1. Cruel destino
CAPÍTULO UNO.
Aún no podía reaccionar muy bien a lo que acababa de decir mi hermana y, al parecer, él tampoco. La mirada de curiosidad de Hansul me obligó a actuar. Estiré mi mano para saludarlo, intentando mantener la compostura. Spider... digo, Jungkook, también reaccionó tomando mi mano en respuesta.
Volver a sentir su contacto hizo que me estremeciera por completo. Alejé mi mano tan rápido como pude, tratando de ocultar el efecto que había tenido sobre mí y que al parecer, él notó.
—¿Se conocen? —preguntó con su frente arrugada, en una expresión de confusión mientras nos miraba de manera extraña.
—No —dije rápidamente.
—Sí —respondió él al mismo tiempo.
Nuestras respuestas contradictorias no ayudaron en nada. Miré a Jungkook con desaprobación, mientras él se hacía el desentendido rascándose la nuca. La tensión entre nosotros era palpable, y Hansul lo notó. Sus ojos iban de uno a otro, tratando de entender lo que estaba pasando.
—Nos hemos visto antes, pero no nos conocemos bien —dije, tratando de arreglar la situación. No podía comprender como el mundo podía ser tan pequeño como para que ella justamente se pusiera de novia con el chico que me hizo ver hasta estrellas.
Jungkook asintió rápidamente, siguiendo el juego.
—Sí, eso es. Solo nos cruzamos en una fiesta una vez hace algunos meses atrás e intercambiamos algunas palabras.
Hansul nos miró con escepticismo, pero pareció aceptar la explicación. Su emoción por presentarme a su novio había nublado su juicio, al menos por el momento.
—Bueno, me alegra que al menos se hayan visto antes. ¡Así no es tan incómodo! —dijo, con una sonrisa que intentaba disipar la tensión.
Mientras ellos comenzaban a hablar animadamente sobre algo trivial, no pude evitar sentir un torbellino de emociones. La casualidad de este encuentro era casi cruel, pero debía mantener la calma y no dejar que mi confusión arruinara el momento.
Estuve incómoda durante todo el rato que estuve de mal tercio, sintiéndome como una intrusa en medio de su burbuja de felicidad. Al final, decidí que era mejor marcharme.
—Hansul, me voy por un café y luego a casa —le avisé, esperando una salida rápida y sencilla.
Pero ella se levantó de un salto, con una expresión preocupada.
—No sé cómo volver a tu apartamento —dijo de manera triste. Arrigué mi frente al momento en que levantaba una ceja.
—¿A qué volverás? ¿No dijiste que te quedarías en un hotel?
—Te mentí. — confesó apenada, agachando la mirada — ¿me dejarías quedarme unos días en tu cuarto?
No estaba feliz con la idea de tener a alguien conmigo durante unos días. Y menos que fuera mi hermana, la persona con la que con suerte nos dirigíamos la palabra cuando vivíamos bajo el mismo techo.
Froté mis sienes, intentando calmar la creciente irritación. Hansul siempre había tenido una manera de complicar las cosas, y esta vez no era la excepción.
Jungkook, quien debería estar mirando a mi hermana, no me sacaba la vista de encima. Sentí su mirada fija en mí, intensa y persistente. No me doblegaría ante su escrutinio, así mantuve mi mirada con la misma intensidad.
—Está bien, puedes quedarte conmigo —dije finalmente, con un tono de resignación. No podía dejarla en la calle, por mucho que me fastidiara la situación. Fue en el momento en que ella volvió a levantar la mirada, es que Jungkook terminó el juego.
—Yo puedo llevarte, si gustas... —se ofreció él, volviendo su mirada hacia Hansul. Ella abrió la boca y asintió con efusividad.
—¡Me parece perfecto! Lena, ¿me puedes dejar tu dirección? —preguntó, claramente emocionada por la idea.
Apreté mis labios, dudando. No quería que él supiera donde vivo. La idea de que Jungkook conociera mi dirección personal me hacía sentir vulnerable, expuesta.
—No lo creo...
—Es para que vayas por tu café y no tengas que esperar por mí. Estaré bien con Jungkook, no te preocupes, es una excelente persona.
Y excelente en la cama.
