Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

PARTE ÚNICA 🔞

Hoy era un día como cualquier otro, la luz del sol se colaba por entre los grandes edificios pero el frío seguía presente. Recientemente habían entrado en la época de otoño, por lo cual los árboles ya empezaban a desprender sus hojas anaranjadas, creando así una alfombra de ese color por todas las calles.

Con un par de audífonos en sus orejas y su teléfono en mano, Jungkook caminaba despreocupado hacia la escuela mientras escuchaba el opening de algún anime yaoi que había visto el fin de semana. Afortunadamente vivía a pocas cuadras de su lugar de estudios, por lo que no tenía la necesidad de correr o andar apurado.

Pero oh, sorpresa. Tal parece que tendría que hacerlo.

De reojo pudo ver cómo una figura muy bien conocida venía corriendo hacia él. Se dio la vuelta unos segundos, sólo para ver cómo su mejor amigo Taehyung casi se cae al tropezar con la acera.

No tuvo que pensarlo mucho, recobró su postura, agarró con fuerza su teléfono e inició una maratón de carreras en la que Taehyung no estaba participando.

—¡Hey! ¡Vuelve acá, Kook!— eso sólo lo incitó a correr más rápido.

Se preguntarán ¿Por qué Jungkook huiría de esa manera de su mejor amigo? Bueno, la respuesta es muy sencilla.

Jungkook es fundashi y Taehyung un cabrón de primera.

No detuvo su carrera hasta llegar a la escuela, allí se escabulló por entre la cantidad de estudiantes que había por los pasillos y llegó hasta su aula. Sólo entonces se permitió respirar con tranquilidad, miró la hora en su celular, notando que ya faltaban ocho minutos para que el timbre de inicio de clases sonara y el profesor entrara por la puerta.

Sacó su cuaderno de química y sus lápices, esperando pacientemente y rezando porque Taehyung llegara tarde o por lo menos, después de que el profesor entrara.
Pero al parecer la suerte no estaba de su lado hoy.

—Jeon Jungkook, explícame ahora mismo porqué dejaste a tu mejor amigo del alma tirado en plena calle— el castaño dejó su maletín en su pupitre, caminó hasta el del azabache y se sentó en el que quedaba frente a él, aprovechando que el dueño de aquel asiento aún no llegaba.

—Hola Taehyung— saludó no muy animado —Y lo siento, es que quería llegar rápido a la escuela.

—¡Mentira, saliste corriendo apenas me viste!— lo apuntó de manera acusatoria.

Rodó los ojos. Taehyung podía ser su mejor amigo, pero esa tampoco era razón suficiente como para dejarse molestar por él cada dos segundos. ¿Ah, no me creen? Sólo esperen.

Luego de que las emociones se calmaran, Taehyung sacó su celular y empezó a jugar una partida de Geometry Dash. Agradeciendo esto, Jungkook se permitió sacar el suyo para poder ver al menos un pedazo del capítulo ova que le faltó por ver anoche.

Colocó los audífonos por precaución y dio click al vídeo.

Cinco. Cinco fueron los segundos que Jungkook alcanzó a contar antes de que Taehyung despegara su vista de su propio celular y se pegara a él como un chicle para ver qué estaba viendo.

—Wah, bro. Qué asco, eso es para niñas— Jungkook tuvo que guardar rápido su teléfono debido a que el comentario de su mejor amigo fue escuchado por algunos en el salón.

—Cállate, idiota— se quitó los audífonos —Además el yaoi no es para niñas. En primer lugar, si una niña viera esto, se traumaría, esto es para adolescentes— Taehyung arqueó una ceja diciendo en silencio "¿Es en serio?", pero optó por no decir nada por el momento —Y segundo, los hombres también tenemos derecho a ver esta clase de animes.

—Ajá claro, si son hombres a los que les gusta ver cosas para chicas— el castaño tuvo que retirarse rápido para que el puño de Jungkook no quedara encajado en su mejilla —Es que... Vamos amigo, ni siquiera mi hermana ve esto— le arrebató el teléfono y lo encendió para mostrar el fondo de bloqueo, en el cual salían Takato y Junta, ambos del anime Dakaretai otoko.

—¡Dame mi teléfono, cabrón!— se levantó para quitárselo, pero lastimosamente, Taehyung dejó caer el celular por el susto y éste cayó de pantalla contra el suelo.

Silencio.

Todos en el salón voltearon a ver el aparato estrellado contra el suelo. Las miradas fueron de soslayo entre Taehyung y Jungkook, los cuales no pudieron evitar tragar grueso por el miedo.
Con las manos temblorosas, el menor de ambos se agachó para tomar su celular del suelo. Rezó la única oración que se sabía apenas lo tuvo en sus manos, le dio vuelta y se quedó estático.

—Jungkook yo... Lo siento.

No respondió nada.

La pantalla se había roto por todos lados, por lo que apenas era visible lo que se reflejaba en ella.

En el salón se escuchó un "Uhh" por parte de los demás estudiantes. Todos estos esperaban ver una pelea, inclusive algunos habían sacado sus celulares para grabar el acontecimiento, pero se quedaron con las ganas.
Al contrario de lo que cualquier persona haría, Jungkook no golpeó a Taehyung, simplemente guardó su teléfono en el bolsillo de su uniforme y se sentó en silencio en su pupitre.

Taehyung se quedó perplejo. Honestamente ya se había preparado para la golpiza de su vida, por lo que la actitud de su mejor amigo lo descolocó por completo.
Sin embargo, antes de que pudiera formular alguna pregunta, el profesor de química entró al aula y todos los estudiantes corrieron hasta sus respectivos asientos.

Mientras la clase era dictada, Taehyung de vez en cuando volteaba a ver hacia atrás, tenía un atisbo de esperanza de que el menor siquiera lo determinara o al menos le dedicara una mirada de odio, pero ni eso. Jungkook no despegaba su vista del cuaderno, aún cuando el profesor explicaba alguna ecuación de estequiometría en el tablero.

Tuvo que aguantar eso durante tres horas seguidas y cuando el timbre del descanso resonó por la escuela, Jungkook se apresuró en empacar sus cuadernos en su maletín y fue el primero en salir del aula.

Ahora sí la había regado.

Cuando la jornada de clases terminó, todos los alumnos salieron del lugar y emprendieron marcha hacia sus hogares.
Jungkook como de costumbre, se fue caminando solo, pero esta vez por motivos diferentes: No quería ver el rostro de Kim Taehyung ni en pintura.

¿Qué se creía ese? ¿Que tenía todo el derecho de arruinar su celular? Pues no, existían límites y Taehyung ya había cruzado los suyos.

Pero cuando pensaba que todo no podía ir peor, unos pasos apresurados en su dirección le hicieron darse cuenta de que el responsable de su enojo venía siguiéndolo.

—Kook, por favor escúchame— el castaño lo alcanzó y empezó a caminar a su lado —Yo de verdad lamento mucho haber destrozado la pantalla de tu teléfono— al no obtener respuesta y darse cuenta de que el azabache nuevamente lo estaba ignorando, se mordió el labio temeroso de haber hecho enojar de verdad a su mejor amigo —Te lo voy a pagar ¿Sí? Le diré a mi papá lo que pasó y estoy seguro de que me va a dar dinero para comprarte un nuevo teléfono— detuvo su disculpa al ver a Jungkook hacer un gesto de negación con su mano.

Él no quería eso, el problema era con Taehyung, su padre no tenía porqué pagar los errores de su hijo.

—Olvídalo Taehyung y déjame solo— apresuró el paso hasta llegar a su casa.

Una vez allí, abrió la puerta con la copia de la llave que él poseía y entró, pero justo cuando iba a cerrar, el pie de Taehyung se colocó en medio y no lo dejó hacerlo.
Frunció el ceño ante el acto tan infantil, si bien el castaño solía hacer esta clase de cosas para hacerlo reír, ahora mismo no le causaba ni pizca de gracia.
Hizo presión en la puerta esperando que el dolor hiciera a Taehyung retirar su pie, pero lo único que logró fue escuchar un "crack" y un grito por parte del mayor.

Abrió sus ojos asustado y dejó de hacer presión en la puerta inmediatamente. El castaño ahora mismo estaba tirado en el suelo mientras sostenía su tobillo con fuerza y cerraba sus ojos de la misma forma.

—Dios mío, yo... ¡Lo siento mucho!— se agachó rápidamente para cargar sobre su espalda el cuerpo del mayor y así entrarlo de manera más fácil a la casa.

Taehyung ayudó un poco para no poner todo su peso sobre él y cerró la puerta con su mano libre. El azabache lo cargó hasta el sofá y allí lo sentó con cuidado.

Estaba asustado, él no quería lastimar a su mejor amigo, sólo quería que lo dejara en paz. Con miedo se agachó y tomó el tobillo de Taehyung para examinarlo, ganándose un grito para nada bajo por parte de éste.

—Maldita sea, no grites así que me aturdes— se quejó, sintiendo un pitido en el oído.

—Lo siento es que... Me duele mucho— admitió avergonzado de estar formando un escándalo, pero en realidad su tobillo dolía demasiado.

—Está bien, no te preocupes. Iré por un botiquín. No te muevas.

Salió corriendo hacia el baño donde sus padres mantenían los botiquines de emergencia. Sí, botiquines, en plural.
Los padres de Jungkook eran enfermeros, así que mantenían esta clase de cosas en abundancia, no les gustaba la idea de que faltara algún medicamento o gasa, por lo que generalmente habían tres o cuatro botiquines repartidos estratégicamente por toda la casa.

Con uno de ellos en mano, regresó a la sala y se sentó en el suelo, justo en frente del castaño. Abrió el botiquín y luego se dirigió al mayor.

—Voy a quitarte el zapato, no vayas a gritar.

Inmediatamente, Taehyung llevó un cojín a su boca y lo mordió, haciendo a Jungkook tragar en seco al haber malpensado aquel acto.

—B-bien— sacudió su cabeza y volvió a concentrarse. Con cuidado, desató las agujetas del tenis y apartó éste con toda la delicadeza del mundo. Afortunadamente no lastimó a Taehyung en el proceso, por lo que procedió a quitar su calcetín.

Solamente hizo un gesto de mínimo dolor ante ello, apartó el cojín de su cara y miró directamente al azabache.

—¿Estás seguro de lo que estás haciendo? No quiero perder mi pie, ni nada por el estilo.

