Capítulo 25: 1 año de conocernos
Los meses siguientes, posteriores al viaje, fueron meses de dicha y felicidad para la pareja, Lukas estaba más que enamorado de su novia y ¿Qué decir de ella?, parecían estar en una luna de miel constante, de repente Carolina dormía 5 de los 7 días de la semana en la casa de Lukas o viceversa, la temporada comenzó con ganas y Lukas desechó la oferta del equipo español, su lugar estaba justo donde estaba, al lado de su amada mujer.
Carolina, cada vez se sentía más segura y cómoda actuando como la señora Schütz, su relación con la madre de Luk, era increíble y entre sus clases en el colegio, sus almuerzos con Manuel y sus cenas con Daniel y Lukas, ya era más bien poco el tiempo que le quedaba de ver a su familia.
Por eso ese domingo de finales de mayo, Lukas y Carolina habían organizado un almuerzo con ambas familias –la de él y la de ella- a fin de fortalecer sus relaciones familiares.
Durante todo el día Carolina se había esforzado por preparar distintos platos, desde los típicos alemanes, hasta comida latina para ella y su familia, Luk había estado ayudando a su novia, quien no hacía otra cosa si no correr por toda la cocina, a él le causaba un poco de gracia ver a su chica revolotear cual pajarito por todos lados, ella le daba vida a su casa, desde que Carolina y él habían hecho el amor en parís, las cosas no habían parado de avanzar, ella estaba muy comprometida con su relación, hasta el punto que su propia casa tenía ahora un toque femenino, unos lirios en la mesa del comedor, un poco de helado de chocolate en la cocina, un vestido, una blusa, un par de zapatos y hasta ropa interior en su closet, ella y él iban "viento en popa" con su relación y él cada día estaba más enamorado de ella, por las mañanas cuando se despertaba con ella en sus brazos, le agradecía a Dios permitirle eso y con más frecuencia de la que debía se preguntaba ¿Qué hacía una chica como ella, con un chico como él? No lo entendía y sinceramente no quería que ella notara ese hecho, no quería quedarse sin ella.
—Amor, amor— la voz de su chica lo sacó de sus cavilaciones.
—¿Dime?
—Por favor ves y báñate, mira la hora...
—¿Por qué no nos duchamos juntos?- le haló hacia sí, mientras le besaba dulcemente el cuello y con su brazo izquierdo recorría suavemente su abdomen. — vamos preciosa, dúchate conmigo y te prometo que lo disfrutaras muchísimo.
Ella sonrió, Luk era el pecado original, pero en esos momentos no podía permitirse pecar.
—No, amor no...necesito terminar de poner la mesa.
—Pero si yo ya te ayude.
—Pero voy poner la ensalada y la hielera.
—Nena. —se quejó cual niño pequeño, pero tras un par de besos apasionados sobre la encimera de la cocina, Luk accedió a ir solo a ducharse en tanto su novia terminaba con la mesa, pero no permaneció mucho tiempo solo en la ducha, unos 10 minutos después, su novia apareció en el cuarto de baño, donde mutuamente se demostraron el amor que se tenían, adorando sus cuerpos.
Cerca de 1 hora después, la madre de Luk, Anna apareció en la casa de su hijo y junto a ella sus hijos adoptivos: Gustav y Daniel.
—Buenas tardes Anna. —saludó Carolina a los Schütz –y los Maschwitz. —Bienvenidos.
—Querida Carolina, pero que linda estas-piropeó el menor de los Maschwitz. —
Carolina sonrió, solo usaba un casual vestido rosa con un pequeño cinturón dorado combinado con unos tacones rosados altísimos.
—Gracias Gus.
—Caro querida ¿necesitas ayuda? —preguntó Anna muy atenta.
—No Anna gracias, Luk y yo nos hemos encargado de todo.
—Falta el vino. —señaló Daniel quien desde que había llegado solo había abierto su boca para saludar.
Se podría pensar que para esas alturas y conociendo todo lo que conocía, sus sentimientos por Carolina deberían haberse extinguido, pero lejos de eso, cada vez que veía a la castaña de ojos azules no hacía otra cosa sino fantasear, fantasear con robársela y enjaularla en lo alto de una montaña donde solo fuera de él.
—Traigo el vino amor— dijo Luk, mientras abrazaba por la cintura a su novia y le daba un suave beso en la mejilla.
