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Capítulo 37: Jack

Observo los pequeños trozos de tiza que se caen de la pizarra y el resto decoran la misma con fórmulas químicas.

No he podido prestar atención en ninguna clase preguntándome quién será el propietario de la carta tan misteriosa que recibí el anterior día.

Salgo de mi ensemismamiento cuando el sonido agudo del timbre avisa que la clase ha llegado a su fin, resuena en mis oídos. Mientras recojo mis cosas el profesor nos anuncia la próxima fecha de los exámenes.

Salgo de clase y bajo las escaleras las cuales están abarrotadas de gente y casi me es imposible salir de allí.

Entro en la primera clase a la izquierda barajando lo que le voy a decir a Mike, tengo una hipótesis de quien puede ser el propietario de la carta.

Me dirijo a mi sitio con la cabeza bien alta, aunque en el fondo no tan convencida como pretendo, ya que todo rastro de seguridad se desvanece tan rápido como llegó cuando observo como una media sonrisa se dibuja en los labios del chico que se halla en la mesa del fondo, el cual se encuentra distraído en algo que sostiene entre las manos, mi mirada se pierde en ese instante, pero alguien hace que salga de mi ensemismamiento cuando da un suave golpe a mi cuerpo.

- ¿Te creerías que no me daría cuenta?- Pregunto mientras me coloco en mi sitio intentando recuperarme y repitiéndome lo malo que fue conmigo, solo me utilizó.

- ¿Qué?-

- Sí, me he dado cuenta de que el propietario de la carta eres tú-

- Lo siento Ada pero no sé de lo que estás hablando-

- No te hagas el tonto, tú eres el único de aquí que me odia y que se atrevería ha hacerme daño-

- No te odio-

Nuestra conversación se ve interrumpida cuando el profesor comienza la clase.

- No te hagas ahora el buenito- Digo cuando finaliza la clase. Noto como una mano impide que termine de guardar los libros en la mochila, haciendo que el libro que sostengo entre las manos acabe en el suelo.

-Ada, tengo que hablar contigo.- Le interrumpo cuando levanto la mano como señal de que no prosiga, este agacha su cuerpo y me devuelve el libro.

-No voy a darte las gracias.-

-No lo pretendía- ahora no me mira y se frota la cabeza suavemente con la mano. Giro mi cuerpo, apretando el libro contra mi pecho y me desvanezco de la clase.

Me dirijo a mi taquilla, introduzco la contraseña y al hacerlo la puerta se abre.

- Hola- Dice una voz femenina a mi derecha.

Cierro la taquilla para encontrarme con un pelo pelirrojo.

- Hola Regan-

- Las chicas te están esperando para comer-

Miro mi reloj, ya es muy tarde he debido de estar un buen rato con la cabeza en otro sitio.

- Vamos-

-¿Te pasa algo? Tienes mala cara-

- Nada, estoy bien-

Durante toda la comida no presto atención alguna a la conversación que mantienen las chicas.

-Ada,¿ te gustaría quedar con nosotras este finde?- Levanto la mirada de mis brazos entrelazados sobre el pecho.

-Lo siento esta semana estoy muy ocupada.-

-¿Tía ocurre algo?- Pregunta Dakota depositando su mano sobre la mía y ofreciéndome una cálida sonrisa.

-No- le respondo simplemente mientras paseo mi mirada sobre la estancia abarrotada de gente en busca de Mike, no le encuentro y en varias ocasiones me cuestiono que le ocurrirá para su ausencia a esta hora todos los días, pero rápidamente desecho ese pensamiento de mi mente.

-Si necesitas cualquier cosa, nos lo dices-

-Gracias Dakota.-

Cuando al finalizar aquel eterno día vuelvo a casa, mamá se encuentra en el salón viendo las noticias.

- Ya he llegado- Digo para que me preste atención.

- Hola- Me dice con desgana.

Subo las escaleras lo más deprisa que puedo y me siento en mi escritorio, allí está la carta.

Abro el sobre y vuelvo a leerla.

Por la noche me preparo para  ir a ver a Jack. Me pongo una camiseta sencilla color chocolate, unos vaqueros sencillos y mis deportivas con plataforma.

Salgo de la habitación lo más despacio que puedo y cierro la puerta suavemente para no despertar a mamá, miro el reloj que decora mi muñeca, las 11 pm.

Me quito las plataformas y las sosteniendo en una mano mientras piso suavemente la madera la cual cruje débilmente. Cuando llego a la planta de abajo me las pongo de nuevo y antes de salir lo más sigilosamente que puedo por la puerta me informo de que mamá no se a despertado.

La noche es suave y una masa de nubes negras decoran el cielo. Tomo el sendero que me lleva al bosque. Este está oscuro y el único sonido que se puede apreciar es el de las hojas crujir cuando mis pies las pisan.

Mi móvil iluminan el camino que mis pies comienzan a trazar, apenas tengo ángulo de visión y en el fondo soy consciente de que me asusta deambular a estas horas sola.  Agradezco que esa noche las nubes tapen la preciosa luna casi completa, ya que no me apetece de primeras tener que ir a ese lugar y desde luego mucho menos tener problemas.Llego en lo que me resulta toda una vida mientras me imagino todas las cosas horribles que le hubieran podido ocurrir a Jack mientras deseo que no sea lo suficientemente grave. Visualizo un gran ajetreo de personas a mi llegada. Echo un vistazo por la zona y mi vista se para en Mike, el cual está al rededor de la hoguera leyendo un libro, solo, aparentemente parece despreocupado como si su atención solo estuviera fija en el libro, pero la manera en la que frunce sus cejas, tanto que hasta parecen una sola me demuestra que algo le preocupa.

- Mike,¿dónde está Jack?- Digo cuando llego a su altura.

Mike aparta la vista del libro para fijarse en mí, me indica con la cabeza la cabaña, durante un breve instante nuestras miradas se encuentran, algo en mi interior se revuelve haciendo que inconscientemente aparte la mirada, aunque de reojo observo que el no lo hace, me observa como si me examinara, haciendo que se vuelva a instalar ese nudo en el estómago que  tanto había tratado de evitar.

Giro todo mi cuerpo y me encamino hacia la cabaña situada apartada del  resto del campamento. Mientras me dirijo a ella mi cabeza se transforma en un mar de preguntas.

¿ Podría llegar a perdonar algún día a Mike? Sin tan siquiera te ha dado una explicación Ada, me repito.

Y si lo hiciese, ¿le perdonaría? 

Alguien irrumpe mis pensamientos cuando dice detrás de mí.

-Hola Ada- Me giro para encontrarme con Tiffani acercándose hacia mí y aunque no debería la ira comienza a correr por mis venas.

- ¡Cuánto tiempo!¿No?-

Ignoro su pregunta y me hago paso entre una masa de cuerpos. Sé que solo desea undirme pero no le voy a dar el placer de hacerlo.

Comienzo a subir por los escalones pero una mano suave me lo impide, me giro y allí se encuentra Tiffany.

- Lo siento mucho de verdad, pero la vida es así Mike y yo estamos juntos-

Las lágrimas amenazan con salir al exterior y una punzada atraviesa mi pecho, sé que lo dice para fastidiarme pero esas palabras se repiten en mi cabeza.

- Os deseo lo mejor- Digo dándome la vuelta.

-Lo siento de verdad pero está enamorado de mí-

-¡Ya lo sé te importaría dejarme en paz de una maldita vez!- Grito con lágrimas corriendo por mis mejillas, por un momento todo el campamento me mira para después volver a lo que estaban haciendo.

Me doy la vuelta después de ver la enorme sonrisa que decora el precioso rostro de Tiffany.

Entro en la cabaña lo más rápido que me permiten las plataformas, maldiciendo habérmelas puesto y entro hacia el interior de la misma, la temperatura es cálida y veo a Jack en una cama arropado con múltiples sábanas, se encuentra en lo que debería ser el salón, aunque los muebles de la estancia no se hallan en ella. Su frente la decora una toalla y su arrugado rostro está bañado de rojo. Me acerco y me siento a su lado evitando que este se mueva de su posición, Jack abre suavemente los ojos pero de una manera como si le doliera hacerlo.

- Ada- Su voz es un mero susurro.

- No hables- Le digo quitándole la toalla y mojándola en un cubo lleno de agua que se encuentra a mi izquierda.

Se la vuelvo a colocar en la frente, Jack intenta incorporarse pero apenas tiene fuerza, le ayudo agarrándole de los brazos e impulsándole y le coloco la almohada para su mayor comodidad.

- ¿Qué ha ocurrido?- Le digo volviendo a su lado.

- Tengo que...- Comienza a decir pero tose, le acerco el vaso de agua que descansa en una toalla en el suelo.

Me duele verle así, para mí es lo más parecido a un amigo que he tenido desde que he llegado. Las chicas prácticamente no saben nada de mi vida, Mike me ha mentido y traicionado, George es un capullo y mi madre lo único que le preocupa es ella misma.

- Tengo que contarte algo.- Dice Jack.

- No hagas fuerza, ya le preguntaré a alguien lo que ha ocurrido, ahora solo descansa-

- Ada escúchame un segundo- intenta incorporarse, pero hace una mueca de dolor y me parece oír como se queja. 

-No te muevas Jack, ¿deseas que te traiga algo?-

Niega suavemente con la cabeza, cuando va a abrir la boca le interrumpo.

-¿Quieres que me vaya, te molesto?-

-Eso nunca- susurra y vuelve a cerrar los párpados, yo, por lo contrario no dejo de visualizar su rostro, algo me golpea al verle  en un  estado tan malo y no poder hacer nada.

Alguien interrumpe nuestra conversación cuando entra.

-Hola Ada- exclama una voz a mis espaldas, me giro y un rubio sonriente se acerca hacia nuestra altura.

-Hola George- le sonrío, pero esta sonrisa es triste y seguramente mi aspecto sea peor que el que yo me estoy imaginando.

-¿Cómo sabías que estaba aquí?-

Se encoje de hombros y luego parece acordarse del motivo por el que ha irrumpido en la cabaña.

-Jack, tenemos que hacerte un chequeo, Ada si no te importa...-

-Claro, yo ya me iba igualmente-

Incorporo mi cuerpo de al lado de Jack, dirigiéndome hacia la salida, cuando escucho algo proveniente de Jack lo sé debido a que lo dice una voz desgastada, forzada. Esta frase hace que instintivamente gire todo mi cuerpo, abriendo unos ojos como platos casi no puedo creerme esa información. Ni siquiera visualizo la expresión de George ya que mi cuerpo se queda petrificado en el suelo. Tres simples palabras, aparentemente sin gravedad alguna, pero adquieren un significado demasiado importante para mí, tanto que mi vida cambia en un solo instante cuando Jack dice

-Soy tu abuelo.-

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