Jungkook rodó los ojos —Claro que sé lo que hago, papá me enseñó a tratar un tobillo torcido. Sólo relájate y verás que acabo pronto.

Taehyung sólo se dejó hacer y se mantuvo lo más quietecito posible. Luego de algunos minutos, Jungkook vendó su pie y puso un ganchito para que el vendaje no se moviera de su sitio.

—Vaya, para ser mi primer tratamiento, lo hice bien.

—¡¿Qué?! ¡¿Quieres decir que experimentaste conmigo?!— Taehyung alzó su pierna para ver su tobillo, exagerando en su reacción con el único fin de molestar un poco al menor.

—No seas dramático, además no es que haya experimentado contigo, ya lo había hecho con mi papá para practicar... La única diferencia es que él no tenía el tobillo torcido.

Sino fuera porque en verdad había hecho un buen trabajo, le habría formado alguna escena de dramatismo sobreactuado. Pero luego recordó la situación en la que estaban y al parecer, Jungkook también lo hizo.

Éste último carraspeó incómodo antes de volver a hablar.

—Con un simple gracias, me basta.

—Ah, s-sí. Gracias— hizo una venia con su cabeza y se quedó en silencio con la mirada gacha.

El ambiente se había tornado incómodo, Jungkook fue a devolver el botiquín a su lugar y regresó a la sala, sentándose en un sillón algo alejado del sofá.

Luego de unos minutos, Taehyung ya estaba harto del incómodo silencio, por lo que decidió poner algún tema de conversación.

—Emm... ¿Y tus papás dónde están? No los he escuchado— volteó a ver a todos lados. Apenas se daba cuenta de que no los había visto en todo el tiempo que llevaba allí.

—Están en el hospital— respondió de manera desinteresada —Esta mañana dijeron que debían hacer algunos turnos y atender a algunos pacientes en la tarde, por lo que posiblemente no lleguen hasta la noche.

Taehyung simplemente asintió comprensivo.

Pero hasta allí llegó la conversación, Jungkook no quiso seguir hablando y Taehyung no encontró algún otro tema para hablar.
Después de unos minutos ya se empezaba a aburrir, hasta que vio cómo el menor se levantaba en silencio y subía las escaleras hasta su habitación. Por un momento creyó que lo había dejado solo y aquella era una invitación silenciosa a que se retirara, pero descartó la idea al momento de verlo bajar nuevamente con un computador portátil en sus manos.

—Espero que no te moleste, pero quiero terminar de ver el capítulo que no me dejaste ver en clase— escupió con un deje de molestia en su voz, por lo que el castaño se limitó a dar un asentimiento con su cabeza y a quedarse callado para dejar de molestar a su mejor amigo de una buena vez.

Jungkook agradeció el gesto en silencio y se dispuso a ver en total calma el ova de Sekaiichi Hatsukoi.

Al principio todo iba bien, es decir, Taehyung guardó silencio por lo que parecieron diez minutos, pero después de ese tiempo se aburrió tanto que decidió saltar en su pie sano hasta llegar a Jungkook y acomodarse a su lado. Éste le brindó una mirada asesina, por lo que rápidamente se excusó.

—Sólo quiero saber porqué te gustan tanto estas cosas, es todo— Jungkook crispó sus labios en clara señal de desconfianza, pero al final lo dejó acomodarse a su lado para que vieran el capítulo juntos.

El sillón era algo grande, así que cabían los dos sin ningún problema. El azabache se sentó al estilo indio y acomodó su computador en sus piernas para tener mayor comodidad, Taehyung sólo recostó su cabeza en el hombro contrario y trató de poner atención.

Llegada a una escena, el castaño se sobresaltó y miró alarmado a Jungkook.

—¡¿Le dio agua con su propia boca?!— el menor rodó los ojos y dio pausa al vídeo.

—Sí ¿Por qué?

—Por nada. Es que...

No lo hagas, Taehyung...

—Yo...

Estás advertido.

—¡Pienso que eso es de verdad cursi, parece un anime de niñas!

Lo hiciste.

Tal vez Jungkook pudiera parecer la persona más tranquila en estos momentos, a excepción de la vena que se había marcado en su frente y sus puños que se cerraron con fuerza. Taehyung supo que la había regado otra vez, pero la diferencia es que ahora mismo no estaban rodeados de alumnos gritones y curiosos.

Estaban solos.

Lo que significaba que Jungkook podía actuar con total libertad. No quería hacerlo... Bueno, ¿A quién engañaba? Quería hacerlo desde hace mucho tiempo para darle una lección a su mejor amigo, pero se había abstenido de hacerlo por respeto.
¡Al demonio! Taehyung no lo respetaba, ya era hora de que alguien le diera una lección que jamás olvidaría.

—Kook, yo...— el azabache se levantó en silencio y caminó hasta su habitación, volviendo segundos después con dos camisas algo viejas —¿Qué vas a hacer con eso?

No obtuvo respuesta, el menor sólo le hizo una seña con su cabeza para que se levantara del sillón.
Con cuidado de no lastimarse, hizo lo pedido y mantuvo el equilibrio en su pie sano, tambaleándose un poco. Jungkook se acercó peligrosamente a él y le dio una mirada que le hizo erizar cada vello del cuerpo.

—Date la vuelta.

