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CAPÍTULO CINCO.

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— ...Y entonces vi a Edward. — Bella terminó de contarme sobre su viaje al cine con Jessica y quedé en shock, estábamos en su habitación sentadas en su cama mientras intentábamos hacer nuestra tarea.

— ¿Qué quieres decir con que viste a mi hermano? — dejé caer el cuaderno sobre la cama y la miré confundida, ella suspiró, dejando caer sus materiales también y me miró avergonzada.

— Se me apareció, sé que es una locura, al fin y al cabo está lejos, pero lo vi Nora, vi a tu hermano. — parpadeé, debí llevarla a un psicólogo cuando tuve la oportunidad, ahora está delirando. — Era... como un fantasma, no podía tocarlo, sólo oí su voz y lo vi. — mis ojos se abrieron, la falta de mi hermano en su vida la está volviendo loca.

¿Yo también sería así? Dios, necesito encontrar un médico urgentemente. Tal vez llame a papá más tarde.

— ¿Estás viendo cosas Bells? ¿Alucinando a mi hermano? — me acerqué a ella, viendo su rostro sonrojarse. — Bells, ¿por qué se te apareció mi hermano? ¿Qué hiciste?

Ella me miró con horror pero pude ver la vergüenza en sus ojos, Bella había hecho algo de lo que se arrepentía.

— Me subí a una moto. — murmuró, seguí mirándola esperando a que terminara la frase. — De un chico que no conozco.

— ¡Isabella! — exclamé, ¿cómo podía estar tan loca? — ¿Estás loca? Podría ser un asesino o algo peor. — dije aterrada, la más baja solo se estremeció pero necesitaba reprenderla. — Escucha Bells, no vuelvas a hacer eso nunca más, ¿vale? Si quieres hacer locuras y montar en moto, está bien, tienes mi apoyo, pero no te subas a la moto de extraños ni hagas nada con extraños. ¿Me entiendes? — le pregunté y ella asintió.

— ¿Esl significa que puedo andar en motocicleta? — fruncí el ceño, ¿qué haría Bella ahora?

[°°°]

Estábamos frente a una casa donde había dos motos, estaba lloviendo pero ayudé a Bella y al chico cuyo nombre no quería recordar a poner las motos en la camioneta de Bella.

El chico dijo que no cobraría nada por las motos, después de todo eran viejas y agradeció a Bella por llevárselas, diciendo que si madre se quejaba por las chatarras.

Fuimos a mi casa porque le dije a Bella que tendría que cambiarme de ropa o me enfermaría.

— ¿Dónde quieres reparar las motos? — le cuestioné después de entregarle una blusa.

— Tengo un amigo mecánico, espero que entienda de motos. — ella respondió y yo asentí, indicándole que me dijera el nombre de su amigo. — Es Jake, Jacob Black, vive en la Reserva.

Suspiré, conocía a Jacob, parecía un buen chico, pero su papá claramente me mataría si supiera que puse un pie en la Reserva.

— ¿Bells? — llamé a la chica y me senté en el sofá. — No creo que pueda ir contigo. Ella me miró confundida. — ¿Recuerdas lo que dijo una vez tu amigo? Los Cullen no van a la Reserva. — le recordé, Bella me preguntó una vez por qué mi familia no podía ir a la Reserva, yo solo me encogí de hombros sin saber la razón.

— Pero creo que eso sólo se aplica si es un vampiro Cullen. — susurró la última parte a pesar de que estábamos solas.

— No quiero arriesgarme Bells, tampoco quiero traerle problemas a mi padre. — dije y la chica asintió. Ella se sentó a mi lado y nos quedamos un momento en silencio. — Bells, ve con tu amigo, estaré bien sola, ayudaré a Angela a elegir un regalo para Ben, parece que se acerca su cumpleaños y ella me pidió ayuda. — murmuré y después de mucha insistencia Bella se fue hacia la Reserva Quileute.

[°°°]

Amaba a Angela Weber, la chica era amable y amigable, ni siquiera sé cómo podría soportar a Jessica y Lauren.

— ¿Crees que le gustará este libro? — me preguntó la más alta y yo asentí, por lo que sabía del chico, le encantaban los libros y las películas.

— Estoy segura que sí Ang, y como se lo regalarás tú, le gustará aún más. — ella sonrió y se dirigió hacia la sección de envoltorios de regalos, seguí mirando otros libros.

Cuando salimos de la librería fuimos directos a un snack bar, yo tenía hambre y Ángela  también.

Comimos y hablamos de todo y nada al mismo tiempo, eso de Ángela me gustaba, podíamos hablar de varios temas y si yo no quería hablar de uno, ella rápidamente sacaba otro tema. La morena era alguien en quien podías confiar.

Cuando llegué a casa, casi anocheciendo, vi que tenía un mensaje de Bella en mi celular, me tiré en el sofá y respondí.

"Jacob sabe mucho de motos, me va a ayudar a arreglar ambas, ojalá pudieras venir aquí, pero parece que va a ser imposible, incluso hablé con Billy, el padre de Jake, pero parecía nervioso y dijo que lo pensaría. Creo que sabemos la respuesta."

"Al menos lo intentaste Bells, no te preocupes, cuando no estés con Jacob podemos salir a caminar, ¿no? Y no te preocupes por mí, creo que volveré a ir a Port Angeles a comprar cosas para mi casa, diviértete y ten cuidado".

Dejé mi celular en el sofá y fui a la cocina, necesitaba cocinar algo.

Los días pasaron y Bella parecía más radiante cada vez que nos veíamos, su amistad con Jacob era grande, volví a ver al chico cuando fuí a la casa de Bella a estudiar, realmente fue muy agradable. También noté que parecía más musculoso que la última vez que nos vimos, pero ignoré el hecho, tal vez era genética o estaba tomando algo.

Bella había ido a la Reserva y yo iba a su casa a dejarle el almuerzo a Charlie. Entré y lo vi en la sala, mientras miraba la televisión.

— Hola Charlie. — sonreí en su dirección.

— Nora, ¿cómo estás? Bella no está allí. — informó acercándose a mí.

— Yo estoy bien y tu? Lo sé, sólo vine a dejarle el almuerzo que pidió. — susurré yendo a la cocina con él siguiéndome.

— No era necesario Nora, me las arreglo en la cocina. — levanté una ceja en su dirección y negué con la cabeza.

— Bueno, ya lo hice. — me encogí de hombros y comencé a prepararme para irme.

— ¿No te quedarás a almorzar? — negué su pregunta.

— Ya almorcé, no te preocupe Sheriff, de hecho creo que voy a la casa de Ángela. — dije y Charlie asintió, cuando ya casi estaba en la puerta me llamó.

— Bella olvidó su abrigo y tal vez regrese tarde, sé que es mucho pedir pero ¿podrías llevarlo a la casa de Billy? — me quedé en silencio, oh mierda, cómo podría decirle a Charlie que no podía porque tenía prohibido ir a las tierras de los Quileute.

— Ni siquiera sé dónde vive Billy. — respondí, no queriendo ir allí.

— Bueno lo llamo, y le pido que envíe a alguien a la entrada de la Reserva, ¿sabes cómo llegar a la entrada? — asentí. — Bueno, lo llamaré ahora.

Y sin dejarme hablar caminó hacia el teléfono.

[°°°]

Y ahora estoy aquí, en mi auto, dirigiéndome hacia Reserva con el abrigo de Bella en el asiento del pasajero.

Charlie dijo que Billy enviaría a dos chicos a la entrada, donde el hombre de silla de ruedas le dio dos opciones: dejarles el abrigo de Bella o ir a la casa de los Black con los dos chicos.

Sabía que Billy quería que eligiera la primera opción, después de todo, simplemente me dio otra opción gracias a Charlie.

Tan pronto como llegue al girar, pisé el freno rápidamente. Los dos idiotas que me impedirían entrar a la Reserva estaban en medio de la calle, sin camisa y con los brazos cruzados.

Tiré del freno de mano y resoplé con enojo, podrían haberme matado y yo podría haberlos matado. Los analicé mientras aún estaban dentro del auto, ambos eran muy altos, probablemente más de seis pies de altura, con cabello corto, rasgos similares y piel marrón rojiza, igual que Jacob.

Creo que tenían una genética similar. Ambos también eran muy musculosos.

— Dios mío, estos chicos están tomando esteroides. — murmuré dentro del auto y me quité el cinturón de seguridad, agarré el abrigo de Bella y salí.

Cerré la puerta y caminé hacia ellos, no los miré, por alguna razón su tamaño me intimidaba.

— ¿Eres amiga de Bella? ¿Quién traería el abrigo? — preguntó el de la izquierda, yo solo asentí. — Bueno, entonces nos llevaremos el abrigo.

Rodé mis ojos, los músculos debieron haber arruinado toda su educación.

— Bien, soy Leonor Cullen y estoy muy bien, gracias por preguntar chico cuyo nombre no sé, después de todo no quería ser un poco cordial. — dije sin dejar de mirar a chico, él se rió, mirando a su amigo y yo hice lo mismo.

El chico de la derecha ya me estaba mirando, parecía aburrido pero tan pronto como sus ojos se centraron en los míos sentí algo extraño en el estómago, parecía en completo shock y fascinación.

— Mierda. — escuché la voz del chico de la izquierda pero estaba muy lejos, me sentía como si estuviera dentro de una burbuja.

Analicé mejor sus rasgos, ojos marrones que sostenían un brillo extraño al mirarme, las cejas pobladas y oscuras, el cabello corto y lacio, la boca delgada y roja, la nariz un poco grande y la mandíbula apretada.

Ni siquiera me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que la sentí escapar entre mis labios en un profundo suspiro. Vi los ojos del moreno bajar a mi boca y sentí mi corazón acelerarse.

¿Porque sentía esto? ¿Por qué me sudaban las manos y por qué mi corazón estaba acelerado? Sus ojos marrones volvieron a los míos, lo vi respirar pesadamente y luego fruncir el ceño confundido y exhalar aliviado.

— Soy Paul Lahote. — murmuró sin dejar de mirarme, extendiendo su mano hacia mí. Lo miré sorprendida pero le estreché la mano.

— Vaya, tú también estás caliente. — dije y el chico maleducado empezó a reír descaradamente. Lo miré confundida y Paul lo miró enojado.

— Lo siento. — murmuró, poco a poco dejando de reír. — ¿Cómo es eso también? — cuestionó después de que su ataque de risa cesó. Me sonrojé.

— Bueno, el otro tipo que salvó a Bella también era caliente, es decir, su piel. — susurré y luego me di cuenta que seguía sosteniendo la mano de Paul, lo solté y noté un dejé de tristeza en sus ojos, probablemente todo en mi cabeza. Sentí un vacío tan pronto como solté su mano. — Creo que se llamaba Sam.

— ¿Uley? — preguntó Paul y yo asentí. Cada vez que mis ojos se encontraban con los suyos sentía como si estuviéramos entrando en una burbuja, era extraño y al mismo tiempo pacífico.

— No pareces una Cullen. — susurró el chico cuyo nombre aún no sabía y lo miré enojada, me dolía cada vez que decían aquello. Odiaba esa frase, odiaba cuando decían que no parecía una Cullen.

Odiaba cuando mucha gente — especialmente en las escuelas — decía que no parecía una Cullen por la sencilla razón de que no era tan hermosa como mis hermanas. O tan inteligentes y elegantes como ellos.

Noté como el chico, Paul, me miraba preocupado por mi reacción pero yo estaba demasiado enojada para deducir si era real o si todo estaba en mi cabeza.

Fueron muchos años de acumulación escuchando esa frase y viendo las miradas burlonas en mi dirección, simplemente dejé que mi cuerpo actuara por sí solo.

Solo escuché el sonido de mi mano abofeteando la cara del chico y Paul alejándome.

— Idiota. — le dije al chico desconocido y luego tiré el abrigo de Bella en dirección a Paul, me separé de sus cálidos y fuertes brazos y caminé hacia mi auto sin siquiera mirar atrás.

Pero escuché a Paul llamarme por mi nombre, o eso creo.

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