-por favor abrochen sus cinturones que vamos a aterrizar.

Sí, estaba en un avión a punto de aterrizar en Marsella (Francia), decir que está sorprendida era poco, al comienzo se molestó muchísimo por lo que Luk había  hecho y sin consultarle, pero tras una conversación con Alexa, vio ese viaje como un gran gesto por parte del jugador.

Había hablado con él por la noche, el domingo y él le había dicho que el vuelo salía a las 8: 00 A.M. el lunes y que en Marsella, encontraría alguien que esperaría por ella. Hizo las maletas a toda prisa, ropa de verano (aun cuando estaban en invierno en Alemania, en Marsella siempre era verano) para una semana y se preparó mentalmente para el viaje.

Cuando llego a Marsella, efectivamente había alguien esperándola, se encargó de sus maletas y de dejarla instalada en el hotel Sofitel Marseille Vieux Port, era un hotel muy bonito por lo que supuso que el jugador, se estaba gastando un dineral, solo por traerla hasta allí.

Llego a su suite y se encontró con un enorme ramo de diferentes flores, tenía: Rosas 'Alain', Rosas 'Apricot Nectar', Rosas 'Asagumo', Rosas 'Anne Harkness', y justo en el medio una hermosa Schonekonigin de Tantau que se abría paso sobre las demás como si de una reina se tratara, era hermoso, el ramo en su conjunto. Tan bello que ni siquiera examino la suite en la que estaba solo, pudo notar la belleza de las flores, al lado de ella una caja y encima un sobre blanco, la impecable letra decía en grande: "Marsella y Yo te damos la bienvenida, ella está feliz de que alguien como tu pise sus tierras, pero yo estoy más feliz que ella".

Ese era Lukas, un hombre detallista y encantador, sonrió como una tonta y abrió la caja que estaba en la cama, lo que encontró allí la sorprendió, era una camisa del equipo, para ser exacta era la camisa de Lukas en el equipo, ella sabía que para un jugador las camisas siempre son importantes, así que el hecho de que él le diera su camisa, era algo muy bonito y significativo.

Dentro había otra nota: Solo pensé que mi chica se vería fabulosa en mi camisa.

La sonrisa no se despegó de su rostro, quiso llamarlo para agradecerle, pero no podía porque él estaba en entrenamiento, él dijo que cuando saliera la llamaría y ella esperaba con ganas que así fuera. Entre tanto se dio una ducha larga y profunda y se dirigió a la asombrosa piscina del hotel, no hacia frio, pero tampoco calor, había un muy buen clima. Se puso su Bikini morado y se metió a la piscina donde nado por una hora, al final cuando salió de allí un hermoso francés le ofreció un coctel que disfruto como ningún otro, allí recostada en la tumbona, observando el mar, se sintió por fin como una mujer de su edad, una mujer capaz de disfrutar de los pequeños privilegios de la vida, una joven con una vida por delante y por primera vez en mucho tiempo, se sintió en paz.

A las 4 de la tarde y luego de escuchar el hermoso acento francés vez tras vez (era ella o el acento francés es realmente sexy?), Luk la llamo y la cito en el restaurante LE PERON, Dijo que se escaparía de su concentración en el hotel Le Petit Nice Passédat y la vería allí para que cenaran juntos.

Se puso un vestido de chiffon blanco de espalda descubierta, con escote en "V", que se entretejía con un cuello de pequeñas bolitas decorativas negras, de corte asimétrico que dejaba sobrado un pedazo de tela hasta su rodilla, mientras el forro le quedaba a medio muslo, era ajustado por un cinturón de tela, pero vaporoso al tiempo, lo convino con sandalias de plataforma coral y estaba lista para su cena.

No tenía idea de donde quedaba "LE PERON", pero eso no la iba a detener, saco su Samsung y busco en la aplicación de google maps: LE PERON y según google, estaba a más o menos 12 o 15 minutos del restaurante, no quedaba lejos y ella podía caminar, caminar es la mejor manera de conocer la ciudad. A fuera Marsella se veía calmada, era una ciudad muy bonita, rebosante de vida y de alegría, le gustaba mucho estar allí y una vez más recordó que debía agradecérselo a Luk.

