El enorme mapache soltó un quejido para después acercarse al líder de Konoha, sin dejar de sostener a Gaara.

-Ha pasado un tiempo, Kazekage-sama- saludó el mayor, sonriendo bajo su máscara.

El pelirrojo asintió, para posteriormente saltar a la arena, quedando a unos cuantos pasos de su aliado.

-¿Cómo es que...- pero el chico no logró completar la oración ya que Kakashi se le adelantó.

-¿Logré saber que esto pasaría?, bueno, hace unos días Sasuke se detuvo en nuestra aldea para recoger nueva información, y ahí percató de la ausencia de Naruto, comenzó hacer preguntas y no nos quedó de otra más que informarle sobre su paradero-

Gaara hizo una mueca comprendiendo por qué de la nada aquel Uchiha había entrado en su territorio.

-Le di órdenes a Sasuke para presentarse en una base que está a unos cuantos kilómetros de aquí, pero al no recibir alguna señal de él, supuse lo peor- se sinceró Hatake sin dejar su buen humor, aunque en el fondo se sentía muy avergonzado por los problemas que sus niños habían ocasionado.

-Entiendo, y lamento que se haya tomado las molestias de dejar su hogar para venir a ayudarnos- dijo Gaara haciendo una reverencia.

-Por favor no diga eso, debería ser yo quien se estuviera disculpando, si no hubiera sido tan permisivo con este par de idiotas, su gente no habría tenido que presenciar tal espectáculo- contestó el mayor inclinándose.

El Shukaku que estaba algo aburrido por la charla tan formal, decidió enfocar su mirada en los ninjas de la hoja. Su amigo de cabello rubio estaba de lado con sus ojos dando vueltas. En cambio el Uchiha se encontraba boca abajo, sin dar señales de algún movimiento, por lo que intuyó que el golpe de verdad lo había noqueado.

"Se lo merecen" pensó el Bijuu con una sonrisa burlona en su rostro.

Una vez que los líderes de las grandes naciones del aire y fuego terminaron de aclarar los hechos, se dieron la mano es señal de que todo estaba en orden.

-Bueno, será mejor que me de prisa, no quisiera atravesar el desierto de noche- dijo Kakashi para después darse vuelta e invocar un clon de sombra.

Con cuidado, el Hokage tomó al pequeño zorro y lo subió a su espalda, dejando la barbilla del menor sobre su hombro izquierdo. Mientras que la copia levantaba al portador del sharingan.

-¿Te llevarás a los dos?- dijo el monstruo de la arena.

-Si, me parece que sus juegos llegaron demasiado lejos- dijo Hatake.

-Naruto no tuvo la culpa- habló el pelirrojo, provocandole a su superior una risita.

-Me parece que eso no es del todo cierto, ¿o si?- respondió Kakashi alzando una de sus cejas, y por supuesto, el chico captó el mensaje.

Sin tener otra excusa, asintió permitiendo que Kakashi se retirara.

-No se preocupe, Naruto puede ser algo tonto, pero al final, siempre toma las decisiones correctas, es un experto para ver el alma de la gente, le aseguro que después de tanto años, le dará una respuesta- dicho eso, el Hokage salió corriendo con sus alumnos.

Una vez que los perdieron de vista, tanto el mapache como su amigo, se tiraron sobre la arena, el encuentro los había agotado mentalmente.

-Gaara, ¿todavía quieres luchar por el cachorro del Kyubi?, ¿no te parece molesto?- preguntó el Shukaku sin despegar su vista del cielo.

Antes de responder a eso, el joven de piel clara, alzó la mano, manipulando una gran cantidad de arena, dándole formas de cadenas. Cosa que de inmediato llamó la atención del Bijuu.

-Por años, me sentí atrapado, me criaron como a un arma, atado contra mi voluntad, esperando el momento preciso para usarme, era tanta la oscuridad que de verdad creí que ese era mi único propósito en el mundo- dijo el menor recordando a ese chico de 12 años, con corazón de hielo y mirada perdida.

-Lo sé, fui testigo de tu miseria- contestó el mapache, con un tono de voz apagado, pues él también había participado.

-Y entonces, como un rayo de luz, Uzumaki Naruto llegó a mi vida, despejó las sombras, me brindó esperanza y de un solo golpe, rompió las cadenas- al terminar de decir eso, apretó su puño, haciendo que la arena que antes había moldeado cayera alrededor de ellos.

Una demostración que hizo sonreír nuevamente a su compañero.

-Ese chico me ayudó a ser Kazekage, hizo que volviera a sentir amor por mis hermanos, salvo a mi gente de una clara destrucción, les otorgó la libertad a ti y a tus hermanos, por esas y muchas otras razones, es que estoy enamorado de él, y no pienso rendirme ahora, no ahora que sé que puedo tener un espacio en el corazón de Naruto- la determinación de Gaara era digna de admirar, la confianza que emanaba era tanta que logró contagiar al Ichibi.

-¡Tienes razón, la próxima vez, enséñale a ese asqueroso Uchiha quien manda!- gritó el mapache alzando su puño, orgulloso de su cachorro.

Gaara sonrió suavemente, con un sentimiento creciendo sobre su pecho.

"Naruto, te he amado en cada una de tus etapas, y espero algún día tener el honor de estar presente en la siguiente fase de tu vida" pensó el pelirrojo, agradecido por la breve tormenta que su rival trajo.

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Una vez que Kakashi llegó al área del bosque, le indico a su clon que llevará a Sasuke al siguiente sitió donde empezaría un nuevo encargó, también le recordó que debía darle una buena charla, para que ese comportamiento no volviera a pasar.

El Hokage tomó el camino a la aldea, saltando de rama en rama, hasta que sintió que el chico que llevaba en su espalda comenzaba a moverse.

-¿Estás adolorido?- preguntó Hatake, pero la respuesta lo dejó en blanco.

-Mocoso estúpido, tienes tres segundos para saltarnos, de lo contrario, te sacare el corazón con mis garras- aquella profunda y escalofriante voz obligó al ninja a descender, aterrizando en césped.

De inmediato, Kakashi lo bajo y al girarse, vio ante sus ojos, la representación del demonio de las nueve colas.

-Olvide por completo que usted es capaz de manipular el cuerpo de Naruto, espero no haberlo ofendido, Kurama-san-

-Para ti estúpido, soy "El Kyubi"- dijo el Bijuu incómodo de que alguien que no fuera su cachorro o algún jinchuriki, lo llamara por su verdadero nombre.

Kakashi le dedicó una sonrisa forzada, incómodo por tener que dialogar con ese viejo zorro, que todavía mostraba un gran desprecio por los humanos.

-Tu presencia no era necesaria, lo creas o no, Naruto comenzaba a tener el control de la situación- señaló el Bijuu.

El menor frunció el ceño ante la actitud del Kyubi.

-Me sorprende que usted, siendo el guardián número uno de ese chico, permitiera que esto escalara, hasta volverlo una batalla-

-Los temas amorosos no son mi maldito problema, las cosas de humanos deben de resolverse entre humanos- dijo Kurama mientras se cruzaba de brazos.

"¿Por qué tengo el presentimiento de que en esta ocasión los Bijuus si metieron sus narices?" pensó Hatake sospechando de ambas bestias.

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