Tenía miedo de hacerlo, pero más le daba miedo desobedecer a un Jungkook enojado, por lo que hizo lo pedido y esperó un próximo movimiento.
El menor dejó una de las camisas en el sofá y con la otra, amarró las muñecas de Taehyung detrás de su espalda.

—¡¿Qué estás hacien-?! ¡Mmg!— la otra camisa fue a parar a su boca. El menor la había enrollado y colocado como una especie de mordaza improvisada.

Con los ojos abiertos como platos, observó como el azabache tomaba su portátil nuevamente y tecleaba un par de cosas en él.
Pasados unos segundos, dio click a algo y colocó el portátil en una esquina del sofá.

Santa mierda.

Taehyung sabía que esa era una página para adultos, podía deducirlo por el logo que se situaba en una esquina.
Miró con terror al chico delante suyo, lo primero que se le cruzó por la mente fue que el menor tal vez lo obligaría a ver porno gay o algo por el estilo.

Hubiera deseado que fuera sólo eso.

Jungkook se quitó su camisa sin despegar la mirada de Taehyung, lo cual le terminó de confirmar que había cometido un grave error al provocar a su mejor amigo, pero antes de que pudiera salir corriendo —saltando—, éste lo sostuvo con fuerza y lo tiró al sofá, acomodándolo boca abajo y sometiéndolo con el peso de su propio cuerpo.

—¡Mmg hmg!— trató de escabullirse pero Jungkook se lo impidió.

—¿Tú crees que el yaoi es cosa para chicas? Pues te contaré algo— se agachó hasta quedar a la altura de su oreja —Los fundashis podemos hacer algo que las fujoshis no— hizo una pausa —Nosotros sí podemos hacer yaoi.

Acto seguido, dio click al botón de reproducir, dejando ver un anime desconocido para el castaño, pero sólo bastaron pocos segundos para descubrir de qué se trataba.

¡Suéltame, bastardo!

Lastimosamente para él, todas sus peticiones quedaban ininteligibles a los oídos del chico arriba suyo. Lo único que pensaba era en salir de allí o su pobre culito sufriría las consecuencias, las imágenes que pasaban solo lo convencían más de eso.
No supo el nombre del anime hasta minutos después.

Sensitive pornograph.

Miró con horror todo lo que sucedía sin poder apartar la mirada, Jungkook le estaba sosteniendo la mandíbula para que no pudiera desviar su atención de la pantalla.
Sin perder tiempo, el de cabello azabache desabrochó el cinturón del pantalón ajeno y bajó el mismo, dejándolo a la altura de sus tobillos.

—¡Hmmg!— el castaño logró voltear su cabeza y mirar a su mejor amigo, con los ojos suplicante le pidió en silencio que le quitara la mordaza.

Para su buena suerte, Jungkook se compadeció de él y accedió a tal cosa, apartando la camisa de su boca y dejándola colgada a cuello.

—Gracias...— se tomó unos segundos para respirar —¡¿Pero qué demonios estás haciendo?!— preguntó alterado una vez abasteció de suficiente aire sus pulmones.

—¿No es obvio? Voy a darte una lección, Taehyunggie el apodo con que lo había llamado le hizo erizar cada vello del cuerpo.

—Bro... Sabes que soy virgen, yo... No quiero perder mi virginidad así— pidió con los ojos llorosos, esperando que de esa manera pudiera ablandar el duro corazón de su mejor amigo.

No era lo único que estaba duro.

—Lo siento, TaeTae— bajó la ropa interior del susodicho, dejando a la vista las esponjosas nalguitas que se cargaba —Pero debiste pensar en eso antes de meterte conmigo.

—¡Te lo pagaré!— gritó en un último intento por no salir violado de allí —Yo mismo me encargaré de pagar tu teléfono, te compraré uno nuevo... ¡Uno mucho mejor! Pero por favor no me vayas a hacer esto— cerró sus ojos con fuerza, los gemidos que provenían de la pantalla no eran de mucha ayuda en estos momentos.

Jungkook pareció pensarlo, cosa que alivió un poco a Taehyung, pero luego negó rápidamente y fue en ese entonces donde el castaño se dio cuenta de que jamás debió haber abierto la boca.

—Tienes que encargarte de esto— el mayor miró por sobre su hombro, sólo para ver el miembro erecto de Jungkook que sobresalía de la pretina de su pantalón.

—¡Me niego! ¡No quiero!— trató de escabullirse, pero nuevamente, el peso de Jungkook sobre él se lo impidió.

Éste soltó una risa burlona —No sé porqué piensas que escapando de mi agarre podrás librarte de esto— hizo una pausa para observar el cuerpo que tenía debajo suyo —Sólo mírate, estás semidesnudo y con un tobillo torcido, aparte de que mis padres no llegan hasta la noche— miró la hora en el portátil, dándose cuenta de que eran apenas las dos y cuarto —Tenemos toda la tarde para divertirnos.

Sin darle chances de responder, con una mano volvió a colocar la mordaza en la boca contraria para no seguir escuchando sus súplicas e intentos por evadir su responsabilidad. Se iba a vengar de su mejor amigo como sólo lo había hecho en sus sueños más húmedos. ¿A quién le mentía? Le traía unas inmensas ganas a su mejor amigo, tal vez hasta sentía algo por él, pero la única razón por la que había callado sus sentimientos era por su insoportable actitud y su incapacidad por mantener la boca cerrada.

Con desesperación bajó sus pantalones, sacando del bolsillo de éstos un pequeño sobre dorado —que también había sido bajado de su habitación cuando fue por las camisas—, bajó su bóxer y masajeó un poco su miembro para endurecerlo más.

Taehyung estaba hecho un manojo de nervios, nunca en sus diecisiete años de vida se imaginó que su primera vez sería de esta manera. Tal vez, en medio de sus tantas divagaciones, alguna vez se imaginó como sería tener sexo con su mejor amigo. Es decir, todos lo han hecho ¿Verdad?
Pero esto es totalmente diferente a como lo había pensado.

Con algo de dificultad volteó a ver a Jungkook, abriendo sus ojos como platos al darse cuenta de lo bien dotado que éste estaba. Ahora que podía ver su pene en todo su esplendor se daba cuenta de que no dejaba nada qué desear, mínimo debería tener unos veintitrés centímetros allí abajo.

De nada serviría rogar o tratar de huir. Era un hecho, ese día perdería su virginidad.

Se estremeció un poco al sentir cómo el menor subía un poco su camisa y restregaba su propio miembro sobre su espalda, esto con el único fin de que lo pudiera sentir y se preparara para lo que venía.

—Lo vas a disfrutar mucho TaeTae... Te haré gemir como el protagonista, lo prometo— se inclinó hacia él y empezó a dejar besos húmedos por toda la piel que quedaba expuesta de su espalda, ocasionando que el castaño se estremeciera y bajara la cabeza.

Al carajo. Si lo iba a violar, por lo menos no le daría el gusto de ver su horrendo anime, mucho menos de gemir como el chico que en estos momentos estaba siendo follado por su pareja.

Al no recibir ni siquiera un sonido de garganta como respuesta, el menor destapó el paquete con los dientes y se colocó el condón con cuidado.
Llevó tres de sus dedos a su propia boca y empezó a chuparlos con vehemencia, haciendo que se viera supremamente morboso ante los ojos de Taehyung, quien para ese momento lo había vuelto a mirar por curiosidad.

No era que se sintiera ansioso, sólo quería saber qué estaba haciendo, pero cuando lo vio, sintió inmediatamente cómo su propio miembro se erguía y se pegaba a su abdomen.

No quería disfrutarlo, no lo haría ¿Verdad? Esto era totalmente incorrecto, no había forma de qué...

—¡AH!— aunque su grito salió amortiguado por la mordaza, aun podía escucharse. La piel de su nalguita izquierda ardía como el infierno, pero, aunque no lo dijera en voz alta y no quisiera admitirlo ni para sí mismo, le había gustado.

Jungkook sonrió mostrando su característica sonrisa antes de repetir la acción con la otra nalguita. Sus manos habían quedado tatuadas en la piel contraria y no pudo evitar pensar que era la obra de arte más hermosa que había visto.

Sin perder más tiempo, llevó el primer dígito a la fruncida entrada del  mayor, tanteó un poco para relajarlo y luego lo introdujo. Taehyung mordió la camisa que le impedía hablar, callando todos los quejidos que querían salir de su boca, pero era algo casi imposible cuando no podía evitar hacer sonidos con su garganta. La sensación era incómoda, se sentía raro como el dedo del menor se movía en círculos dentro de él.

Calló un grito cuando el segundo dígito fue introducido, Jungkook empezó a hacer movimientos de tijeras para dilatarlo más, embistiendo de vez en cuando. Taehyung creía que no podía aguantar más dolor hasta que sintió cómo su interior era desgarrado, producto de un tercer dedo.

Como pudo se deshizo de la mordaza para gritar.

—¡Demonios, Jungkook! ¡Esto duele!— se removió tratando de sacar los dedos del susodicho, fallando en el intento.

—Claro que duele, Tae. Es tu primera vez, pero pronto va a empezar a sentirse mejor, lo juro.

—No quiero que me jures nada...— sorbió su nariz —Sólo quiero que deje de doler— su voz se escuchaba quebrada, tanto, al punto de que el azabache se inclinó para verlo y asegurarse de que en realidad estaba llorando.

Sí lo estaba.

Algo se removió dentro de él, tampoco quería hacer sufrir a Taehyung, osea sí pero no.
Quería darle una lección, pero el hecho de que se llevara un recuerdo tan malo de su primera vez no estaba en sus planes.
No, haría las cosas bien. Sí se vengaría, pero por lo menos se encargaría de que a Taehyung no le doliera.

—Ya, ya, lo siento— trató de tranquilizarlo —No te va a doler ¿De acuerdo? Voy a ser suave.

Taehyung asintió y susurró un "Está bien" antes de agachar nuevamente su cabeza para tratar de soportar el dolor.

El menor dejó varios besos en su cuello y unos cuantos en sus mejillas, con su mano libre, acarició la piel de su abdomen y de vez en cuando jugueteó con sus pezones, todo esto para distraerlo del dolor y así poder prepararlo mejor.
Para su buena suerte, el mayor se dejó hacer y sólo se dedicó a mantenerse quieto y recibir los mimos por parte suya. Poco a poco, fue acostumbrándose a la sensación, empezando a soltar gemidos suaves en una clara invitación al menor a que diera el siguiente paso.

Éste rápidamente captó la indirecta y más tardó en entenderla que en sacar sus dedos del interior de Taehyung.
Éste dejó salir un jadeo por el vacío, pero que rápidamente fue sustituido por el glande del azabache.

—Avísame si duele— fue lo único que dijo antes de empezar a hacer presión con su miembro para irse adentrando en ese caliente y apretado canal, que ahora tenía a su completa disposición.

Taehyung ahogó un gemido de dolor, mordiéndose el labio inferior con tal brusquedad al punto de maltratarlo. Dolía, vaya que dolía como el infierno. Podía sentir cómo su interior era desgarrado cada vez más adentro, lo peor es que veía por sobre su hombro a Jungkook y éste seguía metiendo su excitación como si ésta no tuviera final. A Taehyung le desesperó pensar en esto último.

—¿Ya casi terminas?— cuestionó, agradeciendo al cielo el no haber titubeado.

—Ya casi— le confirmó —Sólo relájate otro poco, puedes ver el anime si quieres— sugirió con una sonrisa inocente.

Puff. Si claro, como si eso me fuera a hacer sentir mejor.

Sin embargo, desvió su mirada hacia la pantalla porque en realidad no tenía otra cosa en qué distraerse. Al menos agradecía que en estos momentos, nada turbio estuviera pasando. Los personajes sólo charlaban en un bar sobre cosas que Taehyung no entendía mucho.

Sólo bastó un par de minutos para que hubiera un cambio de escena, en el cual se veía a ambos llegar a la casa del mayor bastante borrachos. Hubo un tropezón y los dos cayeron al suelo, uno encima del otro.

¿Es en serio? Qué cliché.

Pero contrario a lo que él esperaba que sucediera, el seme no besó al uke. El muy atrevido cambió las posiciones, metió su mano debajo de la camisa contraria y empezó a acariciarle los pezones.

¿Qué rayos?

Como si Jungkook también estuviera prestando atención a lo que sucedía en la pantalla, llevó su mano derecha a uno de los pezones del mayor y empezó a acariciarlos tal cual sucedía en el anime. Taehyung se sobresaltó y no pudo evitar soltar algunos gemidos bajitos por el placer que aquello le provocó.

Sin dejar de acariciarlo, el menor llevó sus labios a la nuca del castaño para dejar besos húmedos allí, ocasionando que éste temblara y su piel se erizara otra vez.
Se sentía preparado, la entrada de Taehyung ya se había acostumbrado al enorme tamaño del miembro contrario y ahora no dejaba de enviar corrientes eléctricas por todo su cuerpo en busca de más placer.

Con su cara ardiendo por la vergüenza, susurró algo alto para que el menor pudiera escucharlo.

—Y-ya puedes m-moverte.

Esa fue la luz verde para que el azabache se incorporara, sacara su miembro casi por completo y luego volviera a meterlo de golpe.

Los ojos del castaño se fueron hacia atrás y su boca se abrió en grande para soltar un gemido bastante alto.

—¡Mierda!— se desesperó por tener sus manos atadas detrás de su espalda, sino fuera así, ahora mismo se encontraría arañando la tela del sofá.

Jungkook sonrió victorioso de haber conseguido hacer gemir a su mejor amigo. Con el ego por lo alto, volvió a repetir la acción una, dos y tres veces.
Inició con un vaivén algo rápido, sintiéndose en el mismísimo paraíso por la agradable estrechez del mayor.

Esto era muchísimo mejor que en alguno de sus tantos sueños, esto era real y se sentía mil veces más placentero de lo que imaginó.

Taehyung estaba prácticamente en las mismas, aunque se juró a sí mismo que no gemiría ni vería el anime, ahora mismo estaba gimiendo desenfrenadamente mientras veía cómo los personajes estaban teniendo sexo. Aquel estímulo visual sólo lograba volverlo más loco de lo que ya estaba por las constantes estocadas que le daba el menor.

—¡A-ah Jungkook! ¡Suéltame! Necesito tocarme... ¡Ah!— podía sentir cómo su miembro goteaba, manchando de presemen las finas telas del sofá.

—Nah-ah, no quiero correr riesgo de que huyas. Si te vienes, va a ser solamente a causa de mi pene— llevó sus manos a ambas nalgas y las separó, observando con morbo cómo su miembro se perdía entre aquel pequeño agujero —Sss ahh, si pudieras ver lo que estoy viendo Tae... Esto es delicioso.

Tomó fuertemente sus caderas y empezó a embestir más rápido y brusco, sintiendo su glande tocar un punto profundo dentro del mayor.
No fue sino hasta que escuchó a Taehyung gemir tan alto que se dio cuenta qué estaba profanando.

—¡Ahí! ¡Dame ahí, Jungkook-ah!— rogó entre gemidos agudos, sintiéndose desvanecer por el placer tan grande que estaba experimentando.

Pero esto era un castigo y al parecer a Taehyung se le había olvidado.

Inmediatamente, el azabache dejó de embestir profundo y se dedicó únicamente a hacer movimientos circulares con su miembro, desesperando al castaño.

—N-no... Por favor sigue... No quiero esto, quiero que me sigas embistiendo— se iba a morir de la vergüenza. Sino fuera porque de verdad necesitaba liberarse, no estaría rogando porque lo penetrasen.

