Capítulo V
Momo no Aware
{El sabor agridulce que deja un momento breve y agonizante de belleza transcendental}
Se estaba acercando el décimo sexto verano de Hoshi.
La primavera había llegado con sus alergias estacionales características. Los cerezos habían florecido con gracia, y el Hanami había encontrado a todos los residentes de Konoha felices de volver a sentir aquel aroma.
Hoshi pasaba su tiempo libre entre Aki y Kakashi.
Este último estaba más animado y solía compartir mayor cantidad de momentos con los otros Jōnin. Parecía que la primavera también había florecido dentro de él, ya que todo su ánimo había cambiado.
A Hoshi le gustaban estas reuniones porque podía ver a Asuma.
La primera noche del festival habían acordado que irían todos juntos. Hoshi se había comprado un kimono magenta, había ido a la peluquería, y hasta había contratado a una maquilladora para que retocara su rostro sin perder la magia de su joven edad.
Se había sentido particularmente inspirada, y tenía muchas ganas de sorprender al hijo del Hokage.
El último tiempo aprovechaba cada oportunidad que tenía para poder charlar con él y pasar tiempo a su lado. Pero no estaba funcionando, casi siempre Asuma le pedía disculpas y se retiraba para ir con Kurenai. Kakashi le había dicho a Hoshi que ellos dos solo eran amigos, y ella quería creerlo, pero le resultaba sospechoso que ambos pasarán tanto tiempo juntos y tuvieran esas miradas de complicidad.
De todas formas ignoraba esos pensamientos. Y esa noche del Hanami tenia que lucirse.
Pero Asuma no fue. Ni Kurenai. Ni Kakashi. El Hanami estaba plagado de rostros poco conocidos por ella. Y se vió obligada a pasar la mitad de la noche junto a su primo y sus amigos, yendo de puesto en puesto para acompañar a los más golosos del grupo: Chōji y Naruto.
Ella se encargó de pagar todo, y el rubio se mostró sumamente conmocionado y agradecido por aquél gesto. Hoshii, para ser amable, le dijo que su madre podría lavarle la ropa siempre que lo necesitara, y por más de que no le hubiera preguntado sabía que Yokino no diría nada, ya que tenía una especial preocupación por el huérfano.
La otra mitad de la noche se quedó sentada sola en uno de los bancos de la plaza, mirando las personas que iban y venían paseando por los puestos y probando deliciosas comidas.
Un poco antes de volverse a su casa fue cuando Hayate y su novia se acercaron a saludarla. Le preguntaron porque estaba sola, y Hoshi les explicó que ninguno de sus amigos había ido. La pareja pareció apiadarse de su situación y se sentaron a su lado platicando un buen rato.
Fue en esta charla que ambos le presentaron a Mizuki. Un chūnin de Konoha e instructor de la academia. Lo primero que pensó Hoshi fue en que su color de cabello le recordaba a Kakashi, y extrañó que su amigo no estuviera ahí con ella, riéndose un rato y hablando sobre las conductas consumistas de las personas.
Mizuki era un tipo sumamente educado y atractivo. Era más grande que Hoshi, pero la castaña tenía la habilidad de llevarse mejor con los mayores que con los adolescentes de su edad.
Le cayó tan bien aquella noche que el resto de las horas se pasaron volando, y poco a poco se fue olvidando de aquella nostalgia que sintió en un principio al no haber visto a ninguno de sus amigos.
El chūnin se ofreció a acompañarla a su hogar,y no sólo eso, sino que también se aseguró de que su primo y los amigos de este llegaran sanos y salvos. Por que la tía de Hoshi le había pedido específicamente que por favor cuidara a Shikamaru y su junta.
Mizuki le dió un beso en la mejilla de despedida. Y Hoshi no supo que decir, se sonrojó y se limitó a entrar a su casa. Su mente se hallaba entre la dicotomía de la edad y lo atractivo que era. Sabía que fijarse en un tipo más grande que ella y casi adulto estaba mal, pero estaba bastante bueno, y solo había sido un beso en la mejilla. ¿Que tan malo podía ser?
Ademas no volvió a ver a Mizuki hasta meses después, específicamente en Julio, cuando se dio cuenta que mientras más grande se hacía los problemas eran más graves. Y el primero de Julio de aquél año se arrepintió de haber deseado con tantas ganas crecer.
A veces se sentía terriblemente sola.
Miraba a los jóvenes de su edad y estos solían ir en grupo. A veces envidiaba a las adolescentes por tener amigas de su edad con quién compartir charlas de asuntos banales.
Su amigo más cercano era Kakashi, y con el no podía hablar de todo. Tampoco podía hablar de todo con su madre justamente por esta razón, que era su madre, y no su amiga.
Por suerte esos últimos meses se había acercado mucho a Aki, la pareja de su Capitán. Por dichos de Shamui, Hoshi sabía que su novio estaba solo la mayor parte del tiempo, y la castaña comenzó a acercarse a él porque ella también se sentía sola muchas veces. Y con el tiempo comenzó a quererlo. Le gustaba escucharlo hablar, ya que siempre tenía algo interesante para decir.
Eso era lo único lindo de esos meses calurosos.
El trabajo iba de mal en peor.
Las misiones se habían vuelto más complicadas, y el ambiente en general de todo el mundo ninja estaba más agitado que de costumbre. Esa agrupación RAIZ parecía estar haciendo de vuelta de las suyas. Y ahora el nombre de Orochimaru comenzaba a resonar más y más fuerte.
Para Hoshi fue una sorpresa que Shamui la visitara en secreto aquella noche cuando todos ya dormían, le abrió la ventana de su habitación y lo hizo pasar por ahí.
