El segundo día en Lisboa pasó volando, Dolores los llevó a la fundación Saramago, donde vieron una exposición acerca de la vida y las novelas de Saramago, escucharon su discurso durante la gala donde recibió el Premio Nobel de literatura, también vieron extractos de sus novelas y primeras ediciones, además de ver cartas de amor con Pilar, que además de su mujer era la traductora de sus libros. Enfrente de la fundación, se encontraron con las cenizas del escritor bajo un olivo trasladado desde su pueblo natal, Azinhaga.

Para muchos hacer ese recorrido hubiera sido aburridor y tedioso, pero para Luk no lo fue en absoluto, le encantaba ver la cara de su novia cuando veía o leía algo del escritor, ella sonreí feliz y el sentía que su corazón se iba a salir de su pecho, de repente recordó la frase de Bob Marley: "Me dijeron que para enamorarla tenía que hacerla sonreír, el problema es que cada vez que sonríe me enamoro yo", cada vez que ella sonreía él se sentía más y más enamorado, está perdido, perdidísimo, hundido en su amor por ella y de ahí no podría salir.

—Gracias amor, gracias por este maravilloso viaje y por estar aquí conmigo, gracias por todo. —y esta vez fue ella quien lo besó, fue un beso suave y dulce, ella quiso decirle en ese beso lo mucho que significaba para ella, él.

—Vamos, aún tengo una sorpresa para ti antes de irnos de esta ciudad. Hicieron toda la ruta en el tranvía 28 y llegaron al acuario, el segundo más grande de Europa, allí ambos se divirtieron con los monstros acuáticos y hasta almorzaron allí.

—¿A Qué hora sale nuestro vuelo a Madrid? —preguntó ella mientras miraba consternada una mantarraya.

—A las 8:45 tenemos que estar en el aeropuerto, pero tranquila amor, que ese es un viaje corto, a más tardar a las 11p.m. estaremos en Madrid.

Ella asintió, mientras se recostaba en él, Luk la tenía abrazado por la espalda, ambos estaban muy unidos, allí de pie cualquiera pensaría que eran una pareja de recién casados, quizás ese día lo fueron, quizás lo eran un poco.

—¿No te sorprende que la Mantarraya nade tan tranquila en medio de tantos monstruos marinos?

—El truco está en que ella también es un...Monstruo. —afirmó carolina y cerca de 8054 kilómetros de distancia Daniel pronunciaba las mismas palabras, para su hermano Gustav quien también estaba sorprendido por la particularidad de ese fenómeno natural.

La vida era como ese acuario, si quieres sobrevivir sin que nada pase, necesitas ser un monstruito como los demás que nadan contigo.

Cuando salieron de allí eran las 6:30 p.m. y Luk le tenía otra sorpresa preparada a su novia, de la mano y riendo como niños llegaron al teleférico de Lisboa.

—Wow cielo, esto es hermoso.

A esa hora la ciudad de Lisboa parecía calmada, tranquila como si no hubiese nada que la perturbara, el cielo tenía un tono casi violeta y las luces de la ciudad se contemplaban en todo su esplendor, Carolina estaba eufórica, se había sacado la lotería con su novio, pero él joven astro del futbol solo la contemplaba a ella en silencio, ella se acercó a él y lo miro a los ojos directamente y entonces paso, esa sería la primera de las muchas veces que Lukas Schütz diría esas palabras:

—TE AMO, CAROLINA. Te amo. —lo soltó casi como un suspiro, ella dudo de lo que oyó y él lo repitió sin mirarla a la cara. —Te amo. —Y entonces ella entendió que él lo decía en serio y se derritió, allí en lo alto del teleférico, mientras la ciudad de Lisboa posaba a sus pies, él había dicho las palabras que toda mujer enamorada espera oír.

—Yo también te amo Luk, te amo muchísimo.

Él la miro extasiado, parecía mentira que una mujer como ella fuera a amarlo a él, a un chico como él, un chico que no se la merecía, pero era egoísta y la amaba más que a su vida y se aferraría a ella con uñas y dientes.

Y vaya que si los necesitaría.

***

A su tercera cita con Michell, Manuel supo sin duda que era justo lo que necesitaba para su vida, su estabilidad, quizás nunca la iba a amar como amaría a Carolina, pero se iba a dedicar a ella, se lo juró por su tía y así iba a hacer.

