Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⠀⠀𝐢. ❛ Prólogo ❜


☾ ⋆*・゚:⋆*・゚:✧*⋆.*:・゚✧.: ⋆*・゚: .⋆ ☾

・ 。゚🥀⦙ 𝕲𝐀𝐁𝐑𝐈𝐄𝐋𝐋𝐀 𝕲𝐈𝐋𝐁𝐄𝐑𝐓 。˚🩸 ᵎ
001.┊PRÓLOGO.
꒰# CRÓNICAS VAMPÍRICAS E1 T1.

—Gabby.... Gabby... ¡GABRIELLA! —La voz chillona de mi hermana me despierta— Como no salgas de la cama, voy a tener que tomar medidas drásticas.

«Es muy temprano. No me hagas levantarme todavía».

—Gabby... —amenaza Elena suavemente. Empieza a tirar de mis mantas, haciéndome soltar un gemido.

Me quito las sábanas de encima antes de incorporarme. Le lanzo una mirada asesina a mi hermana gemela y ella me mira con una sonrisa inocente.

—¿Ya estás contenta? —suspiro y balanceo las piernas sobre el borde de la cama.

—Mucho —responde de forma engreída. Pongo los ojos en blanco mientras sale por la puerta. 

Tardo unos instantes, pero el olor a café del piso de abajo me motiva para hacer lo que tengo que hacer. Después de vestirme, sin olvidarme de mi cazadora de cuero negra, me cepillo el pelo rizado y sonrío cuando rebota hacia arriba. Me encanta mi pelo. A diferencia del mío, el de Elena es liso. Ew.

Otro año de instituto, otro primer día de clase. Pero esta vez es diferente. Esta vez, mis hermanos y yo no tenemos padres que nos preparen el desayuno o se despidan de nosotros. Desde que murieron hace cuatro meses, las cosas han sido diferentes.

«Para», me reprendo, «no necesitas pensar en esto. Ahora no. Hoy es el día de la normalidad. Iré a clase, haré mi trabajo, hablaré con mis amigos y repetiré el mismo ciclo una y otra vez».

Normal.

Normal es duro cuando puedes sentir las emociones más profundas de tu gemelo. Parece que es el único poder gemelo que tenemos, pero me alegro por ello. Si pudiera sentir todo lo que siente mi hermana, creo que no estaría cuerda.

Superar el dolor de ambas ya era bastante difícil.

Pasa más tiempo mientras me preparo, acercándose la hora de irnos. Bajo las escaleras y oigo a mi tía Jenna discutir sobre qué darnos de comer. Desde el accidente, ha sido nuestra tutora legal.

—Tostadas —Jenna se tranquiliza a sí misma—. Puedo hacer tostadas.

—Solo importa el café —decimos Elena y yo simultáneamente. Casi me sobresalto al oír su voz detrás de mí.

—Oh, Dios —Jenna gime—. Llego tarde a una reunión. ¿Quién os va a llevar a clase? —Se pasa la mano por su pelo rubio rojizo.

—Nos va a llevar Bonnie —la tranquiliza Elena, casi haciéndome gemir ante la idea—. No te preocupes. Vete, nos arreglamos —Elena se ríe con diversión después de eso. Siempre he tenido sentimientos encontrados sobre Bonnie. Ha sido mi amiga desde que éramos niñas. Es una persona sólida, pero no es una de mis amigas cercanas.

No me doy cuenta de que mi hermano Jeremy está en la puerta de la cocina hasta que anuncia:

—Tengo que irme. Hasta luego —Sale corriendo de casa, y va al instituto antes de que podamos si quiera darle los buenos días.

La forma de Jeremy de llevar el duelo es diferente a la de Elena y a la mía. Decidió empezar a fumar y beber mucho alcohol. Ahora es una especie de fumeta, lo que sería bastante impresionante si eso no fuera por el sufrimiento.

El coche de Bonnie aparece a la vista. Nos saluda a través de la ventanilla, haciéndonos señas para que entremos en su SUV.

—¡Adiós, Jenna! —grito mientras Elena y yo salimos de casa y caminamos hacia el coche de Bonnie.

—¡Adiós, chicas! ¡Portaos bien! ¡Especialmente tú, Gabby! —grita ella detrás de nosotras.

—Prometo no incendiar el instituto —replico, haciendo que tanto Elena como Jenna pongan los ojos en blanco.

Elena salta al asiento delantero, así que supongo que me toca sentarme en la parte de atrás. ¿Sinceramente? Es perfecto. Sentada en el asiento delantero es más fácil darse cuenta de lo que está pasando. Si voy a tener otro accidente, prefiero no verlo venir. Bonnie cambia de marcha y se aleja de mi casa.

—¡Hola chicas! —saluda Bonnie, devolviéndome la mirada a través de su espejo— ¿Qué tal la mañana?

Elena pone los ojos en blanco, recordando lo de esta mañana.

—Gabby tardó mucho en levantarse de la cama, Jenna no sabía qué darnos de comer y nuestro hermano aún sigue colocado de anoche.

—Qué positiva —comento sarcásticamente desde atrás—. Necesitamos más de tu optimismo, Elena.

Ella pone los ojos en blanco y empieza otra discusión con Bonnie de la que no quiero formar parte. Algo sobre el linaje de las brujas o lo que sea. Decido jugar al Candy Crush en mi móvil. El coche se para de forma brusca y mi cabeza choca contra el asiento de delante.

—¡Mierda! —maldigo sorprendida. Suelto un pequeño siseo antes de frotarme suavemente la frente. Mi corazón latía a mil por hora en mi pecho.

—¿Qué ha sido eso? Dios mío. ¡Lo siento! —Bonnie se asusta, manteniéndonos paradas en medio de la carretera—. Ha sido un cuervo o algo así, ha aparecido de la nada —Ella mira a su alrededor en busca de cualquier ave que chocó contra el parabrisas.

—Está bien —asegura Elena, dándole a su amiga una pequeña sonrisa.

—No podemos tener miedo a los coches toda nuestra vida —añado. Elena me dedica una triste sonrisa sabiendo exactamente lo que quise decir.

—Sólo vayamos al instituto —dice Elena, cambiando de tema. Dejo escapar un suspiro antes de levantarle el pulgar a Bonnie para tranquilizarla.

«Esto no arruinará mi día».

Salimos del coche después de que Bonnie aparca en el aparcamiento del Infierno. Ignoro las miradas de lástima que recibimos mi hermana y yo al entrar en el instituto. Es un pueblo pequeño, así que cuando el médico del pueblo y su mujer mueren en un horrible accidente de coche, es normal que salga en la portada del periódico.

«Sólo pasa el día», me recuerdo a mí misma.

¡Oh, Dios mío! —exclama una voz que reconozco demasiado bien. No puedo evitar sonreír al ver a nuestra amiga Caroline.

Me cae mucho mejor Caroline que Bonnie. No puedo explicarlo, hay algo en su TOC y en su necesidad de control que hace que me sienta más unida a ella. Y a pesar de lo abrumadora que puede ser a veces, es una buena amiga. Nos ayudó el verano pasado, incluso cuando no se lo pedimos.

Mi burbujeante amiga rubia se apresura a darnos abrazos sofocantes a Elena y a mí.

—Dios mío, ¿cómo estáis? ¡Me alegro de veros! —Antes de que ninguna de las dos podamos responder, se vuelve hacia Bonnie y le pregunta lo mismo— ¿Cómo están? ¿Están bien?

Otra razón por la que me cae bien Caroline es su incapacidad para ser sutil.

Pongo los ojos en blanco cuando se aparta.

—Eh, Caroline. Estamos aquí —respondo en nuestro nombre.

—Y sí —añade Elena, dándole una pequeña sonrisa—, estamos bien —Vale, sé que eso es mentira, pero creo que todo el mundo lo sabe.

—Vale —Caroline suspira antes de lanzar una mirada que grita "¡podéis con esto!"—. Nos vemos luego, ¿de acuerdo? ¿En el Grill? ¿Sí? Fantástico.

Se marcha antes de que ninguna de nosotras podamos negarnos.

—Oh —suelta Bonnie torpemente antes de señalar con la mirada algo detrás de nosotras. Ni Elena ni yo somos sutiles cuando nos giramos para ver a qué se refiere.

Gruño al ver a Matt Donavan, el ex novio de Elena, mirándonos fijamente. Mi hermana rompió con él por todo el asunto de los padres muertos, lo cual es perfectamente comprensible, pero Matt se lo está tomando con un poco de dureza.

Elena le da un pequeño saludo con la mano pero él nos ignora a las dos antes de volver a rebuscar en su taquilla. Elena suelta un suspiro lastimero.

—Me odia —dice Elena, frunciendo el ceño.

Bonnie trata de consolarla diciéndole:

—No es odio. Sólo está... molesto, eso es todo.

—¿Por qué? —no puedo evitar soltar—. ¿Sus padres también han muerto?