—¿Te preparo un té? — le preguntó preocupada al verlo que no paraba de peinar hacia atrás su cabello. La estaba poniendo nerviosa, porque todavía no había dicho ni una sola palabra de porque había aparecido allí.
—No, Hoshi necesito que me escuches—le suplicó, acercándose a ella tan bruscamente que la castaña se sobresaltó y por instinto hizo un paso hacia atrás—He sido miembro Raíz durante muchos años, y se más cosas de las que debería—Por alguna razón, Hoshi no se sorprendió— No importa cuánto tiempo estuvieras detrás de una organización, no podías saber tanto de esta sin haber estado dentro—. Y hoy aquí en un descuido dijo cosas que no debía decir y ahora saben que es mí pareja y te juro que temo por su seguridad, porque será a él al primero que ataquen.
—¿P-pero que dices Shamui? ¿Te han amenazado?
El pelirrojo sacó un papel arrugado del bolsillo trasero de su pantalón.
—Hoshi, necesito que guardes esto con todas tus fuerzas—la castaña recibió el papel y miró como las manos de su Capitán sostenían las suyas con fuerza—Si llega a pasarle algo a Aki o a mi, necesito que continúes con lo que estaba haciendo, y créeme que no puedes confiar en nadie ¡Ni siquiera en el Hokage!
—Shamui, me estás asustando —declaró visiblemente asustada. Pero parecía que el ANBU no oía ni una sola palabra que saliera de su boca.
—Debo irme—declaró finalmente, y así como llegó, sorpresivamente se fue, dejando a una kunoichi tan sorprendida como asustada.
Hoshi recién entendería a qué se estaba refiriendo tres semanas después.
Esa mañana de un miércoles de Julio, semana previa a su cumpleaños número dieciséis, hallaron muerto a Aki.
Su cuerpo yacía colgado en un árbol. Dijeron que se había suicidado, pero Hoshi estaba segura de que no había sido así. Su escuadrón fue el primero en verlo cuando apenas reportaron la existencia del cuerpo, y tenía en su rostro claras señales de un ataque.
Minutos después llegaba Shamui, y conforme a las leyes ninjas no soltó ni una lágrima. Solo se acercó al cuerpo de su pareja, y apretó uno de los pies que colgaban de esas ramas que sostenía el peso muerto de Aki.
A Hoshi si se le partió el corazón.
A Aki le hicieron la ceremonia que le correspondía, con los rituales que se realizaban cada vez que alguien se suicidaba. Nadie del ambiente ninja sabía que Aki era la pareja de Shamui, por lo que no acudió mucha gente; algunos amigos, quienes parecían ser sus padres, otros aldeanos y Hoshi, que fue para darle fuerzas a su capitán. Pero sorpresivamente este no había prestado asistencia.
Esa misma tarde llegó el aviso al escuadrón que Shamui había desertado de la aldea, y que debido a los secretos de estado que sabía por sus años de trabajo en la célula militar era considerado un criminal peligroso y debía bajo toda circunstancia y cualquier resultado, ser devuelto a su aldea.
Hoshi no podía negar lo mal que sentía el tener que ir tras su capitán como si fuera un asesino. Y lo peor de todo, era hacerse la idea de tener que traerlo muerto a los pies de Ibiki.
Cuando regresó a su casa, aún con la Yukata negra que su madre le había prestado para el funeral, se sentó en su cama y releyó la nota que Shamui le había dado semanas antes.
'Hoshi, ellos lo saben todo.
El Hokage permitió que Orochimaru experimente con personas. Y a su vez, sabía del trato de este con Danzō, y aun así jamás hizo nada por detenerlos.
Aki ha metido la pata y ahora todos saben que está conmigo. Debo irme antes de que sea tarde, y cuando lo haga, por favor, no dejes que te laven el cerebro.
Duda de todo, busca respuestas.
Nos quieren sumisos e ignorantes.'
—Nos quieren sumisos e ignorantes—repitió para sí misma, mientras se dejaba caer en su cama.
A Aki lo asesinó la desidia. Fue una víctima más del odio, y lo peor de todo es que nadie se molestaría en recordarlo. El error de Aki había sido enamorarse de un ex miembro de Raíz. Si, Shamui había pertenecido a este grupo, por eso no podía contarle a Hoshi muchas cosas.
El error de Shamui había sido intentar ser feliz al lado de alguien a quien amaba.
Porque en ese mundo, nadie podía amar. Y lo más probable era que quién amaba, tarde o temprano moría.
Shamui desertó porque no pudo salvarlo. Hoshi supuso que, si se quedaba, Danzō lo atraparía y lo obligaría a volver a trabajar para él, y esto afectaría el código de honor del shinobi. Por eso, prefirió volverse un renegado antes que tener que someterse nuevamente a un sistema corrupto que permitía que organizaciones como Raíz, o ninjas retorcidos como Orochimaru actuarán aun sabiendo lo que estás hacían.
********
Los días que antes de su cumpleaños Hoshi trabajo arduamente en su investigación.
Se había ganado la confianza de Ibiki y este le permitía que llevara al frente la búsqueda de datos respecto a Shamui. Hoshi no quería atrapar a su ex capitán, pero sabía que mientras más tiempo pasaba investigando sobre aquello, más información podría reunir sobre Konoha y Danzō.
Está información llegó a sus manos en forma de pergaminos amarillos. Era tan precarios que se había visto obligada a manipularlos con guantes.
Algunas partes estaba rotas, otras manchadas con tintas e incluso quemadas. Ese material había estado dentro de la antigua biblioteca, que se prendió fuego en la última guerra y a juzgar por como habían sucedido los hechos era un milagro que todavía pudiera leerse siquiera una parte.