Le mando un rápido mensaje de texto e intentó no pensar en todo lo que estarían haciendo Lukas y Carolina, lo que él no sabía era que no solo él pensaba en esa situación, a varios cientos de kilómetros, un joven de rubios cabellos y profundos ojos azules, intentaba borrar a punto de alcohol a la joven de ojos azules que hoy le rompía el corazón.

***

Cuando llegaron a Madrid eran las 11:30 de la noche, así que llagaron directamente a descansar en la comodidad de la suite real del hotel Ritz de Madrid, estaban tan cansados que no pensaron en nada que no fuera dormir. La suite era una suite hermosa, con su gran dormitorio principal con una cama de matrimonio de tamaño king de cuidado diseño, una habitación secundaria con dos camas individuales, un amplio salón y dos cuartos de baño de gran tamaño y un enorme balcón, Los toques de lujo los ponían las lámparas de araña de cristal, los valiosos cuadros, los tapices originales, las preciosas antigüedades y un elegante jarrón de la dinastía Ming.

Cuando despertaron al día siguiente, no hicieron otra cosa sino descansar, se dedicaron a tomar el sol en la piscina a dormitar en las tumbonas y relajarse como nunca, hablaban de todo y parecía que nunca se les acababan los temas de conversación. Lukas estaba nervioso, había llevado a Carolina a Madrid, porque le iba a contar lo de su posible traspaso al equipo español, pensó que luego de decirle que la amaba los nervios se irían, pero no lo hicieron, cuando le dijo que la amaba, cuando puedo pronunciar esas palabras en voz alta, supo con certeza que nunca había sentido eso por nadie y que nunca lo volvería a sentir, solamente era ella la que causaba ese sentimiento, aunque a decir verdad no era lo único que le causaba, ella estaba allí tumbada tomando el sol con un precioso bikini blanco con círculos de colores verdes, amarillos, naranjas, fucsias, azules y una tanga blanca con un tejido en los mismos tonos que el sostén, se veía angelical y a la vez tan sexi y provocativa que su cuerpo físico también empezaba reaccionar frente a ella.

Necesitaba respirar, se levantó de allí eran las 3 de la tarde en la capital española, buscó en google la diferencia horaria con Dubái y descubrió que en los emiratos eran las 6 p.m. -3 horas de diferencia.-, por eso llamó a su amigo Daniel, lo había notado raro y quería saber cómo iban sus vacaciones.

—Luuuuuuukaaas—Daniel arrastraba las palabras.

—¡HEY Maschwitz! ¿Cómo andas?

—Muuuy biiien, compañero... ¿Cómo va el paraíso?

—Daniel hombre, ¿por qué estás tan borracho?

—Porque no puedo olvidarla estando sobrio.

—¿olvidarla?

—Me gustaaaa hombre, pero la estoy dejando ir, soy un buen hombre, un buen amigo, me gusta tanto pero aun asíííí yo estoy haciendo lo correcto y ¡jodeeeeer eso duele!—afirmó muy muy borracho.

Lukas no comprendía las palabras de su amigo le sonaban dolorosas y confusas, una extraña opresión en su pecho lo hacía pensar que esas palabras eran dirigidas a él, sin embargo optó por dejar de lado esos pensamientos. No pudo estar más equivocado. — Maschwitz deja de tomar tanto, no vaya a ser que te enfermes y me toque cancelar los planes con Caro por ir a buscarte y por favor no te dejes pillar por la prensa, te llamo mañana cuando estés más sobrio. —no lo dejo alegar nada y cortó la llamada.

No le gustaba que Daniel tomara, pero mucho menos le gustaba las palabras que había pronunciado su mejor amigo, pero no podía aclarar todo ese enredo hasta que no estuviera sobrio.

Un suspiro al cielo, él era feliz, pero odiaba ver a su amigo sumido en ese estado, hacía mucho que él no estaba así, él estaba tranquilo, había dejado el alcohol como vicio desde que su madre y lo adoptó, se acordó de su madre y decidió llamarla, de todos modos tanto Madrid como Berlín compartían la misma zona horaria.

Habló con su madre por una media hora y cerca de las 4:00, vio que su novia se desperezaba y corrió hasta ella, para darle un apasionado beso, beso que se filtraría en las redes sociales y distintas páginas de internet, eso tenía lo de ser estrellas siempre habrían paparazis cazándote, para tomar una foto que les genere mucho dinero.

