquel maestro que les había enseñado desde que pisaron el instituto por primera vez; llevaba -como siempre - el periódico en su mano y por una misteriosa circunstancia siempre lo dejaba en el sitio de Mila.
Sonrío interiormente, si quiera no iba a tener que escuchar la clase.
Saludo a sus alumnos y seguidamente empezó a explicar el tema. Ella al ver que no se daba cuenta de ella, tomo el periódico y se dispuso a leer.
Pasaba las hojas del periódico sin ningún interés alguno hasta que le atrajo una noticia en especial: la portada, estaba por buscar el contenido de la noticia cuando la voz de su mejor amiga la distrajo:
- pásamelo - dijo señalando la hoja donde se encontraban todas las dietas que según aquel diario era de las personas famosas.
Rodó los ojos y se la tendió. Su amiga era una completa loca. Después de dejar conforme a su amiga por fin logro encontrar la dichosa página donde se encontraba aquel artículo:
"Continúa la búsqueda. Jóvenes aún continúan prófugos y víctimas van perdiendo la esperanza"
Era un poco extraño ver aquel tipo de noticias y más aún si estaban en portada ¿que podían hacer unos jóvenes? ¿qué hicieron de impactante?
¿pintaron algún muro? ¿se acostaron con quince chicas en un día? ¿crearon una nueva droga?
Deslizo la hoja de la noticia hasta acomodarla en su carpeta. Estaba por empezar a leer, cuando algo mucho más interesante le llamo la atención:
Aquel hombre.
Aquellos ojos azules.
Se encontraba en aquella tabla donde se encontraban los rostros de los jóvenes más buscados. No le tomo demasiada importancia a todos aquellos jóvenes, solo podía ver a un chico, aquel chico de labios carnosos, aquellos ojos que la única descripción para ellos era perfección, aquella mirada podía enamorar cualquier chica y Mila no fue la excepción, desde el primer momento que lo vio quedo prendada de su belleza de aquel misterioso joven.
Mila continúo admirando la imagen lo que quedo el resto de la clase. Aquel chico era extremadamente sexy.
La campana sonó y su amiga ni bien salió el profesor corrió al asiento de su amiga para jalarla hasta llevarla al comedor. Mila acostumbrada a las emociones tan extremas de su amiga, soltó un suspiro.
- ¿adivina lo que tenemos que hacer este fin? - dijo Emily sentándose en una de las mesas que se ubicaban cerca de la puerta. Era el lugar perfecto según ambas, ya que tenía la cantidad exacta de olor de comida que querían. La brisa de comida se combinaba con el viento que entraba por la puerta haciendo que el olor a comida no sea tan fuerte.
Justo en el término medio.
Al no esperar respuesta Emily decidió continuar: - mañana debemos ir a la reu - y antes que Mila pudiera protestar dijo: - no tienes excusa, queda cerca de tu casa y aparte me tienes que ayudar a tapar la mentira –
Mila no respondió por unos instantes ya que tenía la mente completamente confundida ¿tenía que recordarle? Si se suponía que era su amiga, Emily debería comprender porque ella no quería ir a aquella fiesta.
- no voy a fiestas - dijo al fin. Emily la miro con cara de perrito mojado; era su truco, siempre lo hacía cada vez que quería convencer a Mila.
- por favor... Sinceramente creo yo que para que superes eso y dejes callados a todos, deberías ir a esa fiesta. Nadie puede intimidar a Mila Green- dijo Emily moviendo sus manos de un lado a otro. Mila pareció meditarlo, su amiga tenía razón, tenía que superarlo, tenía que dejar con la boca cerrada a todos los idiotas que se burlaban de ella.
Estaba decidido.
Sabía lo que haría. Era hora de enfrentarlo.
- está bien. Iré - dijo y fue ahí cuando se dio cuenta que tenía el aire guardado en los pulmones. Su amiga grito dramáticamente para después abrazarla.
- prometo que no te arrepentirás. – susurro Emily en su oído.
¿de verdad habría hecho bien?
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