El pequeño Hobie observó al hombre malo un largo rato, no le gustaba que estuviese tan cerca de su omma, se suponía que solo él podía apretar los cachetitos de omma y decirle que era lindo, aunque claro, tenía que portarse bien o acabaría castigado y no podría visitar a su amiguito Zelo, el había acordado prácticar con Zelo algunas cosas que habían visto a sus padres hacer, estaban en la parte más importante de su investigación, tenían que descubrir porque sus mamis chillaban raro cuando se encerraban con sus papis, en este caso el.hombre malo, en su habitación, porque si era algo malo, él tenía que salvar a su mami a como de lugar.

— ¿Omma?— murmuró tratando de llamar su atención— ¿Puede Zelo venir a jugar?

A Jin le llamaba la atención ese vecinito que era amigo de su pequeño, había hablado con Namjoon al respecto pero el moreno le había dicho que se despreocupara, que no hiciera caso a lo que los demas vecinos decían de él y que Zelo no era tan extraño como parecía, al principio se mostró reacio pero después de que nadie se riera de sus chiste: ¡Ze Los dije, Ze Los adverti! Terminó aceptando que el niño viniese a casa.

— Sí, cariño— suspiró resignado mirando a Namjoon— Tengo que ir a la Universidad, Namjoon quedas a cargo, si cuando regreso ña casa esta hecha un desastre, ese será el menor de tus problemas ¿Entendiste?

Namjoon asintió rodando los ojos, no le tenía mucho miedo a Jin pero cuando este se enojaba se convertía en una fiera y por tanto terminaba en abstinencia, más de lo que ya porque aún no lograba enterrar el submarino en las costas de Jin, era demasiado frustrante no poder intimar con el chico porque este no se encontraba lo suficientemente preparado o porque Hobie "demonio" Kim siempre aparecía para robarle el momento.

— Bien— dijo cuando vio a Jin irse— Tú por tu lado y yo por el mío, procura no ensuciar mocoso

Hoseok le regaló una mirada retadora y dejó que Zelo entrara con todo sus material de investigación tras él, oh claro que ensuciarian la casa y culparían al hombre malo, no sería divertido sino hiciesen eso, además se la debía, ayer no le quiso comprar su helado arco iris y aún estaba muy molesto por ello.

— ¿Está seguro de esto, Zelo hyung?—

— Claro que sí, Hobie— contestó el niño colocándose sus lentes protectores— Es todo con un fin científico

— ¿Seguro seguro?—

Zelo rodó los ojos y tiró de la manita del niño hasta llegar a la habitación que compartían su omma y el.hombre malo, se agacharon y gatearon aprovechando que el hombre malo estaba dormido y roncaba con la boca abierta, revisando los cajones encontrando muchas cositas rosas, unas esposas que terminaron atando al pequeño Zelo y un chupón que terminó siendo el juguete de Hobie, caminaron hacia el ropero y observaron confundidos las falditas.

— ¿Tu mami es niña?— preguntó Zelo hyung haciendo un puchero— Mi mami dice que las niñas son chillonas

— Mi mami chilla a menudo cuando se enoja pero no es niña— le respondió haciendo un mohin— Mami tiene pipi como tú y el hombre malo, hyung

— ¿Y usa falditas?—

— Yo no le he visto—

Zelo tomó la binchita con orejas de gato y se la puso a Hobie mientras él se ponía una similar, sacó algunas prendas junto a esas cositas que parecian colas y salieron dispuestos a probarse todas esas cosas.
Hobi se encargo de esparcir un liquido pegajoso que olia fresas por la sala mientras Zelo gimoteaba tratando de liberarse de las esposas, las orejitas de gatito se le estaban cayendo por el rostro y se sentía algo extraño usando la ropa de la mami de Hobie, además no entendía porque Hobie no dejaba de saltar por los sillones cantando la canción de little pony, él no recuerda cuando se quedó dormido en la alfombra con Hobie encima suyo pero cuándo despertó no esperó hacerlo por gritos agudos.

— ¡Kim Namjoon!— chillo la mamá de Hobie tomando a los dos pequeños en sus brazos— ¿Qué demonios le hiciste a los niños?

— Es un dólar por maldecir— soltó bajito Zelo haciendo un puchero—

— De ahí te daré el dolar, cariño—

Seok Jin observó el desastre que había en la sala, su pequeño Hobie y Zelo estaban técnicamente navegando en lubricante con orejas en la cabeza y esas vergonzosas faldas que él le había pedido a Namjoon que botara días atrás, para colmo de males los niños se habían quedado dormidos en el suelo y estaba seguro de que sí un asistente social viera la escena, pensarían lo peor de ellos.

— ¿Si princesa?— murmuró Namjoon bajando las escaleras adormilado— ¿Y-ya llegaste?

El pelirrosa elevó una ceja divertido y lo último que vio antes de caer desmayado fue la sonrisita burlona de Jin y los niños, como en los viejos tiempos, quizás no era buena idea hacer enojar a Jin ni dejar a esos pequeños diablillos hacer de las suyas.
¿Por qué diablos olía tan rico? Ah sí, el lubricante de fresa había sido usado como ambientador y los juegos que planeaba usar con Jin estaban regados por la sala... ¿A qué santo debía rezarle?