A las 6 de la tarde, él le pidió a su chica que se vistiera que irían a dar una vuelta por la ciudad, ella se duchó y eligió un pantalón pegado negro, con una blusa café claro de encaje y un sutil bléiser negro, lo combinó con una cartera roja y aretes de flores, con un collar rojo y se inclinó por unos altísimos zapatos negros, unos tacones fabulosos.

Luk por su parte optó por un jean negro, combinado con una camisa de rayas horizontales negras y una cazadora de cuero, un tenis y listo. Había rentado para trasportarse en la ciudad un Audi RS6 Avant negro y lo condujo por las calles de Madrid hasta llegar un lugar especial, le había pedido a su novia que se vendara los ojos, pues le tenía una sorpresa.

Se detuvo en el paseo de la castellana en uno de los estacionamientos del enorme recinto, ayudó a bajar a su novia y caminó junto a ella hasta estar dentro del lugar. Le había costado un buen trabajo que los dejaran estar allí, pero finalmente lo había logrado.

A medida que caminaban ella sentía que el suelo se hacía inestable y sus tacones se sentían raro sobre esa superficie, cuando Luk, le quitó la venda de los ojos, ella se sorprendió muchísimo, estaban de pie justo en el medio de la enorme cancha, del estadio de fútbol Santiago Bernabéu, hogar del mejor equipo de España.

—¡Luk! —exclamó extasiada.

—¿te gusta?

—Sí, este estadio es muy bonito.

—Fue inaugurado en 1947, se llama así en honor al señor Santiago Bernabéu, un ex jugador de fútbol, entrenador y presidente del Real Madrid de aquel entonces.

—Es hermoso.

—Hay capacidad para 81044 espectadores.

Ella estaba extasiada, ese estadio era realmente hermoso, su novio era realmente hermoso, él la dejó parada allí unos minutos. Cuando volvió lo hizo con un balón de futbol.

—¿Qué sientes cuando esas 81044 personas, te están observando?

Él sonrió, en el fondo él ya se esperaba esa pregunta. — se siente, mmm confuso, es una enorme responsabilidad, sabes que no todos te aman, pero sabes que hay muchísimos que sí te aprecian, y que están esperando por ti y con sus expectativas puestas en ti, quieres ganar por ellos más que por ti, pero cuando amas lo que haces, —sonrió. — entonces amor, no hay responsabilidad que cuente, estas feliz y dichoso haciendo feliz a los demás mientras tú también lo eres en el camino, la descarga de adrenalina cuando haces un gol es ciertamente inexplicable. Odio los vicios y prefiero tener un balón en los pies que un cigarro en la mano.

Ella lo miró embelesada y él la beso. Cuando se separaron él le propuso, cobrar 2 penaltis en la cancha y ella dichosa aceptó, él reparo en sus zapatos y le pregunta:

—¿Puedes hacerlo?

—Claro que sí, mi especialidad es el fútbol en tacones. —guiñó.

Y vaya que lo hizo, su novia le enseñó que no solo era una chica inteligente y bonita, sino que también era buena para jugar el fútbol, pero no solo eso, ella jugaba FÚTBOL EN TACONES.

Ella votó un penal y acertó el otro y él en cambio acertó en ambos caso, él era feliz, ella compartía con él la misma pasión por el fútbol.

Tenían mesas reservadas en "meson txistu", donde disfrutaron comiendo una deliciosa cena, mientras la suave voz de pablo Alboran cantando "tanto" ambientaba el lugar, justo cuando estaban degustando de su postre habló de lo que necesitaba hablar.

—Amor, ¿te gusta Madrid?

—Sí, es una ciudad muy bonita...y hablan español.

—Yo no hablo español y también me gusta.

—Deberías aprender a hablar español, es un idioma complicado pero muy interesante.

Asintió y tomó aire y lo expulsó lentamente. ¡Era ahora o nunca!

—Amor ¿Qué pensarías de vivir aquí en Madrid?

Ella lo miro detenidamente, no entendía que se debía esa pregunta, pero de repente alieno las ideas, su novio era futbolista ¡el equipo local, quería comprarlo, J-O-D-E-R!

—¿Te ofrecieron jugar para los galácticos?

Él ya ni se sorprendió sabía que su novia era una mujer muy inteligente así que supuso que había atado cabos.

—No es una oferta oficial, solo es una propuesta...se habla de un traspaso, pero no hay una conversación aun...nena yo no sé si quiera venirme.

—¿Por qué?

—No quiero alejarme de ti, no quiero dejar a tras a mi familia, esta mi mamá y Daniel y Gustav y mi vida en mi equipo, no quiero estar lejos de los que amo.

—Amor, no puedes posponer alcanzar tus sueños por complacer a los demás, porque eventualmente tu vida será al final, solo lo que tú elegiste que fueras, así que hay que asegurarnos de que hemos escogido lo correcto.

—¿Te vendrías conmigo?

¿Venirse a vivir a Madrid, lejos de todo? ¿Y su familia? ¿Y su trabajo? Lo amaba sí, pero no estaba segura de que ir detrás de él fuera una decisión inteligente. Cerró los ojos unos segundos y los volvió a abrir de manera rápida.

—Dijiste que aún no es una oferta oficial, ya lo discutiremos cuando llegue el momento. —finalmente concluyó.

A Luk esa declaración no lo consolaba, pero no lo derrotaba, sí bien ella no había dicho que Sí, tampoco había dicho que NO y se aferraría a ese espacio de duda, para convencerla de venirse con él si las cosas se daban.

***

Los siguientes 2 días, estuvieron recorriendo el Madrid literario, el paseo por el Barrio de las Letras, llamado así en recuerdo de los escritores, pintores, músicos, hombres de ciencia, arquitectos, comediantes y políticos que residieron en esta zona de Madrid. Hicieron un recorrido histórico-literario por los espacios que habitaron y frecuentaron algunas de las más importantes figuras de la literatura española: Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Luis Vélez de Guevara, Ramón de la Cruz, Moratín, Zorrilla, Echegaray, Valle-Inclán...

"En el siglo XVII, el Barrio de las Letras estaba lleno de gañanes y de huertas (de ahí la calle de las Huertas), de prostíbulos y de picaros, de señoras de mala vida y de mujeres que suspiraban en loor de santidad. En este barrio vivió Lope de Vega (1562-1635) sus últimos años. También lo hizo Cervantes (1547-1616)..."

Muchos besos, risas y abrazos después, abandonaron la península ibérica y se trasladaron a Milan – Italia. Una sorpresa y un reencuentro doloroso, marcaria su paso, por la linda joya italiana.

***

Daniel y Gustav aterrizaron en Ibiza, en compañía de sus compañeros de equipo Paulo y David, ellos con sus respectivas novias y Gustav llamó a Marta, la invito a venir, la latina lo dudo, pero finalmente accedió. Daniel estaría solo, disfrutando lo que quedaría de sus vacaciones, luego de haber hablado con Lukas, había tomado la decisión de no tomar más en lo que quedaban de vacaciones, le dolió escuchar la voz de su amigo, diciéndole lo preocupado que estaba y él ya estaba siendo lo suficientemente mal amigo deseando a su novia como para ahora también preocuparlo con eso.

***

Milán era realmente hermoso, en general Italia lo era, Pero lo que sucedería allí sería de todo, menos hermoso.

Los dos primeros días se dedicaron a recorrer los museos y las vistas de la linda Toscana italiana, pero al tercer día Lukas le tenía preparada una sorpresa a su novia y se la llevó a Roma, capital de un país que vio sus años de luces en la grandeza del imperio y la edad de oro, en pleno renacimiento.

Parados en la Fontana de Trevi, ambos arrojan una moneda y en silencio cada uno pidió su respectivo deseo, uno de los 2 –deseos- se cumplirá, el otro en cambio se desintegraría con el agua y el tiempo.

En ese primer día en Roma recorrieron el coliseo romano y por supuesto que visitan el panteón de Agripas. Pero lo mejor estaba por llegar, el segundo día en Roma le revolvería la vida a Carolina, como tenía rato que no sucedía.

Eran las 10:30 a.m. cuando llegaron al museo de la civilización romana, a Luk, siempre le llamó la atención la civilización romana, lo que ellos hicieron cambio la historia del mundo y de algún modo era admirable y respetable su dominación por siglos en el poder del mundo.