—Está bien.
Hansul sonrió ampliamente y sacó su teléfono para que anotara mi dirección. Mientras lo hacía, sentí la mirada de Jungkook aún fija en mí, lo cual intensificó mi malestar. Cuando le devolví el móvil a mi hermana y ella estaba leyendo, aproveché de murmurar moviendo solamente mis labios.
“ ¿Qué mierda me ves tanto? ”
Él comprendió a la perfección y desvió la mirada avergonzado. No podía comprender su actitud. He tratado de actuar como si nada hubiera ocurrido, como si nunca nos hubiéramos visto, pero él no me estaba ayudando mucho y haría a Hansul sospechar. No quería actuar como si hubiera cometido un crimen, siendo que fue un momento de debilidad y mas aún estando ambos solteros...
O eso creo.
Quería creer que sí.
Y sí...
Santa mierda, ¿y si yo fui el cuerno?
Tapé mi boca y negué, mirando con un odio al idiota Jungkook Spiderman. Maldito estúpido.
—Te ves enojada, ¿sucedió algo?
Escuchar sus palabras hizo que volviera a la realidad y ablandara mi semblante. Bostecé, fingiendo tener sueño.
—Oh, no. Estoy muy cansada. Creo que el café puede ser otro día, me iré directo a dormir una siesta.
—Oh, está bien. Nos vemos luego, ¡gracias!
Volvió a tomar la mano de Jungkook, para comenzar a caminar alejándose cada vez más. Apreté mis puños cuando él giró su cabeza para mirarme por última vez, para finalmente seguir su camino junto a su novia.
A pesar de mis reservas, sabía que tenía que encontrar una manera de manejar esta situación por el bien de Hansul. Pero por ahora, todo lo que quería era un poco de distancia y tiempo para procesar todo lo que estaba ocurriendo.
Esto era demasiado.
Cuando llegué al apartamento, me dirigí directamente a mi escritorio. Me senté y abrí uno de mis libros de texto, decidida a concentrarme en mis estudios para dejar de pensar en estupideces. Sin embargo, por mucho que lo intentara, no podía dejar de pensar en ese... idiota.
Él seguía igual que aquella noche, hasta incluso más atractivo a plena luz del día, y me molestaba terriblemente que alguien pudiera ser así de apuesto.
Maldito Spiderman guapo.
Intenté repasar los apuntes de mi última clase, pero mis pensamientos seguían volviendo a él, a sus ojos, a su sonrisa. Revolví mis cabellos con frustración, sintiendo cómo la irritación crecía dentro de mí. Cerré el libro con fuerza, dejándolo caer sobre la mesa con un ruido sordo.
No podía permitirme pensar de esa manera en el novio de mi hermana. Intenté convencerme de que él no era nada más que un error del pasado, una coincidencia desafortunada que debía olvidar. Respiré profundo tratando de calmarme. Necesitaba encontrar una manera de lidiar con esta situación sin perder la cabeza. Aceptar que Jungkook ahora estaba aquí, que sería parte de la vida de Hansul, y que definitivamente debía mantenerme al margen.
Prohibido. Totalmente prohibido.
El timbre sonó, indicando que habían terminado su cita y haciéndome poner alerta. Caminé lentamente hasta la puerta para abrirla y ver que mi hermana tenía un enorme ramo de flores y Jungkook estaba a su lado.
—¡Mira, son preciosas! Nunca antes me habían regalado flores, Lena. Este chico es fantástico, el mejor de todos...
Hablaba de manera rápida como lo hacía siempre ella observando las flores que sin lugar a dudas estaban preciosas. Nunca antes había visto a mi hermana así. Ella siempre ha sido de tener muchos novios, no puede estar sin alguien al lado. Solía bromear con ella, diciendo que lamentablemente tenía problemas paternales, buscando en esos hombres la figura paterna que, lamentablemente, nunca ejerció su rol como tal.
Observando a Hansul mientras hablaba de Jungkook, pude ver la diferencia. Sus ojos brillaban con una intensidad y un amor genuino que no había visto antes. Cada vez que lo miraba, su expresión se llenaba de una adoración evidente. No era la mirada de alguien buscando una figura protectora; era la mirada de alguien que había encontrado un igual, alguien con quien podía compartir su vida de manera auténtica y sincera.