Ahí había resultados de exámenes médicos, experimentaciones, pruebas fallidas de nuevas drogas, etc.
También había un listado con los nombres de algunos de los miembros del equipo raíz, entre ellos aparecía el nombre de Shamui, pero causalmente también se encontraba en la lista de las personas con las que había experimentado Orochimaru en su momento.
Había una parte de la historia que no estaba encontrando, pero de la que Hoshi tenía una leve sospecha.
Shamui había sido un ninja excelente, y sus habilidades lo llevaron a graduarse tempranamente de la academia. Realizó un centenar de misiones peligrosas, y la mayoría con éxito. A la Himara le resultó extraño que su ficha inicial luego de recibirse como gennin, fuera distinta a la que tenía cuando ingreso a ANBU. Su elemento el rayo, había cambiado a Tormenta y eso no era posible en circunstancias normales, ya que se necesitaba de la combinación de dos naturalezas de chakra. Nadie cambiaba su elemento así porque si.
Si Shamui estaba relacionado con Orochimaru, significaba que en este tiempo entre su salida de la academia y su ingreso a ANBU, y considerando su cambio de elemento; significaba que el Sannin había experimentado con él.
Pero Shamui no era huérfano como las otras ratas de laboratorio de Orochimaru, ni estaba solo por la vida. La única manera que este manejara al ex capitán era solo bajo su autorización. Y si Shamui lo había autorizado a Orochimaru a experimentar con el, significaba que alguien le había ordenado aquello. Y ese alguien era la mismísima Konoha.
Si Konoha sabía de los experimentos de Orochimaru, significaba que en cierta manera los estaba permitiendo. Y era entendible hasta cierto punto, ya que Orochimaru había sido el discípulo del Hokage en sus épocas de ninja no renegado. Por eso Shamui especificaba el permiso del que gozaba Orochimaru en su última carta escrita a Hoshi.
Y si Shamui, era buscado intensamente por su partida de Konoha no era porque sabía cosas por el simple hecho de estar en ANBU, era en realidad porque sabía muchas cosas sobre Orochimaru.
¿Pero que tenía que ver Danzō en todo esto?
En un momento de la historia, el líder de Raíz había juntado fuerzas con Orochimaru. Si esto era cierto, si la teoría de Hoshi era tal como lo pensaba, probablemente si hallaban a Shamui el no contaría más la historia, ya que a Konoha no le convenía tener un ninja que hablara en contra del gobierno. Y a juzgar por las interrogaciones y prácticas inmorales de Ibiki, el ninja no saldría vivo de todo eso.
Por eso esa misma tarde fue corriendo a la oficina del tercero para poder hablar con él, e intentar de una manera detener la búsqueda de Shamui. No estaba segura de lograrlo, ella no tenía ni voz ni voto allí pero no perdía nada por intentarlo.
—¿Que te trae por aquí, Hoshi? —le preguntó el viejo con seriedad. Estaba ocupado y la castaña podía jugar que no era muy bienvenida en ese momento.
—Hokage-sama, vengo a hablar sobre Shamui.
—¿Tienes alguna información sobre su paradero? De ser así deberías comentárselo al líder de tu departamento, Ibiki estará contento de saberlo—Hoshi negó, y se acercó al escritorio que está vez no tenía ningún asiento delante en el que pudiera sentarse.
—No señor, solo vengo a decirle que no me parece una solución viable declararlo criminal de rango S, cuando fue un ninja que dedico toda su vida profesional al bienestar de la aldea —Aquellas palabras fluyeron como agua que sale del grifo, y Hoshi se quedó visiblemente sorprendida de lo bien que le había salido todo—. No sé si sabía, pero Shamui se fue de aquí porque el hombre que hallaron muerto en el bosque era su pareja.
El Hokage se la quedó mirando con el entrecejo fruncido. Pestañeo lentamente, y rascó su mentón.
—Si, algo había oído sobre aquello.
—¿Entonces usted lo sabía? —preguntó sorprendida.
—No lo sabía con certeza, pero había llegado a mis oídos que ambos eran pareja.
—Entonces, ¿Cómo es que no investigaron la muerte de Aki? ¿No creen que tenga algo que ver con su relación con Shamui? —un pajarito que se posó en el borde del gran ventanal distrajo la mente Hoshi por unos segundos. Pero luego volvió a la realidad cuando el Tercero le respondió.
—Hoshi, lo de Aki fue un suicidio.
—¿Un suicidio? ¿En serio? —preguntó con ironía, mientras llevaba una de sus manos a la cadera—. Con todo el respeto que se merece, tercero, pero deberían rever la carátula del caso porque yo misma lo vi, y su rostro estaba cubierto de golpes. A Aki lo mataron, y creo que sé por qué.
La mirada severa del Hokage se clavó en los ojos puros de Hoshi. Sintió miedo, debía reconocerlo, pero no dio el brazo a torcer.
—Aun así, aunque lo hubiesen asesinado como dices tú, Aki no representa ningún capital para la Aldea, era un simple aldeano,y las fuerzas militares de Konoha no pueden ocuparse de un homosexual frustrado que decidió suicidarse—El viejo se incorporó de su asiento, y caminó lentamente con las manos a su espalda—. Quizás, si es un crimen como tú dices, el muchacho debió de habérselo buscado, tú sabes que en esta aldea no permitimos las conductas inmorales como aquella.
—¿Conducta inmoral? —Hoshi no podía dar crédito a lo que estaba oyendo—Señor, usted me está diciendo que no ordenaron la investigación de Aki por el simple hecho de su homosexualidad. Si eso es lo que está diciendo, déjeme decirle que es de suma gravedad.
—No, Hoshi. No es eso, lo que estoy diciendo es que tal vez el mismo se lo buscó, ya todos sabemos sobre las conductas de los gays, y los lugares que frecuentan. Nosotros no podemos hacer nada contra la decisión de llevar la vida que llevan, tus ves—extendió sus brazos, señalando a la nada—...Ahí están las consecuencias.
La castaña había apretado sus puños, conteniendo la ira que guardaba dentro. Aquellas frases del Hokage habían sido terriblemente reveladoras para ella.
—¿Y si el asesinato de Aki tiene algo que ver con Raíz y Orochimaru? ¿No lo investigará? ¿Protegerá a su alumno nuevamente—El Hokage alzó su dedo índice callándola—...
—Cuidado con lo que dices Hoshi—le advirtió, con tanta amabilidad que le daba miedo. La castaña se mordió la lengua—. Las decisiones las tomamos nosotros, créeme que somos los más aptos para guiar a esta aldea, de lo contrario tu estarías ocupando este puesto y no yo. Que a Aki lo hayan asesinado o no, no cambia el hecho de que su muerte no merece la pena ser investigada, lo único que interesa aquí es que tu tan querido capitán no esparza los secretos de la aldea a personas que nos pueden perjudicar—Hoshi abrió la boca intentando replicar, pero el Tercero hablo sobre ella—...Ahora voy a pedirte por favor que te retires, ya que tengo mucho trabajo que hacer. Y la próxima por favor, reserva una cita por medio de mí consejero, o espera a que yo te llame para poder hablar conmigo. Hay asuntos más importantes que estos, Hoshi.
El viejo le abrió la puerta, no perdía esa sonrisa amable. Sonrisa que Hoshi quería borrársela de un puñetazo.
—Me disculpo Hokage-Sama—le dijo antes de cruzar el umbral de la puerta que la llevaba a salir de la oficina del Kage.
Hoshi sentía como su corazón latía a mil por hora. No podía creer haber sido testigo de tan fría visión sobre la vida de las personas. Su pecho estaba lleno de coraje, un coraje anunciado, por Hoshi sabía muy bien que sus palabras no harían ningún tipo de cambio sobre la mente del poder, pero jamás creyó que lo que se imaginaba era en parte cierto.
Fue ahí cuando su lealtad sé quebró, cómo se quiebran los granos de café cuando se los tuesta en demasía.
Durante toda su infancia soñó con defender a Konoha, pero había ignorado por completo que Konoha solo era un grupo de personas poderosas y corruptas. Los aldeanos, y los demás ninjas que se partían el alma trabajando no eran más que el medio de este grupo poderoso para llegar al poder. Y Hoshi, no estaba defendiendo a los civiles, estaba trabajando para fomentar este sesgo cognitivo del cuál solo ellos eran víctimas.
—Ay, disculpa—Iba tan enceguecida por aquella charla que no vio a Iruka al salir del edificio y lo chocó fuertemente. Pero ni siquiera se dio cuenta de que era Iruka a quien había golpeado, y se limitó a seguir de largo mientras respiraba hondo para poder calmarse.
Tampoco se dio cuenta que Kakashi iba con Iruka, y al verla en ese estado miró a su colega y el moreno le hizo una seña de aprobación para que la siguiera. Algo le estaba sucediendo, Kakashi lo sabía muy bien.
La castaña se detuvo recién al llegar al muelle. Un par de pescadores hacían sus tareas, pero en general el ambiente era tranquilo. Tal como lo necesitaba.
Dejo caer su cuerpo sobre las tablas, y sus piernas se asomaron por el borde haciendo que la punta de sus dedos desnudos por las sandalias abiertas rozase el agua amarronada.
—¿Estás bien? — preguntó esa masculina voz que ya se estaba acostumbrando a escuchar, pero aun así que la tomo por sorpresa.
Se volteó a verlo, sorprendida por hallarlo ahí.
—¿Que estás haciendo aquí? —le pregunto abruptamente, tanto que sonó casi con hastío. Pero esa no era su intención, no había cosa que valorara más que la presencia de Kakashi.
—Te vi salir del edificio del Kage, golpeaste a Iruka y ni siquiera me saludaste, así que supuse que algo estaba ocurriendo contigo.
—Estoy bien, gracias—Lo siguió con la mirada mientras este se sentaba a su lado. Kakashi guardó el libro que venía leyendo en uno de sus bolsillos, y esto a la castaña le pareció un gesto sumamente respetuoso y valorable—. Tuve una mala charla con el Tercero sobre Shamui y Aki, y todavía no puedo sacarme está sensación de bronca ¿Puedes creer que no ordenan la investigación de la muerte de Aki, solo porque es un simple aldeano? Y lo peor, es que según parece, si fue un asesinato se lo merecía por ser gay—su boca se entreabrió dejando salir un suspiro de angustia. Su corazón le pesaba más que nunca y sus ojos miraron a Kakashi buscando respuestas que él tampoco tenía—Te juro que no lo comprendo Kakashi.
—Puedo entender lo que sientes.
Hoshi sonrió compungida. Negó rápidamente.
Ella no podía pretender que Kakashi rebajara su dolor al nivel de lo que sentía ella. La muerte de Aki la había afectado, y la partida de Shamui también pero bien sabía que Rin había muerto en las manos del Hatake, y raramente algo podría superar aquel trauma.