Había una leyenda en torno a ese lugar, se dice que hace cerca 3 000 años en ese lugar donde se recopilaba la historia de una civilización que lo cambio todo, un hombre de familia humilde se convirtió en un héroe, un guerreo legendario que ilustra los libros de textos en la actualidad, la historia dice de él que después de no tener nada, lo tuvo todo, pero para hacerlo debió traicionar y abandonar a la mujer que amaba y justo en el lugar donde estaban ellos hoy, el joven guerrero y la joven doncella se encontraron una vez, para siempre jamás y terminaron la historia que había comenzado años atrás, ella lo olvido con el tiempo y aprendió a vivir tranquila, pero él por su parte nunca la olvido, nunca la supero, nunca dejo de amarla y 10 años después de verla por última vez, terminó por quitarse la vida justo en ese lugar.

Muchos dirían que se trataba de una reencarnación, una repetición de la historia y quizás lo era o quizás o era solo la maldición de aquel lugar, pues cuando Carolina salía del museo en compañía de su novio, chocó contra un duro pecho y al alzar la vista, ni en mil años hubiese estado preparada para lo que vio:

—Carolina. — susurró el pelinegro.

Ella estaba en shock, no podía creerlo, ¿Qué hacia ÉL AHÍ?

—¿Ca-Carlos?

Y eso fue todo lo que Luk necesito para estallar, lo que sucedió a continuación pasó tan rápido y tan confuso que ella apenas pudo procesarlo.

Luk no preguntó, no profirió palabras, solo le propino un contundente derechazo que hizo que el pelinegro cayera al suelo, los alumnos de él quien estaban de excursión al museo de la civilización romana, estaban consternados, la nariz de Carlos sangraba a mares. La gente alrededor reconoció al jugador y entonces se desató la locura, los jóvenes pedían autógrafos, otros querían una foto, todos gritaban y cuando Carlos finalmente se puso de pie, le devolvió el golpe a Luk, quien ni corto ni perezoso se enfrasco en una pelea con el hombre que tanto daño le había causado a su chica.

Cuando Carolina reaccionó le gritó a Su novio para que se detuviera y este al ver las lágrimas correr por los ojos de su novia lo hizo al instante, no sin antes hacerle una última advertencia, clara y fuerte al maldito pelinegro.

—No te vuelvas a acercar a ella o haré más que solo partirte la cara.

Una vez en el hotel, Carolina continuo en silencio y en silencio le curó a Luk los golpes que Carlos le había proporcionado. Cuando terminó, soltó el aire que llevaba –sin querer— conteniendo y finalmente habló.

—Gracias.

—¿No estas molesta?

—¿Habría de estarlo?

Él la tomó suavemente por la cintura y la atrajo a él, la sentó sobre sus piernas y con muchísima suavidad, acarició su cabello y por supuesto que su rostro y le susurró a media voz.

—Nena Yo...Lo siento, quizás fui muy violento, quizás no fue la reacción más inteligente golpearlo, pero solo quiero que entiendas Preciosa, que no estás sola, ahora ese desgraciado no puede hacerte nada, porque ahora está conmigo y yo no se lo permitiré, yo te protegeré, te cuidaré, eres mi novia, la futura madre de mis hijos, nadie tiene derecho a hacerte llorar, así que tranquila, no hay nada que agradecer, le partiré la cara a todo aquel que te haga derramar una lagrima y ese bastardo te hizo derramar mucho más que solo una lagrima, ya pasó pequeña, ahora estás conmigo y yo sin duda TE AMO.

Pero Luk no sabía que a veces no puedes hacer ese tipo de promesas, no porque no tengamos la intención de no cumplirlas, no, no podemos hacerlo, porque hay momentos en que la vida nos cambia el partido y pasamos de héroes a villanos, en un santiamén.

—Lo sé Luk, y por eso te agradezco, te amo porque estás aquí para protegerme y porque sé que no estoy sola, pero, yo, yo necesito hablar con él, necesito desintoxicarme del pasado, necesito superar este encuentro doloroso y continuar con nuestro futuro, solo así...

—NO. —exclamó ofuscado. —Tú no hablaras con él, ¿Caro olvidaste lo que te hizo? No quiero verte llorar.

—Tranquilo amor, todo va a estar bien ya lo verás.

Y lo iba a estar, al menos por un tiempo, todo iba a estar bien. A veces para avanzar, necesitas retroceder, lo que implica lastimarse la herida, para que esta sane y aunque ya no seas el mismo después de eso, podrás avanzar, continuar con tu futuro y afrontar todo lo que este te aguarde.