Caja Vacía
La caja está vacía. La teoría dice que uno sabe la respuesta hasta que se habrá la caja, y así son exactamente mis sentimientos, o lo fueron, y ni siquiera tuve que abrir la caja, vi lo que había, estaba vacía. Completamente vacía y así esta mejor. Fue egoísta pensar que la caja blanca, que estaba abierta en medio de la sala de color verde, estaba vacía, pese a que todos vimos, nos acercamos, rezamos y llenamos de agua bendita. Cuando mis realidades ponían algo en la caja te vi a ti, te quedaste dormida y parecía que ibas a despertar. Me dolió maquillarte, me temblaban las manos, y es que esa era en cerio la última vez. Después de eso no quise entrar a mirar de nuevo, y me daba confort pensar que te habías ido como siempre hacías, en silencio, con los zapatos en la mano y hacia algún lugar que ni tu sabías. Me dolió no verte caminar. Un hombre necesita sus piernas para recorrer el mundo que le fue dado, aquello a lo que venimos a vagar, a a prender mientras nos perdemos. Y a ti ya no te dejaron seguir. Te lloramos, y lloramos, casi una tarde hasta que recordamos cosas que hicimos contigo, entonces volvimos a ser feliz, como si estuvieras aquí. No puedo creerlo, nadie, es que tendrías que entender que te vimos bien y, luego ya no estabas. Nos convencimos de forma bonita que ya no estabas y recordamos como nos sacaste alguna vez a perder por las calles de la ciudad, como si conocieras, tus miedos a los juegos de la feria donde a pesar de todo, te quedabas horas. Amar, también es dejar ir, es regresar promesas y decir, ya no te preocupes, todo estará bien, es no sujetar a ti, si no, quitar la cuerda, y mirar como se va, pero jamás olvidar. "Amar es dar lo que no se tiene" era solo una reminiscencia de algún recuerdo del paraíso perdido de nuestra infancia. Y tal como Lacan decía, eso pasó, dejamos eso, nos soltamos de eso para dejarla ir. Muy de vez en cuando volvíamos solo para darnos valor. Tuvo un propósito, pese a su corta vida, para muchos, el propósito fue ser su amiga, nos juntó despes de muchos años, a los que ni nos conociamos. Le lloraron muchos arrepentidos, y se pavonearon como si fuera alfombra roja, estaban expiando sus culpas por no visitarte, por faltarles al respeto a esa tu casa, a tu pobre madre, te lloraron, y tus amigos, los que te conocíamos solo los veíamos, a los indecentes, ya era tan tarde. Estábamos honrados. Agradecidos, unos más que otros. Te dejamos ir, te llevamos flores. Y lloramos por que somos de carne y hueso, un corazón de ojalata, de piedra o de cobre, habría hecho lo que otros, darse la vuelta y no mirar, cerrar los ojos, mentirse reconforta, pero a la larga, nos abre los ojos y nos clava la verdad a la fuerza. Cuando me acerqué por última vez, solo hice una cruz sobre una caja vacía, pinte a la nada sobre el aire, por que así fue, la caja estaba vacía por que a fin de cuentas te habías ido, ya te tocaba, te lo merecías, ahí ya no te duele y esa caja blanca hueva, mi corazón desgarrado, mis recuerdos encendidos como tiizón es a medio fuego, y tu lejos de aquí caminando, con una sonrisa, en paz, por que tu no debes nada. Dichosa que estás tranquila, desdichados nosotros sin ti, con miedo de olvidar tu voz, y sin esperanzas de formar nuevos recuerdos. Es que, de vez en cuando recuerdo como se oían tus pasos al salir, o tu voz, tu risa, quiero abrazarte, en vez de escribirte, yo quiero abrazarte, una vez más como cuando eramos niñas y repetias todo lo que decía para terminar con un "somos gemelas". Ahora tengo que escribrite estas cosas, cuando quisiera no escribirte nada, los abrazos y todo eso, ya quedaron en el pasado, no habrá más de nada de eso, ni sentarte a mi lado. Ahora esas tres sillas están vacías, y nadie llena tu espacio. Que dichosa fui al conocerte, al conocerlos, al reirme contigo, caer contigo, jugar contigo, ahora no sabes como extraño cuando íbamos tarde a pintar en la jardinera. Hacerme a la idea de que ya no estas, es tétrica, temo que me vayas a penar una noche cuando me quedo sola, o cuando me baño en la mañana, y todo esto solo por que temo que sea en cerio esa la despedida. Me dolió maquillarte por última vez por que ese era mi dolor más que mi miedo, la última vez, pero te regresé la promesa de que iríamos a comprar maquillaje a esa tienda nueva, te la regresé para que no creyeras que tenias algo pendiente conmigo y así te fueras en paz. Un día antes de tu partida olí ti perfume, ya no caminabas por aquí hacia mucho, y te olí como cuando pasabas con tu pantalón corto, tus labios rojos, tu cabello despeinado. No se para que sigo escribiendo, ya no tiene objeto, nunca me leíste y ahora no lo harás. Quiero dejarte ir tranquila, por que ya te lo mereces. Dichosa tu que estas en los cielos, como el aire y las aves libres como tu, y que tristeza y desdicha de los que nos quedamos sin ti, atrapados en la tierra que parece el infierno y el cielo, en mi corazón y mil líneas donde todavía vives, te quiero como el primer día, pese que a fue el último.
A Karla, mi prima que murió...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro