Prólogo: Funko. Una escuela totalmente anormal.

¡Es el año 1962! La economía del planeta denji está en su apogeo económico, todo esto debido a los nuevos tipos de carne que se han encontrado debido a la extensión de territorio, junto al descubrimiento de nuevos materiales. Todo esto es debido a cierto grupo de individuos conocidos como los "Meta-denji", este grupo es conocido por poseer raras mutaciones en su cuerpo que les dan desde la capacidad de amoldar sus cuerpos hasta generar elementos de su cuerpo. ¡Esta nueva generación de Denjis son usuarios de las células "D", un conjunto de poderosas células que permiten estas mismas anomalías en sus cuerpos, tan solo un 5% de la población es usuaria de esto! Por otro lado, para que estos mismos hombres y mujeres sirvan de forma óptima en un futuro a la sociedad, se les ha dado ciertas escuelas, escuelas que desde sus concepciones han guardado una rara rivalidad.

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Una suave corriente de otoño recorría aquella enorme ciudad, llevando hojas de colores azuladas consigo, mientras los árboles quedaban con lentitud sin sus hermosos vestidos, una figura humanoide caminaba con lentitud por las ajetreadas calles. Era un sujeto que no superaba el metro ochenta, pero con un una aura imponente, sus rizos dorados eran acompañados por una gorra roja doblada unos 60 grados a la izquierda. Sus azulados ojos se posicionaron sobre aquella inmensa estructura que se veía en el horizonte; unas paredes grandes, seguido de un campo desmedido que abarcaba gran número de hectáreas. En el centro, un edificio de casi 10 plantas, el cual tenía una estructura oriental.

Y así, es como el camino hacia aquella escuela que se llevaba el título de "FUNKO- Escuela de Meta Denjis".

No pasó tanto para que, finalmente el rubio se encontrase a las puertas de la institución. Esta se abrió lentamente, dejando ir un viento potente, como si las puertas del infierno congelado de Dante se abrieran. Incluso parecía que el suelo empezó a temblar, en la misma abertura que conectaba el exterior con la escuela una figura de más de dos metros salió, llevaba una camisa sin mangas dejando expuesto dos enormes brazos (mucho más grandes que el propio torso del menor) una corbata pequeña, seguido de dos piernas enormes con shorts veraniegos -algo exagerado considerando la temperatura actual- junto a bellos antiestéticos que hicieron dar nauseas al rubio.

—Soy... — El hombre pareció hacer temblar todo con su sola voz — ¡TOMO VARELA, EL DIRECTOR DE FUNKO! — el hombre acomodó sus anteojos de sol, mientras se aproximaba al muchacho, este mismo se encontraba totalmente sorprendido por aquel inusual director.

—Uhm...Soy Led Zeppelin señor Tomo — contesto el menor, mientras observaba al más alto sonriendo mientras le ofrecía pasar. En tan solo unos instantes estarían ya en la sala del mayor, el cual se sentó. Su silla era realmente grande y gruesa, incluso parecía estar hecha de acero y alguna que otra aleación, algo común sabiendo el peso de aquel mastodonte.

—Led Zeppelin, el reconocido alumno denji por sus enormes dotes...O más bien, riñas, por las cuales te han expulsado de... ¿5 escuelas?

—8, 8 escuelas — contestó el futuro alumno.

—Ya veo...Tus padres no están presentes por lo que veo

—Suelen estar asi de ocupados, además que usted mismo les aviso que no había problema si yo mismo venía a hablar con usted...

—Bueno... —el hombre sin ninguna clase de vergüenza empezó a fumar un habano. El humo se extendió por toda la habitación — un alumno como tú, particularmente tiene toda mi atención...

—Porfavor señor Tomo...— El adolecente acomodo el guante que traía en la mano zurda — Creo que se fija en pequeñeces, después de todo usted debe toparse con alumnos de mi tipo todo el tiempo, ¿o me equivoco?

En ese momento hubo un choque de miradas. Led con sus ojos verdes contra el aura que expulsaban los intimidantes ojos del más alto, el cual terminó por esbozar una sonrisa después de unos momentos. Llevó sus manos a su nuca y rió un poco.

—Me agradas...Empiezas mañana.

—No se arrepentirá...— tras aquello, el rubio acomodó su gorra y se dio la vuelta. Sabía que aquella escuela no era de menos...Pues de hecho, tenía la reputación de recibir a los peores denjis que las escuelas no lograban controlar. Incluso después de salir de aquella escuela, sentía la mirada del director, fija en su espalda, causándole cierto temor.

Se limitó a suspirar y a proseguir su camino, la aguardaba largo día maña