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CAPÍTULO DÍEZ.

POV; Paul

Estábamos en la entrada a la frontera a través del bosque, Embry Call estaba con nosotros, el chico se había transformado anoche, Sam no quería traerlo, después de todo todavía era demasiado temprano para que él estuviera en presencia de otras personas, especialmente un vampiro, pero Embry parecía bien controlado.

Estábamos en nuestra forma humana, Sam dijo que este Cullen probablemente solo quería hablar sobre la llegada de Leonor a la Reserva. Y por lo que dijeron Harry y Billy, Carlisle era el Doctor Cullen, el pacífico y amable. Para que no buscara peleas.

Me puse nervioso cuando recibí su llamada, significaba que Leonor había dicho algo sobre mí, y aunque el vampiro era mi enemigo natural, él era el padre de mi impronta para todos los efectos.

Jared estaba a la derecha de Sam, yo estaba a la izquierda de Sam y Embry estaba a mi otro lado. Volvimos la cabeza al mismo tiempo cuando escuchamos el sonido de pasos suaves y un olor desagradable.

Era imposible no arrugar la nariz cuando el olor del vampiro nos alcanzó, pero también olí el dulce aroma de Leonor. Dos segundos después estaba del lado de su tratado y no pude evitar pensar en Leonor.

Si no fuera por su piel pálida y sus extraños ojos dorados, fácilmente podría pensar que era el padre biológico de Leonor.

El cabello rubio me recordaba un poco y algunos rasgos como su mejilla y nariz también le recordaban. Leonor era de hecho similar a los Cullen, y odiaba admitirlo ante mí mismo. Al menos ella era similar a su padre.

Sam dio un paso adelante presentándose al vampiro.

- Sam Uley. - murmuró y noté que Carlisle también se acercaba, me di cuenta de que Sam sería realmente cordial.

- Carlisle Cullen. - el Doctor se presentó en una postura impecable y perfecta. Vampiros estúpidos. - Me gustaría hablar de mi hija, Leonor. - directo al grano.

- Leonor es bienvenida aquí en Reserva. - informó Sam y vi al vampiro asentir, sus ojos dorados me miraron. - Ella es humana después de todo. - me di cuenta de que Sam solo dijo eso para que el vampiro desviara su atención de mí. Porque era obvio que sospechaba algo. - Ella siempre puede venir cuando quiera. - agregó el alfa.

- No pensé que solo fuera por eso. - Vampiro burlón, sus ojos todavía estaban puestos en mí, ¿cómo sabía que yo era el tipo que le respondió la llamada? - Tú debes ser Paul. - asentí, todavía tratando de entender cómo lo sabía, estaban Jared y Embry con nosotros, podrían ser ellos. - Huelo el leve aroma de Leonor en ti. - pude notar una ligera molestia mientras hablaba.

¿La olió en mí? Era leve como él dijo, ni siquiera yo mismo lo sentí. Miré a Jared y él pareció respirar profundamente, hizo una mueca debido al olor del vampiro pero luego asintió, mirándome, su olor estaba algo impregnado en mi.

Sus ojos dorados se volvieron hacia Sam.

- No vine aquí como un vampiro enemigo suyo. - ampezó. - Vengó como un padre preocupado por su hija. - lo entendía y envidié a Leonor. Sabía exactamente por qué ella lo amaba y admiraba tanto.

Vino a hablar con nosotros porque temía por la seguridad de su hija, ni siquiera podía enojarme con él, ¿cómo podría culparlo por estar preocupado por su hija?

- No le haremos daño a su hija. - dije prontamente y él asintió. No parecía convencido de la respuesta y supe que había algo más.

- Sé que no la lastimarías, y eso ni siquiera es por el tratado. - murmuró. - Espero que no lastimes a mi hija. - su atención estaba completamente puesta en mí. Me moví incómodamente y miré brevemente a Sam.

- No lo haré. - asintió nuevamente, sus ojos examinándome cada vez más. Reprimí las ganas de gruñir.

Había algo más ahí, no era sólo una preocupación normal, ¿era porque era un cambiaforma? Quería poner los ojos en blanco ante eso, puedo garantizar que era más seguro para ella vivir conmigo que con sanguijuelas.

Pero entonces el recuerdo del rostro de Emily vino a mis pensamientos, parpadeé con fuerza para alejar esos pensamientos, no la lastimaría así.

Pero yo era un lobo inestable, me costaba controlarme.

¿Terminaría lastimándola?

Mi lobo quiso liberarse en ese momento, negando que le haría daño, y allí me prometí que me controlaría cerca de ella.

- ¿Hay algo más doctora? -cuestionó Sam queriendo terminar con todo.

- Si esta conversación pudiera quedar solo entre nosotros lo agradecería, Leonor no sabe que vine y mucho menos mi familia. - entonces Leonor no estaba al tanto de que su padre estuviera con nosotros. -Creo que si algún día mi familia necesita saber algo, será de Leonor, no de mí. - nuevamente sus ojos estaban puestos en mí.

- No hay problema, Doctor. - dijo Sam, manteniendo su voz alfa y cordial. No sería bueno tener una pelea ahora mismo.