Daniel era consciente de que su amigo amaba a Carolina sinceramente y a decir verdad eso era algo que le molestaba y le dolía por ambas partes. Sí quizás él no la amara de verdad, para él sería más fácil odiarlo, pero ahí estaba el conflicto él no quería y no podía odiar a su amigo, se odiaba por lo que pensaba cuando los veía juntos y se odiaba más cuando le entraban unas ganas espantosas de golpear a Luk, por tocar a Su carolina, perdón, a la Carolina de Luk, porque era de él.
Sí el amor apestaba, se enamoraba justo de la persona menos indicada.
Luk saludó a su madre y cuando las mujeres se marcharon a la cocina a terminar el postre, los chicos se quedaron hablando, a los pocos minutos el auto de Alexa y su esposo Heinrich se detuvo en la terraza y la alegría llegó a la casa, la pequeña Susy corrió a los brazos de su "tío" Luk, quien la recibió encantado.
—¡LUK, te ves divino! —lo saludó efusiva su cuñada, en el fondo Luk sabía que Heinrich le tenía fastidio por los contantes comentarios de su esposa, él entendía que ella no lo hacía por nada malo y que los hacia hasta inconscientemente.
—Alexa, Heinrich...gracias por venir. — fue su respuesta al comentario de la mayor de las Peitz.
—Buenas tardes. — la voz refinada de Barbará la madre de Carolina, rompió el tenso ambiente.
—Barbará. — saludó Luk a la siempre pulcra madre de su novia.
—Mamá—Carolina le dio dos besos.
El almuerzo pasó con relativa tranquilidad y entre charlas triviales, las familias de la pareja reafirmaron su relación.
Por la noche mientras Luk llevaba a su novia de vuelta su apartamento, le comentó del programa de televisión al que asistirían el próximo miércoles y después de muchos besos, caricias y palabras dulces el jugador se marchó a su casa, sin ella.
Era noche de chicos y ella por su parte tenía muchos trabajos por calificar y una cena con Manuel.
***
Desde que había a empezado a Salir con Michell, Manuel estaba más tranquilo, se imaginó que su tía – mamá estaría muy contenta al verlo tan feliz, de apoco se estaba enamorando de la encantadora morena que le había plantado los pies bien puestos sobre la tierra, pero eso no quería decir que ya no quisiera a Carolina, porque lo hacía, lo hacía y mucho.
Había leído que en la vida siempre habrían 2 mujeres que te marcarían: 1era sería el amor de tu vida y la 2da seria tu esposa. No había entendido esa lógica hasta que lo vivió en carne propia con Carolina, aunque estaba seguro que Carolina era el amor de su vida, sabía que sería Michell quien se casaría con él.
Esa noche tras haber conversado con Carolina, entendió que las mujeres como ella, inteligentes, lindas y humanas, suelen ser hechas no para él primero que las descubra, sino para el primero que actué en conformidad con el descubrimiento.
Él la descubrió, pero no actuó en conformidad y por eso perdió, perdió total e irrevocablemente. Ahora no tenía más opciones que ser feliz. Porque es que algunas veces la vida sí te regala la felicidad, la pone al alcance de tu mano, tan cerca pero a la vez tan lejos en el plano cartesiano de la vida, que aunque se acerquen, se rodeen, se bordeen, se aproximen, jamás llegaran a tocarse, algunas veces la vida le regala tu felicidad a alguien que quieres y es cuando te toca a aprender, aprender a ser feliz por ellos, porque los quieres, aprender que no puedes ser egoísta o mezquino con su felicidad, porque también es tu felicidad, los que quieres son felices y tú tienes que serlo, sin importar que sean ellos quienes tengan lo que tú tanto soñaste, lo que tú tanto anhelaste, y entonces lo superarás...lo superas, no porque quieras, no, lo haces porque te toca y sabes con absoluta certeza que ese capítulo de tu vida a llegado a su fin.
Y no porque lo sepas, duele menos.
***
Qué le diría a SU Carolina, que se mudara con él.
Esa era la última de las confesiones que Luk le había hecho a Daniel, mientras nadaban en la piscina en su noche de chicos.
Sí ella aceptaba, sabía que él paso siguiente era el matrimonio y cuando eso pasara, entonces realmente la habría perdido para siempre.
No quería pensar en eso, pero su cerebro no dejaba de reproducir las palabras de su amigo, mientras el intentaba dormir. La temporada estaba empezando y necesitaba estar al 100% para su equipo.
¿Por qué tenía que ser Carolina? ¿Por qué se había terminado enamorando, justamente la chica de su amigo, que eso no era muy cliché? No, no lo era, al menos no para él, no en sus circunstancias.
Cerró los ojos y contó hasta 100, él ya conocía la respuesta. Se había enamorado de Carolina, porque ella era una mujer fuera de serie, sus ojos azules como el cielo y su corazón grande como el mar, lo hacían sentir en paz, en calma.
