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Capítulo 30: "Daniel = Hogar"

Cuando Lukas recibió la contestación de Carolina pensaba que no era más que un sueño, la leyó infinidades de veces y cada vez que la leía un dolor abrazador quemaba en su pecho.

La había perdido, la había perdido para siempre.

Cuando lo comprendido, retrocedió espantado, como si alguien le hubiera proporcionado un potente derechazo directo a su estómago o lo que es peor a su entrepierna, de repente el mundo entero se volvió oscuro. Y cual tornado acabó prácticamente con la casa que tantos momentos felices lo había visto pasar, acabó con todo.

Y cuando todo estuvo acabado, salió afuera donde el frío aire de la noche le cortaba la respiración, fue en ese momento en que se le ocurrió aquella idea, fue justo en ese momento en que pensó, que esa sería una buena idea.

Y pese a todo pronóstico, tal vez lo fue, quizás solo un poco.

***

Juraría que ella sintió, lo que él estaba haciendo.

Eran las 2: 40 a.m. cuando se despertó agitada de su sueño, intentó por todos los medios relajarse y relajar su mente, pero nada parecía funcionar era como si algo le hubiese dicho lo que estaba pasando al otro lado del mundo.

Le oró a Dios, porque le diera paz y tranquilidad, le suplicó que cuidara a todos aquellos que amaba, fue esa oración lo que lo salvó o eso le gusta creer a ella.

Tras pasar toda la noche en vela, temprano en la mañana se montó en su auto junto con sus amigos y se fue a disfrutar del festival de los festivales.

Tras recorrer, por cerca de 1 hora y 30 minutos, los 125.5 k.m de la ruta 68, llegaron a su destino, el asombroso clima de Viña los recibió y sin tiempo que perder se instalaron en el apartamento — hotel que había rentado para su estancia allí.

En la mañana las chicas disfrutaron de la playa, pero cuando la noche inició, fue la verdadera locura, disfrutaron, bailaron, tomaron y gozaron como nunca del espectáculo presentado por el siempre grande Ricardo Arjona, por los mexicanos Jess y Joey, con Pablo Alboran, Luis Fonsi y el hermoso Ricky Martin, entre otros.

Cuando la noche acabó, las chicas fueron directo a su cama, pero Arturo que había notado a Carolina un poco extraña durante toda la noche, se animó a preguntarle

—¿Estas bien? —preguntó el pelinegro.

—Sí, supongo que sí—suspiró—solo un poco cansada, eso es todo.

—Entonces ve a dormir ya.

—¿No duermes también?

—Aun no, mi hermano Andrés viene en camino, así que lo esperare ¿lo recuerdas? —ella asintió

—¡Vale! Voy por agua ¿quieres un poco? —sonrió.

—sí por favor, pero luego te vas a dormir.

—Como digas papá.

Fue a la cocina por un vaso con agua y cuando regresó a entregarle el vaso con agua a Arturo, escucho asombrada, las noticias que pasaban por el canal nacional:

"Lukas Schütz el delantero del equipo Alemán, fue encontrado en su residencia privada, cerca de las 6:20 a.m, su cuerpo con una temperatura corporal Por debajo de los 24 ºC, según los especialistas que lo asistieron, se trata de una hipotermia grado IV, y comporta pérdida de la consciencia, dilatación de pupilas, bajada de la tensión y latidos cardíacos muy débiles y casi indetectables, se presume que fue causada debido a que el jugador permaneció nadando en la piscina descubierta de su casa, con muy poca ropa y supuestamente se quedó dormido al aire libre, exponiéndose durante mucho tiempo y sin la protección suficiente al frío. Según el reporte médico entregado hace unos minutos, el jugador se encuentra en una lucha entre la vida y la muerte, actualmente está en un coma inducido y se presume que el tiempo de reacción dependerá en gran parte de su sistema inmunológico y la reacción al tratamiento de calor al que fue sometido. El equipo alemán, llora de preocupación por el estado del campeón mundial. A Dios nuestras plegarías por su pronta recuperación.- Ana Brinachini, para FoxSport."

¡Dios! ¿Luk, estaba luchando entre la vida y la muerte? ¿En qué momento había pasado eso? ¿Era su culpa? ¡Ay DIOS! Seguro y lo era, como pudo ser tan insensible.

Buscó su teléfono y a toda prisa llamó a su madre, cuando esta se lo confirmó, sin detenerse a pensar en nada, sin ni siquiera importarle explicar todo lo que pasaba, tomó sus maletas y se marchó a Berlín.

No se detuvo a pensar en lo que se le venía cuesta arriba, solo su preocupación por Luk y el deseo de verlo bien era todo cuánto le importaba. Oró por él todo el camino, hasta que llegó a Berlín.

***

Cuando Daniel se enteró que su hermano y mejor amigo estaba en graves condiciones de salud, sin importarle las implicaciones deportivas que tuviera, voló de regreso a Alemania, necesitaba verlo y quizás golpearlo de nuevo.

Se había marchado a Barcelona, hacían apenas 6 meses, después de aguantar por 5 años la ausencia de Carolina, su desecha relación con Luk, el acoso de la prensa rosa y por supuesto la bronca monumental de Anna.

Estaba agotado, de repente se trataba de una lucha por respirar, necesitaba nuevos aires, nueva brisa y el equipo español gestionó una muy buena oferta para llevárselo con ellos esa temporada y él más que dichoso había aceptado.

Desde que Carolina se había marchado aquel fatídico 27 de septiembre, él no había hecho otra cosa que buscarla, durante el primer años, sin resultado alguno, pero nada se le resiste por mucho tiempo a los que tienen plata, tuvo que echar mano a varios favores que le debía e invertir una suma considerable de dinero en alguien que siguiera la rutina de la joven y ahora mientras él vivía en Barcelona, sabía con exactitud cómo era el día a día de la joven que se había robado su corazón, él era algo así como su protector, su vigilante silencioso, que cuidaba de ella desde las sombras.

Recordó que cuando pasó 1 año y 6 meses sin verla frente a frente, tomó el primer vuelo con destino a Santiago (chile) y fue a verla, la siguió durante un día completo, vio que su rostro, su físico y hasta sus ojos eran otros y se maldijo por no haberla cuidado como se merecía.

¿Qué porque nunca se acercó a ella? Por respeto. Él siempre la respetó, respetó su derecho a sufrir sola y en silencio, respetó su espacio, respetó su ausencia, respetó su dolor, si ella no contactaba con él, era porque seguro aún no estaba preparada y no quería forzarla, no quería presionarla a nada.

Pero en su ausencia, trabajo duramente por ser una mejor persona, había continuado con las clases de español y 5 años después podía decirse que maneja el idioma de manera muy fluida, y 5 años después sus ideas ya estaban claras, no tenía dudas de lo que sentía por ella.

5 años después, con 1 UEFA más ganada, el título de Campeones del mundo y un nuevo contrato millonario, Daniel se esforzaba por construir para su chica un Hogar, cuando su informante le manifestó que Carolina volaba directo a Berlín, unos nervios se apoderaron de él, la iba a ver, después de 5 años, por fin la iba a tener frente a frente, después de las muchas noches que le oró a Dios por ella, después de las muchas madrugadas que había perdido recordándola, ahora ella estaría allí. Cuando llegó a Berlín el frío de la capital Alemana, le dijo que estaba en casa y una sensación entre la paz y la melancolía se arraigaron en su cerebro.

Había ensayado tantas palabras para cuando se volvieran a encontrar, que al momento de la verdad se quedó hasta sin ellas. Cuando llegó al hospital donde tenía a Luk, se encontró con una destrozada Anna, que no paraba de llorar, él intentaba entenderla, era su hijo el que se debatía entre la vida y la muerte, corrió hasta donde ella y la abrazó fuertemente.

—Se pondrá bien mamá, Lukas nunca ha sido débil.

—¡Ay Diosito, mi niño! ¡Ay Daniel, mi niño! Él siempre odió el dolor y no me quiero ni imaginar lo que le debe doler ahora. ¡Ay se me muere mi niño!