Tras seguir las indicaciones de Google, finalmente llegó a "LE PERON", encontró que ese sin duda era uno de los mejores restaurantes de Marsella, no solo por la construcción arquitectónica del lugar, no lo que lo hacía especial era la ubicación del lugar en sí lo que hacía de aquel restaurante algo especial.

Cuando llego eran las 7:00 p.m., tal como Luk le había dicho pregunto por la reserva del señor y la señora Peitz, la mujer que la recibió contesto en un perfecto inglés con acento.

-"venga conmigo, por favor".

Ella la acompaño en su recorrido por el restaurante, dejaron a tras el comedor público, donde comían todo y se fueron adentrando en comedores privados, finalmente llegaron al último de los comedores privados y allí la luz estaba apagada.

Se escuchaba el constante estremecer de las olas del mar y la estancia era iluminada por las estrellas que usaban al mar como espejo, para convencerse de su belleza. Todo estaba en silencio, pero el cielo estrellado y la luna de Marsella le mostraron a un Luk, perdido en sus cavilaciones, estaba de pie allí, contemplando la grandeza del mar y del cielo estrellado de esa noche de verano, parado allí parecía irreal, era el entorno, la perfección del momento o la magnitud de lo que sentía por lukas lo que le daba más magia a ese lugar.

-Hola-saludo anonada.

Él se giró y le dio una de las sonrisas más arrebatadoras que le había dado jamás y la halo del brazo hasta sus propios brazos y le susurró al oído un cálido.-Hola, princesa.

Ella se estremeció, la magnitud del momento, la dulzura de las palabras del jugador y las olas fosforescentes que bañan la costa, le robaron una sonrisa.

-Esto es muy bonito Luk, muchas gracias por hacer esto por mí.

Él la miro y volvió a sonreír.-Te ves como el cielo.-susurro.-perfecta. Supongo que por eso se forro de estrellas hoy, tenía miedo de que el mar se fijara en ti y se olvidara de él, sentía envidia de la belleza que posees.

Sin palabras, Carolina Peitz, estaba sin palabras. Él la miraba a los ojos y ella a él, una magia fuerte los unía en ese momento, hasta que un inoportuno mesero llegó y encendió  la única vela que había en la mesa doble que tenían en ese comedor privado. Si las miradas mataran el pobre muchacho ya estaría más que muerto, con la mirada que le pego Lukas.

-Buenas noches, mi Nombre es Gérard y seré su Camarero  esta noche.-hablo el lindo francés mientras le extendía la carta.- si me permiten aconsejarles, la especialidad del chef es un excelente platillo y esta noche viene acompañado por el postre que es especialidad de la casa.

Ambos se miraron y sonrieron, se entendieron sin hablarse, hasta que Lukas hablo.

-Confiaremos en tu buen gusto, regálanos dos especialidades de la casa y selecciona el mejor vino que tengas, pero que sea el indicado para acompañar los platillos.

El camarero contesto un enfático "yes" y se marchó por donde llego.

-me encanta que estés aquí.-afirmo Lukas mientras sostenía su mano por encima de la mesa.

-A mí me encanta estar aquí, no pienso negar que al principio me enoje mucho por tu repentino atrevimiento, pero ahora estoy más que feliz por estar aquí.

-¿Ya viste Marsella?

-Un poco, camine del hotel hasta acá, así que más o menos vi algo.-tomo un poco de agua de su copa.-Sí Dios quiere mañana pienso ir a hacer un poco de turismo por la ciudad.

-Es una verdadera lástima que no pueda acompañarte, pero tranquila nos quedaremos después del miércoles y veremos qué podemos hacer.

-Sí serás exagerado, pediste toda la semana de vacaciones ¿Cómo lograste que  me la dieran, Luk?

-Moví un par de hilos cielo, soy un hombre de inteligencia e influencia.

-pues estoy muy muy agradecida.

-¿no quieres mostrarme tu agradecimiento?-pregunto coqueto.

Ella se mordió el labio mientras sonreía, se hizo la que pesaba, pero desde siempre sabía su decisión, cuando considero responderle, el Camarero entro de nuevo.

-El primer platillo son estas entradas, que consta de Camarones al Ajillo y Calamares Apanados, acompañados de una sutil salsa, esperamos que sea de su agrado.

Coloco sobre la mesa el vino que había elegido y se volvió a retirar.

-¿Qué dirás si el coach descubre que no estás en la concentración?

-no lo hará, Daniel me cubrirá.-afirmo satisfecho.

-Pero y si se entera?

-Diré una verdad a medias: le diré que Salí por comida porque la del hotel era pésima, él me creerá, sabe que me encanta comer y siempre me estoy quejando de los hoteles.

Ella mordió su calamar apanado, y vaya que estaba delicioso.

-¿estas nervioso por la final?

-Sí, a decir verdad sí, es un equipo muy fuerte y de verdad queremos ganar.

-No se llega a la final de un torneo como este, porque el equipo sea malo, se llega a donde estamos porque somos buenos y no nos hemos cansado, hemos permanecidos en la lucha y ahora lo hemos logrado.

-¿crees que ganaremos, amor?

-Estoy segura que sí.-sonrió Carolina y tomo un sorbo del vino, vaya estaba casi tan bueno como Lukas, casi.-Pero si pierdes que importa, ya eres un campeón de todos modos, para mí lo eres.

Con la escasa iluminación Carolina pudo ver como la contemplaba Lukas, él la veía como si contemplara a la luna, lleno de admiración y delirante por su belleza. Carolina era hermosa y se había ido robando su corazón, pero cuando decía palabras como esas, su corazón latía una centésima más rápido.

El francés volvió a entrar.

-La especialidad del chef, que constituye este plato fuerte está dividido, un plato distinto para cada uno: Un delicioso pescado a la plancha, acompañado con petis poa y reducción de balsámico, para el señor y para la señorita el chef preparo un pescado en salsa de mandarina con chipotle y espárragos al vapor, esperamos que disfruten su cena.

Y lo disfrutaron, todo estaba delicioso, con razón era la especialidad del chef.

-El mozo habla sexy.-afirmo Carolina.

-¿Disculpa?-casi escupe lo que se comía Lukas, solo para responder sorprendido.

-Me gusta su acento francés mientras habla inglés, me gusta el francés, los hombres que lo hablan son sexys, quiero aprender a hablar francés.

-Oye Nena, deja de decir que otros hombres son sexys, el único que puede ser sexy para ti soy yo.-le dijo en tono de queja, cual niño pequeño que no estaba de acuerdo con su madre.-Ellos solo son un montón de franceses sin gracia. No vuelvas a decir nunca que alguien es más sexy que tu chico, eso hiere mi orgullo.

Ella soltó una carcajada estruendosa, que acaricio la cara de Luk, como el viento que corría del mar.

-Luk, tú también eres sexy, pero si hablaras francés lo fueras mucho más.-sonrió a sabiendas de que eso lo ponía celoso.-supongo que no puedes ser perfecto después de todo.

-Soy mejor que es francés o que cualquiera de ellos.-dijo gruñón.

Esta celoso, le gustaba Lukas celoso y le gustaba cuando se ponía en plan posesivo, pero hasta ahí, había un límite y en lo personal no quería que él se volviera un Christian Grey, capaz de controlarlo todo e intervenir en todo.

Una vez terminaron con el plato fuerte el mesero apareció de nuevo, con el postre.

-El postre de hoy  Fraisier de fresa con crema mousseline para el señor y un coulant de chocolate para la señorita.

-Señora.-gruñó Luk.

-¿Disculpe?-pregunto el mozo.

-Señora, no señorita. Está casada, es mi esposa.

-¡Oh! Lo siento mucho señor.-sonrió apenado.-disfruten su velada señor y señora, estaré esperando por si se les ofrece algo más.

Cuando el Camarero se marchó, carolina estallo en risas una vez más y él no pudo menos que reírse también. Terminaron de cenar y él pago la cuenta. La tomo de la mano y comenzaron a caminar bajo el maravilloso cielo estrellado de Marsella.

-¿no deberías volver, ya es tarde?

-Debería, pero no quiero. No aun, todavía debemos ir a un lugar.

Tras más o menos tres minutos de camino, llegaron a un gran monumento gigantesco con forma de arco y que tenía a cada lado un hombre de pie y justo en el medio, estaba la estatua de pie con sus brazos alzados. Ella sabía que ese era el monumento "aux morts de l'armée d'Orient et aux héros des terres lointaines" sabía que ese monumento estaba dedicado a  los muertos del Ejército Oriental y las tierras lejanas de la Primera Guerra Mundial. También llamada Puerta del Este,  era un testimonio arquitectónico del pasado colonial de la ciudad de Marsella.

-¿Qué hacemos aquí Luk?

-¿sabes por cuanto tiempo ha estado este monumento aquí?

-Ni idea.

-Fue abierto en abril de 1927, han pasado exactamente 87 años.

-Vaya eso es mucho tiempo.

-Lo es.-afirmo Luk, mientras lo miraba de cerca.-Lo impresionante es que aunque ha pasado tanto tiempo aun continúe ahí, ha visto 31700...algo de días amanecer y oscurecer y permanece ahí, inmovible, vio una guerra empezar y acabar y sigue de pie ahí, ha visto generaciones ir y venir y aún está allí de pie.

-Fue construido con buenos materiales, sus cimientos son lo suficientemente fuertes como para soportar otras décadas más.

-¡EXACTO! El truco está en los cimientos, fue construido sobre un buen cimiento y por eso ha demorado tanto.-Lukas se volteo a mirarla.-No hay manera más clara de decir esto así que solo lo haré: Carolina, eres lo que yo siempre he soñado, eres justo lo que necesito para seguir adelante, eres mi rayo de luz a cada mañana, eres las estrellas que engalana mi cielo y eres justo la que quiero ver a mi lado por siempre. Sé que a fuera hay alguien mejor que yo, y aunque suene egoísta, desde que te conocí todos los días de mi vida le ruego a Dios para que no lo encuentres y así puedas quedarte conmigo, no te merezco Caro, pero te quiero y no te quiero para un rato, no te quiero para un momento, yo quiero que seas la  "aux morts de l'armée d'Orient et aux héros des terres lointaines" de mi vida, porque te quiero como no quise antes, te quiero con tanta fuerza que me asusta y porque pretendo que te quedes a mi lado más tiempo del que ha permanecido este monumento en su lugar, no quiero solo 87 años contigo, no yo quiero toda mi vida contigo, que soportemos miles de pruebas, que veamos miles de amanecer y que siga pensando que cuando te veo el mundo se detiene y se vuelve un lugar más perfecto y bello porque tu estas en él.-soltó el aire.- y así como alguien algún día tuvo que poner la primera piedra para construir este monumento, que tiene excelentes cimientos, hoy la pongo yo, nuestra primera piedra, en lo que Dios mediante será una muy bien cimentada relación. Sé que a veces las cosas no serán fáciles, que a veces querremos huir, que a veces habrán espinas en medio de nuestras rosas,  que a veces seré insoportable porque estoy jodido de un modo retorcido, sé que tienes miedo y yo también, pero no importa yo quiero correr el riesgo, porque, porque, Yo... (Bajo los ojos tímidamente y cuanto los volvió a subir, en ellos derrochaba amor).-Me Enamore de ti, Caro.-afirmo.

A esas alturas ella estaba conmovida hasta los tuétanos, una lagrima corrió por su mejilla, estaba abrumada, pero emocionada, asustada pero feliz.

-Luk, yo...

-No llores, cielo.-la interrumpió.-no quiero que llores, quiero que me respondas mi pregunta.-tomo aire y se le veía muy nervioso.-Carolina Peitz ¿quisieras por favor ser mi novia?

Anonada, sin palabras, pero feliz solo logro asentir, asentir repetidas veces, hasta que él la fundió en un abrazo, donde dejaba de lado las inseguridades del posible rechazo de ella, ella por su parte lo abrazó con fuerzas frente al mar, jurándole en silencio que se aferraría a él con uñas y dientes a partir de ahora.

Y de repente Luk acerco su mano posándola en su mejilla, mientras sus labios cubrían los de Carolina, fue un beso suave, pero absolutamente arrebatador, la lengua de Lukas dominaba la de Carolina y con su otra mano, la paso por su cintura para a traerla hacia sí. Mientras ella hacía lo propio rodeando su cuello con su manos. Fue beso cocido a fuego lento, pero servido caliente, que hizo que todas sus terminaciones nerviosas cobraran vida y en ese instante se sintió perdida, perdida en Lukas y en lo que la hacía sentir.

Pero lejos de sentir miedo, lo disfruto.