La quería, la quería muchísimo. Pero sabía que ellos no iban a estar juntos, no ese año o el siguiente o el año después de ese año, él no tenía una oportunidad con ella: nunca.
Pero la vida tiene formas realmente interesantes, de probarnos que no tenemos la razón.
***
—Y bien, Carolina ¿Qué es lo más difícil de salir con el gran "Lukas Schütz? — preguntó Leopoldo el entrevistador.
Ella miró a su novio y sonrió. — Lo más difícil es la constante presión de los medios, la verdad yo no soy muy fanática de los medios de comunicación y la prensa rosa, me gusta nuestra privacidad, pero es un concepto que con Luk, he tendió que aprender a redefinir.
—Tienes toda la razón Carolina, nosotros los miembros de la prensa somos como sabuesos buscando la noticia siempre, me alegra saber que te acostumbras a eso. —Su mirada cambió a la de Luk—Dime, Luk ¿en qué momento supiste que Carolina era la chica indicada, después de todo saliste con muchas chicas antes?
—Leopoldo, desde que la vi lo sentí, sentí que quiero que con ella empiece y termine mi mundo, sentí que todo es mejor y más bonito, sentí que era la mujer que siempre soñé, justamente todo lo que busqué.
—Muy acertado lo que acabas de decir Lukas, ahora ¿Cómo hacen para que su relación no interfiera en sus respectivas carreras? Todos sabemos que Carolina es una docente reconocida de un prestigioso colegio y que recientemente ha comenzado a dictar clases en una famosa universidad y tu Lukas tienes tu carrera deportiva.
—Bueno yo siempre he pensado que la vida amorosa es el complemento de tu vida profesional, funciona igual que un equipo, necesitas ambas partes para ser feliz, pero lo correcto es no dejarse llevar por las formas. No soy la novia del gran Lukas, soy la novia de Lukas, el ser humano y lo somos todo el tiempo, pero en mi trabajo solo soy la profesora de literatura, Carolina y nada más que eso por mucho que me pregunten.
—En mi caso. —afirmó Luk. —necesito concentración para jugar los partidos, pero de mi mente no sale nunca mi amada chica, es que sabes Leopoldo cuando uno ama a alguien con todo el alama entonces no hay momento en que no pienses en ella.
—Me tienes derretido Luk. — comentó el presentador, quien por supuesto era Gay. — Muchachos ¿les gustaría jugar uno de nuestros típicos juegos de 10 preguntas?
Ellos se miraron, sonrieron y asintieron.
—El juego es sencillo Luk se va a trasladar al otro lado del estudio donde Analisse le hará una entrevista de 10 preguntas sobre asuntos personales suyos y de carolina, la idea es que contesten el mayor número de preguntas correctas.
Juntos iban a probarle al mundo que ellos podían ser la pareja perfecta...8/10 era un buen resultado para ellos que estaban empezando su relación.
***
Con el paso de los meses y las estaciones en Berlín, la vida de Luk y Carolina se iba haciendo más y más cómoda, Luk estaba de nuevo en plena temporada y los partidos iban y venían, permanecía mucho tiempo fuera de casa y Carolina comenzaba a acostumbrase a eso, sin embargo juntos buscaron el equilibrio que mantuviera la llama de su amor viva, por eso habían adquirido la costumbre de por lo menos, tomar una de las 3 comidas juntos, utilizaban esa oportunidad para hablar de sus respectivos días, de sus preocupaciones y de ellos mismos, no importaba que tan cansados estuvieran, sacaban algo de tiempo para amarse mejor, para amarse bien.
Para finales de Noviembre, las brisas de invierno recorrían la capital alemana, justo para esos tiempos ellos (Luk & Caro) se habían conocido en aquel famosísimo restaurante de Italiano. 1 año de conocerse, ya tan rápido había pasado un año, si alguien les hubiera dicho que en un año la vida les iba a cambiar tanto, lo hubieran tratado de locos, pero aquí estaban ahora, Carolina ya era toda una Magister en Literatura Universal y comenzaba trabajar en una famosa Universidad, A Luk se le veía más tranquilo, sereno, seguro, la prensa deportiva y prensa del corazón atribuían la recién adquirida "madurez" del jugador a la mujer con la que ahora salía y tenían la razón absolutamente, y eso que solo había pasado un año.
Justamente el día que cumplían 1 año de conocerse, Luk le pediría a Carolina que se mudara con él, ese sería 1 de los 2 grandes pasos que habría de dar para asegurar junto a él a la madre de sus hijos.