—Tranquila Mamá, Luk estará bien. Dios sabe que si, te lo prometo.

—No puedes prometer eso. —Una voz inconfundible los interrumpió, él podía reconocer esa voz hasta con los ojos cerrados. —Tú no puedes prometer eso, Dani.

De pie frete a ellos, usando unos vaqueros ceñido, un blusón blanco, una chaqueta de lana gris y una bufanda rosa en el mismo material, apareció después de 5 años una pelinegra Carolina.

—¿Caro? —Anna estaba anonada, no se podía creer que ella estuviese allí, no esperaba que ella fuera a ver a su hijo luego de todo lo que había pasado, pero como siempre aquella chica de ojos azules, seguía impactándola.

—¿Cómo ha estado Anna?

—¡Gracias a Dios, estas aquí! —la abrazó y le dijo en tono cariños cual mamá. —Como lo siento Caro, siento todo esto, siento todo lo que tuviste que pasar.

—Tranquila Anna, no es momento de pensar en eso, nuestra preocupación ahora es que Luk se mejore ¿De acuerdo?

Ella la miró detenidamente, esa joven tenía un buen corazón, después de todo lo que había pasado, ahí estaba apoyando a su hijo, quien no había hecho méritos para merecérsela.

—De acuerdo.

Carolina sonrío y se volteó hacía Daniel, quien miraba asombrado la escena y antes de que él si quiera dijera algo, ella se arrojó a sus brazos y lo abrazó con tanta fuerza que a ambos le dolió.

—Te he echado de menos. —susurró— te he echado muchísimo de menos.

Él le devolvió el abrazo. —Yo también, no sabes cuánto. —y no mentía, la había echado tanto de menos, que ella no alcanzaría jamás a imaginar la magnitud de su ausencia en la vida de Daniel. — ¿Cómo has estado, Caro?

Ella sin soltarlo sonrió. —Como en otra galaxia muy lejos de casa, pero ahora que estoy aquí, estoy en casa, en mi hogar.

—Bienvenida a casa, cariño. —le dijo en español.

—Gracias Dani, muchas gracias. - ella le estaba agradeciendo todo, el no haberse olvidado de ella, el estar allí el cuidar de todos en su ausencia, en fin, ella le estaba agradeciendo portarse como un hogar, donde no importa cuánto tiempo estés fuera o cuánto tiempo te vayas a quedar, estará ahí, siempre te dará paz.

Y eso era Daniel, Daniel = Hogar.

—¿Qué han dicho los médicos? — preguntaron los 3 mientras se sentaban en unas sillas en la sala de espera.

—Que fue un descuido de su parte, que estaba muy borracho y se había quedado dormido después de nadar, cuando Blanca (la encargada del aseo) llegó a su casa, lo encontró allí, tirado en el suelo, con los signos vitales muy bajos, pensó que estaba muerto. —Anna tiritó por el llanto. —¡casi se muere mi niño por Dios!

—¿Cómo ha evolucionado? —preguntó Daniel.

—Estable. —dijo un Gust, quien volvía del baño y se sorprendió enormemente cuando vio Carolina allí, tras un efusivo abrazo se sentó junto a su hermano.

—¡¿Qué eso de estar estable?! — gritó Anna. —

—Supongo que no está mal, pero tampoco bien. —dijo Carolina

—¿Cuándo podremos verlo?-preguntó Daniel.

—Dicen que esta noche. —afirmó Gustav.

Tras permanecer en el hospital unas 2 horas más, Carolina decidió que era momento de informarle a su familia que ella estaba allí, e ir a su casa y tomar un baño de agua caliente, que le devolviera las energías tras 30 horas de vuelo.

Daniel se ofreció a llevarla y ella accedió, para movilizarse en la ciudad Daniel había alquilado un lindo Lamborghini gallardo negro, ella encantada, se montó en aquella joya de la automovilística.

En silencio condujeron los primeros minutos, hasta que Carolina no pudo más y preguntó en español:

—¿Por qué no te pusiste en contacto conmigo estos años?

