Capítulo 9: ¿Imaginación o verdad?
Entro a la habitación de mamá y noto una corriente detrás de mí, el sudor empieza a invadir mi cara y mis manos comienzan a temblar, trago la bilis que asciende por mi garganta y lo único que se oye es el aire que cierra de golpe las puertas de la casa y el palpitar de mi corazón. Me doy la vuelta lentamente para encontrarme con el oscuro pasillo, mis piernas están clavadas en el suelo y mi cuerpo congelado en la posición en la que me encuentro. Decido volver a mi habitación y odio el sonido que producen mis plataformas cuando pisan la madera del suelo . Mi cuerpo tiembla y quiere echar a correr, pero mis pasos son lentos, una puerta se cierra detrás de mí haciendo un ruido insoportable, pero decido no girarme, entonces escucho el ruido de la puerta principal al abrirse y mi sangre se hiela. Bajo las escaleras las cuales vuelven a crujir bajos mis pies. Entonces veo a alguien quitándose los tacones y no puedo evitar gritar.
- ¿Ada? - Pregunta mi madre encendiendo la luz
- Dios mío estás temblando, ¿no tendrás fiebre? y estás pálida - Dice acercándose y depositando su mano en mi frente para tomarme la temperatura.
No puedo evitar que un largo y rápido suspiro se escape por mis labios y sea el único sonido que inunde la habitación.
-Mamá estoy bien, enserio.- Cuchicheo mientras quito lentamente su fría mano de mi sudorosa frente.
-Solo había ido a limpiar a la casa de los Bradley, ya que me llamaron de que mañana no tenía que ir porque emprenden un viaje, bueno ya te he contado lo raro que son.- Me explica mientras se quita el chaleco amarillo fluorescente y lo cuelga en el mismo lugar que siempre.
Esa noche no puedo pegar ojo, solo escucho el maravilloso sonido de la lluvia al chocar contra la ventana.
El sábado me empiezo a preparar para los primeros exámenes y decido olvidar aquel horrible episodio, al caer la noche hablo con mis amigos que me cuentan los últimos cotilleos de Tallahasee mi antigua residencia , hecho de menos la ciudad y sobre todo a mis amigos aunque las chicas también son buena compañía.
- He oído en las noticias que en tu pueblo ha habido desapariciones- Dice Mimi y a mí se me hiela la sangre.
- Sí ha sido una semana demasiado larga - Digo intentando zanjar el tema.
- ¿Conocías a alguien? - Pregunta Logan.
- Sí George era de la pandilla que os he comentado que me llevo bien y a alguno de vista-
- Bueno chicos os dejo Steven me está llamando besos- Dice Mimi dejándonos a Logan y a mí solos.
- ¿Vendrás pronto? - Dice
- Espero que sí hablé el otro día con mi madre y me dijo que seguramente por navidad-
- Joooo pero aún queda mucho -
No puedo evitar reírme y despedirme de él ya que en ese momento mi madre me llama.
Al día siguiente me preparo para el examen de matemáticas del día siguiente mi madre entra en la habitación y me informa que se va a ir a comprar a la ciudad y tardará bastante en llegar no puedo evitar empezar a ponerme nerviosa debido a que me dejaría sola en aquella tenebrosa casa, pero decido concentrarme en el examen, se escucha el horrible sonido de la puerta principal al cerrarse y por un momento en la habitación solo nos encontramos las mates y yo. Pero solo por un momento. Tras dos horas de intenso estudio decido darme una ducha. La fina agua de ella me relaja del estrés y mis hombros se relajan y mi mente se traslada a los preciosos ojos de Mike.
Estoy terminando de aclarar mi pelo, cuando escucho la puerta principal abrirse. envuelvo mi cuerpo en una toalla y bajo lentamente las escaleras, evitando todo lo posible realizar el más mínimo ruido. Al llegar abajo de la misma compruebo que la puerta está cerrada completamente y mi mente me traiciona con el recuerdo de las palabras que me dijo el viernes Marie"Todos afirman cosas como escuchar la puerta principal abrirse y que luego al ir al comprobar , no hay nadie."
Suspiro y me convenzo de que todo es fruto de mi imaginación debido al miedo. Vuelvo sobre mis pasos y paso el resto del día estudiando.
-Por ahora concéntrate en los estudios, todo re arreglará , tiene que haber una explicación lógica para todo esto- me repito y convenzo de ello.
