Gracias por pasar por aquí, no olviden hacer click en el botón de seguirme por favor. ¡Ayuden a un gatito!

.

.

Fúrica, asesina de dioses

Capítulo 3: THOT

.

Cornudon abrazaba la vaina de crio-estasis donde se hallaba su esposa a la vez que lloraba a lágrima viva. No le importaba que su muy cuidada barba se desarreglase, había encontrado al amor de su vida.

―Veo que encontraste a Fherra, ¿por qué no la has despertado todavía?

―Es por culpa del condenado mecanismo de activación de la vaina.

―¿Qué hay con él?

―Se necesita mucha sangre para poder liberar los seguros, caso contrario no podría abrir la vaina.

―Eso es retorcido, pero no me extraña viniendo de los elfos oscuros. Y ahora, ¿qué vas a hacer?

―No hay más remedio, tengo que verter mi sangre en esta cosa.

―Espera un momento, ¿cuánta sangre necesita esta cosa para abrirse?

―Creo que toda la que poseo.

―Sé que deseas encontrarte con tu esposa lo más pronto posible, pero esto es una estupidez. Ya sabes dónde está, regresa con otros enanos para activar el mecanismo.

―No, no puedo, no podría separarme del amor de mi vida.

―Pero vas a morir Cornudon.

―Descuida Fúrica, ¿no te dije que al casarme con Fherra, también me convertí en un dios? No voy a morir aunque ceda toda mi sangre en esta empresa.

―Tú sabrás lo que haces Rey, no voy a detenerte.

El enano asintió, se limpió los mocos que ensuciaban su barba y bigotes y luego, se acercó al mecanismo de registro de ADN. Alzó su brazo derecho y con la otra mano se cortó las venas de la muñeca. La sangre empezó a caer sobre el dispositivo.

Cornudon al principio tuvo una pose e imagen severa, pero a medida que pasaban los minutos su rostro palideció y sus rodillas empezaron a temblar.

―Apóyate en mi Cornudon.

―Gra... gracias...

―No hables, mantén tu fuerza.

El enano asintió y luego continuó con la autosangría.

Se vertió suficiente sangre como para mantener con vida a un enano corpulento pero al final, el mecanismo que abría la vaina de crio-estasis se accionó.

Un vapor fino salía de la vaina y luego una mano delicada se asió al borde para que una grácil figura con rostro de muñeca perfecta saliese.

―Fherra... mi amor... ―trataba de decir el Rey enano mientras se arrastraba.

―¿Quién eres tú criatura? ―fue la interrogante que profiriere una voz fría como el hielo.

―Soy Fúrica, una hija del planeta Kaxian, viajo de un lado al otro de la galaxia en busca de riquezas, leche y atún. No le debo lealtad a ningún hombre, rey o diosa.

―Ya veo criatura, vamos, salgamos de esta prisión que estoy ansiosa de ver los mundos que pueblan el universo.

―¿No deberías ocuparte primero de tu esposo? Pasó por mucho para sólo encontrar tu deseo egoísta.

―Supongo que tienes razón criatura ―dijo y luego con un rápido movimiento, lanzó una potente descarga eléctrica al enano, que le quemó desde las barbas hasta la punta de su cabello.

―¡¿Qué haces maldita?! ―rugió Fúrica pero se vio inmovilizada al ser apuntada por la otra mano de Fherra, al parecer había sido inmovilizada con magia.

La elfo tomó una espada laser y con esta cortó las extremidades del enano y luego puso su cuerpo sin miramiento alguno en la vaina de crio-estasis, cerrándola a continuación.

―Listo. Ahora criatura, ¿me guiarás en este nuevo mundo o debo mostrar mi autoridad contigo?

―Uf, no es necesario tal cosa, pero antes quisiera saber ¿por qué traicionaste a tu esposo?

―No debería permitir que una cosa como tú me interrogase sobre este aspecto, pero de acuerdo, complaceré tu curiosidad como pago por haberme liberado.

―Tu esposo me dijo que fuiste secuestrada por Visghasil.

―¿Secuestrada? No, yo hui de Cornudon para fugarme con Visghasil, mi amante. Pobre enano, tan enceguecido que no podía ver más allá de su tupida barba.

―Supongo que no te gustó para nada que hayan decidido tu boda.

―Supones bien criatura... ¿Hay que ir por aquí?

―Sí. Por cierto, sí tan disgustada estabas, ¿por qué no usaste la gema de Worluf?

―Lo hice, pedí mis dos deseos.

―¿Y cuáles eran estos?

―Que toda la raza de los enanos mengüe... Y en cuanto al segundo: pedí que Visghasil tuviese un pene. Uno glorioso ya que mi pobre esposo, no me satisfacía.

La elfa se reía mientras que Fúrica maldecía por lo bajo, pero una sonrisa de lado se dibujó en su rostro gatuno al estar justo en el abismo donde encontrase a Cornudon.

Activó las bombas que llevaba el power armor del enano y la tremenda explosión subterránea atomizó toda la fortaleza y causó diversos derrumbes de hielo y rocas en los alrededores, uno de los cuales alcanzó a Fherra y la sepultó en el abismo.

―Adiós bitchie ―dijo Fúrica mientras corría a todas prisas por la ruta que se había aprendido de memoria. Al final, salió a la fría superficie; la nieve y la ventisca no señalaban que algo dramático como la aventura que tuviese la gata se produjo al interior de la tierra.

«Cuanto lo siento Cornudon, merecías un mejor destino. Hasta nunca tú, el más cándido de los reyes enanos. Ya sea en el cielo o en el infierno, espero que encuentres a alguien que sí te merezca».

Fúrica montó en su aeromotocicleta y volvió a su nave. Todavía quedaba pendiente el tema del hombre cuervo que robó la gema Worluf, pero había visto su rostro, sólo era cuestión de tiempo para hallarle.

CONTINUARÁ...

.

.

Gracias por leer, no olviden hacer click en el botón de seguirme por favor. ¡Ayuden a un gatito!