Y yo sin poder sacarme de la cabeza nuestro maldito encuentro que me condenó para siempre. Porque jamás pude dejar de pensar en él y creí en la mierda del destino, que lo volvería a encontrar. Destino que me escupió directamente en la cara y me dijo: “toma, aquí está, pero no volverá a ser tuyo nunca más”.
Y lo aceptaba.
—Eso es muy... ¿bueno? —
—¿Bueno? ¿Qué? ¿Nadie ha sido romántico alguna vez contigo?
—Prefiero que sean mas salvajes, ya sabes...
—Aish, idiota. No me refería a eso. — chilló mientras me pasaba las flores y entraba por fin. — no aguanto, no aguanto. Jungkook, espérame, vengo en un momento, no tardo...
Y pasó lo que temía... me quedé con Jungkook a solas. Él estaba apoyado en el marco de la puerta con las manos en sus bolsillos. Vestía un pantalón holgado, pero su camiseta ajustada destacaba su musculatura, haciéndolo aún más llamativo. Me miró por un momento, como si quisiera decir algo, para finalmente quedar en silencio.
—¿Qué tienes? ¿Por qué no dejas de mirarme? —lo confronté, cruzando mis brazos. El abrió sus ojos sorprendido por el tono de voz que utilicé.
—Lo siento, no quería incomodarte. Es solo que... no pensaba volver a verte...
Su voz, llena de nervios hizo que mi corazón hiciera algo extraño. Aclaré mi garganta y bajé el ramo para verlo mejor.
—Yo tampoco lo pensaba.
Mis respuestas eran escuetas, pero debía mantener la distancia.
—Intenté buscarte muchísimas veces, pero solo sabía tu nombre. No sabía dónde localizarte, no sabía dónde vivías, si trabajabas o estudiabas, no sabía absolutamente nada de ti.
—Yo menos sabía cosas de ti. No sabía que eras novio de mi hermana, por ejemplo.
—No, no, no. — negó rápidamente — estaba soltero en ese momento. Hansul me comenzó a seguir en redes sociales y comenzamos a hablar hace tres meses. Nunca creí que sería hermana tuya, Lena. Si yo hubiera sabido...
Se oía acomplejado, hasta frustrado.
—¿Qué pasa si hubieras sabido?
—Definitivamente no hubiera seguido hablando con ella.
—¿Por qué no?
—Porque así no me sentiría tan mal y culpable por tener estos pensamientos contigo justo ahora.
Una electricidad comenzó a surgir tan pronto como Jungkook mencionó esas palabras. Podía sentir una corriente recorriendo mi cuerpo, erizando cada centímetro de mi piel. Mi corazón comenzó a latir de manera rápida, golpeando con fuerza contra mi pecho. La tensión en el aire era palpable, tanto que se podría cortar con tijeras.
El sonido del agua corriendo en el baño me sobresaltó, devolviéndome bruscamente a la realidad. El ruido rompió el silencio tenso entre nosotros, actuando como un recordatorio de que no estábamos solos, de que Hansul estaba allí, ajena a la carga emocional que flotaba en el aire.
Respiré hondo, intentando calmar el torbellino en mi mente. No podía permitirme flaquear ahora. No podía dejar que este reencuentro, por inesperado que fuera, destruyera lo que mi hermana y Jungkook habían construido. Tenía que ser fuerte, mantenerme firme y alejarme del pecado que estaba justo frente a mí.
No sería la Lena de antes.
—Lo que pasó esa noche quedó en el pasado. — pronuncié cada palabra muy bien. —. Ahora estás con Hansul, y eso es lo único que debería importar.
Jungkook asintió con una expresión seria. Es como si no le hubieran gustado mucho mis palabras.
—Tienes razón —dijo finalmente—. Lo que pasó esa noche fue increíble, pero Hansul es mi presente. Quiero que sepas que no voy a hacer nada para poner en riesgo mi relación con ella.
—Eso espero, porque si llegas a...
Antes de que pudiera responder, Hansul volvió del baño, aún radiante de felicidad. Jungkook se giró hacia ella, su expresión suavizándose instantáneamente.