—Porque tú no lo hiciste y pensé que necesitabas espacio para sanar la herida y sinceramente, estar merodeando cerca de ti no creo que hubiera sido muy útil.

—Supongo que tienes razón. ¿Cómo has estado Dani?

—Como en el infierno, pero ahí vamos.

Ella sonrió, melancólica. — ¿De verdad Luk y tú pelearon o eso es solo escándalo de la prensa rosa?

—Es verdad. —suspiró. —No nos hablamos desde que te fuiste.

—¿Por qué?

—No estuve de acuerdo con lo que te hizo, no te lo merecías. Él es mi hermano, pero tú eres una gran chica.

Ella asintió en silencio. —Gracias.

—No hay porque darlas.

Luego de un rato de hablar y hablar como en los viejos tiempos, y de ponerse al día en todo, él la dejó frente a su portal y se marchó al apartamento de su hermano donde pasaría la noche.

Durante los 2 días siguientes pasaba a buscarla, la llevaba a su apartamento, cenaba con ella, almorzaba con ella, desayunaba con ella, su mundo empezaba y terminaba con ella.

Al segundo de día de estar allí, su técnico lo llamó y le solicitó volver o enfrentarse a la multa y la sanción correspondiente, muy a su pesar le tocó regresar a Barcelona, a continuar la liga con su equipo.

***

—Lukas está mucho mejor, estamos esperando a que su organismo reaccione, físicamente está completamente sano ahora, pero por razones que no podemos explicar, aun no reacciona. —le explicó el medico que trataba a Lukas, a Carolina y su hermana Alexa 1 semana después del accidente.

El médico se marchó a continuar con su ronda y dejó a las hermanas solas, puesto que Anna se estaba duchando, Gustav estaba durmiendo y Daniel estaba en Barcelona y regresaría el fin de semana.

—¿Por qué no entras a verlo?

—No me siento preparada aun, Alexa.

—Pues yo pienso que sería bueno para él oír tu voz.

—¿Y será bueno para mi verlo?

—Está en coma, no reacciona Caro, no es que te vaya a hablar o algo.

—Eso es lo que me asusta, no encontrarme con el Lukas de siempre. Es que todo esto es mi culpa.

Su hermana arrugó la nariz, como hacia cuando algo la molestaba.

—Por millonésima vez, no lo es. Fue un accidente, ya escuchaste a los médicos, Lukas ya es un hombre hecho y derecho, tiene un hijo no olvides, tiene una razón por la que luchar.

Y ella nunca lo olvidaba, que Lukas tenía un hijo, un pequeño de la mujer con quien la engañó, gracias a Dios, ellas nunca habían coincidió en el hospital, porque no quería ni imaginarse lo que sucedería si así fuera.

Pero su hermana tenía razón, quizás verlo era un acierto y por supuesto que lo sería. Así como lo habría de ser en vidas futuras, justo en esa la fue.

—Lo haré.

—¿él que?

—Entrar a verlo, lo haré, veré a Lukas.

—Estoy muy orgullosa de ti hermanita.

Tras vestirse de azul impoluto entró a la zona del hospital donde estaba Lukas. Cuando entró allí, lo primero que llamó su atención fue el clima de la habitación, luego camino despacio, como quien camina hasta la horca, para ver el rostro sin expresión, del hombre que en otro tiempo había amado y adorado con locura.

—Luk, estoy aquí. Dijiste que me extrañabas, que me echabas de menos, pues bien, aquí me tienes.

Con cuidado acarició su rubio cabello, su delicado rostro lucía en paz y la habitación estaba en absoluto silencio, a excepción del ruido que producían las maquinas que estaban conectadas a Luk, acostado allí lucía como un ángel, como un niño pequeño, parecía dormido profundamente y una imagen de tiempos pasados se coló en sus recuerdos.

Le dio un beso en la frente y le acomodo el cabello, se veía mucho más delgado y su rostro lucía distinto. Suspiró con fuerzas, otro beso en el cabello.

