Ser uno de los mejores rescatistas del cuerpo de bomberos en la ciudad de Seúl, nunca ha dejado de ser un trabajo que Kim Namjoon, ame, sobre todo porque gracias a ese mismo trabajo es que pudo conocer a su esposo, Jeon Jungkook, quien inmediatamente y tan pronto como le vio, quedó enamorado de él y su particular forma de ser. Aunque desde luego, Jungkook no fue el único que quedó total y completamente enamorado, sino Namjoon también del mismo menor, llevándolos a ambos a salir, y a entablar muy poco después una relación; misma, que iba más allá del plano amistoso.

Claro que aquello no duró mucho tiempo, pues tanto Jungkook cómo Namjoon, pronto se dieron cuenta que querían estar el uno con el otro por lo que restará de sus vidas.

De aquella fecha en que ambos hombres se habían conocido, salido, enamorado y casado, habían pasado exactamente cuatro años, y nada, absolutamente nada, les hacía arrepentirse de aquella decisión, porque a pesar de las altas y bajas que su relación llegase a presentar, los mismos siempre lo resolverían, aun cuando el primer y único gran conflicto que habían tenido era por el ejercicio que Namjoon hacía y se veía en su cuerpo.

ㅡEstoy molesto… ㅡasegura Jungkook, no tardando mucho en formar un puchero, mientras su hermoso y encantador esposo continúa haciendo ejercicio en el mini gimnasio dentro del departamento de ambos.

ㅡ¿Qué pasa ahora Kookie? ¿Por qué estás molesto? ㅡpregunta tranquilamente el pelinegro, sin despegar su vista del frente, pero si sintiendo una mano sobre su muslo acariciarle muy lentamente.

ㅡPorque no deberías hacer tanto ejercicio ㅡhabla incipiente Kookie, viendo el cuerpo de su esposo estremecerse al irlo tocando muy cuidadosamenteㅡ. Por eso mismo las personas a las que salvas no dejan de coquetearte.

Girando su rostro con una gran sonrisa sobre sus labios, y una mirada más que alentadora, Namjoon toma asiento y sin dudar sujeta a su lindo hombre del antebrazo, sin darle tiempo para alejarse ni un centímetro de él, para así depositarlo sobre sus fuertes y largas piernas, mismas que le encantan mucho al mismo Jungkook, por más que este lo niegue.

ㅡSalvar a esas personas es mi trabajo, corazón. Sin embargo, no importa que tan atractivas o atractivos sean esas personas que rescató, pues únicamente tengo ojos para ti; para demostrarte que eres el único amor de la única persona que me interesa, sin importar cuán enojados estemos a veces por la cantidad de tiempo que le dedicó a mi aspecto físico.

Sintiéndose un poco tonto, Jungkook gira su rostro hacia Namjoon, y como si este leyera su mente, un beso corto sobre la punta de la nariz del menor le es regalado.

ㅡNo podría fijarme en nadie más que no seas tú. Eres, y siempre serás, la mejor persona que pude conocer y rescatar.

Sonrojandose tenazmente, Jungkook voltea su cuerpo completamente hacia a Namjoon, mismo que observa las orbes de su lindo Kookie agrandarse y, abrillantarse.

ㅡSé muy bien lo tonto que sueno celándote, pero… ¿Es que acaso no has visto los enormes y hermosos pectorales que tienes? ¿Lo grandes y redondas que son tus pompas? ¿Lo coqueto y tremendamente sensual que te ves con este short negro que única y exclusivamente resalta más tus muslos?

Sonriendo grandiosamente, a Namjoon le es imposible no reír, puesto que, las ocurrencias de su esposo siempre han sido las mejores, sobre todo al momento de halagarlo, cómo justo ahora se encuentra haciéndolo, al quitarle sin mayor pérdida de tiempo, la playera blanca que cubría la parte de arriba de su cuerpo y con la que Jungkook no se cansa de experimentar, dejando beso tras beso en diferentes lugares, que van desde sus pectorales hasta sus finos abdominales.

ㅡMira los moretones que tienes aquí ㅡcomienza diciendo Jungkook al pasar suavemente sus manos por los fuertes y amplios brazos de Namjoon, los cuales en efecto tienen un par de moretones, aunque no son exactamente por rescatar personas en medio del fuego incesante sino por enfrentarse al caprichoso deseo de su Kookie cuando ansia demostrarle cuánto le gusta su fornido cuerpo por medio de chupetones y una que otra mordida dulce y muy juguetona.

Deslizando cuidadosamente sus manos por las piernas de su sensual esposo, Jungkook se permite darse el grandioso lujo de rodear con mucha tranquilidad todo el cuerpo del pelinegro frente a él, tanto con sus brazos como con sus piernas, que hacen al mayor frente a él estremecer con cada dulce roce que su cuerpo recibe de su coqueto y muy galante esposo.

ㅡKookie…

Centrando Namjoon su atención en Jungkook por nada más unos segundos, él mismo se sonroja y se levanta de aquella máquina de ejercicio con su pelinegro travieso entre sus brazos, uno que de ser por él, jamás se alejaría de su lado.

ㅡ¿Te he dicho lo mucho que te amo? ㅡcuestiona Nam, mientras deja que Jeon haga una fina línea de besos, alrededor de uno de sus anchos antebrazos o al menos ahí iniciaron los besos.

Admirando a Jungkook aferrar bien sus piernas a su cintura, Namjoon sabe que jamás podrá cansarse de los hermosos halagos y detalles que Jungkook siempre tiene para él, y para su cuerpo, que hasta con el más fino toque se derrite por el menor o más bien, a causa del menor. 

Acariciando tenazmente uno de los pectorales de Namjoon con solo la yema de sus dedos, Jungkook acerca con mucho cuidado sus pulcros labios, para enseguida poco a poco ir entreabriendo su boca y morder seductoramente la parte de arriba de aquel pectoral, tardando no más de un par de segundos en dejar una leve marca roja.

ㅡTe amo mucho, pero mucho más, Kim Namjoon ㅡinforma entre pequeños roces y susurros Jungkook, dejando que cada una de sus manos explore el fuerte y marcado cuerpo de su esposoㅡ. Tanto como para no apartarte de aquel trabajo que tanto te encanta y que tanto me aterra a mí, día con día, porque de eso va el amor…

ㅡEs cierto… Pero, el amor también va de otras cosas, entre ellas realizar otras cosas un tanto peligrosas por algo menos arriesgado, pero igual de satisfactorio…

ㅡ¿Dejarías tu trabajo por mí, si es que acaso te lo pidiera? ㅡindaga un poco temeroso Jungkook, sabiendo que Nam sería capaz de eso y mucho más con tal de ver a su Kookie siempre feliz.

ㅡNo se trata de que dejaría o no por tí, porque estoy seguro de que jamás me pedirías algo así, se trata de que estoy dispuesto a hacer por mi mismo. La decisión tiene que nacer de mí, y yo, en efecto, dejaría mi trabajo un tanto peligroso porque tengas una mejor tranquilidad en tu día a día.

ㅡY en ese caso yo te convenceré de volver, porque ello es aquello que tú más amas hacer. Y no te confundas, sé bien que me amas y porque lo harías, pero yo te quiero tal cual eres, tal cuál como te conocí me gustas mucho ㅡconfiesa Jungkook, erizando total y completamente cada espacio del cuerpo de Namjoon, que con todo y mil confesiones, sus brazos se rehusaban a bajar a Jungkook.

ㅡ¿En verdad dejarías a este necio enamorado continuar ejerciendo aquel trabajo que tanto le gusta pero que te aterra?

ㅡClaro, porque me importa demasiado el necio enamorado y quiero verlo más que nada, feliz.

ㅡJungkookie, te amo demasiado y no quiero por nada del mundo qué sufras.

ㅡNammie, te amo demasiado y un tanto más, y por lo mismo no quiero que te alejes de aquello que más te gusta. Vales demasiado para mí, para nuestro divertido amor.

Riendo, Namjoon comprende porque Jungkook considera su amor divertido y es que cada chupetón y mordida sobre su cuerpo, lo comprueba.

ㅡMuy divertido amor.

Conquistando el sentimiento dentro de sus pechos, Jungkook deja que los mismos labios de Namjoon lo guíen al ya conocido mundo de la tentación, uno que lo hace sentirse feliz y extasiado.

ㅡBésame…

ㅡÁmame…

Bajando cuidadosamente a Jungkook de entre sus brazos, Namjoon mira como su hermoso Kookie deslizarse entre sus piernas, para rápido deslizar sus manos finas y amplias manos por sus oscuros shorts, no tardando más de un par de segundos en retirarlos completamente del cuerpo del mayor, dejándolo en total desnudes, aunque sin ninguna otra intención más que adorar y contemplar cada pequeño rincón de su cuerpo, porque sí, a Jungkook le encanta hasta el más fino y escondido lunar en la persona de Namjoon.

Encaminando Jungkook a Namjoon hasta uno de los sillones laterales de color crema dentro del mismo mini gimnasio, Namjoon se recuesta boca abajo en aquel bonito sillón y como si aquello fuese una señal para Jungkook, el pequeño pelinegro se inca y babea por lo hermosas y redondas pompas de las que Namjoon es dueño.

ㅡAmo demasiado tu preciosa retaguardia, Namu.

Abriendo ambas palmas de sus manos, Namjoon siente que su corazón va a salir, pues sabe bien qué es lo siguiente que Jungkook hará…

Colocando sus manos sobre las pompas de Namjoon, Jungkook sonríe contento y totalmente complaciente por saber que amasar las sensuales protuberancias traseras de Namjoon es lo mejor.

ㅡSé que amas mi retaguardia, pero, la verdadera pregunta aquí es, ¿me amas más que a ellas?

Risueño, Jungkook deposita cortos y bastos besos en ambos glúteos de su esposo, dejando por unos segundos sus encantadores gustos por el cuerpo del mayor, para así enfrentar otro de sus gustos culposos; el amor de su Namjonnie.

ㅡCreo que tengo que pensarlo. Tus pompis son uff… pero tú persona es todavía más uff…

Bromeando, Jungkook ve a Namjoon ligeramente ofenderse y levantarse del pequeño sillón para inmediatamente cargar a Kookie cuál costal de ropa y así poder llevarlo a su castigo, siempre reflejando lo divertido que es su amor.

ㅡFunny Love…

Susurra entusiasmado Jungkook, no perdiendo el tiempo para depositar un dulce beso en los carnosos labios de su Namjonnie, quien Indudablemente siempre lo haría sacar su lado más divertido.

Por y con amor.

Índigo Awards

+ Número de palabras: 1642
+ Categoría: Namjoon
+ Géneros usados: Romance, soft, leve comedia romántica.
+ Puntos extras que use: Comedia romántica.
+ Etiqueta: Chewirry