—¿Todo bien aquí? —preguntó Hansul, mirándonos a ambos.
—Sí, todo bien —respondimos al unísono, forzando sonrisas.
Hansul se acercó a Jungkook, abrazándolo y besando su mejilla. Observé la escena un tanto apática y le volví a pasar el ramo a mi hermana para caminar hasta mi cama.
—Entonces, ¿qué vamos a hacer esta noche? —preguntó ella, con su entusiasmo contagioso.
Mi cuarto no era grande, así que se podía escuchar todo muy bien.
—Nada, porque debo estudiar. — respondí antes de que Jungkook abriera su boca. Su mirada volvió a posarse en mí desde la puerta y me sonrió de manera divertida.
—¡Oye! ¿Por qué eres así? Es temprano y mañana es viernes...
—No te preocupes, Han. Tiene razón. Yo también estoy en exámenes finales y es muy agobiante. — respondió él, metiendo un mechón de cabello detrás de su oreja.
Yo observaba toda la situación como una vil rata chismosa.
—Ustedes son muy aburridos, pasan estudiando, son tal para cual, creo que se llevarán muy bien.
Definitivamente no sabía lo que decía. Nuestras miradas conectaron y fui yo quien rompió el contacto visual para responder.
—Puede que nos llevemos bien, como puede que no.
—Te reíste mucho conmigo ese día de la fiesta, ¿no te acuerdas? —dijo Jungkook con una pequeña sonrisa.
—Solo fue una noche de risas, genio. No fue la gran cosa.
Mi respuesta definitivamente no se la esperaba, abrió su boca, claramente ofendido.
—¿No fui lo suficientemente divertido?
—Mmh, no. Lo siento.
Le di en el ego, lo sabía al ver su cara. Hansul nos miraba como si de un partido de tenis se tratase, para finalmente soltar una risa.
—Definitivamente se llevarán muy bien. No tengo dudas —dijo, riendo aún más.
La situación era surrealista. Aquí estaba yo, teniendo una conversación en clave con el novio de mi hermana, mientras ella, ajena a todo, nos miraba como si estuviéramos en una comedia. Jungkook seguía mirándome con una mezcla de desafío y diversión, como si no pudiera creer que realmente lo estaba despreciando de esa manera.
—Bueno, supongo que tendré que esforzarme para ser más divertido la próxima vez —dijo Jungkook, intentando mantener la compostura.
Ella lo abrazó, riendo.
—No te preocupes, Jungkook. Lena siempre ha sido difícil de impresionar. Pero si te ganaste una sonrisa de ella, ya es un gran logro.
—Lo tomaré como un reto entonces —respondió echándome una leve mirada, para finalmente ver a Hansul. — te dejo entonces, descansa, ¿sí? Estamos hablando para salir a comer mañana.
—¡Sí! Descansa tú igual, bonito. Dulces sueños.
Besó cortamente los labios de él, lo cual me hizo bajar la mirada para aparentar que estaba leyendo y no espiándolos. La volví a levantar, para justo ver como Jungkook me lanzó una última mirada, como si estuviera decidido a no dejar las cosas así, guiñar un ojo en mi dirección y finalmente irse, dejando a mi hermana con mas de un suspiro enamorado.
Pero él... me guiñó un ojo.
Idiota.
Estúpido.
Lo odio por ser tan sexy.
Todo lo que quería era mantenerme bien alejada. Sentía la tensión como una cuerda apretada entre nosotros, una atracción innegable que complicaba todo. Sabía que mantener la distancia sería difícil, pero por el bien de Hansul y mi propia paz mental, debía intentarlo. Solo esperaba no pisar el anzuelo que Jungkook sin duda lanzaría en algún momento.
Anzuelo que, quizás, podría pisar a propósito.
Definitivamente ya saben por donde va esto, ¿verdad? 😶🌫️
Quería plasmar bien la tensión que hay cuando ellos se encuentran, porque eso habrá mucho en la historia kaksksj 🫢
Y tú, ¿qué harías si estuvieras en la situación de Lena? (si estuviera Jungkook presente, obvio)
Espero les guste y nos vemos en el próximo 🫦🙂↕️.
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