—Te vas a poner bien ¿a que sí, gladiadorcito? Te vas aponer bien, porque no puedes dejar a tú mamá solita, ni a tu pequeño, aquí estamos todos, todos estamos haciendo fuerzas por ti. ¡Tenemos que ganar este partido, eh campeón!...recupérate pronto chico con cabellos color sol, ojos azules como el mar azul, vuelve a casa, porque aquí todos te necesitamos.

***

Siempre le había costado muchísimo trabajo lo de despertar por las mañana, sus parpados se sentían pesados, su cabeza dolía un poco y su cuerpo no le respondía muy bien. Así se sintió ese día Lukas Schütz cuando a las 5:30 p.m. despertó en los cuidados intensivos del hospital, mientras contemplaba atónito a Daniel, orar por él.

—Hey... —susurro,ó su garganta dolía horrores. —Hey.

—¿Lukas? —Daniel, lo miró con sus ojos bien abiertos. — has despertado. — salió a toda prisa a avisarle a los doctores, quienes entraron y tras hacerle varias preguntas y un par de exámenes físicos, autorizaron darle un poco de alimento al futbolista.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Daniel.

—Como si hubiera muerto y entonces vuelto a vivir, me duele la cabeza horrible y en mi garganta parece que unas agujas hicieron un campamento.

Daniel sonrió. —Los médicos estaban preocupados, hacia un par de días que tu cerebro había expulsado los medicamentos que te tenían en coma inducido y no despertabas. —suspiró, cerró los ojos y se sentó frente a él. —se puede saber, ¿en qué rayos pensabas cuando se te ocurrió la brillante idea de quedarte dormido después de nadar, en pleno invierno?

—Prefería morir a estar sin ella. —respondió avergonzado.

—¿Lo hiciste a propósito?

—Sí.

Daniel suspiró, cuando su madre se enterara de eso, iba a enloquecer. —¿Y tu hijo LUKAS y mamá y yo que?

—El niño estaría bien y tú cuidarías a mamá.

—¿Y ella? ¿Qué pasa con ella?

—No me quiere más, le da igual si estoy vivo o muerto.

—Eso no es así.

—Es así ¡Joder! Ella misma me lo dijo, es así y estuve a punto de morir y ella ni si quiera está aquí. —suspiró—pero lo más extraño es que en mi cerebro yo la veía mientras estaba inconsciente, me dijo que teníamos que ganar este partido, me dijo que todos me necesitan.

Daniel suspiró—Esta aquí.

—¿Cómo?

—Lo que oyes, está aquí, aunque no lo mereces, ella está aquí, vino a verte.

***

Cuando le dijeron que él había despertado, estaba cenando en casa de Manuel y Michell, ellos le acababan de informar que Michell estaba embarazada, una sensación de felicidad embargó a Carolina con la noticia, La vida de Manuel iba justo como debería, pasaron por pruebas y momentos difíciles pero lo estaban logrando.

Le respondió el mensaje a Daniel: "está bien, pasa por mí donde Manue", fueron cuestión de segundos antes de recibir la contestación: "En 10 minutos estoy allá".

—Me marchó ya, muchas gracias por la invitación Michell, la cena estuvó espectacular y otra vez felicitaciones por tu embarazo.

—Gracias a ti por venir, ¡Arriba ese ánimo Caro!, ya él despertó, lo que quiere decir que se pondrá bien.

—Dios quiera que sí.

—Que así sea. —Michell la abrazó. — ¿te vas a quedar de nuevo en Alemania?

—No.-respondió sin dudar. —Tengo una vida en Chile que me está esperando y que realmente me gusta.

—¿Pero no te perderás el nacimiento del bebé verdad?

—Por supuesto que no. —se inclinó hasta el abdomen de ella y le susurró al pequeño que crecía ahí. —No me perdería tu nacimiento por nada en el mundo, eh campeón.

Se puso su abrigo negro sobre su blusa blanca, tomo su cartera verde del recibidor y salió de la casa a esperar a Daniel, en compañía de Manuel.

—¡Felicitaciones de nuevo, papá!

—Gracias, Caro.

—¿Estas nervioso por ser papá?

—Estoy aterrado ¿y si soy mal padre? ¿Y si me sale delincuente? ¿Y si no lo educo bien?