—Lo lamento tanto, Tae... Pero resulta que aún me debes recompensar por lo que dijiste— se burló un poco, viendo cómo el mayor lo miraba con los ojos llorosos.

—Pero ya me estás follando ¿Qué más quieres?— preguntó desesperado, el movimiento circular en su entrada no ayudaba en nada.

—Quiero que te arrepientas de lo que dijiste hace rato— le propinó una nalgada —Si quieres que te siga embistiendo, debes hacerlo.

Taehyung negó. ¿Quién se creía? De ninguna manera haría tal cosa.

Sin ninguna vergüenza, tomó impulso con sus rodillas y empezó a auto-penetrarse, moviendo sus caderas para provocar al menor y que así accediera a follarlo.

Pero por mucho que éste quisiera hacerlo, no lo iba a follar hasta que el mayor no le pidiera por lo menos una disculpa. Aún se sentía ofendido, tanto por lo moral como por su celular. Tal vez pareciera infantil, pero las condiciones habían sido puestas sobre la mesa y de ninguna manera daría su brazo a torcer.

Por su parte, Taehyung sentía que ya no iba a aguantar más, aunque se estuviera dando placer a sí mismo, no era igual a que Jungkook lo embistiera, eso era mucho más placentero.

Seguramente se arrepentiría de esto más tarde.

—E-está bien, lo diré— miró a Jungkook, quien enarcó una ceja esperando —El yaoi... N-no es cosa para... Chicas— lo había dicho, esperaba que con eso tuviera suficiente.

—¿Y?— el tono burlón del azabache lo estaba haciendo molestar.

—Aish, esta bien— rodó los ojos —Y te voy a comprar un celular nuevo.

Jungkook sonrió complacido. Volviendo a tomar impulso para seguir embistiendo como hace unos minutos.

Me las vas a pagar, Jeon Jungkook.

Su orgullo estaba herido, pero al menos estaba sintiendo de nuevo ese placer tan grande que le hizo echar sus ojos hacia atrás.

El olor a sexo podía sentirse por toda la casa, los sonidos obscenos que resultaban del choque de pieles, los gemidos que provenían de la pantalla y los jadeos y gruñidos de ambos eran la combinación perfecta. Taehyung mordía con fuerza su labio inferior, causando que brotara un poco de sangre de éste. Se sentía tan cerca que hasta este punto no veía la necesidad de tocarse para llegar.

—Tae...— la voz de Jungkook se hizo más ronca, logrando excitarlo más de lo que ya estaba. Al recibir una afirmativa de que lo estaba escuchando, decidió proseguir —Te quiero mucho, idiota.

Taehyung rió entre gemidos antes de responder —Yo también te quiero, maldito bastardo.

El menor sonrió complacido por la respuesta. Se inclinó hacia él e hizo que lo mirara, aprovechando la posición y sin dudarlo, unió sus labios en un beso deseoso y necesitado, introduciendo su lengua en la cavidad bucal contraria sin dejar de embestirlo con fuerza. El mayor correspondió gustoso al beso, dejándose llevar por la exquisita sensación mientras escuchaba lo que sucedía en el anime.

Se sentía cerca, podía sentir un cosquilleo en la parte baja de su abdomen y podía intuir que Jungkook también lo estaba, lo sabía porque las embestidas pasaron a ser más rápidas que nunca y los gemidos que el menor soltaba sólo delataban lo cerca que estaba de llegar al clímax.

En un rápido movimiento, el menor lo levantó, pegando su espalda a su pecho sin dejar de embestir ni por un segundo.

—¡V-voy a correrme!— avisó el castaño, no pudiendo aguantar más y dejando salir disparada su esencia, la cual fue a parar a la pantalla del computador.

Al ver esto, el menor no pudo más. Volvió a poner a Taehyung en su antigua posición y siguió embistiendo otro poco antes de sacar su miembro, quitar con rapidez el condón y volverlo a penetrar para correrse en enormes cantidades en su interior.

Cerró sus ojos con fuerza, sintiendo cómo su corazón quería salirse de su pecho. Se le quedó viendo al mayor con la respiración agitada, apreciando cómo su semilla escurría por entre sus nalgas y se deslizaba por sus piernas.

—Joder— jadeó cansado, saliendo del interior de Taehyung antes de soltarle las muñecas y acostarse sobre él.

El anime ya había acabado y ahora sólo se escuchaban las respiraciones agitadas de ambos. Sentían cómo si hubieran corrido una maratón y una fina capa de sudor cubría sus cuerpos. Jungkook alcanzó su portátil y lo colocó con sumo cuidado sobre el suelo. Se levantó y le dio la vuelta a Taehyung para verlo a la cara.

Tragó grueso. El mayor tenía sus mejillas teñidas de un color carmín bastante intenso, sus labios estaban rojos de tanto que los había mordido, sus ojos acuosos por las lágrimas tanto de dolor y placer. Era una perfecta obra de arte que sólo él tenía la suerte de apreciar.

Taehyung por su parte, no podía pensar con claridad en nada. Las lágrimas le nublaban la vista y su corazón le aporreaba la caja torácica. No podría decir que su primera vez fue un fiasco, pues eso sería una completa mentira. Ahora más que nunca agradecía haber tirado el teléfono de Jungkook al suelo.