—Gracias Kakashi, pero no necesitas hacer esto—Hoshi se dio cuenta que Kakashi le lanzó una mirada reprobatoria, y tuvo que apresurarse a corregir lo que acababa de decir—. No, por favor, no malinterpretes lo que dije—Chasqueó su lengua y miró enojada hacia adelante. No sabía porque, pero casa cosa que decía lo hacía con un tono de voz en el cual muchas personas creían que se trataba de ironía. Ella había intentado cambiar aquello, muchas veces se paraba frente al espejo y practicaba su entonación y los gestos con los que su cara acompañaba cada frase. Pero aun así no podía mejorar aquello—...Lo que quiero decir es que, no merezco tu comprensión. Has pasado por cosas peores, mis problemas quedan en vergüenza al lado de los tuyos—Aquello también había sonado mal—...M-me refiero a que, ya sabes, tu, bueno...esto
—Entiendo a qué te refieres—se apresuró a decir par del alivio de la kunoichi. Le sonrió con ternura, algo rara vez visto en el único ojo visible de Kakashi—...Y agradezco que te tomes tan enserio por lo que he pasado, pero ahora eres tú la que sufres Hoshi, y yo estoy aquí para escucharte.
Aquellas palabras fueron como una tibia caricia de sol. De esos solcitos de primavera, anunciando que llega el calor. Y a Hoshi no le gustaba la primavera, pero si le gustaba tener de amigo a Kakashi que, a pesar de haberse comportado como un infeliz al principio, ahora se había convertido en un mal necesario.
Hoshi sonrió y acarició amistosamente la espalda del Jōnin—Gracias—sus ojos lo miraron con ternura—...Y pensar que antes me tenías los huevos llenos con tu arrogancia.
—Tienes que arruinarlo todo ¿Cierto? —le pregunto ofendido, mientras la kunoichi largaba una risotada. Ella sabía que Kakashi odiaba que dijera palabrotas, pero se lo hacía a propósito. Lo que si hacia involuntariamente, era cagar los momentos serios—, estoy hablándote de un tema sumamente serio y tu sales con esos comentarios.
—Bueno discúlpame, no te lo tomes en serio—el barullo de los pescadores, y las pequeñas olas chocar en la orilla se oía de fondo—...Ya sabes que es mí mecanismo de autodefensa para evitar conversaciones serias—Suspiró, y el dejo de alegría fue opacado rápidamente por los pensamientos que invadieron estratégicamente su mente trayéndola a la realidad—. Aki era un buen tipo ¿Sabes? Y Shamui era un excelente capitán, y sumamente inteligente, no voy a decirte que no los extrañaré—Kakashi la oía con atención—...Pero creo que la bronca que tengo por lo que les hicieron es...mucho más grande que el dolor por no verlos más. Aki murió, suficiente. Irá a vivir otra vida mucho mejor que esta mierda ¿Pero los hijos de puta que lo atacaron qué? ¿Qué pasará con ellos? Tendrías que haber visto la indiferencia con la que habló el viejo, parecía una persona completamente diferente a quien yo creía conocer.
Hoshi se cuidó de no mencionar sus sospechas sobre Orochimaru, no quería decirle nada a nadie, ni siquiera a Kakashi hasta estar segura sobre aquello.
—¿Crees que fue un ataque entonces?
—¿Y tú no? —ironizó—Aki no se suicidaría Kakashi, no tenía depresión ni conductas suicidas además yo lo vi, lo vi antes de que lo cremaran ¡Lo habían molido a golpes! Y qué yo sepa él no estaba en una misión porque no era ninja—Hoshi tragó saliva, y se quedó pensativa unos momentos. Miró un punto fijo frente a ella, tenía esa mirada de las personas que miran, pero no observan. Simplemente ven. Kakashi conocía toda la historia de Aki y Shamui porque Hoshi le contaba todo lo que hacía con ellos, y cuando Aki murió corrió a decirle a su amigo porque tenía la necesidad de desahogarse con alguien. Además, Kakashi estaba al tanto de la búsqueda del pseudo criminal, ya que el Hokage había organizado una reunión con todos los Genin, Chûnin y Jōnin de la aldea—. Pero, en fin, ni tu ni yo podemos hacer nada más que honrar su memoria, y rezar para que esos que están libres tengan que rendir cuentas tarde o temprano.
Hoshi supo que Kakashi se había quedado pensando en cada una de sus palabras. De a poco lo iba conociendo, y sabía que cuando se quedaba en silencio, lo hacía para poder procesar cada cosa que la kunoichi había dicho.
—¿Vendrás a mí cumpleaños? —preguntó. Kakashi se sorprendió por el repentino cambio de tema, pero entendió que Hoshi no quería hablar más del tema de Shamui ni de Aki y se limitó a cumplir con su deseo tácito.
—No—dijo, y sonrió. Hoshi blanqueó los ojos y mordió su labio inferior—. No si lo festejas aquí—Hoshi entornó las cejas confundidas, a veces le era difícil seguirle el hilo a Kakashi—...Me refiero a que dijiste vendrás, y no, irás.
—Mi rifiri i qui dijisti vindris i ni iris—dijo mientras sus manos se movían como pequeñas alitas de pájaros, acompañando la burla—. ¡Pues perdoname por no saber que verbos usar!
Al peliplata le pareció divertida la situación y dejo salir una risita que le achinó sus ojos.
—Si, Himara Hoshi, iré a tu cumpleaños—Esa respuesta si le gustó más.
—¿Crees que Asuma irá? —Los ojos café miraron hacia el piso, avergonzada por aquella pregunta. Hacia dos semanas que se había encargado de invitar a gran parte de sus conocidos a su cumpleaños. Incluso había invitado a su primo, y a los amigos de este. Todavía creía que cumplir años era algo divertido, y la excusa perfecta para recibir regalos. Pero eso cambiaría luego de los veinte, cuando la idea de envejecer comenzaba a aterrarla.
—Ultimamente estás muy interesada en lo que Asuma hace.
—Deja de decir cagadas—replicó molesta—. Solo quiero saber si debo contarlo o no.
—¿Y por qué no preguntas por los demás entonces? También deberías contarlos—Arrugó la nariz, seguro debajo de esa máscara se estaba riendo de forma burlona. Kakashi era un hombre, y los hombres muchas veces no tienen ese sentido que les permite darse cuenta de las cosas. Pero a diferencia de los otros, Kakashi era bastante observador, y varias veces había visto lo nerviosa que se ponía la muchacha cada vez que el Sarutobi se hallaba cerca.
—Bueno, ya te has puesto en modo peleador, como siempre...—Sacudió sus manos, y se incorporó algo molesta por aquél comentario del ninja que seguro venía en son de burla y provocación.
Kakashi se rió jovialmente. Y Hoshi lo miro desde arriba, pensativa. Le gustaba ver cómo ese sujeto, quién antes era antipático y odioso, ahora era uno de sus más grandes amigos.
—¿Seguro irás? Me dijiste que irías al Hanami y finalmente no lo hiciste.
—Esta vez es tu cumpleaños, es más importante.
Aquella frase hizo que el pecho De Hoshi se inflara de orgullo.
—Te tomo la palabra entonces—dijo, y Kakashi que permanecía aún sentado asintió. La jovencita le regaló una sonrisa antes de irse, y se dio cuenta que aquella pequeña conversación con el peli plata había ayudado a que la bronca de su interior se dispara un poco.
Por poco se olvidaba que mañana era su gran día.
********
Abrió los ojos.
El sol entraba por la división de las cortinas rosas de su cuarto. Se incorporó en su cama. Solo había un día en todo el calendario que se levantaba apenas tocaba el despertador sin dar vueltas al asunto, y ese día era su cumpleaños.
Su nariz pudo oler el aroma a tostadas que llegaba de la cocina y sonrió para sí misma al darse cuenta que su madre le estaba preparando un desayuno especial.
Con rapidez de vistió con la falda que le había cosido su tía Yoshino, y por fin pudo estrenarse la camisa floreada que su padre le había regalado meses atrás.
Las zōri celestes también fueron protagonistas ese día. No eran muy cómodas, pero combinaban perfectamente con el resto de la ropa.
—¡Feliz cumpleaños hija! —la saludó Yokino al verla aparecer en el comedor. Su padre volteó a verla y se acercó a ella orgullosamente.
—Feliz cumpleaños hijita, solo te deseo felicidad—le susurró mientras la abrazaba con fuerza y dejaba sobre su cabeza un suave beso.
Yokino también la abrazó. Y se disculparon por no tener un regalo para darle.
Pero Hoshi no podía reprocharles nada, ella sabía que el negocio de su padre no andaba bien. Y casi no alcanzaba el sueldo de su madre. Por lo tanto, exigirles un regalo innecesario hubiera sido muy injusto de su parte. Ya era bastante suficiente el hecho de que le permitieran festejar su cumpleaños en el jardín de su hogar.
El festejo sería sencillo. Comerían comida típica hecha por las manos del patriarca Himara, y luego vendría el pastel, cortesía de Yokino. Hoshi se había encargado de invitar a todas las personas que conocía, y estaba muy ilusionada con que asistieran.
Ese sería el primer cumpleaños que celebraría con otras personas. La realidad era que ella odiaba los festejos masivos. Siempre prefería pasar su día en la tranquilidad de su casa con sus padres y quizás sus tíos y primo, pero ese año se sentía particularmente optimista para con la edad que cumpliría y decidió, para sorpresa de sus papás, celebrarlo a 'lo grande'.
Entre los tres comenzaron a armar lo que faltaba en el jardín. Shikaku les había prestado una mesa larga de madera de pino, que cubrieron con un mantel amarillo. Yokino habría preferido colocar un mantel rosa, pero Hoshi odiaba el rosa. Iban a pasar muchos años hasta que se diera cuenta que era un bonito color, y que el odio hacia el rosa era simplemente una forma de rebeldía propia de su edad adolescente.
Llenaron la mesa de postres y platos salados tradicionales. El verano les permitía una gran variedad de frutas, y Yokino había hecho todo tipo de jugos naturales.
Los invitados comenzaron a llegar a eso de las cuatro. El primero, claramente, fue Maito quién de regalo le trajo un set de shuriken labrado a mano. Después llegaron algunos de sus antiguos compañeros de la Academia, Iruka, Shikamaru y sus padres junto a Ino y Chōji.
Fue alrededor de las cinco y algo cuando el Sarutobi se hizo presente en el lugar. El corazón de Hoshi comenzó a latir rápidamente al verlo llegar, y casi tira el vaso con jugo de ananá que tenía en su mano.
Se acercó a saludarlo, dejando con la palabra en la boca a Ino, quién la miro mal cuando Hoshi se alejó de ella tan abruptamente.
—¡Feliz cumpleaños Hoshi!
Exclamó el moreno al verla llegar. La castaña sonrió y le regaló una cómica reverencia.
—Gracias Asuma-san —No podía mirarlo a los ojos porque era incapaz de sostenerle la mirada—¿Te traigo algo para beber?
El moreno estuvo por responder, pero se dispersó con la llegada de Kurenai, quién se acercaba a ambos con una bolsa llamativa en sus manos. Hoshi sonrió, de manera forzada. Kurenai no le caía mal, pero le molestaba que pasará tanto tiempo con Asuma.
—¡Hola! Perdón por demorarme, tuve que volver a buscar esto—sonrió alzando ese paquete, y se lo acerco a la cumpleañera—. Felicidades Hoshi, este es un regalo de parte nuestra.
—Oh, gracias—"Nuestra", eso había dicho. Eso significaba que los dos habían ido a comprar el regalo. Los dos juntos. Ya no tenía ganas de ver qué era, pero para no parecer maleducada se vio obligada a abrirlo delante de ellos —. Ay, que bonito bolso—dijo sorprendida. Tenía que reconocer que era un lindo regalo, pero le hubiera gustado más si se lo diera solo Asuma.
—¿Te gusta? Kurenai lo eligió, Tiene buen gusto ¿Eh? —dijo Asuma mirando pícaramente a la pelinegra. Está se sonrojó y le dio un codazo. Hoshi prefirió pasar por alto aquella situación, aunque si logro percatarse de eso.
Les agradeció amablemente, y los invito a servirse lo que quisieran. Estaba dispuesta en llevarle algo de tomar a Asuma, pero no sería la sirvienta de Kurenai.
Las horas pasaban amenamente, pero Hoshi no podía sacarle el ojo de encima a la pareja de Jōnin que no se separaba ni siquiera para hablar con Iruka o Maito. La adolescente quería buscar un momento para platicar con Asuma, pero no podía hallarlo y esto hacía que se frustra y que pusiera mala cara en su propio cumpleaños.
Posterior a cortar el pastel delicioso que había cocinado su madre, Hoshi pudo notar que Asuma estaba solo y considero esa situación como la oportunidad perfecta para acercarse, y llevarle una porción de torta.
Se apresuró a servir ya que sabía que en cualquier momento la mujer volvería a su lado, pero cuando se volteó a ver dónde estaba el Sarutobi había desaparecido. No había tanta gente en su cumpleaños como para perderlo de vista, y por momentos tuvo pánico de que hubiera abandonado su fiesta así porque si, así que camino por el pequeño pasillo que llevaba a la calle.
Al final de este se asomó Asuma, que parecía reírse divertido. Y a Hoshi le volvió el alma al cuerpo, pero no por mucho tiempo ya que en un pizpas aparecía Kurenai quién riéndose también, se le colgaba al cuello. Ese abrazo no era de amigos. Hoshi era amiga de Kakashi y jamás lo había abrazado de esa manera. Es más, jamás lo había abrazado. Sus sospechas de confirmaron segundos después, cuando el nieto del Tercero la tomo de la cintura y así sin más la beso.
Hoshi sintió como si corazón parecía romperse.
Si bien sospechaba de aquello y estaba casi segura, todavía quería creer que no era cierto. Pero ver a Asuma besar a Kurenai aquella forma terminó por romper su burbuja de fantasía y el golpe de realidad le dio de lleno como un puñetazo en la cara.
Quiso llorar, pero lo soportó. Si hacia eso, si sucumbía ante el llanto pasaría vergüenza delante de sus invitados y no podía darse el lujo de quedar como una niñata delante de todos el día de su cumpleaños dieciséis.
Así como estaba, con el plato con la porción de pastel en la mano, se dio media vuelta y regreso rápidamente por el pasillo hacia el jardín japonés, decorado con temática festiva. Maito la vio venir y la llamo para que se uniera a la conversación que estaba teniendo con una de sus antiguas compañeras de equipo.
Hoshi, de manera educada se acercó a ellos y sonrió como pudo. Por fuera parecía contenta, alegre, como siempre. Por dentro, quería vomitar.
Las horas siguientes fueron horrendas.
Cada segundo que pasaba era como un cristal astillando su estómago.
Ya no quería saber nada de regalo, ni de visitas, ni de comidas. Quería estar sola, y pensar en porque la vida era como era.
Porque tenía que gustarle una persona que no registraba su existencia. Ahora se sentía fea, gorda, insuficiente para todos, insuficiente para ella. Seguramente muchos le dirían que era un desamor, que nadie moría de aquello, pero si solo alguien pudiera sentir lo que su corazón estaba sintiendo en ese momento le daría a ese desamor el verdadero valor que merecía.
Para empeorar las cosas, Kakashi no se apareció, a pesar de haberle asegurado que estaría allí.
Si hubiera estado, si hubiera cumplido con su palabra quizás lo de Asuma no le habría afectado tanto. Pero no estaba, le había fallado.
Para cualquiera quizás era un problema mínimo, algo por lo que no valía la pena preocuparse. Pero Hoshi consideraba a la lealtad como uno de los valores más importantes, y si ella era una mujer de palabra esperaba que los otros fueran iguales.
Finalmente y de a poco todos fueron regresando a sus hogares. Todos mostraban mucho agradecimiento a los Himara por haberlos invitado a aquella celebración, y Yokino respiro aliviada cuando el último de los invitados desapareció de allí. La presión de festejar por primera vez el cumpleaños de su única hija la había mantenido ocupada y agotada desde varias semanas atrás, y ahora que finalmente todo había pasado se dejó caer en una de las sillas que había llevado al jardín para descansar.
—¿Cómo la pasaste, Hoshi? —le preguntó, pero su hija no respondió. Estaba ensimismada apilando los platos sucios. —¿Hoshi?
—¿Eh?
—¿Como la pasaste? ¿Te encuentras bien?
—Permiso, buenas tardes—dijo alguien evitando que Hoshi pudiera responderle a su mamá. Las dos voltearon a ver de quién se trataba, y fue grande la sorpresa para la cumpleañera al ver qué era Kakashi quién se asomaba por el pasillo conector casi tímidamente.
—Kakashi—murmuró Hoshi al verlo. Dejó lo que estaba haciendo y se acercó a recibirlo con cara de preocupación. Sus ojos se enjugaron en lágrimas. Le había dicho que iría a su fiesta, y no fue capaz de aparecerse por allí. Lo había estado esperando y le había fallado.
Yokino entendió que debía irse y cuidadosamente se metió a su hogar.
—Se que cualquier cosa que diga no será suficiente—empezó a decir Kakashi cuando Hoshi estuvo frente a él. Su ojo se percató de una mesa repleta de regalos, y se sintió visiblemente avergonzado—Y veo que por la cantidad de regalos que te han dado, el mío quedará en vergüenza.
—Yo no quería un regalo tuyo, lo único que quería era que estuvieras en la fiesta, cómo dijiste que lo harías—Las palabras de la castaña fueron contundentes, sonaba enojada tal y como lo estaba.
—Lo se Hoshi, y me disculpo por eso—Kakashi ni siquiera intento explicarle que había sucedido, pero Hoshi se dio cuenta que era algo sumamente importante y de lo que no podía hablar con cualquiera—. Se que no vale de nada, pero aun así espero que hayas pasado un lindo día—su mano derecha le cedió la bolsa.
La castaña suspiró y tomó el regalo, abrió la bolsa para ver lo que había adentro, y la felicidad pareció volver a su rostro. Se mordió el labio inferior y miró al Hatake negando lentamente.
—No tienes remedio.
Kakashi también sonrió, y dejó salir una risa grave. Su mano derecha rascó su nuca.
—Supongo que no.
Hoshi rápidamente se olvidó de la ausencia de su amigo en su festejo, y le sirvió pastel y un rico jugo de frutilla. Prefirieron sentarse sobre los almohadones que yacían sobre el pasto y el cielo los fue encontrando de noche.
Hablaron sobre regalos y fiestas. No faltó el momento en el que Hoshi se sinceró con el peliplata al contarle que había visto a Asuma besar a Kurenai. Kakashi ya tenía sus sospechas, eran varias las veces que los había visto caminar de la mano por las calles de Konoha.
Después se rieron un rato, y finalmente Kakashi anunció que se iría a su casa.
—Me han asignado un equipo—dijo mientras caminaban hacia la calle.
—¿En serio? ¡Eso es buenísimo! —Hoshi estaba contenta por su amigo, últimamente lo había notado más triste de lo usual—. Pero por favor, haz tu mejor intento y no los desapruebes a la primera ¿Si?
Kakashi se rió.
—Lo voy a intentar.
—Eso me basta—replicó la kunoichi mientras fruncía su boca y asentía con gracia—. ¿Cuándo comienzas?
—En unos meses, Octubre específicamente.
—Bueno, no falta tanto—dijo Hoshi mientras en su mente sacaba la cuenta de cuántos meses faltaban—. Podrías empezar a hacer terapia desde para estar listo para esa fecha.
—¿En serio te crees tan graciosa? —bromeó el ninja mientras comenzaba a alejarse de su amiga.
—Al menos soy más graciosa que tú, tu ni te esfuerzas—exclamó lo suficientemente alto para que Kakashi la oyera. El se limitó a sonreír y se giro para saludarla con la mano—. ¡Nos vemos la semana que viene en el dōjo!
Kakashi asintió a lo lejos. Y Hoshi se lo quedó mirando un buen rato, hasta que se volvió un pequeño punto en la lejanía.
Si le hubieran preguntado cual había sido el mejor momento de su cumpleaños, ella habría dicho que esa última hora.
AY AY AY AY AY AYYYYYY chiques, yo realmente no sé que hice para merecer tanto amor de parte de ustedes. Antes de que pasemos a las reflexiones del capítulo, déjenme comentarles que el dibujo del capítulo de hoy está auspiciado por bgisvv
¡Miren la obra de arte que me regaló está mujerrrrr! Ya te lo agradecí por buzón, pero también quiero aprovechar a agradecerte públicamente. Para mí fue un gesto maravilloso, en serio ver esta sorpresa me alegro el día, la semana y el resto del mes!!! Gracias gracias gracias!!!
❤️❤️❤️☺️☺️
Ahora, volviendo al capítulo. Tengo muchos sentimientos encontrados, y estoy segura que ustedes también tienen muchas dudas 🤪🤪 pero vayamos por parte, ¿Que tendrá que ver la aparición de Mizuki en todo esto? Eso lo van a ver explicado en el siguiente capítulo. El próximo es bastante fuerte. Yo les avisé.
Que bronca que me dio escribir la parte de Shamui y Aki. Desde que los cree en mí mente me parecieron personalidades hermosas para desarrollar, pero lamentablemente tenían la muerte anunciada 😭
¡Que mal me sentí con lo de Asuma!! Para escribir esto tuve que recordar mí primer humillación amorosa que viví cuando apenas tenía quince años. Para un adulto a lo mejor es una estupidez, pero déjame decirte que si algune de ustedes está pasando por algo así todo sentimiento de dolor es válido. ¡Porque duele! Les re entiendo. 😭😭😭
Kakashi le falló dos veces en este capítulo a Hoshi, aún así ella lo quiere tanto que lo perdona. Perdonen pero yo que ella lo cagaria a piñas. Jajajajajaja
¿Cuál habrá sido el regalo que le dio para su cumple??? ¿Ustedes que opinan?
En fin, espero que les haya gustado. Se que hay muchas cosas en el aire, pero en el próximo capítulo todo se resuelve. Lo de Mizuki, lo Shamui, ¡Incluso lo de Asuma! Ayyyy Dioooooos, ya quiero que lo leaaaaaan.
Gracias infinitas por su amor incansable. Durante varios días consecutivos tanto Saudade, como Gaman estuvieron en Populares. Y eso es gracias a ustedes. Si pudiera enviarles un regalo a cada une que me vota y comenta lo haría, les juro que lo haría. Es más, estoy pensando seriamente en revivir un viejo instagram que tenía para tener más interacción con ustedes.
Espero que tengan una hermosa semana, les quiero muchísimo.
Un abrazo a la distancia. ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
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