—Tranquilo súper hombre, serás un súper papá, no hay nada que temer. — lo abrazó ella.

—Esperemos que sí.-suspiró. — ¿Estas lista para verlo?

—Insinúas que este pantalón verde, estos tacones y esta blusa no son propios para ir a verlo. — se mofó ella.

—Vale, me has captado la indirecta esa ropa te queda de pena. —se burló él, mientras soltaba el abrazó. —hablando en serio ¿estas lista para verlo?

—Supongo que no, pero no hay más opciones.

—En cualquier caso puedes huir, ya te cercioraste que está bien ¿no?

Ella ya había pensado en esa posibilidad, pero le resultaba cobarde y facilista, si ya había ido hasta allí, lo mejor que podía hacer era verlo y terminar de una vez por todo lo que había comenzado.

—Tendré en cuenta tu sabio consejo.

—No digas que es mala idea.

—No es mala, es pésima, pero no puedo pedir mucho de tu cerebrito, eh papá.

Él soltó una estruendosa carcajada, como la había echado de menos.

—En cualquier caso podré golpearlo y dejarlo irreconocible, si te vuelve a hacer daño.

—Ya hablamos de eso. — y lo habían hecho, largo y tendido habían hablado de todo lo que había pasado con Lukas y juntos habían llegado a la conclusión que se trató de algo involuntario, pero no por eso menos doloroso. —En cualquier caso, si lo mueles a golpes, cuando él te demande yo estaré al otro lado del mundo y negare hasta el final que te conozco. —lo picó ella.

Manuel volvió a sonreír. —Tranquila enana todo va estar bien, piensa en esto como una cirugía, necesaria pero dolorosa ¿vale?

Era más fácil decirlo que hacerlo.

El sonido del claxon de un auto dio por terminada aquella conversación, ella le dio un beso y un fuerte abrazo, prometió volver antes de marcharse.

***

Cuando Daniel vio a Lukas despertar una extraña inquietud se instaló en su pecho, se alegraba porque hubiera despertado, por supuesto que sí, pero la conversación que habían sostenido después, lo tenía notoriamente preocupado. Él era plenamente consciente que Lukas aun amaba a Carolina y que lo ocurrido años atrás con la madre del pequeño Sebastián, fue y siempre sería un terrible error, pero se negaba a perder a Carolina una vez más.

La primera vez había fallado, porque aunque él la había visto primero, no le había hablado primero, esta vez las cosas serían diferentes, esta vez él la había visto primero de nuevo y también le hablaría primero, en español había un dicho que le resultaba propicio para la ocasión: "el que pega primero, pega dos veces". Quería, no, necesitaba que Carolina lo viera como más que un amigo, necesitaba que lo viera como un hombre y ahora que la vida le había dado la oportunidad de corregir su error, estaba más que dispuesto a hacerlo.

Cuando llegó a la casa de Manuel, solo lo saludó desde el auto, en otra ocasión hasta hablaría con él, pero ahora no, ahora tenía una misión y no había forma de que no la realizara.

Cuando ella se montó al vehículo, habló primera.

—Michell está embarazada.

—Wau, vaya, supongo que esa es una excelente noticia para ellos.

—Lo es, están encantados, como siempre Manue quiere que sea un varón ¿Cuál es la fijación de los hombres porque su primogénito sea un varón?

—Es porque pretendemos que sea nuestro sucesor, queremos un varón para que sea un hombre-hombre y cuando nosotros no estemos más en esta tierra, sean ellos quienes cuiden de ustedes, para que las defiendan y las protejan y además pretendemos que se queden con nuestro legado y nuestros nombres de paso.

Ella reflexionó un poco. —Visto desde ese punto de vista, tiene su lógica por supuesto.

Voluntariamente ambos habían estado evadiendo el tema de Lukas, pero él no pudo esperar más.

—Dijo que escuchaba tu voz desde las nubes de la inconciencia, dijo que le dijiste que todos lo necesitamos.

Ella suspiro, se sintió entre triste, melancólica y feliz, se lo había dicho, pero no quería ilusionarlo, con Lukas las cosas estaban terminadas y punto. Entonces, ¿Por qué había volado cientos de kilómetros, tan pronto como se enteró de que estaba muy delicado de salud? Le ordenó a su cerebro no pensar cosas raras, era cierto que aún lo amaba, pero no del mismo modo que lo hizo 5 años atrás, ahora lo amaba de un modo distinto, no sabría explicar muy bien cómo, pero sabía con absoluta certeza que no lo amaba como al hombre, que por poco se convirtió en su esposo, sabía con absoluta certeza que siempre lo amaría, quizás como se ama a un amigo que aunque te traicionó, te hizo daño, te hirió, tú le sigues guardando ese cariño especial, por todo lo que represento para su vida, no puedes traicionarte a ti mismo, si odias a tu pasado, ella ya había cometido ese error antes, era hora de no tropezar con la misma piedra, ella había vuelto para concluir en buenas maneras una historia que mucho tiempo atrás había comenzado.

—Le dije la verdad. —respondió al final.

—¿Aun, aun lo amas? —preguntó aterrorizado Daniel.

Ella suspiró. —Sí.-dijo en un susurro. —Lo amo y lo haré por siempre, él es una parte de mi historia que no puedo omitir, no puedo pasar por alto, no puedo suprimir, es un capítulo en mi vida, que tengo que terminar como comencé.

—Es decir ¿Qué no volverás con él?

—NO. —contestó sin dudarlo. —Lo nuestro ya es pasado y es allí donde se habrá de quedar.

—¿Entonces que estás haciendo aquí?

—Estoy aquí para ponerle punto final a mi capítulo con Lukas y poder avanzar, eso es lo que hacemos los humanos ¿no?

Daniel suspiró, fue como si ella le diera el aliento que él necesitaba para proceder.

—No sabes cuánto me alegro de escuchar eso. —tomó la mano de Carolina y la beso tiernamente.

Era ahora o nunca.

Detuvo el auto en la fuente de Neptunbrunnen (Neptuno) que se encuentra en el parque, entre la iglesia de Santa Marienkirche y el Rotes Rathaus ("Ayuntamiento Rojo"), en el distrito Mitte, en el centro de la ciudad.

—¿Qué hacemos aquí? ¿No me ibas a llevar a ver a Lukas?

—Antes de hacerlo, quiero hablar contigo sobre algo.

Eran las 9:10 de la noche, de un frio 3 de enero, cuando Daniel y Carolina se pararon frente a la fuente del gran Neptuno (dios de las aguas —Poseidón, en la mitología griega-) y Daniel descendió del auto y la ayudó ella a hacerlo también.

—¿Has estado antes aquí?

Ella sonrió, era medio Nerd, la mitología Griega y por extensión la romana le parecía muy interesante, así que por supuesto que había estado en esa fuente.

—Sí.

Bueno había llegado el momento de la verdad ya no tenía más nada que inventar, estaba dispuesto a apostarlo todo, a poner todas sus cartas sobre la mesa esa noche.

—Estoy enamorado de ti, Carolina. —soltó de golpe. —desde el primer momento que te vi en tu auto calificando exámenes, hace ya varios años atrás, me enamoré de ti, estoy enamorado de ti y te quiero conmigo y para mí, me encanta la manera en la que te pasas las manos por la falda o el pantalón cuando estas estresada, me encanta la pasión que sientes por lo que haces, por lo que crees, me encanta cuando me miras y me dices que todo estará bien, me haces bien, enciendes luces en mi alma, me gusta tu carácter, tu mal genio, la manera que tienes de ver la vida, me gustan tus sueños, tus aspiraciones, me gusta ver tu cara feliz, me gustas todita tú. —suspiro. —quiero ser yo quien te cuide cuando tengas cólicos, quiero ser yo quien te quite tus altísimos y amados tacones cuando vuelvas de trabajar, quiero ser yo quien te vea en cada despertar y quiero ser yo y solo yo el dueño de tu corazón, él que te ayude a sanar el daño que otros hicieron, ¿qué dices caro?, sin mirar atrás, borrando memorias te propongo hacer historia, desde hoy.

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