Me hago la cena y escucho que algo en la planta de arriba se cae como si un jarrón se hubiera roto ahora me encuentro el doble de nerviosa, subo el volumen de la televisión pero entonces oigo unos pasos correr encima de mi cabeza. Marco el número de la policía en mi móvil , cojo un cuchillo y subo las escaleras sigilosamente cuando llego a la planta de arriba observo un jarrón roto en el suelo y agua desperdigada por él. Cojo el jarrón e introduzco en él las preciosas flores.
Temblando abro la primera puerta con la punta de mi pié , nada. Repito en la segunda habitación y obtengo en mismo resultado, decido tomarme por loca y que todo es fruto de mi imaginación además añado que necesito ayuda psicológica.
Tras una semana sin muchos acontecimientos llega el viernes, hoy tenemos que realizar un examen de español y al separa la mesa de la de Mike se me cae el libro de texto que voy repasando me agacho y parece ser que ha Mike se le ocurre la misma idea y nuestras cabezas se chocan.
- Perdón - Decimos a la vez.
Mike recoge mi libro y al pasármelo nuestros dedos se rozan produciendo una descarga que recorre todo mi cuerpo.
- Gracias - Digo avergonzándome.
Termino el examen y me sobran cinco minutos los cuales los gasto en observar como Mike termina el suyo, está realmente guapo. En ese instante un sonido capta la atención de todos, un hombre entra en la clase.
-Hola a todos- por su uniforme intuyo que es el sheriff y padre de Marie. Leo su placa para asegurarme de ello y lo que aquello iba a significar Brais-, muchos de vosotros habréis intuido el motivo de nuestra presencia. La desaparición de varios de vuestros compañeros ha hecho que tengamos que ponernos manos a la obra con la investigación.
El silencio del aula me da casi el mismo temblor inquieto que el rostro de aquel hombre.
-Por lo tanto, estamos tomando testimonio a cada uno de vosotros.
-¿Saben algo?- dice alguna voz procedente de la parte delantera.
-No, solo alguna de las relaciones que los desaparecidos guardaban con alguno de vosotros- desconecto la mente, concentrándome en mi respiración y ahogando un grito sordo, no presto atención hasta que citan mi nombre-. Ada Taylor tendrá que contarnos su relación con George Clayton.
La mera pronunciación de su nombre, hace que me ahogue aún más en aquel nudo de estómago. Siento que el resto de mis compañeros clavan su mirada en mi, cosa que maldigo e intento esconderme tras mi cuaderno intentando no llamar en exceso la atención. El hombre continúa nombrando a personas y desparecidos, el resto desconocidos para mi. Intento concentrarme en el momento en el que nombrasen a Mike, llevándome al final un gran disgusto, hecho que no me tendría que afectar, ya que, aquel chico no es lo que se puede denominar como sociable, así que, no tendría que saber nada acerca de ello.
Salgo de clase y tomo mi ruta diaria hacia casa, depositando los auriculares en mis oídos y dejando que la música los inunde, con sus maravillosas letras.
-¿Ada?- Escucho cómo alguien pronuncia mi nombre a mis espaldas, pero no me giro y sigo por mi camino de asfalto y concentrada en mi música.
-Ada- alguien vuelve a pronunciar mi nombre y esta vez si que me giro para encontrarme con Mike.
-Ada- pronuncia por tercera vez mi nombre. Se acomoda a mi derecha y sigue mi ritmo de paso.
-¿Qué tal el examen de español?- pregunta, miro a mi alrededor para darme cuenta de que en efecto, me está hablando a mí.
-Bien- digo, pero dudo. No se que le habrá pasado para que cambie su actitud hacia mí tan repentinamente , aunque obviamente no me quejo en absoluto porque me esté hablando de forma agradable.
-¿Sabes algo acerca de las desapariciones?- pregunta.
-No la verdad, no he visto las noticias, solo deseo que estén bien, y que los encuentren pronto.-
-Supongo que eso lo deseamos todos.-
Me sonríe para mostrarme por primera vez en el mes y medio que llevo en Bothell una preciosa sonrisa, con sus dientes perfectamente alineados y de un blanco deslumbrante, tan blancos como la nieve.
Pasamos un rato más hablando sobre cosas sin mero sentido, hasta que visualizo la casa.
-Bueno, vivo aquí- le informo.
-Bonita casa-
-Hasta mañana, Ada.- Mientras escucho estas palabras sorprendentemente salir de la boca de Mike, visualizo cómo con un aire despreocupado se desvanece y me llama la atención cuando toma la ruta para ir al bosque.
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