Capítulo 28: Corazón roto
Me quedo de piedra y el único sonido que se puede apreciar es el de el viento azotando la tienda. No me lo puedo creer, cálidas lágrimas brotan por mis mejillas y un horrible dolor de pecho se instala en mi cuerpo ante aquella confesión, intento hablar, decir algo pero es demasiado para mí.
- Tengo que irme- Digo y aunque intento evitarlo se me quiebra la voz.
Salgo de la tienda y el viento azota mi cara haciéndome volver a la realidad. Las lágrimas no paran de correr empapando mi cara, me envuelvo los brazos frotándolos ligeramente y entonces veo a Mike, me da una punzada el corazón y mi estado de confusión se evapora y transforma en ira cuando le veo reírse con sus amigos. Me acerco a donde se encuentran, sentados en un tronco al lado de la hoguera.
Cuando llego a su altura toso y todos se dan la vuelta fijando sus ojos en mí. Hecho una mirada asesina a Mike el cual me mira confuso.
- Eres un cerdo, te debería de dar vergüenza lo que me has hecho, te odio, necio estúpido , como pude ser tan tonta, todo era perfecto- Digo gritando mientras las lágrimas nublan mi vista. Más palabras sin sentido fluyen por mi boca y tan si quiera me doy cuenta de que todos me miran confusos.
- ¿Pero de qué hablas?- Dice levantándose y tocando mi brazo, me suelto bruscamente.
- No me toques.-
-No entiendo lo que te pasa.-
-¡¿Qué no entiendes lo que me pasa?! Me he enterado de lo que me llevas ocultando, tú, yo, nosotros todo era mentira- Digo señalando a él y a mí y aún sin poder procesar lo que está pasando.
Mike traga saliva yo me doy la vuelta y le digo antes de hechar a correr.
- Ni se te ocurra volver a acercarte a mí.-
Corro y corro mientras lloro a todo pulmón , jamás pensé que nadie me haría algo semejante, esto explica su comportamiento, sabía que ocultaba algo pero jamás pensé en algo así.
Llego a la puerta de mi casa la cual veo borrosa a causa de las lágrimas, me cuesta respirar y todo en mi cabeza es un lío.
Extraigo las llaves de mi bolsillo y veo el llavero que me regaló Mike por mi cumpleaños, saco las llaves de él y tiro el objeto con todas mis fuerzas contra la farola y se desprenden algunos cachos.
Subo corriendo las escaleras, mi madre no está en casa lo cual agradezco, abro la puerta de mi habitación y me dejo resbalar hasta el suelo, envuelvo mis manos a las rodillas .
- Quería transformarme, que dejara de ser humana. - Pienso mientras sigo llorando a pleno pulmón.
- Quiere a Tiffany no a tí.,- Vuelve a recordarme mi conciencia, pego un grito, alguien sube por las escaleras y abre la puerta.
- ¿Ada?- Dice la voz de mi madre y se agacha a mi altura.
Envuelvo mis brazos a su cuello, ella se tambalea ligeramente pero recupera el equilibrio y me envuelve en sus delicados brazos.
- ¿Qué ha pasado?-
- Hemos roto- Digo ocultándole la verdad ya que se mofaría de mí y aún no estoy preparada para decírselo a nadie.
- Te lo dije- Dice poniéndose en pié y dejándome alucinada.
Cuando se va de la habitación me arrastro hasta la cama, me introduzco en ella, lloro a pleno pulmón quiero desparecer y solo vuelvo a la realidad cuando mi madre abre la puerta y me pregunta si quiero cenar, lo rechazo.
Por la noche no consigo dormir, mi cabeza no para de formularse preguntas ¿Por qué lo hizo? ¿Qué ganaba con ello? ¿ Por qué no me mató y ya está?
Nunca podré averiguar la respuesta de ninguna de ellas, en mis libros aparecen éstas cosas, traiciones, rupturas, discursiones, los protagonistas lo pasan mal y yo pensaba que todo era una exageración pero se quedan cortos.
La noche la paso llorando y a la mañana siguiente mi cama está bañada en pañuelos. Cojo el móvil.
-Haber si por lo menos a tenido la decencia de llamarme - pienso y albergó una pizca de esperanza, alcanzo el dispositivo con las manos temblando y ligeramente sudadas, nada.
Vuelvo a llorar, me prometo no volver ha hacerlo y me obligo a desayunar algo.
Paso el resto del día en la cama a medida que pasa el día paro de llorar, el dolor no ha disminuido y mucho menos a desparecido pero por lo menos he dejado de llorar.
El lunes me despierto y mi madre me recibe con una sonrisa triunfadora, detesto cuando se pone así pero ya estoy bastante mal para encima lidiar una pelea con ella.
Me miro en el espejo tengo un aspecto horrendo, me aplico bastante maquillaje para ocultar mis ojeras.
Salgo de casa y siento una punzada en el pecho al no ver a Mike apoyado en la farola donde quedábamos todas las mañanas, sacudo mi cabeza y me repito que lo tengo que olvidar por muy difícil que me vaya a suponer hacerlo.
Cuando llego al instituto, todos los que se encuentran a mi alrededor ríen y hablan con un tono demasiado alto, lo que hace que en mi cabeza se instale un insoportable dolor de cabeza. Paso el día sin atender en ninguna clase solo pienso y formulo en mi mente las posibles opciones para salir de aquel horrendo lugar.
Mi mirada se pasea por las paredes que se presentan a mis lados cuando me doy cuenta de que me hallo delante de la puerta de Español, suspiro y me repito que lo más probable es que no halla aparecido por clase aquel brumoso y grisáceo día de invierno, pero me equivoco, él se encuentra en el mismo sitio de siempre, el de la esquina derecha de la clase cuyas azuladas y ya desgastadas paredes hacen que odie más el lugar, me acerco a él sin mantener contacto visual alguno, me siento en la silla de madera y giro totalmente mi cabeza al lado opuesto. Ni siquiera podría decir si tenía la decencia de mirarme o no.
-Vale chicos, hoy vamos a realizar una serie de actividades que presenta la hoja que os voy a dar a continuación y me la tendréis que dar al finalizar la clase, cuenta para nota. -
Perfecto, pienso mientras relleno la hoja con palabras sin prestarles atención alguna.
No me apetece en absoluto darles explicaciones a las chicas , pienso mientras deposito la azulada bandeja en uno de los dos sitios libres que hay en la mesa.
-¿Dónde está Mike, Ada?- Comienza Dakota, sin sentarme todavía, visualizo el área donde me encuentro y me alivia no verle.
- No lo sé, estará enfermo- Las digo encogiéndome de hombros y sentándome junto a ellas. En toda la comida no presto atención a sus conversaciones todas distintas y no llaman mi interés. Me sorprende el resto del día no encontrar a Mike, cosa que agradezco y odio a la vez.
Aquella tarde tan siquiera me apetece escribir en Wattpad debido a que me recordaría demasiado a él, así que decido ir a la biblioteca. Agradezco que mamá no esté en casa y salgo de ella sin ninguna dificultad, tomo el autobús y al llegar contemplo las estanterías que se encuentran por toda la estancia donde me encuentro, aunque soy consciente de que no importa el libro que escoja, en ninguno prestaré la más mera atención. Cojo un libro al azar cuyo título no me recuerda a él y emprendo mi lectura, aunque como deduje no le presto atención a su contenido ya que no paro de pensar en Mike ¿Qué hará ahora? ¿Me añorará tanto como yo a él?
Deja de pensar en él, solo te manipuló, no te quiere , pienso mientras de mala gana obligo a mis pies a irse de aquel lugar. Observo el anochecer desde el cristal del autobús, todo el cielo comienza a bañarse de naranja y aunque unas finas y blancas nubes inundan el cielo me permiten observar como el sol se oculta por el horizonte dejando paso a la luna.
Cuando llego a casa, mamá ya se halla en ella y solo levanta durante un segundo casi imperceptible la mirada del periódico que sostiene entre las manos para averiguar al intruso y vuelve a fijar la mirada en él cuando se encuentra conmigo. Cierro la puerta de mi cuarto tras de mí y dejo caerme en la cama con ropa de calle en vez de pijama, ni siquiera me molesto en apagar la luz, cierro los ojos y de estos comienzan a brotar unas finas lágrimas aunque no duran mucho ya que caigo en un profundo sueño.
En él la noche ya invade el lugar y un gélido aire sopla produciendo que mis descubiertos brazos se enfríen y mi cuerpo se estremezca debido al gélido aire que resopla en el lugar. Observo detenidamente mi cuerpo para darme cuenta que en él hay una camiseta color rosa pastel donde las mangas no se pueden apreciar junto a mis demasiado largos pantalones los cuales casi impiden totalmente que se aprecien las deportivas que hay en mis pies. Resguardo mi cuerpo con los brazos y los froto suavemente las manos sobre ellos en un intento fallido de aliviar el frío de estos. Mis pies se desplazan por una superficie cubierta de fresca hierva, levanto la mirada y un camping inunda mis ojos, junto a una hoguera encendida que lo decora. Empiezo a ir hacia él ya que llama en especial mi atención , pero alguien me lo impide cuando una fría mano envuelve mi brazo , me giro para encontrarme con los ojos avellana de Mike.
-Hola Mike - le sonrío, me siento protegida y segura a su lado, este enrroya sus manos a mi cuerpo en un cálido abrazo, apoyo la cabeza en su pecho mientras escucho el palpitar de su corazón. Entonces alguien me cuchichea en el oído.
-Ten cuidado con Mike- esa voz, me resulta familiar, es la de George aunque no le veo ya que no me separo de Mike, debido a que no me parece que tenga que tener cuidado con él, otra vez esa voz resuena en mi cabeza aunque de una forma más disipada, como si me estuviera hablando desde un lugar demasiado lejano como para que pueda escucharlo de forma ténue, no le hago caso. En ese momento Mike deshace suavemente el abrazo, me sonríe , gesto que le devuelvo. Enrroya sus finas manos a mis brazos todavía fríos y me empuja de forma brusca produciendo que pierda el equilibrio y caiga a un río antes inexistente, la voz de George vuelve a resonar en mi mente.
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