Gabi se puso en tensión cuando oyó que Louis empezaba a moverse. Se había sentado en la cama y esperaba en la celda, casi a oscuras, a que el vampiro despertara. La chica contuvo la respiración en un intento de que él no notara su presencia. Fue inútil. Louis levantó la cabeza, olfateó el aire y volvió la cabeza hacia ella. Cuando la vio, todo su rostro se transformó, sus ojos se inyectaron en sangre y un rugido espantoso salió de su garganta. La loba no tuvo tiempo de moverse antes de que él se la echará encima. Por suerte, la estaca quedó hacia delante. Gabi tenía algo de espacio para clavarla en el cuerpo del vampiro. Pudo hacerlo, pero un solo momento de duda fue suficiente. Con otro rugido Louis se la quitó de las manos y la arrojó lejos. Luego la aplastó con su cuerpo y la mordió en el cuello. El dolor fue intensísimo, Gabi gritó y peleó por un momento para quitárselo de encima. Él succionó con fuerza durante unos segundos y el hada dejó de luchar. La debilidad la invadió. Al menos, no era la peor manera de morir. Sin embargo, cuando le sintió desgarrarle la camisa y abrirse el pantalón mientras seguía bebiendo, sí volvió a empujarle.

-No-suplicó -Louis, no, por favor.

El vampiro volvió a gruñir y dejó de beber un momento para abrirle las piernas y arrancarle las bragas.

La chica le tiró del pelo con todas sus fuerzas, pero no pudo evitar que él volviera a morderla y se colocara entre sus piernas.

-Louis, soy yo, soy Gabi, por favor-lloró.

Gritó cuando el vampiro la penetró. Y volvió a hacerlo cuando retrocedió y volvió a entrar en su cuerpo.

-Por favor-suplicó de nuevo-por favor, Louis.

El chico siguió succionando y embistiendo en su cuerpo, sin reaccionar a sus súplicas. Y la loba sentía que la vida se la escapaba. El dolor en su vientre no la dejaba luchar, así que lo único que podía hacer era seguir suplicando.

-Soy Gabrielle, Louis. Soy Gabrielle...

En brazos del vampiro, en una nube de dolor y debilidad perdió el conocimiento.

Al principio solo fue consciente del dulce e intenso sabor de la sangre en su boca. No sabía de quién se había alimentado, estaba tan hambriento que no había sido consciente de sobre quién se había lanzado para calmar la sed que le atormentaba. El recuerdo delicioso le producía hambre de nuevo y su miembro estaba además aún dentro del cuerpo de su víctima. Había sido tan estrecha, que él se había corrido muy rápido. Salió del interior de la chica y, poco a poco, la lucidez empezó a volver a él. Horrorizado miró a Gabrielle, inconsciente y muy blanca debajo de él.

- ¡Oh, Dios! ¿Qué he hecho? Gabrielle, despierta. Vamos, loba, despierta.

La sacudió hasta que la chica abrió los ojos. El vampiro suspiró aliviado y se mordió la muñeca de inmediato. Se la puso en los labios y la sujetó con firmeza cuando ella quiso apartarse. La soltó cuando hubo bebido un poco. Gabi le miró sin entender hasta que lo ocurrido volvió a ella y se apartó.

-No me toques-ordenó retrocediendo en la cama mientras se sujetaba la desgarrada camisa.

-Gabrielle...

- ¡No te acerques a mí! Me has... Me has... Casi me matas.

El vampiro no trató de acercarse, la miró con calma y habló con suavidad.

-Lo siento, pequeña. No he podido evitarlo. Ahora ya estoy bajo control. No voy a hacerte daño otra vez.

La chica le miró con ojos llorosos y Louis, suspirando, se levantó de la cama y se abrochó el pantalón.

-Tenemos que salir de aquí, Gabrielle. Necesito que seas fuerte. ¿Podrás hacerlo?

Ella le miró y asintió con la cabeza. El vampiro se sentó a su lado, sin tocarla.

-O salimos de aquí, o nos matarán. No sirve de nada esperar. Tenemos que elaborar un plan.

- ¿Tienes alguna idea? -preguntó la chica con voz temblorosa.

-Sí. Vamos a hacerles creer que se han salido con la suya.

Prepararon el escenario con cuidado. Los dos volvieron a la posición en la que se habían despertado. Louis se tumbó con cuidado encima de la loba y la hizo un rasguño para que el olor de la sangre fuese fresco.

-Abre las piernas, Gabrielle-pidió él-tiene que parecer que esto es real.

La chica obedeció, pero cuando notó la erección de él le miró asustada.

-No puedo evitar excitarme, lobita-le susurró-estás muy buena. Pero no voy a hacerte daño, te lo prometo. No volveré a perder el control.

La chica se relajó un poco.

-Cuando salgamos de aquí, hablaremos de lo que ha pasado, ¿de acuerdo?

Ella negó con la cabeza.

-Solo quiero salir. Y matar a esa mujer.

-Eso es cosa mía, pequeña-aseguró el vampiro con una mueca que mostraba su parte más salvaje.

Permanecieron en silencio durante tiempo. Empezaban a perder la esperanza cuando la puerta de la celda se abrió. Se quedaron muy quietos. Tres hombres se acercaron a ellos.

-Vaya con el vampiro. Te ha costado, pero al final no has podido aguantar ¿verdad? -dijo uno de ellos al ver la figura inmóvil de la chica.

Louis levantó la cabeza fingiendo estar aturdido.

-Y además te la has tirado ¿eh?

-No te culpes, vampiro. Nadie podría haberse resistido a ese coñito de hada.

-Vamos a llevarle el cadáver a nuestro alfa. Estará encantado de entregarlo al alfa Kai.

-Ahora, loba-ordenó Louis en un susurro.

La chica se transformó y atacó a uno de los hombres mientras el vampiro acababa con los otros dos. Recién alimentado como estaba, no tuvo ningún problema para matarlos con rapidez y ayudar después a Gabi.

-Salgamos de aquí-indicó a la loba caminando hacia la puerta.

Salieron e inmediatamente, atacaron a otros dos lobos que encontraron. Cuando acabaron con ellos, Louis se agachó frente a la loba.

-Si te queda algo de magia, quiero que la uses ahora para hacerte invisible, Gabrielle. Sal de la aldea y no pares hasta llegar al otro lado de la frontera.

La chica volvió a su forma humana.

-No me queda magia para eso. Y, además, no voy a dejarte solo-aseguró.

Cuatro lobos les rodearon en ese momento.

-Escapa, Gabrielle-ordenó el vampiro- ¡ahora!

La chica volvió a su forma animal y Louis soltando una palabrota, se puso delante de ella cuando un lobo saltó para atacarla. Otro lo hizo al mismo tiempo y Gabi lo esquivó a duras penas. Sorprendida, vio como un gran lobo negro se interponía entre ellos y desgarraba la garganta del otro lobo con toda facilidad.

-Papá-murmuró agradecida.

La aldea se llenó de ruidos de lucha cuando lobos y vampiros atacaron a la vez.

-¡Sal de aquí! -la gritó Louis sin dejar de luchar.

La loba le miró furiosa sin obedecer.

-¡Maldita sea, llévatela, Derek!

El hermano de Sheely salió de alguna parte y cogió a la loba en brazos con toda facilidad.

-Sería más fácil si te transformaras, Gabi-se quejó el vampiro.

La chica lo hizo, pero no paró de revolverse mientras él salía de la aldea a esa velocidad espectacular de los vampiros.

-Suéltame-ordenó.

- ¿Quieres que mi primo me mate? Esperaremos aquí. Tendremos una buena vista de lo que ocurre.

La chica se resignó a mirar desde lejos. Los lobos de su manada eran muchos y muy fuertes. Ella vio a su padre y su tío Drew, su beta, dirigirles. Su primo Hide estaba también participando en la incursión y parecía disfrutar mucho. Además, había varios vampiros. Damon y André en cabeza y, al menos, había visto en algún momento a Raoul, Raquel y el humano convertido que era pareja de Miriam.

Los lobos del compañero de Tania no tenían nada qué hacer. Enseguida estuvieron acorralados y, uno a uno fueron tomando forma humana. Después, la manada de Gabi hizo lo mismo.

-¿Estás bien, Louis? -preguntó Damon a su hijo abrazándole.

-Sí. Habéis llegado a tiempo. Derek ha puesto a salvo a Gabrielle ¿Cómo lo habéis sabido?

-Tu tía Elise-André abrazó a su sobrino con fuerza.

-¿Dónde está Tania? -preguntó Kai al alfa vencido.

-No lo sé. Supongo que ha logrado escapar.

Kai hizo un gesto a Drew y éste habló con varios hombres que salieron de la aldea transformados.

- ¿Por qué has secuestrado a mi hija y al príncipe Louis, Dirk? ¿Has enloquecido? -preguntó Kai.

El hombre le miró con odio.

-Era una buena oportunidad de hacerme con el liderazgo, Kai. No pensé que averiguases dónde estaban.

-Según la ley de los lobos puedo ejecutarte de inmediato-advirtió Kai.

-De hecho, insistiré en que lo hagas-añadió Damon.

-Te ofreceré la posibilidad de morir luchando, Dirk. Entraremos en combate ahora mismo.

Todos asistieron al combate entre los dos alfas. Dirk no tenía nada que hacer frente a Kai, todos lo sabían, pero, aun así, luchó con valentía. El lobo negro le desgarró la garganta con rapidez, luego recuperó su forma humana.

-Elegid un alfa entre vosotros-ordenó a los vencidos-y procurad que sea alguien mejor que Dirk. Se ha dejado influenciar por el despecho de una mujer y eso os ha llevado a todos al aislamiento. Si se repite algo así, vendré y reclamaré mi derecho a ser vuestro alfa.

Los lobos y los vampiros salieron de la aldea. Cuando llegaron a la zona en la que estaban Gabi y Derek, Kai corrió a abrazar a su hija.

- ¿Estás bien, preciosa?

La chica asintió, sintiéndose segura al fin. Miró de reojo a los vampiros, que se miraban entre ellos sorprendidos e incómodos.

Kai la apartó de él con una mirada que no presagiaba nada bueno. Aunque los vampiros lo habían percibido antes, los lobos también tenían un olfato muy desarrollado.

- ¿Por qué llevas su olor, Gabi?

-Papá...

-Estoy tratando de ser razonable, pero necesito que me expliques porque estás impregnada del olor de ese vampiro.

Damon miró a su hijo serio.

- ¿Qué ha ocurrido, Louis?

El chico apretó los labios.

-No he podido evitarlo...

Kai se lanzó sobre él. Si Damon y André no hubieran estado cerca para evitarlo, probablemente le habría matado en ese primer movimiento.

- ¡Basta! -ordenó Damon mientras los propios lobos sujetaban a su alfa-volveremos a la casa y hablaremos de esto allí.

-No voy a ir a territorio vampiro-aseguró el alfa.

-Iremos a casa de Alyan-la voz de André sonó tan razonable como siempre-supongo que podéis considerarlo territorio neutral.

-De acuerdo-aceptó Drew en nombre de su alfa-es mejor que vayamos por separado. Nos veremos allí.

Los lobos se transformaron y se fueron. André y Damon suspiraron aliviados.

- ¿Puedo saber por qué diablos la has tomado, Louis? -preguntó el rey a su hijo mirándole con fiereza.

-Te lo he dicho. No he podido evitarlo.

-Maldita sea, Louis, no...

-Me desangraron papá. Y estaba encerrado con ella. No sabía quién era ella cuando la mordí. Ni siquiera sabía quién era yo. Me odio por lo que le he hecho.

El rey le miró ahora con compasión.

-Dios mío ¿Cómo conseguiste parar? -preguntó André asombrado-lo lógico es que la hubieras matado.

-No lo sé. Oí su nombre y supe que tenía que parar. Pero ya la había forzado para entonces.

-¿Pretendían que la mataras? -preguntó Marc.

El príncipe asintió.

-Vamos. Lo explicaré todo en casa de las hadas.