Aquel miércoles de Noviembre Luk recogió a Carolina en su apartamento y la llevo hasta su casa – mansión, donde con la ayuda de su madre, Gust y por supuesto que Daniel habían preparado la instancia, para la importante petición.
Carolina notaba que su novio estaba considerablemente nervioso, desde que la había recogido en su apartamento, estaba como ausente, pensativo, lo conocía como para saber que algo perturbaba la paz, del siempre efervescente jugador. Por undécima vez aquella noche, se aliso su falda negra estampada y se apretujo la cazadora de cuero negra que usaba para complementar el conjunto. Era invierno en la capital alemana.
Cuando llegaron a la casa de Luk, él la miro con mucha ternura y la ayudo a bajar del vehículo y la condujo de la mano hasta la cocina de la casa en completo silencio. La casa de Luk, era lujosa como era de esperarse, sus paredes en tonos cafés y beis le daban ese toque de elegancia y distinción pero sin hacerla impersonal, Luk la condujo por las escaleras de madera café oscuro iluminada por pequeñas farolas a los laterales – de esas que se activan cuando sienten que hay personas- y agarrándola fuertemente de la mano paso junto a la enorme sala de estar, la casa estaba formada por enorme ventanales de vidrio, alguna vez había visto esa casa en una de esas revista de moda y casa, tan comunes en el mundo.
Cuando llegaron al enorme comedor de la casa, él le pidió que lo esperar mientras terminaba de poner la mesa. Carolina observaba atentamente a su chico, sin duda alguna era un hombre muy hermoso, la camisa verde menta que estaba usando le quedaba como un guante, sus vaqueros azul índigo, su chaqueta de lana verde oliva y su gorro café, le daban un aspecto jovial y a la vez muy sexy y formal, si existía alguien en el mundo que podía ejemplificar la virilidad, la sensualidad, el carácter y el encanto masculino, ese sin duda era Lukas Schütz.
Él la sacó de sus cavilaciones cuando puso frente a ella un suculento plato de fetuchinis a la bechamel y un delicioso vino dulce. Cenaron tranquilos mientras conversaban sobre el nuevo trabajo de Carolina en una universidad de la capital alemana, sería catedrática, pero por algo se empieza ¿o no?
Para Luk, el tiempo estaba pasando muy deprisa y el momento de la verdad estaba llegando, estaba nervioso cuando tomó a su novia de la mano y le pidió que lo acompañara su habitación de cine, bueno el momento había llegado, era ahora o nunca. Chasqueó con seguridad los dedos y la casa quedó en completa oscuridad.
—¿Luk? —preguntó sorprendida su novia.
—Tranquila, déjame guiarte. — ella se aferró firmemente a la mano de su chico.
Cuando entraron a oscuras a la enorme habitación, Luk la guió hasta una de las sillas del lugar y una vez allí, la enorme pantalla se encendió cuando él se sentó.
—¿Luk, que es todo esto?
Él beso su mano. —Una sorpresa.
En la pantalla de su cine particular, una película distinta empezó a reproducirse, un dibujante experto, comenzó a pintar a una pequeña niña por un lado y a un pequeño niño por el otro, a medida que el dibujante hacia nuevas pinturas, la historia de esa pareja iba avanzando, no necesito mucho para comprender que esa era su historia, el dibujante plasmó con mucha destreza su caótico encuentro en el restaurante italiano, su primera cita, su primer beso, el primer te amo, su primera vez y demás momentos que hacían especial su relación, pero no se detuvo allí, la historia continuo cuando la chica de ojos azules y el chico de cabellos como el sol, se casaron, el hábil dibujante los represento felices en una isla donde pasaron su luna de miel, luego dibujo la casa del jugador y en ella un closet compartido por ambos, la historia continuo cuando en una habitación de hospital un niño de cabello castaño y ojos azules estaba en brazos de un orgulloso padre, quien contemplaba anonadado a su esposa y a su pequeño retoño, un par de ilustraciones después una pequeña niña de cabello rubio como el sol pero ojos azules y profundos apareció tomando la mano de su padre quien la acompañaba a recibir a su madre junto a su hermano, hermosas escenas de los niños en obras de teatros, partidos de futbol, graduaciones, matrimonios y demás engalanaban la historia y justo para el final, la pareja de chicos –que a esas alturas, ya no lo eran tanto- terminaron sentados en la misma sala de cine, con las manos tomadas como justo ahora y de repente la historia se detuvo y la pantalla quedo en blanco, Carolina que era toda lágrimas y emoción, pensó que algo andaba mal, pero entonces por los altavoces del teatro una nueva canción empezó a sonar en segundo plano, mientras la Madre de Luk aparecía en la pantalla:
— "Quizás mi hijo es un chico aun, pero cuando se trata de ti Caro, es un hombre inmejorable, es todo lo que se puede pedir de un hombre, dejaría al cielo sin estrellas si se las pides, porque te ama"
El turno fue para Gust y su hermano Daniel: — "Pensamos que Luk es un idiota mal criado, pero eso no le quita que te amé más que a nada, nunca lo habíamos visto como ahora, él es un gran hombre y tu una gran mujer, el mundo necesita sus descendientes...Carolina, tienes que amar a ese malcriado."
Manuel saludó en la pantalla: — "Sí lo amas, ¿Qué importa el mundo? ¿Qué puede ser tan difícil como para no arriesgarse por un amor así? Una amiga me dijo un día que el tiempo ayuda a que todo caiga en su lugar, espero ahora ella entienda que es hora que todo caiga en su lugar con ella también"
Finalmente la familia Peitz apareció en pantalla (su madre, su hermana, su cuñado y su pequeña sobrina): — "Creo que todos sabemos cuál es la decisión correcta y apostamos a que una chica lista como tú lo sabe también, No tengas miedo y no lo pienses más, quizás él no sea lo que buscabas, pero es justo lo que necesitabas"
Finalmente el vídeo con los dibujos volvía a donde quedaba y el dibujante finalizo con dos lapidas en un tranquilo cementerio, en donde salían sus espíritus, sus almas, sus fantasmas, lo que fuera que fuera eso y juntos tomados de las manos iban hasta el cielo, junto a eso una leyenda: "Hasta nuestra próxima vida, porque aun después de 300 años, Yo te seguiré amando"
Las luces en el teatro se encendieron y justo frente a ella, unas Letras escritas con chocolate decían en claro: "Necesito que seas mi esposa, pero por ahora quiero que vivas conmigo ¿quieres?"
¿Luk se había tomado todo ese trabajo para pedirle que se mudara con él?
—Nena, Yo no quiero pasar por tu vida como las modas, quiero ser tu incertidumbre y sobre todo tu certeza, yo le pido a tu ángel de la guardia que te comparta, que me de valor en la batalla para ganarla, yo quiero ser el que nunca olvida tu cumpleaños, quiero que seas mi rosa y mi espina aunque me hagas daño, quiero ser tus principios y tus finales, quiero ser el mar donde puedes ahogar todos tus males, quiero que seas mi octava maravilla, quiero que lleves tus faldas y también mis pantalones, quiero que te quedes conmigo por toda la vida y eso es en realidad insuficiente para mí, este es el 1ero de los 2 grandes pasos que estoy dispuesto a dar para estar a tu lado por siempre, pero no te asuste que –aun- no hablo de bodas, porque no quiero apresúrame, ni forzarte a nada, pero tenemos justo hoy, 1 año de conocernos y este es sin duda el mejor año de mi vida y bajo ningún concepto quiero que termine, por favor di que sí, por favor ¿te mudas conmigo?
—Síiii— Solo asintió, no podía con todos los sentimientos encontrados, sabía que Luk era diferente en cuanto lo conoció y justo ahora por undécima vez, se lo estaba probando, que él la amaba eso no había duda y que ella lo amaba, eso era seguro.
¿Qué paso con un amor así? ¿Cómo es que la vida le quitó a los dos el amor que sentían y los redujo a nada? A veces la vida es una perra envidiosa, no soporta vernos brillar o a veces, solo a veces la vida se cobra los errores que quizás en otra vida cometimos y para ello nos roba la felicidad.
Sea como sea, esa historia iba a terminar y a terminar mal, además.
***
Daniel estaba que enloquecía, haber ayudado a Luk, era lo que tenía que hacer él era su hermano, su amigo ¿Quién si no él, iba ayudarlo? Luk siempre era el chico de las ideas brillantes, pero siempre necesita de Daniel para que lo ayudara a organizarlo todo, fue él quien lo ayudó a encontrar el pintor para que plasmara la idea de Luk, fue el quien lo ayudó a escribir en el suelo con chocolate y era él mismo quien egoístamente le pedía a Dios y a la vida ella rechazara a su amigo.
Pero la suerte no estaba esa vez de su lado, pero eso no quería decir que no lo fuera a estar nunca, más temprano que tarde, la vida de los chicos iba a cambiar y los planes después del incidente iban a hacer tan radicales, que casi parecería que se tratara de otra historia...O quizás eso mismo era, otra historia.
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