La brisa me envuelve, fresca y suave; como siempre estoy sola, pues, no tengo tanta confianza para acercarme a mis compañeros y saludar, mi miedo y extrema timidez me lo impiden.

Simplemente estoy ahí: mirando el horizonte y los bellos colores de un atardecer diferente, uno más, ¿cómo decirlo?  ·REAL·

Desde luego, no tenía nada que ver con los de mi Reino: la vida aquí no es tan agitada, se puede caminar por las calles sin miedo a que monstruos salidos de las entrañas más oscuras de la tierra te arrastren consigo y te aniquilen. En mi Reino, las cosas eran completamente distintas: siempre corrías el riesgo de acabar siendo asesinado o utilizado para sus fines malignos; no te podías fiar de nadie, si quiera de ti mismo y debías estar atento y asegurarte de que, si una persona te resultaba desconocida y sospechosa, dar la voz de alarma para poder prevenir y avisar al pueblo.

Aunque, esto solo comenzó a suceder más cuando yo tomé el liderazgo de reina tras la trágica y horrenda muerte de la mejor reina que ellos tuvieron siempre:

mi madre, La Más Grande, la que levantó a todo el pueblo y animó a los ciudadanos a levantar su voz y reclamar ante el Tirano, el jefe supremo, por encima de mi madre, y bastante harto de que las mujeres pudiésemos ser monarcas poderosas.

Si, esas eran las creencias del "Superior"

el cual pensaba y decía que mi madre no podría con todo, y que todas las mujeres que habían pasado por la corona habían sido unas mentirosas y ladronas; no podía eso ser más falso.

Por eso ella habló seriamente con él, dejándole las cosas claras, y lo desterró para siempre.

Cuando desapareció de nuestras vidas lo celebramos, pues creíamos que era el último enemigo al que nos enfrentaríamos.

Que gran equivocación...

ese solo fue...

el principio de la Masacre...

-Señorita Psicósis, estamos en clase, despierte de sus ensoñaciones y haga los ejercicios que se les han encomendado hace ya más de 15 minutos- la voz de la nueva profesora de educación física me hizo temblar y casi caerme del susto; de golpe había recordado el motivo por el cual estaba aquí, sustituyendo para siempre...

a ese...

que ni quería recordar...

no podía...

sino me echaría a llorar como desquiciada...

-Psicósis, ¿cómo llevas-?- No pude terminar de escuchar lo que iba a decir, no, no lo soportaría, mis días y mis noches eran una pesadilla desde que aquello comenzó; me sentía incapaz de hablarlo con nadie...-.

Excepto con mi único amigo, me había apoyado en dichos momentos; me salvó de un suicidio seguro, a él le debía todo, siempre le querría...

Ryo Ishizaki, mi mejor amigo...

Estábamos en la misma clase hasta que me cambiaron por todos esos compañeros que me hacían bullying; en la que ahora estoy no me molestan, simplemente cada cual a su bola, y aunque me sienta sola y sea raro no estar con Ry, poco a poco me acostumbro al hecho de estar así; además, nos vemos todos los días, y yo con eso soy más que, ¿feliz?

Ry me dijo que me presentaría a sus amigos, y yo estuve de acuerdo, y aquí estoy, sentada en un banco tras mis clases y haber hablado un rato con la nueva de deportes; es muy simpática y entiende completamente como me siento; me ha abrazado y todo, cosa que no me esperaba; aunque no ha durado mucho, porque ahora tengo pánico al contacto físico; me aterra que alguien se acerque mucho a mi, no lo puedo soportar.

Según me han dicho, es una fobia que he desarrollado después de lo ocurrido, 

algo totalmente normal después del infierno que me hizo pasar.

....

Los psicólogos no me son de mucha utilidad; sus palabras de aliento me son indiferentes, además, me siento levemente mejor cuando es mi mejor amigo el que me dice ese tipo de palabras, es confortable oír su voz, ser abrazada por él, y sentirme segura en sus brazos.

Escucho voces acercándose a donde estoy, por lo que me levanto del banco y me dirijo al origen del sonido, allí veo a Ry-Kun con sus amigos, (supongo :v) por lo que, muy lentamente y con mucha timidez me acerco a ellos, mirándolos fijamente, como si por dentro algo tuviese miedo de que me juzguen sin conocerme, como ya otras muchas veces me ha pasado.

Es solo cuestión de tiempo y quizá...

pueda volver...

a creer en la gente...

y en mi misma...

-¡chicos! ¿Veis como no mentía? Esta es Oceanía Psicósis, mi mejor amiga, nos conocemos de unos meses, seguro que os lleváis todos genial- es mi amigo el que me presenta eufórico, abrazándome efusivamente y provocando que a mis mejillas se les suban los colores-

-h-hola-murmuro con voz suave y un tono muy bajo-.

-Hola- una chica peli-morada se acerca hasta donde estamos nosotros, acompañada muy de cerca de otra muchacha de cabellos claros y una gigantesca sonrisa-

-¿como podemos llamarte?- Pregunta la recién nombrada; yo solo esbozo una sonrisa nerviosa y balbuceo:

-O-Ocean, me g-gusta q-que me ll-llamen as-así-

-se nota que eres muy tímida- dice la primera aparecida riendo suavemente, recibiendo por  parte de su compañera un pequeño codazo-

-no importa que sea tímida, igualmente te vamos a querer tan y como eres- dice amigablemente-.

Sus palabras me emocionan y me avergüenzan a la vez, por lo que me tapo la cara y la escondo en mis manos, como si eso me hiciese ser invisible...

-soy Yayoi Aoba, encantada- menciona la castaña, simpática en todo momento-

-yo soy Sanae Nakazawa, un placer conocerte, Oceanía-

-solo Ocean, por favor- respondo enseguida, Sanae sonríe y asiente con la cabeza-

-él es Tsubasa Ozora- presenta Sanae, señalando a un joven de piel clara y ojos marrones-

-se supone que se tiene que presentar Tsubasa, no presentarlo tú a él- responde mi acompañante, suspirando, como si les tuviera mucha paciencia-

-meh, da igual, no pasa nada- quitándole importancia, se acerca a él y le da un abrazo de oso que casi lo espachurra-.

Me quedo un poco pillada mirando la escena.

-Antes de que saques conclusiones que no son, Sanae y Tsubasa se conocen desde la infancia; se consideran casi como hermanos, y por eso actúan así-

-lo dices por si pensaba que eran pareja, ¿verdad?-

-Si- afirma, mirándolos; realmente parecen hasta hermanos, se nota a la legua que se llevan estupendamente- hay personas que lo han creído, y se han ganado un golpe por parte de Nakazawa, es bastante agresiva, aunque no lo parezca, y si, Sanae está enamorada de Yayoi desde tiempos inmemoriales, solo que nunca se ha atrevido a confesárselo; como Wakabayashi, que él tampoco se ha atrevido a decirle ni una palabra a Tsubasa, todo lo contrario, el muy idiota finge indiferencia y lo ignora, o al menos lo intenta; Tsubasa no se da cuenta de que casi que se lo come con la mirada, porque está tan centrado en el fútbol que no ve más allá de sus narices; lo peor de todo es que el pobre enamorado siempre afirma que lo va a olvidar por completo, ¿tú que crees que pasa?-

-Que se enamora más de él- respondo-

-correctamente-

-cuanto más se nieguen los sentimientos más profundos se harán y al final a esa persona que amas nunca podrás olvidar- recito de golpe, inspirada; debería aplicarme el cuento con mis propias palabras y tratar de ir consiguiendo valor-

-sabias palabras- Ryo Ishizaki sonríe- deberías hablar con ese cabezota, pero dudo mucho que lo hagas cambiar de opinión-

-Ry-Kun, lo cabezota que puede ser lo supero yo por tres- menciono con voz inocente-

-hoy estás de rimas, ¿te has dado cuenta?-

-Ah, pues si, cierto :v-.

Ambos reímos; como pasa todos los días: siento que soy mejor a su lado, y que haberlo conocido me ayuda para seguir y madurar, aunque Ryo sea como un niño pequeño, pero es Mi niño pequeño, alegre y bromista, con un humor contagioso y un optimismo infinito.

"Espero que seas mi camino"

💘💞💗

 Tras un rato transcurrido me siento más cómoda, me lo paso bien y disfruto con las bromas de los chicos, de pronto Ryo se levanta, con cara de que se le ha ocurrido una de sus "Grandes Ideas" y exclama:

-¿que tal si hacemos un grupo de WhatsApp en el que estemos, no solo nosotros, sin hasta rivales de otros equipos?-

-Suena bien- dice Misaki, con una sonrisa- ¿quieres tú crear el grupo, Ocean?- Pregunta, haciendo así que toda la atención se centre en mí-

-b-bueno- balbuceo- v-vale, pero tenéis que pasarme vuestros números, en casa me ocuparé de ello-

-está bien- dicen todos a coro, enseguida noto lo bien que se llevan, siendo tan compenetrados, y eso me hace sentirme especial, no todos los días encuentras a personas tan fantásticas como ellos...-.

Ya en casa me pongo manos a la obra.

Pero hay un minúsculo problema...

¿que nombre le pongo al grupo?

Tendré que hacer videollamada conjunta y que me ayuden a decidir, porque de nombres no tengo ni idea :')

pero, lo importante, es que me han aceptado, y ahora mismo no podría pedir nada más que me hiciese más feliz de lo que lo estoy en este instante.

"Siéntete aceptada, porque eres una más de los nuestros, te cuidaremos y te haremos ir recuperando poco a poco tu alegría."