Si quiera de respirar el mismo aire que mueve tu cabello cuando caminas apurado para ir a la escuela o al trabajo. De conocer las diversiones que ya no tienes o de nacer si quiera en tu mismo año. No tuve la suerte de vivir cerca de tu calle, ni esa suerte de otros de caminar por tu cuadra. No tuve la suerte de muchos que te conocen o llegaron a verte, no tengo el placer de saber a que huele tu cabello o por lo menos el shampoo con que lo lavas y das cuidado. No imagino el color de tus ojos o de tu piel, si será canela o será como la suave leche. No se si miras tu reloj cada cinco minutos esperando que no se te haya hecho tarde. No tuve la suerte de mencionar tu nombre en voz alta, mientras pasaba lista en la escuela. No tuve la suerte de mirar la misma programación que tu. No tuve la gracia de mirar tu risa y como otros decir, es horrenda, no podría comparar algo que jamás e escuchado, ni dar fe de algo que quizá no exista. No me aferro a la idea de que puedas o no caminar por ahí, en alguna calle, lluviosa, soleada, en alguna calle tranquila o en el ajetreo de la ciudad. Me emociona conocerte, saber que puedo hallarte en alguna calle cuando yo miré de la nada hacia arriba y por lo menos, me tope con una mirada rápida. Me emociona y a la vez me deprime, estas lejos, o cerca, o ya no estas, puede que vivieras en otro tiempo que el mío, y si nos escribíamos cartas, estoy segura que me sería imposible entender tu letra. Quiero creer que amas la música, que amas el rock y el jazz y que quizá nuestro día de encuentro sea por todo eso. No quiero creer que amas lo que yo, por que ya no quiero encontrarme con más personas iguales a mi, quiero que haya más como tu, que no sé quién eres, que estás siendo un cambio entre los cánones de lo establecido. No se si llamarte sociedad, pero eres parte de alguna. Espero y hables mi mismo idioma, por que no ser así, perdería tiempo en aprender el tuyo para así decirte, al final de la espera, es todo un gusto, ¿Cómo has estado?. Y aún sin decirte hola o pedirte la hora, o permiso para pasar por el pasillo, me enfrento a la abrupta idea del adiós, por que la noche siempre precede al día, y es inminente decir hasta mañana. No tuve la suerte, es cierto, pero no puedo esperar una señal, o eso, suerte, que no les llega a todos, como a mi que tw estoy esperando. No sé si puedo hacer que suceda ¿Dónde comenzar a buscar si no es debajo de mis ojeras cunado te pienso cada noche?. No sé si vas a llamar o voy a encontrarte, quizás tenga o no la suerte de conocerte, quizá si, quizá no, quién sabe más que el destino, que es el que tira los dados y pone la bala en la ruleta, qué pasará mañana, quizá sea suerte encontrarte uno de estos días, mientras espero, y estoy distraída, y tu pasas, como si nada.