—Kook... Estoy cansado.

Aunque no lo viera bien, el menor le dedicó una sonrisa antes de acostarse sobre su pecho. Con su dedo, empezó a dibujar figuritas abstractas sobre la piel de Taehyung, enviándolo así a los brazos de Morfeo.

La pantalla del portátil se apagó por inactividad. Jungkook dio una ojeada a todo el desastre que habían hecho, si su madre viera que su mejor amigo y él mancharon de semen su preciado sofá, seguramente lo desheredaría.

Después se encargaría de limpiar, ahora sólo quería descansar y dejar dormir a Taehyung un poco. Con tal, aún tenían varias horas para hacerlo antes de que sus padres llegaran.

Cuando la noche cayó, ambos jóvenes ya habían limpiado la sala y el portátil del menor. Aunque prácticamente la mayor parte la hizo Jungkook ya que Taehyung tenía muy poca movilidad a causa de la torcedura en su tobillo.

Tal vez, no sólo por la torcedura.

Después de ayudar al castaño a darse un baño y darse uno él mismo, el azabache cambió el vendaje de su pie y le sentó en el sofá con varios cojines al rededor.

Sobra decir que cuando llegaron los señores Jeon y vieron a Taehyung así, malpensaron todo, pero no dijeron nada. Ya después bombardearían de preguntas a su hijo.

Para suerte de Taehyung, la madre de Jungkook revisó su pie para asegurarse de que su hijo hubiera hecho correctamente el vendaje. Al asegurarse de que así era, felicitó al menor y le recetó unas pomadas a Taehyung para que él mismo se echara todas las noches y así acelerar su recuperación. También lo llevó unos minutos al hospital donde trabajaba para que le dieran un par de muletas mientras su tobillo sanaba y de una vez, fueron a la farmacia a comprar las pomadas. Las de su casa se estaban acabando así que aprovechó para comprar bastantes.

A eso de las ocho, la madre del castaño fue a recogerlo y pagó por los cuidados que tuvieron con su hijo. Obviamente éste tuvo que mentirle al explicarle cómo se había torcido el tobillo para no salir regañado de allí, aparte de que tuvo que aguantarse el infernal dolor de trasero para no levantar sospechas.

Jungkook se había vengado y lo había hecho bastante bien.

—Ah, por cierto, mamá— llamó su atención mientras aún iban en el auto —Por accidente rompí el celular de Jungkook y tengo que pagárselo.

—¡Kim Taehyung!

Al día siguiente todos se sorprendieron al ver al castaño llegar en muletas a la escuela, aparte de que tenía una mejilla roja, producto de la cachetada que le dio su madre por haber roto algo que no era suyo.
Algunos hicieron teorías conspirativas y regaron el chisme de que Jungkook se había agarrado a golpes con Taehyung a la salida de la escuela. Algunos inclusive dijeron que los habían visto pelear, pero esto era solamente para hacer más picante el rumor.

El azabache fue el primero en levantarse de su pupitre para ayudar a Taehyung a sentarse, lo que ocasionó que el chisme perdiera fuerza, pero a su vez iniciara otro.
Los chicos dijeron que Jungkook estaba arrepentido de la paliza que le dio a Taehyung, mientras que las chicas estaban rumoreando que ambos se habían hecho novios el día anterior.

Dijeran lo que dijeran, ninguno de los dos estaba prestando atención a lo que decían los demás, estaban demasiado ensimismados como para importarles algo que no fuera ellos mismos.

Jungkook estaba preocupado y se sentía culpable, sino fuera por él, la madre del castaño no lo hubiera golpeado de esa manera. Iba a decirle que lo dejaran así y que él mismo se compraría un celular nuevo, pero sus intenciones se vieron arruinadas cuando vio al mayor sacar de su maletín una caja ni tan mediana ni tan pequeña.

—Te compré el mismo que tenías... Papá no me dio para más— bajó la cabeza y le entregó la caja con el celular nuevo a su mejor amigo.

Éste la tomó y dejó un besito en la frente del mayor.

—Lo siento por hacerte pasar por esto, no era mi intención.

—Descuida— alzó su mirada y le sonrió cálidamente —Después de todo, ni me dolió— confesó refiriéndose a la cachetada, ocasionando que el menor soltara una carcajada.

Ninguno escuchaba como las chicas gritaban de la emoción por verlos así de juntitos.

Jungkook sostenía la mejilla de Taehyung y daba caricias con su pulgar sobre ella. Lo que habían hecho ayer no se les borraba de la mente y no sabían con exactitud qué sería de su relación de mejores amigos de ahora en adelante, lo que sí sabían era que no se alejarían el uno del otro por nada del mundo.

—Taehyung— llamó su atención luego de un rato.

—¿Mmg?

—¿Todavía piensas que el yaoi es solamente para chicas?

FIN

¿Cómo están? ¿Sí les gustó?

Espero que sí porque tardé varios días escribiendo esto ^^"

Por si lo notaron o se lo preguntaron. Sí, este fanfic está inspirado en el meme que coloqué en la multimedia.

Gracias por el apoyo de antemano, nos vemos en una próxima obra, cuídense mucho 💖

©AlejaDeMin

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro