Capítulo 43: El baile
Abro lentamente mis párpados y me cuesta reconocer donde estoy, cuando lo hago me cuestiono como he llegado a mi habitación.
Me incorporo de la cama y siento un agudo dolor de cabeza. Toco la zona donde proviene el dolor y compruebo que tengo sangre, miro mi almohada y una mancha de color rojo la decora. En ese momento escucho a alguien entrar en la habitación.
- ¿Cómo estás?- Pregunta Mike.
Le observo y me percato de que tiene una cicatriz que le recorre la mitad de la cara, un pequeño moratón en el ojo y una herida en el labio. Me levanto y me acerco a su altura.
- ¿Qué ha pasado?- Pregunto.
- Te protegí, fueron a por ti.- Me dice en apenas un susurro.
- Si no hubiera llegado a tiempo tú...- se le quiebra la voz y me percato de que una lágrima le recorre la mejilla, abrazo su torso y apoyo mi cabeza en su pecho, él me envuelve en sus brazos y me acaricia el pelo.
- Ven, vamos a curarnos- Abro el botiquín que descansa sobre el aparador.
Me estoy mirando en el espejo que se encuentra en la puerta de mi armario, mi pelo castaño se encuentra suelto cayéndome como una cascada por mis hombros con las puntas rizadas. Mi cuerpo, lo decora un vestido rojo, con escote corazón, mi cadera presenta un lazo de un tono más oscuro que el resto del vestido y la falda no es ceñida ni muy voluminosa, el vestido tiene algunos adornos de encaje, la espalda presenta forma de rombo, aunque es de maga larga , para terminar,de mi hombro cuelga un bolso rojo con unas finas cadenas doradas.
Me aplico una gruesa capa de maquillaje. En ese momento alguien llama al timbre y mi madre abre la puerta. Salgo de la habitación lo más rápido que me permiten mis tacones de aguja rojos, cuando me asomo Mike se encuentra con mi madre en el hall.
- ¿Me tienes que dar una explicación?- Me dice mi madre mientras bajo lentamente los escalones.
-¿ Podemos hablar en el salón?-
Mi madre sin mediar palabra se gira y se dirige a la estancia que le he indicado, en ese momento un nudo se forma en mi estómago y juego con la pulsera que decora mi muñeca, cuando paso al lado de Mike, este me guiña un ojo y escucho como en un mero susurro me dice
-Suerte.-
Cuando llego al salón cierro la puerta tras de mí, en un intento de perder el tiempo. Giro mi cuerpo, para encontrarme a mi madre con los brazos en forma de jarras.
- Mamá, Mike y yo hemos vuelto- Digo desviando la mirada.
-Eso ya lo sé.-
-¿Qué?-
-Piensas que cuando me decías que te ibas con tus amigas- pone comillas con los dedos.
-¿No era plenamente consciente que te ibas con ese chico?-
Oigo un suspiro escapar de sus labios, levanto la vista y la encuentro pensativa estudiándome con suma cautela.
- Lo siento por ocultártelo mamá.-
Esta comienza a moverse por la estancia hasta colocarse enfrente mía y lo que hace me pilla por sorpresa cuando envuelve sus brazos a mi cuerpo.
-Ya no eres una niña, puedes tomar tus propias decisiones.- Aunque aquellas palabras me sorprenden escucharlas salir de su boca, sé que en realidad no siente eso, no quiere que me relacione con ningún hombre debido a lo que supuestamente hizo mi padre.
-Aunque ten cuidado con él.- Me duele estarle ocultando la verdad, pero sé que no tengo otra opción.
Asiento.
-Ahora, ve a ese baile antes de que me arrepienta.- Dice sujetándome por los hombros y luego me suelta y se aleja débilmente.
Cuando paso por su lado, me doy cuenta que una sonrisa se dibuja en sus labios, gesto que no paso desapercibido y me agrada visualizar.
Salgo al hall donde me espera Mike moviéndose de un lado a otro.
Yo le sonrío y le agarro de la mano.
- ¿Qué te ha dicho?- Me dice una vez fuera de la casa.
- Bueno, podemos decir que acepta lo nuestro.-
- Va a ser que al final tiene un poco de corazón.-
Le doy un golpe juguetón.
-Estás especialmente guapa esta tarde.-
-Tú tampoco estás mal, con ese traje pareces todo un señor hecho y derecho. - Este me ofrece uno de los cascos que descansan sobre la moto, el cual introduzco en mi cabeza y subo a la moto mientras ambos reímos, cuando este se sube delante enrollo mis brazos a su cintura. Durante todo el camino visualizo como el sol comienza a ponerse bañando el cielo de colores naranjas, mientras mi pelo se mece suavemente debido al aire que lo azota.
Cuando entramos en el gimnasio, este está a tope de gente, la música retumba en toda la sala y la estancia se encuentra decorada con múltiples globos, al lado de la pista de baile se encuentra una mesa con ponche y múltiples aperitivos.
- Vamos a bailar- Me dice Mike encima de la música agarrándome de la muñeca.
Nos dirigimos a la pista de baile y mi vista se encuentra con la de Dakota la cual me mira de forma fría, está con el resto de las chicas las cuales van con su pareja.
Mike apoya sus manos en mi cadera y yo en sus hombros dejando de mantener contacto visual con ella.
Mike gira mi cabeza suavemente con su mano y yo le sonrío.
-¿Estás bien?-
-Sí, solo es que no me creo que Dakota me amenazase de esa forma.-
Comenzamos a bailar moviendo nuestros pies ligeramente.
-¿Por qué crees que tu padre vino a Bothell?-
-No lo sé pero ya no importa, supongo que ese será uno de los muchos misterios que siempre guardará Bothell.-Mike me da una vuelta y continuamos bailando a un ritmo lento.
-Pues yo creo que no hay ninguna explicación de que estuviese en Bohell, la manada al transcurso de los años seguramente se moviera de sitio.- Este me guiña un ojo, gesto que me consuela.
-Ahora que me acuerdo, las pocas veces que he hablado con mi madre sobre él, me dijo que antes vivían en un pueblo a las afueras de Washington.-Le doy un pisotón en el pie, estoy demasiado absorta en el pasado que ni siquiera me doy cuenta de que estábamos bailando.
-Lo siento.- Este se ríe, gesto que imito.
-Me duele que mi madre tenga que vivir el resto de su vida en una mentira.-
-Seguro que ya lo superó.- Niego con la cabeza ligeramente.
-Mi madre siempre dice que sí, pero a mi no me engaña, la conozco de sobra, sé que en ocasiones piensa en él.-
-Conocerá a otro hombre y se olvidará de tu padre.-
-Ojalá.-
Cuando nuestros ojos se cruzan de nuevo recuerdo el día que nos mudamos mi madre y yo, lo odié, odié despedirme de Logan y de Mimi y odié la casa.Recuerdo el primer día de clase, nadie me prestaba atención sin embargo un chico misterioso de ojos avellana me miraba con una mirada indescifrable, recuerdo cuando le pregunté la ubicación de una clase y me respondió borde, mi mente viaja al día que se peleó con George porque no paraba de molestarme, también en mi mente se instala el recuerdo de como me sacó de la fiesta cuando estaba medio inconsciente, el día que comencé a seguirle por el bosque porque sabía que me ocultaba algo y el día que descubrí que es un hombre lobo, recuerdo las veces que tuvimos citas y el dolor que me supuso saber la verdad y sobre todo me acuerdo de la carta que me hizo para que le perdonase.
- ¿Crees que no pararán hasta matarme?- Pregunto tocándome la herida de la cabeza.
- No importa porque te protegeré siempre.-
Ahora más que nunca soy consciente de la existencia de esas incoherentes criaturas y sobre todo de que me he enamorado de una de ellas.
Pero si alguien me preguntase que si volvería a pasar por lo mismo le diría que sí, porque conocerle no fue algo bueno, fue, lo mejor de mi vida.
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