El hombre pálido se despidió de nosotros y desapareció entre los árboles.

- Vaya, ya estás conociendo al padre de tu novia, qué rápido Paul. - puse los ojos en blanco ante las palabras de Jared y Sam nos miró.

- Billy y Harry tenían razón, Carlisle es alguien muy noble. - estaba claro que mi alfa no quería decir eso pero era imposible negarlo.

El doctor vampiro era en realidad muy sofisticado.

- ¿Es el padre de tu novia? -preguntó Embry. _ Ni siquiera sabía que estaban saliendo.

- No tengo citas, ella es mi huella. - él asintió, conocía algunas de las impronta debido a que Jared y Sam compartieron un poco en sus mentes en nuestra forma de lobo.

- Y es padre adoptivo. - Embry frunció el ceño y asintió.

- Aún no estan saliendo. - Jared sonrió después de toda la tensión debida al olor del vampiro y su presencia.

La empujé pero no dije nada, tal vez algún día sería mi novia.

- En un momento u otro lo sabrán. - dijo Sam hacia mí y yo solo asentí.

Sabía que algún día los Cullen se enterarían de mi huella en su hija. Pero sinceramente, para entonces Leonor ya sería mía.

Novia, amiga o lo que quisiera. Sería lo que ella quisiera.

[°°°]

POV; Leonor

Tan pronto como desperté el olor a comida invadió mis fosas nasales. Me levanté de la cama confundida, ¿cómo terminé aquí?

Pronto la conciencia se apoderó de mí y recordé que me había dormido después de una rápida conversación con mi padre.

Bajé las escaleras frotándome los ojos y vi a mamá venir hacia mí. Sonreí sin mostrar los dientes y dejé que la mujer me abrazara.

Extrañé su cariño. Y en este momento solo quería un abrazo de esos que solo ella sabe dar.

- ¿Llegaste hace mucho tiempo? - pregunté entre un bostezo, mamá se rió.

- Más o menos. - ella respondió besando la parte superior de mi cabello. - Tu papá tenía que hacer algunos recados y yo ya estaba en camino, así que te preparé algo de comer. - noté que mamá parecía preocupada.

- ¿Qué hizo papá? - cuestioné con curiosidad, dejando sus brazos.

- No lo sé. - suspiró y noté que decía la verdad, eso era extraño, papá siempre le contaba todo. - Ven, la comida está lista. - ella sonrió y juntas fuimos a la cocina.

Me senté en la silla y miré el plato de lasaña frente a mí, era solo para mí.

Mamá me sirvió y se sentó a mi lado. Mientras esperaba que se enfriara un poco recordé la conversación que tuve antes con papá y sus palabras.

- Mamá. - llamé y tomé un sorbo del jugo, sus ojos dorados me miraban fijamente. - Quizás, sólo quizás, conocí a alguien. - noté su expresión de sorpresa, que pronto cambió a una de alegría.

- ¿Tal vez? - estaba claro que estaba conteniendo su sonrisa. - ¿Y quién sería? ¿Uno de tus amigos?

Sonreí nerviosamente y me llevé un bocado de lasaña a la boca. Tragué lentamente mi comida mientras pensaba qué decir.

- No.- dije sin mirar su cara en forma de corazón. - No es de la escuela. O la ciudad. - tomé otro sorbo del jugo y la miré, solo viendo sus ojos cerrarse en rendijas mientras pensaba. - Es de la Reserva.

Hablé rápidamente pero sabía que como era un vampiro y tenía un gran oído, mamá lo había entendido.

- ¿Uno de los niños Quileute? - asentí, todavía sin mirarla. - ¿Fuiste entonces a la Reserva? - asentí de nuevo. - Le dije a tu padre que irías.

- ¿Sabías? - ella sonrió.

- Sabía que algún día lo harías, cariño, y está bien. - añadió al ver mi mirada. - ¿Y cómo es él? - sonreí, claro que mamá sería la más tranquila con todo esto.

- Bueno, es amable conmigo y guapo. - me sonrojé al verla sonreír. - Nos conocimos hace unos días y bueno, fue como una conexión extraña. - Mamá sonrió ampliamente.

- Ah, sí, lo entiendo. - era como si ella realmente entendiera.

- Tenemos una reunión mañana. - lo solté de inmediato, ahora necesitaba más que nunca la ayuda de mi madre. Y odiaba alargar las cosas.

Sus ojos se abrieron y sonrió aún más.

- Ay, qué maravilloso. - Mamá se levantó de su silla y caminó hasta el otro extremo de la mesa. - ¿Adónde irán?

Dejé el tenedor y me detuve a pensar, no lo sabía.

- No tengo ni idea. - respondí. Mamá asintió. - ¿Me puedes ayudar? Ya sabes, con la ropa.

- Por supuesto que sí. - ella sonrió y pareció pensar en algo, pareció tener una conversación consigo misma y luego me miró. - Pregúntale adónde van y luego solucionaremos el tema de la ropa.

- Gracias mamá. - sonreí en su dirección, volviendo a comer.

- Ahora cuéntame más sobre él. -volvió a sentarse a mi lado queriendo saberlo todo.

Mamá siendo mamá.


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