Gabby —suelta Elena por lo bajo, dándome una ligera palmada en el brazo. Pongo los ojos en blanco ante su regaño. No sé por qué de repente estoy equivocada, pero lo que sea.

Bonnie frunce el ceño de nuevo, esta vez mirando a una persona en la oficina administrativa.

—¿Chico nuevo? —pregunta, obligándonos a Elena y a mí a mirar. No podemos verle la cara, pero supongo que está de pie con confianza, así que eso es guay. Lleva una chaqueta de cuero, muy parecida a la mía, con una camiseta y vaqueros. Aunque su estilo parece un poco... fácil, le admiro por su chaqueta de cuero negra.

—¿Quién es ese bombón? —dice Bonnie con una ceja alzada, sonriéndonos.

—Solo veo una espalda —dice Elena, encogiéndose de hombros.

—Una espalda sexy —corrige Bonnie—. Presiento Seattle y toca la guitarra —Bonnie piensa que es adivina desde que su abuela le dijo que eran originarios de Salem. Pongo los ojos en blanco ante su predicción.

—Melancólico seguro —le sigo la corriente.

—Sensible y comprensivo —continúa Bonnie, más en broma que antes—. Oculta su propia oscuridad protegiendo a los demás de la suya.

—Piensas seguir con ese rollo de adivina, ¿eh? —Elena se ríe sacudiendo la cabeza. Se endereza al ver a nuestro hermano entrar corriendo en el baño de hombres— Maldita sea —maldice antes de mirarme—. ¿Ya?

Me encojo de hombros.

—Tráele colirio y colonia.

—¡No voy a apoyar este comportamiento, Gabby!

—Es menos probable que lo haga si lo hacemos nosotras —señalo. Elena pone los ojos en blanco y pasa a mi lado. Me sorprende cuando ella entra en el baño de hombres, pero ¿quién soy yo para pararla?

—Oh, alguien está enfadada —comento con una sonrisa socarrona. Me giro hacia Bonnie, para ver si se ha reído de mi comentario, solo para verla a mitad del pasillo.

Oh. Zorra.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar a clase. Siendo la estúpida torpe que soy, me choco con alguien.

—Vaya, lo siento —me disculpo inmediatamente. Levanto la vista y veo al tipo con el que me he chocado.

»¡Oye! —exclamo, reconociéndolo. Sonrío, probablemente con cara de loca—. ¡Eres la espalda sexy!

Espalda Sexy es sexy. Joder, ¿esa mandíbula con esos ojos verdes y ese pelo claro? Dios hizo bien al crear a este tío.

Levanta una ceja, confundido.

—¿Espalda sexy? —repite, reprimiendo una carcajada.

—Definitivamente debería cambiarse a Cara Sexy —respondo. Por muy guapo que sea, no es realmente mi tipo... ¡pero es perfecto para Elena! Tiene esa cosa de "buen tío rudo". ¿Eso es algo? ¿A quién le importa? Será un gran chico de rebote para ella.

Se ríe un poco.

—Vale... ¿cómo te llamas? —me pregunta Espalda Sexy.

—Hmm, te lo diré si tú me dices el tuyo —respondo con una sonrisa burlona. Él se vuelve a reír.

—Stefan —responde. Extiendo la mano para que la estreche. Él agarra mi mano. Agarre firmeMás vale que sea más gentil cuando esté con mi hermana. Guiño, guiño.

—Gabriella, pero mis amigos me llaman Gabby —le digo. Nos quedamos ahí parados torpemente por unos segundos—. Dato curioso, mi gemela idéntica se llama Elena.

Él levanta una ceja.

—¿Vale...?

Así que —continúo—, si ves a una chica con mi cara y ropa diferente, deberías totalmente intentar hablar con ella.

Él asiente, seguramente extrañado por nuestra conversación, pero me doy cuenta de que he despertado un pequeño interés. Además, es nuevo. Lo más probable es que esté buscando amigos. ¿Por qué no hacerse amigo de una chica cualquiera que le dice que está bueno?

—Estaré atento.

—Perfecto.

Como era de esperar, Caroline y Bonnie nos arrastraron al Grill, el único bar y asador familiar de nuestra pequeña ciudad. Es un lugar popular para, literalmente, todo el mundo. Vine en coche con Caroline, me encontré con Bonnie aquí, y ahora estamos esperando a mi hermana.

—Se llama Stefan Salvatore —Caroline recita la información que ha aprendido sobre el chico nuevo. Está claro que ya le gusta—. Vive con su tío en el antiguo hostal de los Salvatore. No vive aquí desde que era niño. Familia de militares, así que ha viajado mucho. Es Géminis y su color favorito es el azul.

—¿Has averiguado todo eso en un día? —pregunto, ligeramente impresionada. Tengo que reconocerlo, es buena.

—Oh, por favor, Gabby —se burla Caroline—. Lo he averiguado entre tercera y cuarta hora. Pensamos casarnos en junio —suspira soñadoramente.

Bonnie y yo ponemos los ojos en blanco a nuestra amiga en común. Bueno, si a ese tal Stefan no le gusta mi hermana, a lo mejor le interesa Caroline.

Bonnie frunce el ceño, mirando más allá de Caroline y yo hacia la puerta principal.

—¿Es ese...?

Sigo su mirada, mis ojos aterrizando en mi gemela y el misterioso "Stefan Salvatore" entrando en el Mystic Grill.

Por supuesto, esto consiguió captar la repentina mirada crítica de Caroline.

—¡Ahí está! —susurra emocionada Caroline antes de agitar la mano para llamar la atención de mi hermana. Elena mira casi de inmediato antes de esbozar una pequeña sonrisa. Le dice algo a Stefan antes de acercarse los dos a nuestra mesa.

Stefan saluda incómodo antes de sentarse entre Caroline y Elena. Me saluda con una inclinación de cabeza.

—Mira eso —bromeo—, la has encontrado.

—Es difícil no hacerlo cuando tenemos una clase juntos —responde con facilidad, dedicándome una pequeña sonrisa. Mira a Bonnie y Caroline—. Soy Stefan Salvatore —se presenta.

—¡Cierto! —recuerda Elena, sacudiendo un poco la cabeza mientras se ríe entre dientes— Lo siento, estas son Bonnie Bennett y─

—Caroline Forbes —interrumpe Caroline, que parece mucho más calmada y desenvuelta que cuando divisamos a Stefan por primera vez.

Stefan asiente al reconocerla.

—Nos conocimos durante tercera hora, ¿verdad?

Caroline prácticamente resplandece, pero intenta que no se le note.

—Así es —responde antes de acomodar su asiento—. Osea, ¿que naciste en Mystic Falls? —pregunta Caroline a Stefan, los cinco ahora sentados en una mesa. «Mírala, fingiendo que no lo sabe ya». No puedo evitar sonreír.

—Sí, y nos marchamos cuando era niño —responde Stefan.

—¿Padres? —continúa ella.

—Mis padres fallecieron —dice Stefan. Qué pequeño que es el mundo en el que vivimos.

—Lo siento. —dice Elena, empatizando lo suficiente por nosotras dos— ¿Tienes hermanos?

—Ninguno con el que hable. Vivo con mi tío —responde él. Probablemente me interesaría si Caroline no lo hubiera dicho antes. Todos guardamos silencio durante unos minutos.

—Oye, Stefan —Caroline rompe el incómodo silencio—, como eres nuevo, no sabrás lo de la fiesta de mañana.

—Oooh —solté al recordarlo—, la fiesta anual por el inicio del curso en Falls. Una de las mejores fiestas del año. Realmente pone las cosas en movimiento.

Stefan mira a mi hermana y pregunta:

—¿Vas a ir?

—Por supuesto que va a ir —respondo en su nombre. No parece muy contenta con mi respuesta. Le sonrío antes de mirar a Stefan—. Es la tradición.

Entiendo por qué Elena no quiere ir. Estar demasiado borrachas para conducir nosotras mismas a casa fue la razón por la que nuestros padres tuvieron aquel accidente. Ninguna de las dos hemos tocado una bebida alcohólica desde entonces, y no estoy segura de si lo haremos esta noche. Pero, tenemos la oportunidad de aliviar un poco nuestro día. Si es en forma de una Miller Lite, entonces que así sea.

A pesar de que no salió como ella quería, Caroline parecía bastante contenta cuando Stefan dijo que se uniría a nosotras.

La atmósfera de una fiesta solía parecerme acogedora. No sé si era por la cerveza barata, los adolescentes borrachos y la música alta, pero me daban ganas de gritar de alegría.

Después de la muerte de nuestros padres, ha sido un poco difícil sentir lo mismo. Al menos, lo fue durante el verano. Pero ir a la nevera y coger esa cerveza era más fácil de lo que pensaba.

Me mantendré con una sola por esta noche. Soy la chofer de Caroline, después de todo. Sé que estaremos aquí por lo menos una hora más, así que esta bebida poco fuerte estará fuera de mi sistema en poco tiempo.

—¿Queréis una? —les ofrezco a mi hermana y a Bonnie. Elena se niega, pero Bonnie acepta sin problemas. Incluso me tomo la molestia de abrirle la cerveza antes de pasársela.

—Gracias —murmura Bonnie antes de mirar a Elena con una sonrisa socarrona—. Gabby, ¿no crees que ya es hora de que Elena admita lo coladita que está por nuestro recién llegado? —Tomo un sorbo de mi bebida antes de mirar a mi hermana.

Elena suspira antes de darnos una tímida sonrisa.

—Vale —admite ella—. E-Es bastante guapo.

—Tiene una mirada romántica de novela —corrijo, apuntándola con mi cerveza.

—¿Y dónde está? —pregunta Bonnie, ya mirando a su alrededor.

Elena frunce el ceño antes de mirar también a su alrededor.

—No lo sé.

—Usa tus poderes psíquicos, Bonnie —me burlo. Acabo la botella antes de pasársela—. Una bola de cristal.

Ella la coge, rozando mi mano. Después de un momento, me mira como si hubiera visto un fantasma. Frunzo el ceño, confundida, y doy un pequeño respingo cuando aparta de golpe la mano de la botella y esta cae y se rompe contra el suelo.

—Ha sido extraño. Al tocarte, he visto un cuervo. Había niebla. Un hombre... —se detiene, pareciendo aturdida antes de negar con la cabeza— ¡Estoy borracha! Es la cerveza. No tiene nada de psíquico. ¿Sí? Vale, voy a por más.

—Sí —concuerdo, sin estar segura de qué hacer—. Yo también debería parar por esta noche. Soy la chofer de Caroline

Elena pone los ojos en blanco.

—Gabby, no te ofrezcas a conducir si vas a beber —regaña.

—Lo sé, no debería haberlo hecho, pero sólo me he bebido una —tranquilizo, esbozando una pequeña sonrisa—. Para cuando Care esté preparada para irse, estaré demasiado sobria.

—Bueno, yo no pienso estarlo —declara Bonnie antes de agitar su botella ahora vacía—. Vuelvo enseguida.

Bonnie camina hacia la nevera. Espera, no, ahora camina hacia el barril. Bien por ella.

—Entonces —empiezo—, ¿ir al Grill con Stefan fue una coincidencia o una invitación?

—Es nuevo —Elena se encoge de hombros, tratando de parecer indiferente, pero me doy cuenta de que es una fachada. Le gusta—. Me imaginé que querría conocer gente nueva. Pero eso ya lo sabías, ¿no? —Le dirijo una mirada inocente— Dijo que ya te conocía.

—Puede que le haya señalado a la gemela Gilbert que necesita un rebote.

—Bueno, no me habló hasta que me lo encontré en el cementerio —suspira—. Me pilló escribiendo en mi diario.

—Oh, eso es tan morboso y aburrido —suspiro caprichosamente—. No esperaría nada más de ti.

—Para ser justos —repica una voz vagamente familiar—, no fue a propósito.

Elena y yo damos un respingo de sorpresa ante la repentina llegada de Stefan Salvatore. Elena se ríe al darse cuenta de que es él.

—Lo he vuelto a hacer, ¿no? —pregunta Stefan.

Elena asiente y se ríe.

—¿Hacer qué? —le pregunto. Ella se me queda mirando, exigiendo en silencio un rato a solas con el buenorro recién llegado— Ah —suelto, mirando a mi alrededor—, me pregunto dónde estará Caroline. Debería ir a buscarla.

Stefan hace un pequeño gesto con la mano como despedida antes de sumergirse en una conversación con Elena.

No tardo mucho en encontrar a alguien conocido. De hecho, puedo ver a mi hermano siguiendo a un estudiante de último curso al bosque. Oh, Dios mío, mi pobre hermano novato está a punto de ser seducido por una golfa legalmente adulta.

«¡No, no en mi vigilancia!»

Para cuando estoy al principio del camino, estoy rezando para no pillar a mi hermano con los pantalones bajados como un niño pequeño. En serio, por favor, evítame este trauma. Ya tengo padres muertos, no me tortures con esto también.

—¡Tyler, para! —oigo gritar una voz femenina. Mis pasos se aceleran y pronto estoy a unos metros de distancia de mi hermano, Vicki, la hermana mayor de Matt, y Tyler Lockwood.

Me burlo al ver a un Tyler borracho. Tyler Lockwood es un gilipollas conocido. Es como si hubiera... nacido así. Es un borracho atlético con problemas de ira, por lo que es muy difícil ignorarlo.

—Eh, déjala en paz —espeta Jeremy, empujando a Tyler lejos de ella. Vicki se abraza a sí misma, alejándose del árbol contra el que estaba apoyada.

—¿Sabes? Empiezas a atacarme los nervios, Gilbert —tira el puño hacia atrás, preparándose para darle un puñetazo a mi hermano, pero yo hago la cosa fraternal y me pongo delante de él. Tyler se detiene cuando lo hago, entrecerrando los ojos hacia mí

—Yo que tú no haría eso —le advierto.

Tyler se burla.

—También me estoy cansando de ti, "pequeña señorita mala leche".

Intenta agarrar mi muñeca, pero, por desgracia para él, mis movimientos son un poco más rápidos debido a mi sobriedad. Me apresuro a esquivar el intento de agarre antes de usar el puño para asestarle un buen puñetazo. El puñetazo le echa la cabeza hacia atrás, seguido de un doloroso gemido.

—Ve y ponte hielo en el ojo, borracho de mirda —le escupo y él se aleja soltando maldiciones. En cuanto se aleja lo suficiente, me permito soltar un silbido por el dolor en los nudillos. Me los miro y suspiro al ver que me los he partido.

«Vaya».

—No necesitaba tu ayuda —le espeta Vicki a Jeremy. «Oh, sí. Yo no hice absolutamente nada. Gracias por tu consideración».

—Parecía que sí —se burla Jeremy.

—Solo está pedo —argumenta Vicki con los brazos cruzados.

—Y yo. ¡¿Me abalanzo encima de ti?!

—No, tú eres peor. Quieres hablarme, conocerme, ver mi alma, y follar y follar y follar hasta que te canses de mí —exclama antes de marcharse enfadada. «Espera, ¿qué? ¿Dónde hizo─? No importa. No te hagas ilusiones, cariño».

Estoy bastante segura de que él acaba de demostrar lo contrario —comento, observándola mientras se marcha.

—¡Quizás yo sea diferente! —exclama Jeremy de repente. Se vuelve hacia mí, con los ojos entrecerrados por el enfado— No necesitaba tu ayuda, Gabby.

—No me importa —replico—. Sólo intento asegurarme de que no te acuestas con una mayor de edad.

—¡Tiene diecisiete! —argumenta.

—¡Y tú apenas quince!

—Esa no era tu pelea, Gabby —espeta—, y esto no es asunto tuyo. No necesito que mi hermana me proteja —empieza a correr tras Vicki, dejándome sola en el bosque. Me froto los nudillos con el pulgar antes de apoyar la mano en mi costado.

«Me pregunto si Caroline ya está lista para irse».

Cuando vuelvo a la zona principal de la fiesta, ya he localizado a todos los que necesitaba. Matt y Elena están hablando entre ellos. Stefan dejando sola a una decepcionada Caroline. Frunzo el ceño en su nombre, sabiendo que acaba de ser rechazada. Estaba claro que a Stefan le gustaba mi hermana, pero la felicito por intentarlo.

Me dirijo al cenador en el que se encuentra y la observo mientras coge otra cerveza de la nevera. Está enfurruñada, a punto de llorar, pero espero que mi presencia lo impida.

—Hola —saludo suavemente, llamando su atención. Hay otros estudiantes a nuestro alrededor, pero no les hacemos caso— ¿Estás bien?

Caroline suelta un resoplido.

—No —admite antes de usar el riel para destapar la botella—. Estoy disgustada. ¿Cómo ha podido ir directamente a ella?

—Puede que tenga algo que ver con lo de los padres muertos —comento, intentando hacerla sonreír—. Además, es demasiado aburrido para ti. Parece que siempre está... pensativo. No quieres a un aburrido a tu lado, ¿verdad?

Antes de que pueda responder, oigo a alguien gritar:

—¡Socorro! —Caroline y yo miramos hacia la fuente a tiempo para ver a mi hermano con una Vicki inconsciente en brazos. Veo a Matt y Elena correr inmediatamente desde sus lugares para ayudar— ¡Ayuda! —Jeremy grita de nuevo.

—Quédate aquí —le digo a Care antes de abrirme paso hacia mi hermano. «Por favor, que esté a salvo, por favor, que esté a salvo».

Afortunadamente, Vicki es la única herida, pero no tiene buen aspecto. Su cuello está cubierto de sangre, por lo que es difícil ver la herida que lo causó.

—¡Está sangrando! —grita Elena. «¿Sí? No me jodas, Sherlock»— ¡Tenemos que pedir ayuda!

Matt corre hacia nosotros.

—¡Mantenedla quieta y aplicad presión! —manda Matt— ¡Que alguien pida una ambulancia!

El asunto de Vicki no tardó en resolverse. Cuando llegó la ambulancia para ponerla en una camilla, se apresuraron a decirnos que parecía el ataque de un animal. Caroline y yo nos quedamos con mis hermanos hasta que Jenna vino a recogerlos.

Ahora, Caroline y yo somos dos de los pocos clientes del Grill, esperando a que se le pase la borrachera lo suficiente como para llegar a su habitación.

—¿Cómo te encuentras? —le pregunto mientras sorbe su café— ¿Estás sobria ya?

—No —responde ella. Suspiro. «Esto va a llevar un rato».

—Termínate el café. Tengo que llevarnos a casa, Caroline —le recuerdo—. ¿Necesitas otro pastelito?

—¿Por qué no le gusto? —pregunta ella de repente, levantando la mirada para mirarme— ¿Por qué los chicos que quiero nunca me quieren? Resulto incómoda. Siempre digo lo que no debo, y... Elena siempre dice lo que debe —suspira, apoyando la cabeza en sus manos con los codos encima de la mesa—. Ella ni se esforzó y la prefirió. ¡Siempre es ella a quien todos prefieren para todo! Yo lo intento todo lo posible y... nunca soy la persona que...

—No es una competición, Caroline —trato de razonar.

—Sí, lo es —contesta ella.

Le doy una sonrisa triste.

—Voy a traerte otro muffin.

—Con virutas de chocolate, por favor —murmura.

Le levanto el pulgar y me dirijo a la caja. Me aseguro de pedirme un café pequeño para mantenerme despierta durante quién sabe cuánto tiempo más.

Vuelvo la vista hacia Caroline y la veo mirando a alguien que está detrás de mí. Manda un pequeño saludo con la mano y sonríe coquetamente. «No ha llevado mucho tiempo».

Miro a la persona que está cerca de mí. La verdad es que es bastante guapo. Pelo negro, ojos azules penetrantes, casi parece demasiado bueno. Dios, también está bueno. Menuda coincidencia.

Y entonces me mira a mí.

Me siento intimidada de inmediato. Una parte de mí quiere correr, pero la otra piensa que debería ponerme de rodillas y─

—¿Te importa si pago yo? —interrumpe afortunadamente mis pensamientos, con una pequeña sonrisa en la cara.

—Más o menos —admito, sacando ya la cartera de mi bolsillo trasero.

—¿Por favor? Insisto —sigue, realmente queriendo pagar nuestras bebidas. Miro a Caroline para confirmar. Ella me da un leve asentimiento.

Le dirijo una mirada escéptica antes de finalmente ceder. De todos modos, tengo que ahorrar el dinero.

—Bien. Supongo que puedes pagar...

Él me dedica otra sonrisa antes de sacar su propio dinero. El trabajador me da nuestro café y el muffin.

—Em, gracias —le digo al apuesto desconocido.

Vuelvo a la mesa antes de darle a Caroline su muffin.

NARRADOR OMNISCIENTE╭╯

Stefan se apresura a su habitación, frustrado por lo ocurrido en la fiesta. Vicki no fue atacada por un animal.

Un cuervo entra volando por las puertas abiertas del patio. Stefan mira fijamente al cuervo, que se posa en uno de los soportes de madera. Al girarse, ve a la persona que más desprecia.

—Damon —Stefan le mira con odio. El hombre de pelo negro y ojos azules como el hielo está de pie en el patio. Damon sonríe de forma socarrona ante la mirada que le da su hermano.

—Hola, hermano —Damon sonríe.

—Lo del cuervo es excesivo, ¿no crees? —pregunta Stefan, sin dejar de mirar mal al mayor de los Salvatore.

—Espera a ver lo que hago con la niebla —responde Damon, cogiendo algo de una mesa.

—¿Cuándo has llegado? —pregunta Stefan, mirando a Damon, asegurándose de que no haga nada sospechoso.

—No podía perderme tu primer día de clase —contesta Damon sarcásticamente—. Has cambiado de peinado. Me gusta —afirma, desviándose del tema mientras mira alrededor de la habitación.

—Han pasado quince años, Damon —empieza Stefan.

—Gracias a Dios. No aguantaba los 90 —responde Damon con una pequeña carcajada—. Aquel horrible look grunge... no te iba. Recuerda, Stefan, es importante alejarse de las modas.

—¿Por qué estás aquí? —interrumpe Stefan.

—Echaba de menos a mi hermanito.

—Odias los pueblos pequeños. Son aburridos. No tienes nada que hacer —señala Stefan.

Damon sólo mira a su hermano pequeño con una sonrisilla.

—He sabido mantenerme entretenido.

—¿Sabes? Has dejado con vida a esa chica. Muy torpe por tu parte.

—Ah. Puede ser un problema... para ti —responde Damon, manteniendo su sonrisilla en la cara.

Stefan sacude su cabeza.

—¿Por qué estás aquí ahora?

Damon deja de sonreír y suspira.

—Podría hacerte la misma pregunta. Pero, estoy convencido de que se puede resumir en sólo tres palabras: las gemelas Gilbert —sonríe sin mostrar los dientes antes de continuar—. Me dejaron sin respiración. Gabriella y Elena. Son réplicas exactas de Katherine. Sin embargo, Elena es la que te gusta. ¿Funciona, Stefan? Estar cerca de ella, estar en su mundo. ¿Hace que te sientas vivo?

—Ella no es Katherine —discute Stefan con determinación.

—Tienes razón, uf. Esa Gabriella es algo, ¿no? —sonríe. Stefan no puede discutirle eso— Dime una cosa, ¿cuándo fue la última vez que tomaste algo más fuerte que una ardilla? —le provoca, acercándose.

Stefan se burla, mirando hacia otro lado para luego volver a mirarle.

—Sé lo que intentas, Damon. No te dará resultado —declara Stefan, a punto de alejarse.

Damon empuja un poco a Stefan.

—¿No? ¡Venga! ¿No te apetece un poco? ¡Iremos juntos! —Damon le empuja de nuevo.

—Déjame —le ordena Stefan.

Damon lo ignora.

—He visto a un par de chicas. O dejé─ dejémonos de rodeos, ¡iremos derechos a por Elena y Gabriella!

—¡Cállate! —grita Stefan, empujándolo hacia atrás.

—¡Imagínate cómo sabe su sangre! Yo lo hago —provoca Damon.

—¡He dicho que te calles! —grita Stefan. Las venas debajo de sus ojos se le salen un poco. Sus ojos se vuelven rojos mientras al mismo tiempo enseña sus colmillos. Corre hacia Damon, lo empuja por la ventana y cae con él.

Stefan gime de dolor mientras se levanta del suelo.

—Me has impresionado —afirma Damon. Stefan se da la vuelta solo para ver a Damon apoyado casualmente contra un arbusto—. Te doy un... seis. Te ha faltado estilo, pero ha sido una agradable sorpresa. Muy bueno lo de la cara —se burla, haciendo un gruñido y entreabriendo su mano—, y eso. Ha estado bien.

—Sí, muy divertido, Damon, ¿eh? Pero donde estés tú, muere gente —declara Stefan.

—Es obvio.

—No aquí. No lo consentiré —le dice Stefan a su hermano mayor.

Damon sonríe.

—Lo tomo como una invitación.

—Damon, por favor. ¿Después de tantos años, no podemos dejarlo estar? —suplica Stefan.

—Te prometí una eternidad de sufrimiento. Mantengo mi palabra —Damon se encoge de hombros.

—No te acerques a Elena y Gabriella —ordena Stefan.

Damon mira la mano de su hermano con el ceño fruncido.

—¿Dónde está tu anillo? —pregunta él con una pequeña sonrisa burlona, haciendo que Stefan sostuviera el dedo donde antes se hallaba su anillo. Damon inhala bruscamente—. Oh, sí, el sol va a salir en un par de horas, y puf. Polvo el polvo —Stefan busca frenéticamente su anillo, haciendo reír a Damon—. Tranquilo. Aquí lo tienes —afirma, acercándose a él con la mano extendida, el anillo en su palma.

Stefan se pone lentamente el anillo. Damon lo agarra por el cuello, sacando sus colmillos. Entonces, lanza a Stefan contra las puertas de un cobertizo.

Damon acelera hasta ponerse al lado de Stefan, que yace débilmente en el suelo.

—Deberías saber que no eres más fuerte que yo. Perdiste esa batalla al dejar de alimentarte de seres humanos. No vuelvas a intentarlo.

Él sonríe al oír un ruido.

—Creo que hemos despertado a Zack. ¡¿Qué hay, Zack?! —saluda antes de volver a la casa, silbando.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro