Tras superar mi primer día de instituto, decido que lo mejor sería pasar el resto del día tumbada en mi cama y continuar mi historia de Wattpad. Abro la puerta para confirmar mis suposiciones de que mi madre no se hallaba en la casa.

"Los lobos eran las criaturas más bonitas que habían visto mis ojos, con sus diferentes colores de pelaje, además de sus diferentes y enormes ojos. Dicen que los lobos son animales salvajes, lo cual nunca dudé de ello , pero no creo que sean malos ni mucho menos. Estas palabras las pienso mientras delante de mí se halla este hermoso y blanco lobo, que me mira con sus penetrantes ojos azules".

Mientras escribo estas palabras en el ordenador, algo hace que me distraiga, el sonido de un papel caerse, levanto la mirada, y compruebo como todo mi archivador está boca a bajo en el suelo, y cientos de hojas invaden la estancia. Me levanto y empiezo a recoger todo el desastre, no sin antes preguntarme que habría sucedido, para no alterarme lo atribuyo a que el archivador estaba en el borde de la mesilla y por el peso de este calló al suelo. Después de ese incidente decido retomar la historia por donde la dejé, hasta que los párpados me empiezan a pesar.

-¡Ada!- Oigo la débil voz mi madre y noto como me zarandea, abro los ojos y ella deja de gritar mi nombre y de sacudirme, me mira con desaprobación. A mi madre no le pega para nada nuestro estilo de vida con como es ella, a cualquiera que se lo preguntes te diría que ella vive en una bonita mansión con un marido y tres hijos ,y no ,en fin, la vida que llevamos .Sale de la habitación y el único ruido que se puede apreciar es el que producen sus tacones al alejarse por el pasillo , me voy al baño y al quitarme la camiseta veo en mi omóplato el tatuaje de un lobo que me hice el año pasado. Tras una ducha me dispongo a cenar con mi madre.

 - ¿Qué tal tu primer día de clase?- me pregunta.

 - Bien- le respondo.

- ¿Y se puede saber por qué estabas escribiendo tus ridículas historias y no estudiando?

Decido no responderle a esa pregunta , nunca le ha parecido bien lo que he hecho y nunca se lo parecerá. Esa noche hablo con mis abuelos y cuando me dispongo a dormir cierro la puerta, cierro la ventana y corro las cortinas. A mitad de la noche me despierto por un gélido aire que entra a la habitación , cuando me levanto la ventana está abierta pero yo juraría haberla cerrado ayer, le doy la explicación de qué ha sido el viento y cuando cierro la cierro veo una sombra alejarse corriendo.

-¿Qué es eso?- Me pregunto. 

Al día siguiente no consigo atender en clase ya que no podía olvidar lo que ocurrió la anterior noche , lo único que hace que preste atención, es cuando me adentro en la clase de español y no puedo evitar pensar

- Perfecto, ha venido a clase.- Definitivamente durante todo el curso odiaría dos clases: Español y el club de lectura. 

Me siento al lado de él, y cuando el profesor empieza a pasar lista centro mucho la atención para averiguar el nombre del chico maleducado con el que me siento. Él no me mira, está perdido como la clase del día anterior en un libro.

-¿Mike?- Dice el profesor.

Él levanta la mano y no puedo evitar preguntarle lo más obvio:

-¿Así que te llamas Mike?

- ¿Además de pesada eres tonta o qué?- Me responde, desde luego que hice una buena elección al decidir ponerle el mote de maleducado. No le respondo, y como llevaba todo el día haciendo, mi mente se traslada la noche anterior y no escucho nada de las palabras del profesor Johnson.

Cuando la clase está apunto de llegar a su fin escucho unas risas provenientes de delante de mí, no me había fijado el día anterior pero dos chicas muy parecidas físicamente están mirándonos a Mike y a mí riéndose, una de ellas tiene los pómulos rojos de tanto reírse. Las dos chicas, que intuyo que son gemelas o mellizas, se percatan de que las estoy observando fijamente por lo que se colocan en sus asientos para atender al profesor Johnson. En ese momento decido echar un vistazo por la clase, la mayoría de mis compañeros están dormidos encima de las mesas, otros hablan con su compañero y pocos, en los cuales no me incluyo, escuchan y toman nota de las palabras del profesor. Suena el timbre por lo que comienzo a recoger las cosas rápidamente y me acerco al sitio donde las gemelas están hablando tranquilamente.

-Hola- Las saludo  colocándome la mochila la cual se cae de mi hombro.

Esta es la oportunidad perfecta para intentar hacer amigos o por lo menos llevarme bien con alguien.

Las gemelas en vez de darme una respuesta me miran con sus ojos marrones oscuros casi negros, me cuesta bastante diferenciar el iris y la pupila.

- Hola,¿quieres algo?- Me dice la chica que se encuentra a mi derecha.

-Bueno como ya sabréis soy nueva aquí así que me gustaría conocer a nuevas personas.

Las dos hermanas se miran y se ríen al unísono. Sus risas son demasiado estridentes para mi oído.

Una de las chicas se marcha seguida de la otra dejándome bastante confundida.

-¿Pero qué diablos le pasa a todo el mundo conmigo?- Pregunto saliendo de clase.

Ese fin de semana cojo un autobús que me lleva a la biblioteca más cercana, me siento detrás del conductor y me pongo los cascos de música. Cuando llego a mi destino veo las múltiples estanterías que se alzan encima de mí pregunto a la bibliotecaria sobre la sección de lobos y al principio me mira extrañada y después me señala el segundo pasillo. Paso mi dedo por los libros y cojo uno , me siento en la mesa y comienzo a leer este maravilloso artículo. No me doy cuenta de la hora que es hasta que veo en la pantalla una llamada entrante de mamá,

 -¿Si?- Pregunto.

 - ¡¿Dónde demonios estás?!- Me responde.

 - Llegando - miento mientras recojo mis cosas. Comienzo a correr hacia la parada del autobús y me choco con alguien produciendo que los dos nos caigamos al suelo. Cuando levanto la vista Mike me está mirando con el ceño fruncido.

 - ¿Puedes bajarte? Es que pesas como una foca - Me bajo.

 - Eres un mal educado- Le digo .

- Voy a pensar que me estás siguiendo - Me comenta. 

- Lo mismo digo - Le respondo . Llega el autobús y Mike se sienta delante de mí. Por alguna extraña razón no paro de mirarle, pero cuando yo me bajo él no lo hace lo cual agradezco ya que no le aguanto. Cuando entro en casa mi estricta madre me está esperando con los brazos en jarras y el ceño fruncido. Empieza ha decirme algo, pero yo hago oídos sordos y lo único que consigo entender es cuando me indica que estoy castigada sin salir , algo sin mera importancia para mí, ya que eso no estaba en el plan previsto para el siguiente día. Esa noche es la más tranquila desde que llegué a Bothell varios días atrás y consigo adentrarme en un profundo sueño que es interrumpido por las voces de mi madre.

Las primeras horas de la mañana del domingo las paso haciendo los deberes y estudiando hasta que llega mi madre y me quita el libro remplazándolo por un vestido color rosa chicle.

-Tienes 5 minutos- Me ordena y se va. Mi madre es muy creyente a diferencia de mí que en lo único que creo es en lo que veo. Cuando llegamos a la iglesia me encuentro a un grupo de chicos que van a mi clase de religión. La hora se me hace eterna y lo único que me tranquiliza es saber que por la tarde podré leer a cerca de mis animales favoritos. 

Cuando entro en clase de español solo estamos 5 personas a excepción del profesor el cual nos ordena que vamos ha realizar un diálogo , claramente en español , con nuestro compañero de mesa. Definitivamente iba a odiar esta clase.

-¿Vamos a hacer algo o vas a seguir ahí pasmada?- Le miro y no pude evitar contestarle.

-Si eres un arrogante no es mi culpa pero no lo pagues conmigo, además de eso eres un tío que no se que se te creerás pero vamos si no te han enseñado educación no es mi problema es el tuyo.-

-Ada , Mike , vuestro turno.- Nos indica el profesor.

Los dos nos levantamos simultáneamente y nos inventamos lo primero que se nos ocurre. Mientras recojo todo el material de mi pupitre, Mike se acerca y cuchichea:

-Si alguien se tiene algo creído esa eres tú y no te pases de la ralla.-

Cojo mi mochila , me la hecho sobre el hombro y por algún motivo todavía desconocido para mí, paso el resto del día pensando en las palabras que me ha dicho Mike.