¡Una cena de gala en la sala de reuniones más cara de Corea!
Jin piensa desmayarse pero el agarre de Namjoon se lo impide, hace más de diez años que no pisa un lugar así de caro, el miedo lo paraliza, su padre puede estar ahí dentro y no quiere más problemas de los que ya tiene.
La gente importante siempre invita gente importante y está seguro de que Namjoon es de ese 1% multimillonario de Corea, así que invitar al primer ministro y su familia no es extraño.
¿Y si Namjoon revela a que se dedica? ¿Y si su padre se entera y manda a asesinarlo? ¿Y si Jungkook lo descubre ahí?

— Eres mi prometido esta noche, Jinnie— dijo con sorna— Sigueme la corriente y te dejaré quedarte en mi departamento

— ¿Tu prometido?— repite divertido— ¿Vas a presentar a un prostituto como prometido?

— Ellos saben de mis peculiares gustos— contesta con desdén— Mis padres saben a que te dedicas así que no trates de agradarle

— ¿Les dijiste?— grita frustrado— ¿Por qué me hiciste vestirme así si me presentarías como un prostituto?

— Tú elegiste la ropa, querido— contesta divertido— Pudiste elegir no ponerte nada y aún así te hubiera traído

Jin pataleo molesto, tenía razón, él habia elegido la ropa, ahora todos le veían con admiración y preguntaban quién era él, le gustaba que fuera así, incluso si se le presentaba como un prostituto seguirían viéndole con deseo, sonrió, él también podía jugar un poco con Namjoon.

— Pensándolo bien— dijo con descaro Namjoon mientras le apretaba el culo— No hubiera permitido que otra persona te viera desnudo...

— Es lo que hacen los prostitutos, señor— respondió con soltura— No olvide lo que soy, por favor

— Tienes toda la razón—

Namjoon lo arrastra dentro de ese enorme lugar, saludan a muchas personas, Jin es educado y refinado, conoce a cada una de las personas que Namjoon le presenta pero prefiere sonreír e inclinar la cabeza en vez de explicar cómo los conoce, siente las miradas de todos sobre ellos, por dentro quiere vomitar pero por fuera se ve tan sereno y altivo que parece que nació para esto, y claro que lo hizo, la sangre principezca corre por sus venas aunque haya sido expulsado del Palacio hace unos años.

— Padre, madre— Namjoon inclina la cabeza con una sonrisa descarada— Mi prometido...

— ¿Y el anillo?— sisea la madre de Namjoon mirandole con desprecio— ¿Acaso no le has dado uno?

— Me lo dio— respondió Jin con altivez— Un diamante rosa de Tiffanys ¿Cuantos quilates tenía, amor?

Namjoon sonrió, le gustaba esa etapa tan desenvuelta de Kim Seok Jin, definitivamente no se había equivocado en contratarlo.

— ¿Y dónde está?—

— Lo vendí— respondió con simpleza— Soy un prostituto, necesito dinero para pagar mis drogas

La madre de Namjoon cayó desmayada en brazos de su esposo, mientras Namjoon se reía a carcajadas, entonces Jin observó con detenimiento a esa familia y se fijó en el joven castaño que le observaba en silencio, lo conocía, joder, lo conocía, Jungkook se lo había presentado hace unas semanas.

— ¿Y bien?— preguntó Namjoon tomando de la cintura a Jin— ¿No van a invitarnos a sentar?

En silencio se colaron en la mesa, Jin les miró con una sonrisa sarcástica y adoptó una postura demasiado refinada para tratarse de una prostituta del Pink House, quizás vio un tutorial de etiqueta antes de venir a aquella cena, repartieron los cubiertos y trajeron la primera entrada.

— Ese tenedor es para la ensalada amor— le corrigió Jin enseñándole el tenedor correcto— Este es para aperitivos

Todos observaron a Jin con sorpresa, el chico les regaló una mirada de suficiencia y siguió comiendo con elegancia, no parecía un chico de la calle, repartieron copas de champán y se pusieron de pie para escuchar las palabras del señor Kim.
Aplaudieron como si se tratara de una obra de teatro, sonrieron y fingieron respeto a ese hombre, Jin recordaba muy bien como hacer aquello, había convivido con su padre el tiempo suficiente como para aprenderlo.

— Hoy mi familia se agranda— dijo el hombre y todos giraron a verles— Hoy recibo a un nuevo hijo en mi mesa, por favor deseadle suerte a mi hijo y su prometido...

— Seok Jin— artículo Namjoon suavemente— ¿Tu apellido?

— Kim..— dijo apartando la mirada— Kim Seok Jin

— Espero sean amables con mi nuevo hijo Kim Seok Jin—

Su padre volteó a verle de inmediato, sus miradas se conectaron y por primera vez en toda la noche se sintió asustado, Namjoon tomó su mano y sonrió falsamente mientras besaba la mejilla del pelirrosa.

— Bienvenido a la familia, hijo—

Puede ver a su padre levantarse furioso de la mesa donde está, va a venir a golpearlo, está seguro de eso pero Jungkook logra detenerle a tiempo, ambos se apresuran donde el pelirrosa, puede escuchar las palabras entrecortadas de su hermano menor y los gruñidos de su padre, la familia Kim no comprende nada, no quieren ganarse el odio del primer ministro asi que le permiten sentarse donde la pareja y desaparecen para darle privacidad.

— No te lo permito, Kim Seok Jin— dijo con falsa calma— Deshas ese compromiso y desparece una vez más

— No—

— No quieres verme enojado, Seok Jin— repite malhumorado ante la confusión de Namjoon— Ambos sabemos que sucede si me enojo

— No lo haré—

— No te atrevas a decir que no te lo advertí—

Namjoon apartó a Jin del primer ministro y lo obligó a retirarse de la mesa, el pelirrosa le siguió en silencio, posiblemente lo había arruinado todo, tenía que fastidiar a los padres de Namjoon no al primer ministro.

— ¿También fuiste su puta o qué, Seok Jin?— dijo con sorna cuando salieron por el auto— ¿No te dejaste follar o qué?

— Ah querido, soy una puta refinada— contestó entre risas— ¿Y ahora qué?

Ambos empezaron a reír, la situación era una mierda, nunca se habían sentido tan sofocados.

— ¿A la mierda todos?— preguntó Namjoon abriendo la puerta del auto para que Jin se sentara—

— ¡A la mierda todos!—

Les esperaba una larga noche, afortunadamente Jinnie es un chico listo y ha aprendido su lección, solo un poco de diazepan en los labios del chico y ambos caerían dormidos hasta el otro día.