(BE!AU) Sed de sangre [Pesadilla]
Mi vista se veía nublada y me movía torpe. El sonido del viento era cálido, al igual que los chirridos de algunos wingulls. Estaba sobre una ciudad, una ciudad que me trajo maravillas a la vida.
Estaba volando, mis alas estaban desplegadas y se agitaban para mantenerme en el aire. El ambiente era acogedor ese día. Me movía hacia la playa de la ciudad Hauoli, sin ser capaz de realmente decir qué estaba haciendo o qué estaba buscando.
Vi a lo lejos a una pelirrubia que conocía. Era mi primera amiga, Lillie. Usualmente ve el amanecer afuera de la casa del profesor Kukui, su cabello se movía hacia atrás por la dirección del viento; a su lado estaba su Cosmog shiny mirando adormilado el bonito amanecer.
Solté un chirrido, el cual me extrañó a mi mismo ya que no suelo hacer ese tipo de sonidos a mis allegados. Lillie volteó a verme, su rostro se iluminó con sorpresa, probablemente ver mi aspecto desconocido para ella la haya asustado.
Intenté detenerme, pero mi cuerpo no respondía, volé más rápido hacia ella. Probablemente si no hubiera sido por cosmog ella hubiera recibido un impacto de ácido que escupí de mi boca.
Cosmog se mantenía teletransportándose, y yo me teletransportaba con él. Mi vista se volvió rosada. Mi velocidad aumentó al momento de que de mi boca saliera un feroz rugido de amenaza.
Una mancha negra se puso bajo mis pies cuando sostuve entre mis manos a Cosmog. El pobre no podía moverse. Mi boca se abrió, escuché el traquear de mi mandíbula. Cosmog forcejeaba mientras yo le quitaba su energía rápidamente.
Un brillo nos cegó a ambos. Cosmog, del sobreesfuerzo, había logrado evolucionar a Cosmoem. Sujeté entre mis manos al pequeño pokemon dormido. Un aro se formó alrededor del pequeño y fue reducido a estar dentro de una pokeball.
La pokeball tenía un aspecto extraño. No era una enteball, sanaball, honor ball, ensueño ball ni alguna otra pokeball que recordaba. Era de color fuscia, tenía rayas verticales de color blanco y un ojo negro pintado alrededor del botón del artefacto. Un solo movimiento de la pokeball el brillo de confirmación de captura fue dado.
Mis ojos se movieron de forma feroz hacia Lillie. ¿En qué momento mi cola había envuelto a Lillie para evitar que escape? Ella me miraba aterrada, decía cosas para intentar hacerme reaccionar mientras lagrimeaba.
Ya no estábamos en Melemele. Estábamos en la isla de Poni, cerca del Antiguo Cañón de Poni.
Sentí abrir la boca hacia ella mientras mi cola la acercaba. Iba a morder el brazo de Lillie cuando dos fuertes patadas me alejaron de ella. La mancha oscura debajo de mí se disipó y mi cola fue la que recibió la mayor parte del impacto, haciendo así que mi apéndice sea regresado a mi espalda.
Escupí sangre, me lamí los labios y sentí como en mi rostro se formaba una sonrisa sádica.
Desperté.
Me levanté de golpe y miré a mi alrededor. Mi Mismagius y mi Duskull me miraron consternados. Habían sentido mi miedo en la noche. Mi Phantump me miró preocupado y me dio un cálido abrazo. Mis Raticate y rattata de Alola me miraron, ya que había soltado un chirrido repentino que los hizo cuestionarse si estaba bien.
Solté una leve carcajada junto a unas pequeñas lágrimas.
— Lamento hacerlos preocupar, creo que tengo algo de hambre. — Sonreí, algo triste mientras me levantaba de mi cama.
Me acerqué a mi nevera y saqué un poco de jugo de mora tetrapac de ahí. Clavé mis colmillos y empecé a succionar el líquido del envase. Mis pokemons habían aceptado que mi comportamiento había cambiado mucho desde que me conocieron.
Tenía sed, pero no de jugo. Quería sangre, y eso me relajaba el estómago haciendo que dejara de tomar el jugo y aguantara mis ganas de vomitar ante el pensamiento.
Mis instintos querían algo, algo que no les iba a dar el placer de tomar de mí. Deseaba olvidar la charla que tuve con esa mujer fantasma días anterior.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro